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República Popular China

Trabajo 2 de Junio de 2023

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                                                             Portada

Índice

Introducción

A lo largo del siglo XX, la mirada hacia China desde el mundo occidental ha sido de superioridad y condescendencia, ese gran poder venido a menos. No obstante, en las últimas décadas, China se ha revelado al mundo como el experimento socialista más exitoso de la historia, capaz de competir con Estados Unidos en todos los ámbitos, quizás con la excepción del militarismo. Esto no es meramente fruto de la casualidad o del momento histórico, responde a un plan de China, a su modelo político y social. El objetivo final de este plan es volver a poner a China en el centro[1], posición que ha mantenido gran parte de la historia de la humanidad. Las metas más evidentes serían liderar el mundo en avances tecnólogicos, y,a partir de ahí, marcar la pauta comercial. Esta realidad tangible nos pone frente al espejo como modelo de sociedad. Mientras que hemos crecido en un mundo que pretendía hacer encajar a China en su marco internacional de mercado e instituciones, pareciera que no está claro hoy quién deba adaptarse a quién. Este trabajo pretende revisar los hitos políticos, económicos y sociales en su historia reciente para entender, dentro de lo posible, su situación actual y su posible proyección al futuro. Más particularmente los cambios que han tenido lugar durante el mandato de Xi Jinping, sin centrarme en su figura, por ser los que están vigentes y en constante evolución, también es esencial tener en cuenta que estos cambios son los que sientan la pauta de la China del siglo XXI.

  1. Contexto histórico reciente

Es necesario realizar un breve recorrido por la historia reciente para entender        las aspiraciones de una sociedad como la China, su relación con los países occidentales y los factores socio-políticos derivados de cada etapa. Este repaso es necesario para establecer el marco en el que China quiere alejarse de los errores cometidos en el pasado reciente y reconectar con su más lejano y glorioso pasado.

  1. El siglo de la humillación

Las sociedades modernas utilizan la memoria histórica como una herramienta política e ideológica para impulsar el proceso de construcción del estado. Las ideas y significados, los mitos y los hitos que constituyeron el pasado han sido trastocados, exagerados o manipulados por las élites para dar forma a la estructura de identidad del individuo en la sociedad, de esta manera se configura cómo se ve un estado a sí mismo, cuáles son sus intereses y qué grupos sociales se consideran más afines a los proyectos del estado, entre otras cosas. Asimismo, los grandes acontecimientos históricos permiten a los líderes fortalecer la cohesión social, legitimar sus decisiones políticas o movilizar el apoyo popular. En pocas palabras, moldear determinados factores históricos es influir directamente en la dinámica interna de las sociedades y los estados.

El llamado “siglo de la humillación” se ha convertido así en uno de los mitos de la identidad nacional de China. Hablamos del período entre la Primera Guerra del Opio (1839-1842) y la proclamación de la República Popular China (1949). Durante este período, China fue conquistada por grandes potencias que dividieron territorialmente el país mediante la firma de tratados desiguales. Aunque hoy en día es muy utilizado, el concepto se originó en las primeras décadas del siglo XX. Los diferentes actores que gobiernan China han usado el discurso de la humillación nacional para proteger sus propios intereses.

En la actualidad, este tipo de pensamiento sigue siendo muy común en la historiografía del PCCh. Según los argumentos de Wamik Vulkan, el partido utiliza el "trauma elegido" y la "gloria elegida" para facilitar el proceso de construcción de la nación y legitimar su poder. El uso del pasado, difundido a través del sistema educativo, los museos, los libros de texto o los medios de comunicación, recuerda a la sociedad cómo era el Imperio Central en un siglo de humillaciones, quién era el “enemigo” y quién el “héroe”.

Fue en 1943 cuando la palabra "siglo" comenzó a introducirse en el discurso, creando el concepto del "siglo de la humillación" que conocemos hoy. Este cambio también tiene un contexto político, ya que "El Siglo" implica implícitamente que el trauma vivido ha terminado. Chiang Kai-shek usó ese año porque se reunió con Estados Unidos y Gran Bretaña en pie de igualdad en la Conferencia de El Cairo y concluyeron los tratados desiguales. De esta forma, el Kuomintang se posicionó como un gran héroe nacional.

Pero los nacionalistas fueron derrotados en la guerra civil y la humillación nacional volvió a cambiar de manos. En 1949, cuando se fundó la República Popular China, Mao Zedong se proclamó salvador de la nación china.

Hoy en día, el uso de la humillación nacional sigue siendo muy común en la escritura de la historia del PCCh. De hecho, Xi Jinping pronunció su primer discurso sobre el "Sueño chino"[2] en el Museo Nacional de China, que muestra la historia del gigante asiático desde la primera Guerra del Opio hasta la segunda Guerra Sino-Japonesa. En este contexto, y refiriéndose a las "dificultades y sacrificios extraordinarios" experimentados por el pueblo chino, Xi Jinping llamó a superar el lastre del pasado para lograr "el gran rejuvenecimiento de la nación china" y "convertirla en una próspera sociedad socialista moderna". país" "poderoso, democrático, civilizado y armonioso".

