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La historia del continente africano


Enviado por   •  15 de Diciembre de 2015  •  Resúmenes  •  2.101 Palabras (9 Páginas)  •  893 Visitas

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5. Historia

La historia del continente africano es en gran medida desconocida todavía para Occidente. Todas las culturas humanas son históricas, pero dado que la humanidad del negro africano fue puesta en cuestión desde la perspectiva racista occidental, algo útil para justificar la legalidad de las acciones de dominación cultural, su historia fue asimismo negada. Además, la falta de tradición escrita en muchas culturas africanas hizo que fuesen consideradas ahistóricas, cuando la escritura no es el único elemento productor de historicidad.

5.1. Antes de la colonización

Antes de la colonización pueden distinguirse las siguientes etapas en la historia africana[1]:

  • El período antiguo
  • El período clásico
  • El período predador

El período antiguo comprende la etapa situada entre el IV milenio a.C. hasta el siglo VIII aproximadamente.

En esta etapa aparecen las primeras sociedades conocidas. Las civilizaciones más antiguas que se conocen de África se situaban en el área central del Valle del Nilo. Eran civilizaciones como la Kush (Nubia), la Axum, la Sabea o la de los antiguos egipcios. Se trataba de reinos con una organización social, política y religiosa avanzada.

Además, en le época en que Europa se hallaba en la alta Edad Media, existía una serie de imperios africanos al oeste de Sudán, que formaban ya desde la prehistoria una unidad cultural. Ocupaban un lugar importante en el comercio transahariano, entre el este y el oeste, y también entre las culturas mediterráneas del norte y las regiones del Golfo de Guinea, que eran ricas en materias primas.

El período termina con la desintegración del sistema nilótico egipcio-kushita, el repliegue axumita frente a los sasánidas y la desintegración romano-bizantina al norte del Sáhara.

En el siglo XI tuvo lugar la islamización en el norte de África. El contacto islámico coincide un fuerte dinamismo endógeno, que se desarrolló desde los siglo VII-VIII hasta los siglos XV-XVI, lo que se considera la fase clásica. El islam fue impulsado en un inicio por los árabes y poco después por los sudarábigos, iranios e indios, alcanzando toda la sabana sudanesa y la costa oriental. Pentró de forma desigual en el continente, desde el siglo VII hasta el siglo XVI, pero con una intensidad ascendente.

En el período clásico, en el medio y alto Níger se encontraban los antiguos reinos de Ghana, cuyo apogeo se alcanzó en los siglos IX y X. Destacan el reino de Mali, el segundo de los estados forjados en el Sahel, caracterizado por una centralización muy fuerte (con leyes que uniformaban un área del tamaño de Europa occidental) y el de Songhai, desde comienzos del siglo XV hasta finales del siglo XVI, que surge tras independizarse de Mali, y que fue uno de los mayores imperios islámicos de la historia.

De origen posterior es el reino de Kanem-Bornu, que pervivió desde el siglo XIV hasta la década de 1840, y cuya expansión está ligada al desarrollo del comercio transahariano; y el reino de Oyo, un estado yoruba que ocupó lo que hoy es el oeste y el norte de Nigeria y que  fue una potencia regional entre mediados del siglo XVII y finales del siglo XVIII. También destacan los reinos o ciudades estado independientes hausa o haysa, situados entre el río Níger y el lago Chad y que emergieron en el siglo XIII como destacados centros comerciales, compitiendo con el Imperio de Kanem y el Imperio de Mali.

En el área central y meridional del continente, el pueblo bantú se hace sedentario y funda un núcleo en el Congo, en la desembocadura del río al noroeste de Angola. Son los reinos de Congo, Kuba, Luba, Lunda, Balimeké, Bamoun, Monomotapa y de Batua; la mayoría posteriores al siglo XI. Los bantú fomentaron el desarrollo de las artes y las construcciones de tipo monumental.

El período predador, se extiende entre los siglos XV y XVIII aproximadamente. Fue una etapa de independencia respecto a Europa, sin que esto signifique que no tuviesen relación con el mercado internacional, pero también de gran crispación interna. La trata de esclavos dominó la relación entre africanos y europeos. Destaca el caso de los portugueses, que sufrieron una elevada pérdida de efectivos militares al intentar capturar africanos por lo que optaron por el intercambio de mercancías mediante acuerdos con los poderes políticos africanos. Pero esta trata también determinó las relaciones económicas, políticas y sociales entre los propios estados africanos. Dio así comienzo un clima de violencia en el que la guerra entre estados fue habitual. Era habitual incluso que dentro un mismo estado existiese una aristocracia militar que se encargaba de la captura de esclavos, siendo la población campesina la principal víctima.

Es por tanto un período de crisis generalizada, tanto de las estructuras como de la demografía, que era descendente, y cuya predación alcanzó el punto álgido en el siglo XIX, con el fin de la trata de negros pero con la llegada de la dependencia a manos del sistema colonial.

5.2. Colonización

Hasta el siglo XIX África era muy poco conocida para el resto del mundo, más allá del tráfico de materias primas y esclavos con las compañías comerciales de Europa en los centros costeros, y de la creación de enclaves también en la costa para facilitar el comercio europeo con Oriente. El interior del continente permaneció prácticamente olvidado. Sólo en la región del Cabo se instalaron los holandeses, llamados Boers, que después fueron sustituidos por los ingleses. Únicamente algunos misioneros y contadas expediciones se adentraban en el interior, y éstas trataron de ser fomentadas a partir de 1786 con la constitución en Londres de la Asociación Internacional Africana.

En el siglo XIX crecen los intereses políticos y económicos de las potencias europeas, cuyo desarrollo industrial lleva a que dirijan su mirada hacia África, en busca de determinadas materias primas como los cultivos tropicales (aceites vegetales, especias, plátanos, azúcar, cacao…) y minerales (cobre, manganeso, hierro…) lo que las lleva a la paulatina colonización del continente.

A mediados del s. XIX Francia controlaba parte del área central y oriental (Senegal), Inglaterra, Gambia y Sierra Leona en la Costa de Oro y Portugal: Angola y Mozambique.

En la segunda mitad del siglo XIX comienza la colonización del interior. El imperialismo lleva a que en la Conferencia de Berlín (1884), convocada por Bismarck, se determinen las zonas de influencia colonial, repartiendo el continente africano entre los estados europeos para su explotación minera, agrícola y comercial. Asimismo, se establecieron reglas para la colonización de nuevos territorios, decidiendo que aquella potencia que poseyese la costa le correspondía la ocupación hacia el interior. Así, Gran Bretaña, Francia y Alemania se apropiaron de territorios muy extensos, y en menor medida España, Bélgica, Italia y Portugal.

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