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Enviado por   •  21 de Abril de 2013  •  3.832 Palabras (16 Páginas)  •  294 Visitas

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MILITARIZACIÓN Y NARCOTRÁFICO

Durante las últimas tres décadas, la Mosquitia hondureña fue escenario de operaciones militares conjuntas de Estados Unidos y Honduras para contrarrestar el proceso revolucionario nicaragüense y la lucha guerrillera en El Salvador y Guatemala. Esto conllevó la presencia de miles de efectivos militares norteamericanos y decenas de grupos de operaciones de contrainsurgencia en las diferentes bases militares que existían en el país (Centro de Estudios Socioeconómicos de Honduras).

En el centro del departamento de Gracias a Dios fue instalado el 5º Batallón de Infantería, cuya misión fue la de apoyar logísticamente al ejército irregular de la “contra” nicaragüense y resguardar las armas y municiones para seguir operando en la zona (Informe COFADEH). Ahora, veinte años después del fin del conflicto armado, la población miskita está reviviendo la inseguridad y el temor de aquellos años. La presencia de tropas norteamericanas y de grupos militares en su territorio ancestral se ha vuelto una pesadilla.

En los últimos años, bajo el argumento de la lucha frontal contra el narcotráfico, el gobierno norteamericano volvió a invertir millones de dólares en la instalación y equipamiento de nuevas bases militares, como es el caso de las bases navales de Isla Guanaja y Caratasca, en el departamento Gracias a Dios, que se suman a la ya histórica base de Soto Cano (Palmerola).

Además, la embajada de Estados Unidos en Honduras, el gobierno hondureño, la INL (Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley), la DEA, y el Comando Sur han diseñado un plan para desplegar temporalmente helicópteros estadounidenses en territorio hondureño para apoyar las misiones antinarcóticos.

Los helicópteros modelo Huey-II fueron dislocados en la base aérea de La Ceiba para que se muevan constantemente entre las tres bases de Operaciones de Avanzada - Puerto Castilla, El Aguacate y Mocorón -, que reciben apoyo logístico por la JTFC-B (Fuerza de Tarea Conjunta Bravo). Los helicópteros son pilotados por contratistas estadounidenses y pilotos del ejército guatemalteco y son usados para el transporte de los 42 miembros del equipo de la DEA a las zonas de llegada de vuelos clandestinos de drogas en la zona oriental del país (defensa.com).

De esa manera, Honduras se ha convertido en el país que más bases militares norteamericanas alberga en toda la región. Una escalada militarista que ha tenido su mayor impulso después del golpe de Estado que en 2009 derrocó al presidente Manuel Zelaya y en el marco de un plan regional de seguridad acordado entre los presidentes centroamericanos y el gobierno estadounidense.

NINGUNA RESPONSABILIDAD

El portavoz de la DEA en Washington, DawnDearden, reconoció que agentes del FAST estaban trabajando a bordo de los helicópteros en apoyo a la policía hondureña. Alega, seguro, que no fueron ellos los que dispararon. Asimismo, la embajadora estadounidense en Honduras, Lisa Kubiske, aseguró a medios nacionales que los efectivos que protagonizaron el operativo antidroga actuaron en forma debida y en defensa propia, supuestamente para responder a disparos que provenían del pequeño bote.

Una primera reconstrucción de los hechos presentada por el alcalde de Ahuas, Lucio Baquedano, apunta a que los agentes hondureños y estadounidenses habrían disparado de manera indiscriminada, creyendo que la embarcación estaba transportando droga descargada de una avioneta que había aterrizado unas horas antes.

Para los familiares de las víctimas, nada puede justificar lo que ha ocurrido. “Nos cayó una lluvia de balas y no me explico cómo sea posible que aún esté viva. Soy una sobreviviente y exijo justicia para mi hijo y para todas las otras personas que perdieron sus vidas o quedaron gravemente heridas”, aseveró Clara Wood Rivas.

También para Adelina Trapp, prima de Candelaria Pratt Nelson, recordar estos momentos es muy doloroso. “Mi prima era madre soltera de tres niñas. Estaba yendo a Ahuas a una consulta médica porque tenía cinco meses de embarazo. El ataque fue brutal. Encontramos su cuerpo dos días después con un disparo de arma de fuego en la espalda. No se ha hecho nada para investigar lo que ha ocurrido, y esto no puede quedar así”, manifestó entre lágrimas.

Marlen Zelaya perdió a su hermana, Juana Jackson, una madre soltera de dos hijos que estaba regresando a casa después de visitar a su novio. “Su cuerpo flotaba en las aguas del río y tenía cuatro heridas de bala. Ella tenía apenas 28 años y estaba embarazada de cinco meses. Soy madre soltera de cuatro hijos y ahora los dos pequeños se quedarán conmigo. Lo que queremos ahora es justicia, porque esta sangre inocente que fue derramada no puede ser olvidada”, manifestó a Opera Mundi.

TESTIMONIOS

Varios testimonios aseguran que el terror que envolvió a la pequeña comunidad de Paptalaya no terminó con el ataque al pequeño bote, sino que se prolongó por varias horas, en cuanto decenas de agentes hondureños y norteamericanos se desplazaron por la zona en búsqueda de supuestos narcotraficantes y su mercadería.

“Cuando salí de las aguas del río fui interceptada por agentes de la policía que me apuntaron con sus fusiles. Uno de ellos me dijo: ‘¿Quieres que te mate?’ Le contesté que no quería morir y que ya habían matado a mi hijo. Después miré a mi sobrino - CelinErickson Curbelo - que estaba tirado en el piso, boca abajo. Lo habían golpeado y esposado con una brida de plástico negra. Finalmente, nos dejaron ir y me lo llevé a la casa”, recordó Wood Rivas.

El Informe del COFADEH señala que el señor Dolly Wood fue amenazado de muerte por un agente norteamericano, de piel negra, que casi no hablaba castellano. Lo obligó a permanecer en el piso, boca abajo, mientras le apuntaba a la cabeza con un fusil. Otros agentes procedieron a romper el portón de la bodega y a sustraer 36 galones de combustible.

Hilder y ElminaOlopio, hijos de MelañoOlopio Dixon e Hilda Rosa Lezama Kenreth, los dos propietarios del bote, aseguran que fueron detenidos por agentes norteamericanos en cuanto trataron de llegar al embarcadero. Fueron amenazados, golpeados y tirados al piso. Helmer fue obligado a conducir una lancha para ir a recuperar unos paquetes de droga y llevarlos a un helicóptero.

De acuerdo con el COFADEH, el hecho de haberle impedido ir al rescate de su mamá, que estaba herida de bala en las dos piernas, constituye un grave obstáculo a la diligencia de rescate. Hilda Rosa permaneció varias horas

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