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Literatura Prehispanica


Enviado por   •  11 de Agosto de 2011  •  4.270 Palabras (18 Páginas)  •  1.362 Visitas

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LITERATURA PREHISPÁNICA EN MÉXICO

México es el país con mayor cantidad de hablantes del idioma castellano en el mundo. Sin embargo, 500 años después del traumático choque cultural que impuso allí la hegemonía del español, varios millones de individuos preservan en su territorio el uso de 56 lenguas prehispánicas sobrevivientes. Algunas de ellas van desafortunadamente en camino de transformarse en lenguas muertas, pero otras muchas incrementan su número de hablantes en cada nuevo censo.

El náhuatl es utilizado actualmente por un millón y medio de individuos que habitan en 16 diferentes estados mexicanos y algunos sitios de la vecina República de El Salvador. Las lenguas mayas, como el maya yucateco, quiché, cackchiquel, tzotzil y tzeltal, tienen unos cuatro millones de hablantes en territorios de México, Guatemala, Belice y El Salvador.

Sólo en el estado mexicano de Oaxaca, por ejemplo, la mitad de sus pobladores actuales habla alguno de los 16 idiomas nativos como el zapoteco, mixteco, chinanteco, mixe, etc.

En otras regiones son importantes el idioma otomí (en los Estados de México y Puebla), el totonaco (en Veracruz), o el tarasco (en Michoacán), por citar sólo algunos ejemplos.

Diversos trabajos antropológicos, etnológicos y lingüísticos desarrollados durante el siglo XX, sobre todo a partir de la Revolución Mexicana, permitieron que buena parte de la sociedad retomara contacto con una rica tradición de canciones, poemas y relatos que las comunidades indígenas habían preservado tenazmente a lo largo de varios siglos.

Se volvió entonces absurda la pretensión de fijar como inicio de la literatura mexicana la aparición de las "Cartas de Relación" de Hernán Cortés a los monarcas españoles, como solían sostener algunos tratadistas.

La persistencia de las etnias autóctonas a lo largo de la historia del país, y su presencia en la realidad social y cultural del México actual, obligan con toda justicia a reconocer que la literatura mexicana abreva en remotas fuentes de la cultura mesoamericana, muy anteriores a la irrupción del idioma español.

Aquella notable tradición prehispánica fue nutriendo, después del encuentro con los europeos y a través de varios siglos, una producción literaria indígena transcripta ahora en alfabeto latino. Esto se manifestó en obras del período colonial y del México independiente, hasta llegar a la actualidad.

Por otra parte, el avance de los estudios arqueológicos e históricos permitió recuperar e interpretar muchos antiguos textos. Se conservan actualmente en diferentes lugares del mundo, quince códices prehispánicos y 948 elaborados o copiados con posterioridad a la conquista, cuyo análisis ha permitido rescatar importantes muestras de la producción literaria autóctona.

En México se asiste actualmente a un renacer de la literatura en lengua indígena, lo que ha propiciado incluso influencias sobre la obra de grandes autores contemporáneos en lengua española como Juan Rulfo, Octavio Paz o Carlos Fuentes, por citar sólo algunos de los más afamados.

Por todo ello, consideramos imprescindible iniciar este espacio de nuestra página con una referencia dedicada a la literatura mexicana prehispánica.

La literatura indígena anterior a la Conquista

La cultura había alcanzado un notable nivel de desarrollo en amplias áreas del actual territorio mexicano para la época de la invasión española.

Lo que podríamos llamar literatura prehispánica tenía allí importantes manifestaciones sobre todo en lengua náhuatl y otras del tronco maya.

Las composiciones literarias se conservaban de modo oral, pero en muchos casos se recurría a la interpretación de lo que aparecía pintado en lo que se denominaba en náhuatl un amoxtli, libro indígena elaborado con largas tiras de papel amate o cuero de venado plegados, que contenían dibujos picto-glíficos muy desarrollados y que permitían evocar los cantos y relatos a los que estaban capacitados para interpretarlos.

Los mayas consiguieron desarrollar una escritura glífica de carácter logosilábico, es decir que combinaban signos o glifos que representaban un concepto o pensamiento con otros que fonéticamente registraban sílabas. Con ellos podían escribir textos labrados sobre piedras, o pintados sobre cerámicas y libros.

Lamentablemente, no ha llegado hasta nosotros evidencia física de ninguno de sus libros aunque se sabe que existieron. Subsisten en cambio, gran cantidad de textos en piedra labrada y cerámica. Los mayas desarrollaron también una profusa tradición oral de cantos y relatos.

La escritura maya no ha sido totalmente descifrada aún. Algunos lingüistas como el ruso Yuri Knorosov sostienen que el sistema comprendía unos 300 signos ideográficos, combinados con otros fonéticos y los de un tercer tipo que sin ser leídos ayudaban a precisar el sentido de las palabras.

La escritura de los nahuas y mixtecos, también era logosilábica pero muy inferior a la maya, por lo que entre ellos la oralidad debe haber alcanzado enorme desarrollo.

Todos acompañaban la escritura de sus símbolos con poderosas imágenes de fuerte contenido semántico, tanto en los monumentos labrados como en los objetos pintados.

El francés Jacques Soustelle en una obra clásica sobre la cultura mexica sostiene que "…el náhuatl posee todas las cualidades que exige una lengua culta…Se presta admirablemente a comunicar todos los matices del pensamiento…Era materia prima de selección para una literatura". Los habitantes de Tenochtitlán estaban orgullosos de su idioma y menospreciaban a quienes hablaban otras lenguas.

En la región nahua, era siempre un tlamatini o sabio indígena el encargado de interpretar los signos del amoxtli o libro de pinturas. Algunos de éstos eran denominados cuicamatl o libro de cantos.

Los "amoxtli" eran elaborados por artesanos especializados conocidos como tlacuilos y preservados en verdaderas bibliotecas denominadas amoxcalli.

El proceso de lectura e interpretación de lo que estaba pintado en un "amoxtli" se denominaba amoxohtoca, que suele traducirse como "seguir el camino del libro".

Los "tlamatini" poseían una notable retórica ya que habían sido formados en los calmecac, las escuelas superiores de nobles y sacerdotes indígenas.

Algunos de éstos tenían como función reunir a los hombres del pueblo o macehuales y enseñarles

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