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Lección 4 – Entre levitas y chiripás: la educación en el periodo post-independentista.


Enviado por   •  27 de Septiembre de 2018  •  Apuntes  •  1.561 Palabras (7 Páginas)  •  4.654 Visitas

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Lección 4 – Entre levitas y chiripás: la educación en el periodo post-independentista.

La revolución y la independencia fueron signos claros de la voluntad política para construir un nuevo orden social, pero no eran suficientes para instituir un Estado.

Período de 1820, luego de la batalla de Cepeda, a 1850 con el final del orden rosista; donde todavía no se había conformado ni el Estado nacional ni su sistema educativo. En estas tres décadas se asentaron antecedentes importantes para la historia de la educación. Este período formó parte de una transición hacia una forma moderna de organización social basada en los principios políticos liberales y económicos capitalistas, fue un tiempo en el que se tomaron medidas y en el que hubo escuela, pero no existía un sistema educativo. 

Muchos investigadores calificaron al período de las autonomías provinciales y de los caudillos como una etapa anárquica, la figura del caudillo encendió polémicas y posiciones encontradas. La producción de estereotipos en torno a la figura del caudillo permeó las representaciones sobre la historia de la educación del período, donde se ubicaban de un lado lo urbano y lo ilustrado y del otro lado, lo rural y lo bárbaro.

La educación se dio en el marco de las luchas entre unitarios y federales, por la política rivadaviana y por el rosismo, quienes tomaron a la educación como cuestión a discutir.

El desembarco de la modernidad pedagógica: la Batalla de Cepeda donde se enfrentaron el gobierno porteño y los caudillos del Litoral marcaron la caída del poder central. La imposibilidad de constituir un gobierno central provocó que cada provincia se gobernara a sí misma y entrara en relación con las otras a través de pactos interprovinciales. En este escenario fragmentado, la educación seguía siendo una preocupación política, y las provincias compartían la idea de que la educación era la herramienta para fortalecer el lazo social en la nueva sociedad posrevolucionaria.

Bernardino Rivadavia, fue una figura decisiva en la política de estos años, con las reformas que planteaba pretendía modernizar a la sociedad y organizarla sobre las bases del liberalismo, teniendo como modelo a la sociedad europea. Rivadavia fue uno de los pocos que promovió una educación moderna y accesible para todos, sin embargo para otros diseñó una política educativa moderna, pero alejada de los problemas y las necesidades de la sociedad.

La universidad estaba bajo el control del estado, el cual alentaba un nuevo programa de enseñanza centrado en la ciencia y en la formación de sus funcionarios. Todos los niveles fueron incorporados a las Universidades, las cuales estaban divididas en seis departamentos: primeras letras, estudios preparatorios, ciencias exactas, medicina, jurisprudencia y ciencias sagradas.

El método Lancaster debía ser aplicado en las instituciones educativas públicas y también en las privadas, este método consistía en atender a los niños de los trabajadores que migraban desde el campo a las ciudades en busca de nuevas fuentes de trabajo. La base de este sistema era la enseñanza a un grupo de niños a través de otros niños; el docente era quien regulaba todos los movimientos y conocimientos de los niños que enseñaban. El Lancaster era un sistema codificado, los tiempos y los movimientos de todos los estudiantes debían ser pautados. Este método presentaba dos ventajas: garantizaba la masividad y el costo de su implementación resultaba factible. El sistema Lancaster deja de lado los viejos métodos de enseñanza y aplicación de castigos, y promueve las buenas conductas y se basa en una lógica que incluía premios y castigos. 

En síntesis, el sistema lancasteriano representó un signo de la modernidad en la educación. Era una estructura racionalizada de las relaciones pedagógicas.

Al llegar este modelo a Hispanoamérica se tuvieron que hacer varias adaptaciones y traducciones. El estado desplazó a la sociedad del terreno educativo, pero no hizo que la sociedad perdiera interés por la educación.

Rivadavia también implemento la educación de las mujeres. En 1823 se crea el decreto Sociedad de Beneficencia, la cual tendría a cargo inspeccionar las escuelas de niñas, dirigir e inspeccionar la Casa de Expósitos, la casa de partos públicos y ocultos, el Hospital de Mujeres, es decir, todo establecimiento público dirigido al bien de las mujeres. En 1826 la sociedad se unió a la campaña y se comenzaron a fundar las primeras escuelas para niñas.

La política de Rivadavia recibió fuertes resistencias relativas a la centralización ejercida desde a universidad y que ésta dependiera del gobierno, se cuestionó la existencia de distintos niveles de autoridad. El método Lancaster también recibió sus resistencias, no se incrementaban las tareas de enseñanza de los maestros, sino que además se recortaban sus ingresos, también se criticaba la figura del niño enseñante, porque ponía en entredicho la figura del maestro, ya que su presencia y lugar dentro del método ponían en cuestión en monopolio del saber, sus modos de circulación y las relaciones de poder dentro del aula.

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