Los niveles del Mictlán
Octaviano SalinasTrabajo16 de Octubre de 2015
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EL MICTLÁN
El Míctlān o Mictlan (en náhuatl: mictlān, ‘'lugar de muertos'’‘mik- 'muerto'; -tlān locativo’)? en la mitología mexica o nahua -que se puede considerar representativa de Mesoamérica-, era uno de los posibles recintos postmortem. Al Mictlán llegaban todos los muertos, sin distinción de posición social,es decir, el grueso de la población, siempre que fallecieran por causas consideradas como "naturales".
En algunas fuentes se sostiene que además del Mictlán existían otros tres destinos postmortem. Para las personas que morían en guerra o en labor de parto estaba el Tonatiuhichan, Tonátiuh Ilhuícatl o Casa de Tonatiuh). Los que fallecían por muerte relacionada con el agua, el rayo y los padecimientos como la hidropesía, las tumefacciones o enfermedades como la lepra, la gota y el herpes iban al Tlalocán o Casa de Tláloc. Por último, los bebés que fallecían iban al Chichihualcuauhco, donde eran amamantados por un gran árbol.
Si bien la información que existe sobre el Mictlán es muy diversa, algunos estudiosos del tema, entre ellos Alfredo López Austin, consideran que en el Códice Vaticano A Latino Ríos 3738 se encuentra el listado más completo de los "niveles o pisos del inframundo", y las correspondientes pruebas, por los cuales los difuntos debían transitar durante cuatro años para llegar al Mictlán
Itzcuintlán (en náhuatl: itzcuintlān, ‘el lugar de los perros’‘itzcuin(tli), filoso (de mordida filosa) perro; -tlān, lugar donde abunda algo’)? lugar habitado por los perros Xoloitzcuintle. En este paraje los difuntos tendrían que cruzar un río ancho llamado Apanohuáyan (en náhuatl: apanoayān, ‘el lugar donde se tiene que cruzar el agua’‘ā(tl), agua; panoa, cruzar; -hua, que tiene; -yān, lugar’)?. Para atravesarlo, rquerirían la fuerza de un perro de pelo bermejo. Al llegar al Apanohuáyansi el perro lo reconocía como su verdadero amo, lo cruzaba a cuestas nadando.
Tépetl Monamicyan (en náhuatl: tepētl monāmicyān, ‘el lugar de los cerros que se juntan’‘tepētl, cerro; mo-nāmic 'estrecharse, apretarse, juntarse'; -yān, lugar’)?. En este nivel se dice que existían dos cerros que se abrían y se cerraban chocándose de entre sí de manera continua. Por lo tanto los muertos debían buscar el momento propicio para cruzarlos sin ser triturados.
Itztépetl (en náhuatl: itztépētl, ‘el cerro de obsidiana’‘itz(tli) 'cuchillo, navaja, obsidiana'; tepētl, cerro’)?. En este lugar se encontraba un cerro cubierto de filosos pedernales que desgarraban a los cadáveres de los muertos cuando éstos tenían que escalarlo para cumplir su trayectoria.
Itzehecáyan (en náhuatl: itzehēcayān, ‘el lugar del viento de obsidiana’‘itz-, cuchillo, navaja, obsidiana; ehēca- 'viento'; -yān, lugar’)? lugar desolado de hielo y piedra abrupta. SE trata de una sierra con aristas cortantes compuesta de ocho collados en los que siempre caía nieve llamados Cehuecáyan (en náhuatl: cehuecayān, ‘.El lugar que tiene nieve’‘cēc-, nieve; -hui, que tiene; -ca; -yān, lugar’)?.
Pancuecuetlacáyan (en náhuatl: pancuecuetlacayan, ‘el lugar donde la gente vuela y se voltea como banderas’‘pan- 'pendón, bandera'; [cue]cuepa, voltear; tlāca-, persona; yan, lugar’)?. Se dice que este lugar se ubicaba al pie del último collado o colina del Itzehecáyan. Ahí empezaba una zona desértica de ocho páramos donde existían vientos congelantes que al recorrerlo cortaban a los cadáveres de los muertos con múltiples puntas de pedernal.
Temiminalóyan (en náhuatl: temiminaloyan, ‘el lugar donde la gente es flechada’‘te, persona; mitl, flecha; mi, tirar, echar; mina, tirar flechas; lo, a; yan, lugar’)?. En este lugar se considera que existía un extenso sendero en cuyos lados manos invisibles enviaban puntiagudas saetas para acribillar a los cadáveres de los muertos que lo atraviesan; saetas pérdidas durante batallas que el muerto debía evitar para no ser flechado y desangrarse.
Teyollocualóyan (en náhuatl: teyollocualoyan, ‘el lugar donde se come el corazón de la gente’‘te, persona; yolotli, corazón; cua, el que come; yan, lugar’)? lugar donde habitaban fieras salvajes que abrían los pechos de los muertos para comerles el corazón, ya que sin este órgano el difunto caía en el río Apanuiayo (en náhuatl: apanuiayo, ‘él que tiene que venir desde el agua’‘alt, agua; pam, desde; hui, que tiene; yotl, el que viene’)?. Este nivel era una fosa llena de aguas negras en el que estaría la lagartija verde Xochitónal, paraje del que debatiéndose por largo rato en aguas negras, lograría al fin salir.
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