Mapa Babilonico Del Mundo

-La geografía de Sargón.

Es una fuente histórica compuesta por una construcción literaria topográfica, etnográfica y mística – ficcional, estructurada en una lista de nombres en las que se enumeran distintos aspectos de la concepción del mundo conocido en ese momento y del cual Sargón era el Rey que gobernaba el Imperio Akkad. El texto dice claramente “El imperio de Sargón incluye la totalidad de la tierra debajo del cielo (…) Las tierras desde la salida del sol hasta su ocaso, la suma de todas las tierras” , lo que no solo revela información geográfica del mundo, sino también una visión cósmica y con contenidos que no son tan certeros, como vamos a ver en breve.

No está determinada con exactitud la datación de esta fuente ya que se presumen elementos de distintos tiempos históricos, pero está muy asociada con el primer milenio, aunque es probable que en su contenido haya porciones mucho más antiguas y la eliminación de las fuentes del reinado de Sargón representan una gran dificultad, como también la veracidad de la existencia de Sargón y la autoría de la fuente que se le atribuye a un escriba con un acceso privilegiado a información de la que no tenemos rastro.

En las primeras líneas (1-32), menciona regiones con sus fronteras, fronteras cargadas con una visión de límite diferente que la que concebimos nosotros en la actualidad, con representaciones que en un estudio más minucioso tienen implicancias hacia lo místico y hacia el temor a lo desconocido, como puede ser el uso de la montaña que no solo representa un límite geográfico sino una expresión divinizada y un obstáculo, recinto de los dioses y cargados de riquezas. También aparece una primera mención a Subartu, una ciudad imaginaria (Aunque se encuentra realmente en discusión su existencia) utilizada como la contracara negativa y Dilmun, asociado por otras lecturas al cementerio de la Mesopotamia y a una especie de paraíso, un lugar místico, además hay una clara ubicación de lugares muy específicos y de comprobada existencia, como Mari, Asiria, la tierra de los Guti y Lagash. Nos encontramos con una clara representación que nos muestra a Sargón como conquistador de la “totalidad”, rey de todo un imperio en el que el mismo estableció los tributos y que (lo que habla de una organización administrativa y si se quiere económico - social), las fronteras y “midió su circunferencia”, primera mención a una concepción del mundo esférico.

En un segundo corte (líneas 33 - 44) impone una distancia medida más específicamente, pero nos parecen aún más relevantes dos aspectos: el primero es que la visión del mundo esférica ya no solo sería abarcativa para el mundo, sino también para las ciudades, lo que de alguna manera consolida la visión de la totalidad del espacio en esta forma circular. Y el segundo aspecto, no menos importante, es la expresión “más allá de los mares” que remite a un mundo no solo desconocido, sino también a una inmensidad representada en el imaginario, que por un lado muestra una incertidumbre, pero también representa las cosmovisiones del espectador que plantea el relato.

Finalmente hay una ratificación de las conquistas de Sargón y una imagen que lo vincula no solo al espacio físico, sino también al terreno divino: “las que Sargón, rey del Universo, conquistó tres veces”, lo que implica una conquista territorial encarnada en su persona, sino que Sargón tiene el beneplácito de los dioses y todo su mundo místicamente legitimante.

Entre las líneas 45 – 65 se suma el elemento de una descripción antropológica, o sea que continúa la magnificencia de las conquistas de Sargón y el vasto imperio que ha construido, pero también se visualiza la connotación negativa de ciertas ciudades que son denostadas por signos de belicosidad, por costumbres alimentarias o por una dimensión de distancia, que pueden servir para evaluar o manifestar la mirada hacia el otro, el pertenecer de las costumbres y de los espacios y los límites e inclusiones que generan estas connotaciones negativas o por omisión y conquista, positivas.

-El Mapa babilónico del Mundo.

El Mapa Babilónico del mundo es una tablilla de arcilla con dibujos e inscripciones en la que se representa la visión que tenían, o por lo menos la que querían mostrar, los babilonios del mundo a vista de pájaro, Marduk es encarnado en el ave y contempla su Gran Reino, es decir desde arriba, una implicación que por cierto no es mínima.

Hay distintos años para la datación de la fuente, se establece comúnmente entre el 500 y 700 años antes de Cristo y el material que nos ha llegado para el estudio es bastante fragmentado ya que no se ha conservado en su totalidad.

La representación topográfica a grandes rasgos está representada por formas geométricas. Un primer círculo interior tiene ubicada a Babilonia en el centro de forma rectangular, rodeada por otras ciudades con formas circulares, aparentemente elípticas, lo que marca la diferencia: Babilonia pertenece, pero a la vez su forma es distinta a la del resto, es decir que su centralidad no solo está marcada por la posición, sino que también lo está por sus cualidades particulares.

Dentro del mismo primer círculo hay algunas características que nos interesa resaltar: la ubicación de las ciudades que rodean a Babilonia, su distancia y su tamaño no es casual, tiene un significado que no se refleja explícitamente en el texto que acompaña la imagen, menciona “7 leguas” en distintos intervalos de distancia, pero creemos que dudar de esta medición en un punto es un acierto, ya que ante la lectura de otros elementos de análisis hemos llegado a la conclusión de que esas distancias son referenciales y que seguramente la lejanía o cercanía se basan en relaciones sociales o interestatales más que en medidas propiamente dichas, que el tamaño de las ciudades se encuentra influenciado por la mirada babilónica y que a causa de estas relaciones que mencionamos se omiten a los persas y los egipcios, pueblos con los que Babilonia tenía conflictos y por ende, conocimiento de su existencia. Dos símbolos por demás interesantes son las montañas, al norte en el naciente del Éufrates y el río mismo tienen una significación mística y particular; las montañas representan el mundo desconocido, la unión entre el cielo y la tierra, la morada de Marduk (Divinidad principal del panteón de dioses babilónicos) y un límite muchas veces asociado

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