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Maquiavelo

yamilem3026 de Septiembre de 2014

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El Príncipe

Nicolás Maquiavelo

Introducción

Maquiavelo divide a los principados en dos categorías: hereditarios y nuevos. La primera clase viene de la sangre y de saberse heredero de algún reino; los principados nuevos se obtienen por vía directa de la proclamación o al añadirse un pueblo al Estado.

A su vez, el autor hace notar que dichos pueblos están habituados a vivir bajo cierto régimen o libres. El nuevo príncipe pudo haber adquirido aquel nuevo reino con la ayuda de armas ajenas, propias, gracias a la suerte y en el mejor de los casos, a su valor.

Pero, si el nuevo estado se diferencia en lengua, costumbres y constitución, las dificultades aumentan. Para mantener el poder, Maquiavelo sugiere que el príncipe vaya a radicar al nuevo terreno y que suprima de inmediato cualquier asomo de rebelión o descontento. Las colonias a su vez, son de mucha ayuda para mantener el orden y la vigilancia del nuevo estado adquirido. A sí mismo, el príncipe debe convertirse en jefe y protector de los reinos vecinos –sobre todo de los menos fuertes- para que a la postre, se debiliten los reinos vecinos y poderosos. Maquiavelo pone a los Romanos como ejemplo: de todas las provincias que se adueñaron, las poblaron primero con colonias, no permitieron que los reinos vecinos aumentaran su fuerza y no dejaron que alguna potencia extranjera se instale en las cercanías; sabiamente previeron que alguien poderoso, haciendo alianzas con los menos fuertes, pudiera en un momento dado convocar una rebelión y destronar al creciente imperio. El que ayuda a otro a hacerse poderoso provoca su propia ruina.

El siguiente capítulo, aconseja sobre la manera de gobernar un territorio de ajenas y recientes costumbres. Maquiavelo propone arruinarlos o mudarse a dichos territorios. Así mismo, recomienda permitir o no la conservación de sus leyes previo estudio de la cantidad de enemigos que el nuevo príncipe pueda tener.

Los capítulos VI, VII y VIII hablan de las tres maneras de adquirir un principado: a) por valor y con armas propias, b) por fortuna y armas no propias y c) los que llegan por obra de sus maldades.

De los primeros, el autor advierte sobre los enemigos que tendrá al introducir las leyes que regirán su estado. Es de suponer, que aquellos beneficiados del antiguo régimen tornan perjudicados al entrar el nuevo. Por ello, la oposición es abierta y en tiempos de crisis defienden poco al sistema. El príncipe, debe mantener su carácter – demostrado de sobra pues las armas y los ejércitos usados le eran propias y tendrá el mérito de conquistar aquel territorio y sumarlo a su reino- Habrá que aclarar que también un estado es nuevo por razones internas de donde surgen caudillos que pretendan cambiar el sistema.

En el caso de aquellos que ascienden al principado gracias a la fortuna y a las armas prestadas, Maquiavelo apunta: los estados que se forman de repente no tienen las raíces que le son necesarias para consolidarse. En otras palabras, no es de buen augurio llegar a un reino en condiciones adversas. Los oportunistas que ven coronadas sus expectativas, carecen de la energía y la visión necesaria para mantener un puesto de tales dimensiones.

Los que llegan al principado por el uso de la maldad, podrán alcanzar el dominio más nunca la gloria. Sin embargo, no resta agregar que tales hombres de viles decisiones, mantuvieron una actitud temeraria que los llevó a reunir ejércitos tras ejércitos hasta ascender a un título monárquico y lo anterior también es factible. Maquiavelo aprovecha y escribe sobre el equilibrio que debe haber durante los actos de severidad mal usados es decir, los castigos reales.

Un civil puede llegar a un principado de dos maneras; una sería por el uso de la maldad, arriba explicado, y otra por medio de la aprobación y promoción directa de sus conciudadanos. El Principado Civil es como lo llama Maquiavelo y es tema del capítulo IX. Aquí no se necesita del valor o la fortuna sino de una astuta combinación de ambos.

De la misma manera, el príncipe civil debe enfrentarse a las necesidades de los grandes con el pueblo, responsable directo de su triunfo. El panorama no es fácil pues el pueblo sólo quiere no ser oprimido y los aristócratas, terratenientes o burgueses etc., no quieren hacer el trabajo del pueblo.

A continuación, Maquiavelo observa la manera como un reino se mide frente a los otros. Un príncipe es autosuficiente cuando tienen suficientes hombres para armar un gran ejercito capaz de intimidar a los vecinos. Cuando no es el caso, queda amurallar el reino y defenderlo. En caso de ataque, habrá de confiar en la gratitud popular hacía su rey. De ahí la importancia previa de ganarse su confianza y respeto.

