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Mitos De Honduras


Enviado por   •  22 de Febrero de 2014  •  1.515 Palabras (7 Páginas)  •  776 Visitas

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EL SISIMITE.

Al igual que sus parientes de las nieves, el yeti del Tíbet y el bigfoot de EEUU y Canadá, el sisimite es otra de esas criaturas que aparecen de la nada y desaparecen del mismo modo. Según el investigador hondureño Jesús Aguilar Paz, el sisimite o itacayo deambula por las altas montañas y habita en inaccesibles cavernas, alimentándose de frutas silvestres, de la misma manera que sus parientes cercanos de México y Argentina, el peludo y el ucumar respectivamente.

"Estos monstruos secuestraban a mujeres, y se las llevaban a sus cuevas. Se dice que de esta unión nacieron hombres-simio". Aún se comenta en los pueblos de las montañas la historia de una mujer que logró huir del escondite donde vivía con un sisimite.

Según cuentan, la criatura la persiguió cargando con los tres hijos que habían tenido en común y enseñándoselos a la madre. Ésta logró cruzar un río mientras la bestia, desde la otra orilla, le mostraba a los pequeños para lograr atraerla. Al parecer, los intentos del sisimite no surtieron efecto, de tal modo que, enfurecido, arrojó a los niños al agua y perecieron ahogados.

El fraile italiano Federico Lunardi, uno de los más importantes estudiosos de la cultura hondureña, asociaba esta criatura al dios Chac de los mayas, "el que sostiene el cielo, el dios del agua". Según Lunardi, la creencia popular sostiene que en el interior de una de estas cuevas, en una pared, están grabadas "la mano con sus dedos" y varias huellas que habían dejado los sisimites que acudían a media noche a la caverna para afilar sus uñas en la roca.

EL COMELENGUAS.

En los años 50, en Nacaome, al sur de Honduras, una misteriosa criatura causaba pavor a los lugareños. En Literatura oral de la Zona Sur (Tegucigalpa, 1996), Karen Ramos y Melissa Valenzuela describen cómo varios campesinos observaron un ave gigantesca sobrevolando las haciendas de dicha localidad. Según estos mismos testigos, al día siguiente de los avistamientos se encontraron algunas reses muertas en extrañas circunstancias. Un campesino asegura que vio cómo la criatura atacaba a un toro usando su cola, semejante a una gruesa serpiente, para estrangular al animal y, finalmente, arrancarle la lengua. Sin embargo, esta descripción no concuerda con otros relatos en los que se asegura que el misterioso animal, bautizado con el descriptivo nombre de comelenguas, no dejaba signos de violencia tras sus ataques. En aquella época, muchos hacendados se quejaban de la pérdida de ganado vacuno. Invariablemente, las reses aparecían muertas, con la lengua cortada de raíz y las quijadas dislocadas. También se recogió informaciones semejantes a miles de kilómetros de distancia en el estado de Goias (Brasil). Los casos ocurrieron en los años 40 y presentaban características similares a los que tuvieron lugar en Honduras.

Un pariente cercano al comelenguas es el pájaro-león, que atemorizó a los habitantes de la región de Sabanagrande. Según la tradición, esta bestia, descrita como un ave de grandes dimensiones y pico enorme, devoraba o enloquecía a quienes tenían la desgracia de cruzarse en su camino.

EL TIMBO

A principios de siglo **, un molesto visitante merodeaba por los cementerios de la región de Sabanagrande y Texiguat. Se trataba del timbo, una criatura profanadora de tumbas que se alimentaba de cadáveres y que también era conocida como sacamuertos o comemuertos. Dicho ser, de aspecto similar a un perro de hocico pronunciado, caminaba sobre dos patas, poseía un vientre abultado y pelaje rojizo. A esta inquietante descripción se añadían unos brazos extremadamente largos y unas enormes garras que le servían para arrancar raíces y cavar sepulturas.

LA SUCIA

En la región de Texiguat se aparecía una mujer espectral, la sucia. Se trataba de una joven con el cuerpo desnudo, muy esbelta y sensual. Quienes afirman haberla visto aseguran que los cabellos le llegan hasta más abajo de las caderas, pero nadie ha podido ver su rostro. Aquéllos que la contemplan suelen padecer fiebre durante varios días.

En Sabanagrande, las gentes del pueblo creen que la sucia es una creación del demonio, pues siempre anda desnuda y tentando a los hombres. Ramos y Valenzuela la describen como un ser con capacidad de trasladarse "a saltos invisibles" de un sitio a otro y con poder de transmutación: la joven sin rostro se transformaba en una vieja con largas greñas y senos grandísimos que ofrecía voluptuosamente a los asustados paseantes nocturnos.

EL PICUDO

A los soldados, se le aparecía el Picudo, en el cuartel de Texiguat-

También similar a un perro pero su cabeza semejaba a la de un cerdo.

Aun hoy, muchos habitantes de esta ciudad se acuerdan de los relatos sobre las andanzas de este ser.

Dicen que succionaba la sangre de los soldados que estaban durmiendo a través de la boca.

Estos ni

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