Las Dos Culturas

Aclaración sobre “dos culturas” y la “controversia sobre el método”

La expresión las “dos culturas” fue utilizada por primera vez por el antropólogo C.P. Snow en una conferencia dictada en Inglaterra en 1959 en la que caracterizaba el mundo académico. En esa conferencia Snow planteaba que una parte de los profesores e investigadores más ligados a las ingenierías o las ciencias exactas enfatizaba el trabajo del entendimiento, de la razón, de la verificación empírica. Otra porción de ese mundo, ligada a las humanidades, al arte privilegiaba la imaginación, la sensibilidad, la creatividad. Snow llamó a estas dos modalidades (que son culturales en el sentido de que existe una comunidad que comparte valores y significaciones)“ cultura científica” y “cultura humanística” respectivamente. La imagen, aunque algo exagerada, es útil para aproximarnos a comprender el mundo de los científicos y el modo preferente de abordar los objetos de estudio. La idea de las “dos culturas” es retomada por el antropólogo Clifford Geertz, quien procura romper la dicotomía.

Repasemos: la comunidad que pertenece a la “cultura científica”, esto es, los académicos ligados a las ciencias naturales se proponen una verificación rigurosa de sus afirmaciones y una fuerte coherencia lógica entre los enunciados científicos producidos. Mientras tanto, los artistas, los literatos que según Snow integran la “cultura humanística” ponen en juego la imaginación y la creatividad ante todo. Pero ahora bien ¿dónde ubicar a las ciencias sociales? Según Wallerstein desde su nacimiento se encuentran “a caballo” entre ambas culturas, “tironeadas” por ambas. Recordemos que se desprenden tarde de las humanidades y miran con beneplácito a las ciencias naturales pero advirtiendo que no pueden operar exactamente de la misma manera. Algunas disciplinas se han inclinado más por la cultura científica mientras otras lo han hecho por la cultura humanística. Esto fue así, desde que las ciencias sociales se institucionalizan. La economía, la ciencia política y la sociología quedaron ubicadas en la orilla “científica”, mientras el resto de las ciencias sociales (antropología, historia) se encuadra en la “cultura humanística”. Ustedes habrán apreciado que la idea de Wallerstein es que las ciencias sociales hoy deben ser capaces de disolver, superar tal dicotomía. Pero ¿cómo juega aquí la “controversia por el método”?. Mientras que la “cultura científica” se inclina más por el llamado “método científico” -que Wallerstein llama nomotético porque se basa en la formulación de leyes (que en griego se dice nomos), las disciplinas más ligadas a las humanidades se inclinaron a la interpretación que Wallerstein llama ideografía. Sería sin embargo errado pensar que las disciplinas asumieron homogéneamente un método. Por ejemplo en la economía, si bien predominó

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