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La masonería mexicana: orígenes y características


Enviado por   •  23 de Agosto de 2013  •  Informes  •  2.542 Palabras (11 Páginas)  •  367 Visitas

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La masonería mexicana: orígenes y características

En México los historiadores constatan la presencia de esta institución al menos desde la época de la independencia nacional, aunque las narraciones sobre la temática francmasónica apuntan a los aspectos políticos más que a los herméticos. Así, leemos por ejemplo, de Josefina Zoraida Vázquez:

“Como el único grupo político que contaba con una cierta organización era el de los masones escoceses, [Guadalupe] Victoria se empeñó en prestar su apoyo a la creación de una nueva logia que sirviera de contrapeso. La logia de York fue fundada en 1825 por algunos de los federalistas radicales como Alpuche, Zavala, Guerrero, Ramos Arizpe. Las logias fueron asociaciones básicamente políticas, a las que sólo la Iglesia se empeñó en dar otro carácter”.

Josefina Zoraida no abunda en la indagación de procesos particulares, actores sociales específicos y eventos históricos del segmento masón. Esta historia se queda sólo en la rápida descripción de la intervención de la masonería en las jugadas políticas entre conservadores y liberales (masones escoceses y yorkinos respectivamente). Por lo regular las historias sobre esta asociación son de carácter general, es decir, no abundan en especificidades internas. Debido a la dificultad de acceder a los archivos de las logias es que aún no se pude escribir una historia crítica de estas instituciones en nuestro país, así que no tenemos muchas fuentes confiables sobre el tema (Urias, 2004:87-119) . Lo interesante de la narración de Josefina Zoraida es que define a la masonería como “asociaciones básicamente políticas”. Esto deja ver que la posibilidad de vindicación civil de la masonería no era solamente hacia el interior de las logias, sino que los efectos de la iniciación en esta institución, tenía irremediables efectos en la vida pública del país.

También es contundente la última parte de la cita en la que Josefina Zoraida afirma que sólo la Iglesia se empeñó en dar otro carácter a la masonería. Con ello queda también abierta la posibilidad de indagar más sobre esa relación Iglesia-masonería que no fue del todo cordial, cuando menos en México en el siglo XIX.

Moisés González Navarro en una de sus obras denominada Masones y Cristeros narra el enfrentamiento ente dos grupos encontrados ideológica y políticamente en Jalisco . Tras un arduo análisis de sus fuentes y una magnífica exposición de las controversias entre masones y cristeros al interior de sus propias organizaciones, Moisés González concluye su trabajo con la advertencia de las divisiones internas por cuestiones de clase y nacionales “tanto las mexicanas con respecto a las logias norteamericanas, como internamente en el caso de las mexicanas.” La misma afirmación dedica para los cristeros, es decir, también entiende que este grupo se dividió internamente por razones de clase, (además de razones personales) señalando esta división como urbano-rural, justo en el momento en que la hacienda tradicional atraviesa por su ocaso, como una institución ya inoperante en el desarrollo económico de México. Finaliza Moisés diciendo que:

“La Iglesia católica queda a salvo de su alianza trisecular con la hacienda, en coincidencia con la declaración de sus creencias religiosas por Manuel Ávila Camacho al asumir la presidencia en diciembre de 1940. Por su puesto, este libro es una aproximación a este importante asunto; sin duda la consulta de los archivos masónicos, los de la Secretaría de la Defensa Nacional, y los archivos parroquiales y municipales y de los arzobispados, iluminaran esta cuestión” (González Navarro, 2000:11-12)

Sara A. Frahm, plantea el tema de la masonería y la religión (cristiana-católica), en México como un problema clasista:

“La Cruz y el Compás, ¿Qué representan? ¿Cuáles son sus conflictos? ¿Será posible para un hombre o un país abrazar ambas representaciones? ¿Y si fuera el caso, por qué hacerlo?”. Para dar respuesta a estas preguntas, Frahm revisa “los fundamentos históricos de la francmasonería, así como su filosofía y creencias [analizando] la oposición de la iglesia Católica a estas creencias, tanto de manera general como respecto a México, en forma más específica”.

Frahm comenta que la llegada de la Masonería a México se da justo con el arribo de las tropas españolas llegan a proteger al país en 1806 contra la invasión inglesa y aparece entonces además el problema nacionalista:

“Muchas de estas tropas pertenecían al rito escocés y eran de tendencias liberales, sostenían un movimiento constitucional y la reforma clerical. Los pocos mexicanos que habían sido admitidos pertenecían a familias nobles. En 1821 surge una división ente las logias. El General Bravo funda nuevas logias que eran exclusivamente mexicanas”.

Apunta Frahm que el esfuerzo por sofocar el movimiento independentista mexicano trajo consigo desde España mas logias que pretendían establecer un sistema representativo de gobierno en España, además de la reforma clerical. Explica también que estos masones españoles venían de un ambiente de agitación en donde estos clubes liberales estaban “llenos de políticos”, esto influyó patentemente en la posterior masonería mexicana. Señala también esta autora a O’Donoju (el último Virrey español) como un gran impulsor de la masonería que, aunque de poca duración como Virrey, se hizo acompañar del médico Manuel Codornú y llegaron a fundar nuevas logias y fortalecer las ya existentes.

“Codornú era el editor del periódico El Sol, cuyos objetivos eran defender el Plan de iguala y esparcir los principios liberales establecidos en España. Uno de los objetivos primordiales era excluir a los curas de la educación y de acuerdo con Alamán, sus ideas fueron las responsables de la persecución de los jesuitas y de la creación de las escuelas lancasterianas”

Frham pone de manifiesto las relaciones que se dieron entre el Estado y la masonería, así como el consiguiente anticlericalismo que se experimentó desde la primera etapa del siglo XIX y que se acentúo todavía más en la recta final de ese siglo.

“En mi opinión, las dos razones más importantes para el crecimiento de la masonería son en primer lugar la falta en que incurrió la Iglesia Católica romana al no acudir a las Escrituras, como una base para rechazar a la masonería y en segundo, el fuerte impulso por parte de los liberales, por encontrar una estructura que pudiera competir con el poder e influencia de la Iglesia católica romana. Muchos vieron así a la organización de la masonería. La confidencialidad

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