ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Los Movimientos Sociales En La Era De La Globalizacion


Enviado por   •  1 de Septiembre de 2014  •  2.515 Palabras (11 Páginas)  •  454 Visitas

Página 1 de 11

Los movimientos sociales en la era de la globalización

Ildefonso Marqués Perales

El presente artículo tiene como propósito esbozar algunas de las conclusiones a las que he llegado en el marco de una investigación que ha tenido como objeto de estudio la globalización y los movimientos sociales. Para hacer más clara mi exposición he decidido despojar este artículo de la totalidad de las fuentes empíricas que lo acompañan. Debido a que combino el análisis sociológico, es decir, el estudio científico de las relaciones sociales, con la filosofía política, que se ubica como todos sabemos en el terreno de los valores, he considerado pertinente prescindir de los datos para otorgar más espacio a las reflexiones que he realizado sobre ellos.

A continuación, voy a tratar de presentar con la mayor síntesis y claridad expositiva posibles las ideas principales que, a mi juicio, hacen que la ideología neoliberal no se vea salpicada de las críticas que les hace el mal llamado movimiento antiglobalización[1]. Estimo que son estas ideas fuerza las que les dan toda su fortaleza a este nuevo pensamiento economicista, que presenta todas las características de un nuevo pensamiento dominante, por emplear la terminología á la mode en el pensamiento marxista de los años setenta.

El material empírico que las ciencias sociales han recogido hasta hoy en día demuestra de forma casi irrefutable que la globalización es un hecho y lo es porque sus efectos pueden percibirse de forma objetiva en todas las esferas de la actividad y experiencia humanas. Tanto en lo que se refiere al mundo económico financiero, como al mediático a al jurídico, todos los universos sociales han sufrido el impacto de este fenómeno y, como consecuencia, han sufrido profundos procesos de reestructuración.

No obstante, el que se halla iniciado en su forma neoliberal no significa que no pueda adquirir otro perfil en un futuro reciente, de la misma forma que pudo tenerlo en el pasado si la correlación de fuerzas entre los grupos sociales en liza hubiera variado. Ya que las acciones que emprenden los agentes individuales y colectivos no están determinadas en su totalidad, la globalización será el resultado del enfrentamiento de aquellos grupos que quieren hacerla pervivir, aquellos que quieren destruirla y aquellos que desean que tome una nueva configuración. Lo que nos queda más o menos claro es que el resultado de esta confrontación dependerá de las 'lentes' con las cuales leamos esta nueva realidad social. La naturaleza de los discursos que se formen alrededor del fenómeno no serán de ninguna forma neutra sino que su misma existencia tendrá como fin influir en la realidad que analizan. Se tratarán con toda seguridad de auténticas políticas de nombramiento[2], es decir, discursos poderosos que moldean la vida cotidiana, discursos que a la vez que nombran, ayudan a conferir existencia, a las cosas, personas y hechos que son supuestamente designadas o descritas.

Los grupos favorecidos por la globalización la mostrarán como un proceso benévolo al que simplemente hay que concederle tiempo para que mejore. Valgan todos los sufrimientos por alcanzar el objetivo final, pero está claro que mientras amplías capas de la población 'invierten' su salud, su formación y sus sufrimientos en hacer caminar a la globalización, ellos aumentan su riqueza, influencia y poder. Esta es su mejor arma y es un arma ideológica contra la que algo puede hacerse.

Los grupos que aspiran a erradicar la globalización adoptarán una perspectiva radical en el sentido que dibujarán la globalización como una etapa de exterminio y/o decadencia. No en vano estos movimientos sociales se dividen en dos grandes corrientes: una primera, proveniente de los países occidentales, muy sensible a las realidades del tercer mundo, que aboga por una simple ruptura con lo establecido y aspiran una vuelta a lo local (turn to local); y una segunda, ubicada en el tercer mundo o en las zonas más deprimidas del primero, que aspira a transformar in toto el orden establecido a pesar de que a ojos occidentales haya adquirido una forma exclusivamente tradicional. En el primer grupo podemos incluir a los pensadores Jonh Zerzan, gurú de los verdaderos movimientos antiglobalización, y David Noble, neoludita ex profesor de Harvard, obsesionado con la eliminación de la división del trabajo. El segundo grupo estaría compuesto, principalmente, por los islamistas radicales, aunque podríamos incluir una gran multitud de movimientos políticos pero de apariencia religiosa bajo esta clasificación.

Los grupos que desean trasformar la globalización sacarán a la luz todos los efectos nefastos que ésta produce: desempleo, desarraigo, mercantilización..., sin embargo, ellos no son los pilotos de la globalización. Su poder frente a las instituciones y agentes favorecidos por la globalización es minúsculo, más todo su futuro dependerá de las estrategias que sepan movilizar a su favor. A mi juicio, dada la experiencia histórica precedente, sólo será por mediación del Estado, por su apropiación y utilización, cuando estos cambios cobrarán carta de naturaleza. Quizá sea el sociólogo francés Pierre Bourdieu quién más ha insistido en esta línea y, de hecho, sus célebres escritos sobre la invasión neoliberal así lo atestiguan[3].

La corriente neoliberal, que se integra, lógicamente, en el primer grupo, ha pulido mejor sus argumentos[4]. Y lo ha hecho porque ha sabido reducir el 'universo de posibilidades', ha conseguido restringir nuestras elecciones cotidianas por lo que nos ha hecho inevitablemente menos libres. Sus conquistas son infinitas pero su principal fuerza reside en un conjunto de ideas que han calado en lo más profundo de nosotros.

A pesar de ser una nueva etapa histórica, la globalización no es un proceso tan novedoso como nos lo quieren hacer creer. Su visión teleológica de la historia ha impregnado y actualmente forma parte de aquello que se da por hecho y no es discutido. Ha pasado a constituir parte de la doxa de nuestras sociedades.

Es, por poner un ejemplo, una victoria de los neoliberales la ocultación del periodo económico comprendido entre los años 1870-1973[5]. Muchos de los novedosos rasgos que se le atribuyen a la globalización aparecieron ya durante este intervalo, no obstante, su proyecto globalizador no admite rupturas, cambios de sentido o cesuras pues abrirían espacios a la reflexión y a las trasformaciones sociales. La historia debe estar gobernada y debe estarlo porque, al vernos gobernados por una naturaleza superior a nuestra voluntad, nuestra capacidad de elección se ve anulada o, al menos, limitada.

Por otro lado, otro de sus éxitos procede, como tan bien ha descrito el crítico

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (16 Kb)  
Leer 10 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com