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La cultura de la República Popular China


Enviado por   •  5 de Noviembre de 2013  •  Tutoriales  •  6.481 Palabras (26 Páginas)  •  400 Visitas

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RA CHINA

Para un término más general, véase Cultura de China.

La cultura de la República Popular China es una mezcla rica y variada de elementos de la cultura china tradicional con otros elementos comunistas e influencias modernas y post-modernas internacionales.

Durante la Revolución Cultural, un gran número de tesoros culturales de inestimable valor fueron destruídos o seriamente dañados y se prohibió la práctica de muchas artes y oficios. Sin embargo desde principios de la década de 1980 el rechazo oficial a aquellas políticas ha sido complementado con el esfuerzo por renovar las tradiciones culturales chinas. Así, la cultura china sigue siendo muy compleja, abarcando tradiciones ancestrales y experimentos modernos, en lo que a veces parece ser una mezcla dinámica pero a la vez tenue.

La cultura de la Repúblca Popular estaba desarrollándose mucho antes de su fundación en 1949. Gran parte de la diversidad de la cultura de la República Popular parece provenir de la diversidad de los Han que forman China y de las minorías nacionales que aportaron los elementos culturales propios y contribuyen al desarrollo continuo de la cultura nacional. También esta cultura está en gran medida basada en la historia de China que se desarrolló principalmente en forma aislada durante cientos de años. La ideología del movimiento comunista y maoísta que comenzó en el siglo XX es ciertamente crucial para comprender la cultura moderna china. China mantiene lazos culturales estrechos con ciertas partes del mundo, en especial con Asia Oriental y el Sureste Asiático (el denominado mundo chino).

Referencias

El fracaso del Gran Salto Adelante había forzado la salida del poder de Mao Tse. Éste, aunque conservando sus cargos como presidente del partido y como presidente de la Comisión Militar Central, dejaba las tareas de gobierno en manos del nuevo presidente de la República Popular Liu Shaoqi y del secretario general del Partido Deng Xiaoping. A pesar de esto, Mao no se resignaría a perder su influencia y su autoridad. Consciente de cómo Jrushchov había repudiado la figura de su antecesor Stalin en la Unión Soviética, y viendo que Liu y Deng parecían buscar una mejora en las relaciones con Moscú, Mao veía la evolución política de China a principios de los años 1960 como una traición a los ideales revolucionarios. De manera sorprendente, dada su edad avanzada y su falta de apoyos entre los miembros importantes del Buró Político, las ambiciones de Mao darían lugar a una enconada lucha por el poder que acabaría devolviéndole la autoridad absoluta y encumbraría de nuevo su imagen pública como líder indiscutible del régimen. Este retorno al poder se produjo a través de una enorme campaña de reafirmación ideológica, la Gran Revolución Cultural Proletaria, en la que se alentó al ejército y a los jóvenes a condenar a todos aquellos cuyos actos se apartaban de la ortodoxia del espíritu revolucionario.

La violencia extrema de la campaña condenaría al ostracismo a la mayor parte de dirigentes del partido y a los intelectuales, quienes, acusados de derechistas y contrarrevolucionarios, desaparecerían de la vida pública durante varios años. Muchos de ellos, como el propio Liu Shaoqi, morirían como consecuencia de los malos tratos sufridos.

La puesta en marcha de la Revolución Cultural y el retorno al poder de Mao no habrían sido posibles sin el apoyo de dos figuras fundamentales en ese momento histórico: Lin Biao, militar fiel a Mao que se había convertido en ministro de defensa en sustitución de Peng Dehuai, y la propia esposa de Mao, Jiang Qing, que años más tarde encabezaría la llamada Banda de los Cuatro. Tanto Lin Biao como Jiang Qing se servirían del prestigio de Mao para atacar a los otros dirigentes del partido, y promover así sus propias aspiraciones a la sucesión en el poder. Así, la Revolución Cultural sería el fruto de la combinación de, por una parte, los deseos de Mao de recuperar su protagonismo político y, por otra, de las ambiciones de poder de personas que ocupaban puestos poco relevantes en la jerarquía del partido.

El ascenso de Lin Biao en la jerarquía de poder había comenzado tras la defenestración de Peng Dehuai en la Conferencia de Lushan de agosto de 1959. En aquella reunión de los miembros del Comité Permanente del Buró Político, Peng criticó abiertamente a Mao por el fracaso del Gran Salto Adelante y éste, que aunque apartado entonces de la jefatura de estado conservaba sus cargos como líder del partido y del ejército, forzó su destitución. Fue Lin Biao, como uno de los militares de más prestigio del Ejército Popular de Liberación y leal a Mao, quien reemplazó a Peng como ministro de defensa y como líder máximo del ejército. Desde esa posición de poder en el ejército, Lin inició una serie de medidas para reforzar la fidelidad ideológica de los soldados al Partido y, muy en especial, al propio Mao.

Con este fin, en 1963, Lin Biao recopilaba un pequeño libro titulado Citas del Presidente Mao (en alusión al rango de Mao como presidente del Partido Comunista). Este libro contenía una recopilación de los discursos más importantes pronunciados por Mao Zedong y sería conocido popularmente como el libro rojo de Mao. Otro libro que se convertiría en obra de referencia obligada de los jóvenes soldados del ejército sería el Diario de Lei Feng. Lei Feng había sido un joven militar fallecido del que se dijo que había escrito un diario descubierto tras su muerte. En el diario, Lei Feng describía su esfuerzo constante por servir al pueblo y al partido, siempre siguiendo las enseñanzas del presidente Mao. Aunque hoy en día sabemos que el Diario de Lei Feng había sido escrito por los servicios de propaganda del ejército, en aquel momento el ejemplo de Lei Feng tendría una enorme influencia sobre la juventud china. Entre 1964 y 1971, también se produjeron historietas de intención pedagógica y amplísima tirada para intentar llegar al máximo número posible de lectores.6 Todas estas obras se convirtieron en los instrumentos de adoctrinamiento político de los jóvenes integrados en el Ejército Popular de Liberación, sometido a la autoridad de Lin Biao y a la fidelidad ideológica a Mao.

Lanzamiento de la Revolución Cultural

Mientras Lin Biao alentaba el culto a la personalidad hacia la figura de Mao, su esposa Jiang Qing, antigua actriz implicada en la vida cultural del país, promovía la defensa de los ideales revolucionarios en la producción artística. Precisamente a través de un ataque a una obra literaria se desencadenaría la Revolución Cultural. En 1961, Wu Han, escritor de prestigio y vicealcalde de Pekín, había publicado una

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