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Martín Fierro - LA IDA


Enviado por   •  18 de Noviembre de 2014  •  1.370 Palabras (6 Páginas)  •  2.479 Visitas

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Cuestionario a responder:

1) A que se dedica el Gaucho Martín Fierro?

2) Cómo es su vida?

3) Cómo está constituida su familia?

4) En qué circunstancias se lo llevan a la frontera?

5) De que lo acusan?

6) Para que lo reclutan?

7) Que denuncia el protagonista contra la autoridad?

8) Porque deserta del fortín?

9) Cómo encuentra su hogar al volver?

10) En qué se transforma?

11) MF es perseguido por una partida, “quien lo ayuda y donde se refugia”?

12) Describir brevemente el espacio de: el rancho, el fortín y la toldería.

…………………………………………………………………………………………………………

Basándome en el cuestionario mencionado realizo el siguiente análisis:

El Gaucho Martín Fierro se hallaba en una pulpería (el ambiente clásico del gaucho, pequeño almacén donde sus principales ventas era la yerba, harina y bebidas. Era el único punto de reunión donde se bebía, tocaba la guitarra, jugaba) y decide contar su historia, invoca a los santos del cielo a fin de iluminar su pensamiento, refrescar su memoria y aclaren su historia y entendimiento. Él decía que si se ponía a cantar no iba a terminar, que hacia gemir a la prima y llorar a la bordona (cuerdas de la viguela), contaba que tenía mucha experiencia en la vida y que nada enseñaba tanto como el sufrir y el llorar.

Fierro narraba la vida de un Gaucho feliz: era una maravilla ver como pasaban sus días, con mujer e hijos, en los trabajos del campo como domador apenas despuntaba el amanecer. Al caer la noche se reunían en la cocina con el fuego prendido, conversando animadamente hasta después de cenar para luego irse en brazos del amor a dormir como la gente, pero por culpa del gobierno, se ha malogrado y debe huir. Recuerda la vida feliz de los gauchos en las estancias:

(…)

Yo he conocido esta tierra

En que el paisano vivía

Y su ranchito tenía

Y sus hijos y mujer…

Era una delicia el ver

Cómo pasaba sus días.

(…)

Y mientras domaban unos,

Otros al campo salían,

Y la hacienda recogían,

Las manadas repuntaban,

Y ansí sin sentir pasaban

Entretenidos el dia.

Y Verlos al cair la tarde

En la cocina riunidos,

Con el juego bien prendido

Y mil cosas que contar,

Platicar muy divertidos

Hasta después de cenar.

Y con el buche bien lleno

Era cosa superior

Irse en brazos del amor

A dormir como la gente

Pa empezar el día siguiente

Las fainas del día anterior.

(…)

Un día se encontraba cantando en la pulpería y el Juez de Paz realizó una arriada en montón.

Algunos lograron escapar pero como él era manso y bueno sintió que no tenía por qué huir. Al caer en manos de la autoridad, sumando que el juez lo odiaba y lo señalaba de infractor por no presentarse a votar en las últimas elecciones y ser considerado de la oposición. Fierro es reclutado y enviado a los fortines de las fronteras para vigilar y evitar el avance del enemigo “indio” (la frontera era el límite de las tierras ocupadas por la gente civilizada y donde comenzaban las de los salvajes. Se enviaba forzados a los vagos y a los delincuentes a prestar servicio militar en la frontera).

Los gauchos llevados para servir en la frontera eran despojados de todas sus pertenencias, mantenidos en condiciones miserables y en la lucha desigual contra el indio, al encontrarse mal armados.

Al principio los dejaron de haraganes más luego los trataron como malevos, el gaucho recibía innumerables actos de violencia física y verbal por parte de las autoridades del gobierno. Fierro narraba que el sueldo nunca llegaba, no tenían ropa adecuada y la única manta que tenía para protegerse del frio se la había sacado el comandante.

Fierro también destacaba que eran obligados a luchar contra el avance de los Indios sin las herramientas necesarias, después de algunas derrotas las autoridades le entregaron algunas lanzas pero no armas ya que no tenían municiones.

(…)

A mí el Juez me tomó entre ojos

En la última votación

Me le habría hecho el remolón

Y no me arrimé ese día

Y él dijo que yo servía

A los de la oposición.

(…)

Del Sueldo nada les cuento,

Porque andaba disparando,

Nosotros de cuando en cuando,

Solíamos ladrar de pobres,

Que se están aguardando.

...

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