Desarrollo

Capitulo I

DE LAS DISTINTAS CLASES DE PRINCIPADOS Y LA FORMA EN QUE SE ADQUIEREN

Los principados son, o hereditarios, cuando una misma familia a reinado en ellos largo tiempo, o nuevos. Los nuevos, o lo son del todo, o son como miembros agregados al estado hereditario del príncipe que los adquiere, los así adquiridos se adquieren por las amas o por las ajenas, por la suerte o por la virtud

Capitulo II

DE LOS PRINCIPADOS HEREDITARIOS

Es más fácil conservar un Estado hereditario, acostumbrado a una dinastía, que uno nuevo, ya que basta con no alterar el orden establecido por los príncipes anteriores, y contemporizar después con los cambios que pueden producirse.

Capítulo III

DE LOS PRINCIPADOS MIXTOS

Los estados que al adquirirse se agregan a uno más antiguo o son de la misma provincia, es muy fácil conservarlos, sobre todo cuando no están acostumbrados a vivir libres, y para afianzarse en el poder, basta con haber borrado de la línea del príncipe que los gobernaba porque siempre que se respeten sus costumbres y las ventajas de que gozaban permanecen sosegados.

Sólo con muchísima dificultad podrá perderlo.

Las colonias no cuestan, y son más fieles y entrañan menos peligro; y que los damnificados no pueden causar molestias, porque son pobres y están aislados.

El príncipe que anexe una provincia de costumbres, lengua y organización distintas a las de la suya, debe también convertirse en paladín y defensor, ingeniarse para debilitar a los de mayor poderío y cuidarse de que, Bajo ningún pretexto, entre en su estado un extranjero tan poderoso como él.

Capitulo IV

POR QUE LE REINO DE DARÍO OCUPADO POR ALEJANDRO NO SE SUBLEVÓ CONTRA LOS SUCESORES DE ÉSTE DESPUÉS DE SU MUERTE

Todos los principados de que se guarda memoria han sido gobernados de dos modos distintos: o por un príncipe que elige de entre sus siervos, que lo son todos los ministros que lo ayudaran a gobernar, o por un príncipe asistido por nobles, que no, a la gracia del señor, sino a la antigüedad de su linaje, deben la posición que ocupan. Estos nobles tienen Estados y súbditos propios, que los reconocen por señores y les tienen natural afección. Mientras que, en los Estados gobernados el príncipe goza de mayor autoridad; por que en toda la provincia no se reconoce soberano sino a él, y si se le obedece a otro, a quien además no se le tiene particular amor, sólo se lo hace por tratarse de un ministro y magistrado del príncipe.

Capítulo V

DE QUE MODO HAY QUE GOBERNAR LAS CIUDADES O PRINCIPADOS QUE ANTES DE SER OCUPADOS, SE REGIAN POR SUS PROPIAS LEYES.

Hay tres modos de conservar un Estado que, antes de ser adquiridos, estaba acostumbrado a regirse por sus propias leyes y a vivir en libertad: primero destruirlo; depuse radicarse en él; por último, dejarlo regir por sus leyes, obligando a pagar un tributo y establecer un gobierno compuesto por un corto número de personas, para que se encargue de velar por la conquista. Como ese gobierno sabe que nada puede sin la amistad y poder del príncipe, no ha de reparar con medios para conservarle el estado. Porque nada hay mejor para conservar -si se la quiere conservar- una ciudad acostumbrada a vivir libre que hacerla gobernar por sus mismos ciudadanos.

En verdad el único medio seguro de dominar una ciudad acostumbrada a vivir a vivir libre es destruirla. Quien se haga dueño de una ciudad así y no la aplaste, espere a ser aplastado por ella.

Capítulo VI

DE LOS PRINCIPADOS NUVOS QUE SE ADQUIEREN CON LAS ARMAS PROPIAS Y EL TALENTO PERSONAL

Estos adquieren el principado con dificultades, pero lo conservan sin sobresaltos, las dificultades nacen en parte de las nuevas leyes y costumbres que se ven obligados a implantar para fundar el estado y proveer de seguridad.

Si se quiere analizar bien esta parte, es preciso ver si estos innovadores lo son por sí mismos, o si dependen de otros: es decir, si necesitan recurrir a la súplica para realizar su obra, o si pueden imponerla por la fuerza.

Hay que reconocer que estos revolucionarios tropiezan con grandes dificultades, que todos los peligros surgen en su camino y que sólo con gran valor pueden superarlos; pero vencidos los obstáculos, y una ves que han hecho desaparecer a los que tenían envidia de sus virtudes, viven poderosos, seguros, honrados y felices.

Hay que agregar otro de menor jerarquía el que de simple ciudadano llegó a ser príncipe sin tener otra deuda con el azar que la ocasión; y solo fue por los meritos que hizo para que lo eligieran príncipe.

Capítulo VII

DE LOS PRICIPADOS NUEVOS QUE SE ADQUIEREN CON ARMAS Y FORNTUNA DE OTROS

No es posible conducirse

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