  1. Eslóganes e ideario

Entendamos que para aproximarnos a lo que tengan en común los miembros de la diversa sociedad china no está articulado solamente por un territorio y una lengua, demasiado amplio el uno y demasiado diversa la otra, es necesario entender las directrices y las pautas[3] que marca el discurso del PCCh para homogeneizar las percepciones y aspiraciones de la sociedad. Para ello, analizaremos estos cuatro eslóganes del PCCh:

  • El sueño chino
  • La prosperidad común
  • El pueblo chino se ha puesto en pie
  • Una sociedad armoniosa

  1. El sueño chino

La narrativa principal incluye la lucha del pueblo y la necesaria unidad frente a las dificultades y enemigos internos y externos. Podría decirse que el sistema de educación y propaganda de China todavía hunden sus raíces en el lema comunista de "la lucha del pueblo". Metas como el rejuvenecimiento nacional solo se pueden lograr si todas las personas trabajan juntas por el bienestar del país. La comunidad de futuro compartido que persigue toda la sociedad es el llamado sueño chino. El concepto, promovido por Xi Jinping desde finales de 2012, es ahora una referencia obligada en las consignas del partido, las declaraciones de los políticos y los medios del régimen. Si atendemos a la doctrina[4] oficial  sueño de China se basa en el socialismo, el esfuerzo colectivo y la búsqueda de modernización. Es importante tener en cuenta que “rejuvenecer” en este contexto significa recuperar el orgullo, la influencia y el prestigio de la nación(imperio) de China. Quizá sea innecesario señalar el paralelismo que se establece con “the american dream”, pero esta vez con un sistema socialista con características chinas.

  1. Prosperidad común

El concepto general de lograr una "sociedad moderadamente acomodada" ha ido concretando el objetivo de construir un estado de bienestar al estilo chino que satisfaga las necesidades más básicas (vestimenta, alimentación, vivienda...). En lugar de abandonarlo, el xiismo ha revivido y absorbido el concepto de "prosperidad común", que se articuló durante la era de Mao y ahora está directamente relacionado con la búsqueda de un desarrollo del bienestar.

Para Xi Jinping, la prosperidad común es el requisito esencial del socialismo y una característica importante de la modernización del modelo chino. Por otro lado, su implementación buscará fortalecer a largo plazo los cimientos  del partido mediante la formulación de políticas enfocadas a promover el bienestar a través de la redistribución de la riqueza. La mencionada configuración de una sociedad con un mayor nivel de justicia social es una de las principales dinámicas políticas que hacen que China avance hacia la meta de su segundo centenario (2049).

El origen de la palabra se remonta a 1953, cuatro años después de la fundación de la República Popular China, el desarrollo de grupos de ayuda mutua y cooperativas en un contexto marcado por la colectivización y, por tanto, asociado a la propiedad colectiva.

No debemos ignorar que este lema vino desde 2021 acompañado de una campaña regulatoria contra importantes órganos del partido, el sector privado y los medios de comunicación. Podemos considerar que esta estrategia va de la mano de cuatro objetivos extraoficiales[5]:

  • Centralizar el poder y la toma de decisiones, en este sentido las políticas xiístas son contrarias a las denguistas. Se reduce la autonomía de los gobiernos locales y se promueve la presencia y autoridad del gobierno central a mayor escala por todo el territorio. Todo lo decidimos todos y todos somos el partido.
  • Reducir la presencia de fuerzas capitalistas dentro del partido y ejercer mayor control sobre el sector privado. Las políticas permisivas con los empresarios en cuanto al comercio libre y a la autonomía del sector privado, que en parte permitieron el desarrollo del país a principios del s.XX, se estrechan y se vinculan con el alto funcionariado del PCCh
  • En tercer lugar, ligado al punto anterior, se pretende purgar a adversarios en el seno del PCCh. Bajo la excusa de la campaña anticorrupción, que veremos más adelante, se alejan de posiciones de poder a facciones no afines a Xi, como la de Jiang Zenmin, por ejemplo,  cuyos funcionarios están muy ligados a los sectores financiero, tecnológico y judicial.
  • Por último, bajo el mismo paraguas, se aumenta el control sobre narrativas que puedan tener una repercusión negativa en la opinión pública. Se empieza a acaparar mayor cuota del discurso que se difunde en medios de comunicación y redes sociales para “promover la prosperidad común en el espíritu del pueblo”. El Consejo Nacional de Desarrollo y Reforma en 2021 publica una normatica que prohíbe la inversión privada en plataformas de contenidos audiovisuales que ofrezcan contenido “relacionado con asuntos políticos”. Este hecho ejemplifica muy bien como se le come terreno al sector privado y se declara político todo lo “común”.

  1. El pueblo chino se ha puesto en pie

El 1 de octubre de 1949, Mao Zedong anunció la fundación de la República Popular China en la Plaza de Tiananmen, Xi Jinping aludió a este lema en el 100 aniversario del PCCh en 2019 y añadió: "Ninguna fuerza puede afectar el estado de China, ni puede detener el progreso del pueblo chino y la nación".

Este eslogan se ve renovado por el nuevo rol del China en el ámbito internacional y da pie a la toma de conciencia de la sociedad como un poder relevante en el mundo. A esto, que coincide con el comienzo de la guerra comercial con EE.UU, unido a la toma de decisiones como la exclusión de la lengua inglesa como materia obligatoria, alimenta lo que Xi Jinping denomina “confianza cultural”. Que consiste en sacudirse la vergüenza y abrazar valores y estéticas tradicionalmente de China.

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