Legislacion
adartse046 de Octubre de 2011
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En la 12ª. sesión ordinaria, celebrada la mañana del miércoles 13 de diciembre de 1916, el C. José Natividad Macías al hacer uso de la tribuna dijo: “En Veracruz, comiendo un día en la mesa del primer jefe, contaba yo esta historia: que la generalidad de los constitucionalistas que andan combatiendo con las armas en la mano, que quisiera comerse vivos a todos los frailes, la mayor parte de ellos son católicos, y un general que estaba en presencia nuestra me dijo; “tiene usted razón, aquí están mis escapularios y mi santo Cristo”. (Apuntaríamos que cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia y es que quienes estamos a favor de la laicidad no quiere decir que estamos en contra de la religión, simplemente delimitar en forma perfecta la “competencia” que tiene lo secular de lo religioso).
En la 13ª. sesión ordinaria, celebrada la mañana del jueves 14 de diciembre de 1916, el C. Román Rosas y Reyes dijo: “Permitidme que deje impreso este dilema en vuestra conciencia, como lo está en la mía:
¡Oscuridad o gloria!
¡Fuerza y poderío o abyección!
¡Ignorancia y servilismo para las razas futuras!
¡Independencia o yugo moral!”
El C. José María Truchuelo fue más severo en sus palabras durante la 15ª. sesión ordinaria, celebrada la tarde del sábado 16 de diciembre de 1916, cuando manifestó: “No debemos olvidar cuán es lo funesto de la obra del clero cuando ha tenido de dominio, cuando no se ha contenido su despotismo en nombre de los principios liberales y de humanidad.
No quiero hacer historia, sino citar unos cuantos casos. Recordad desde el año de 990, la matanza de los judíos; recordad todas las cruzadas, principalmente la cuarta, en que perecieron degollados ancianos, mujeres y niños; recordad las matanzas de albigenses, a los templarios quemados vivos; la guerra de los husitas; a Torquemada devorando a España con sus autos de fe; recordad que Velázquez, en Cuba, autorizó una persecución de indios por bandas enormes de frailes; recordad, señores, que la Inquisición fue establecida en México, y recordad que en 1562, se decía que en menos de medio siglo los frailes y los conquistadores habían aniquilado a más de doce millones de indios; recordad todas las sangrientas campañas originadas por el fanatismo; al duque de Alba, con su consejo de sangre; recordad la noche de San Bartolomé; París, León, Burgos, Tolosa; recordad que la Inquisición debilitó a España por el sinnúmero de víctimas causadas; recordad a Felipe II y el exterminio de 80 mil familias moriscas; recordad la famosa guerra de 30 años; recordad las persecuciones de los jesuitas, quienes, en una de sus actuaciones, hicieron perecer al infortunado Ripall entre los cánticos bárbaros de los frailes y las aclamaciones feroces del pueblo.
Señores, no necesitamos entrar en muchos detalles, porque está en la conciencia de todo el mundo y esta asamblea está perfectamente convencida de que siempre el clero ha tenido el dominio absoluto de las conciencias y el libertinaje para dirigir la instrucción y para hacer todo lo que le ha parecido, su acción no ha sido sino la más desenfrenada y despótica.
Señores, tal parece que no hemos tenido en debida cuenta el concepto de la libertad, enfrente de todas esas enseñanzas que nos proporciona la historia, en medio de todos esos grandes peligros que amenazan la destrucción de la humanidad y del pensamiento; sí, señores, del pensamiento, porque el clero siempre se ha opuesto a los empujes más vigorosos de la humanidad; recordad, si no a, Galileo, que por haber dicho una verdad científica, que el Sol no giraba alrededor de la Tierra, sino viceversa, fue condenado a las más grandes humillaciones, precisamente porque en la Biblia, que se decía escrita por Dios, se asentaba que Josué había detenido el curso
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