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Movimientos Libertadores


Enviado por   •  26 de Septiembre de 2014  •  2.246 Palabras (9 Páginas)  •  232 Visitas

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PRIMERA CAMPAÑA DE JUAN ANTONIO ÁLVAREZ DE ARENALES

(OCTUBRE 1820 – ENERO 1821)

La primera campaña de Álvarez de Arenales por el interior del Perú, de muy importantes resultados para el plan sanmartiniano de la independencia del Perú, se inició el 5 de octubre de 1820, es decir apenas roto el armisticio de Miraflores. Las fuerzas a cargo de Álvarez de Arenales estaban integradas por los siguientes cuerpos: Batallón N° 11 de los Andes, Batallón N° 2 de Chile, medio escuadrón de Granaderos de los Andes, un pelotón de Cazadores de los Andes y dos piezas de artillería. El total de hombres ascendía a 1242.

En cuanto a los fines y objetivos de esta expedición ella estaba destinada a ganarse a la causa patriota a los pueblos del centro del Perú, haciéndose todo lo posible para que proclamasen su independencia y estableciesen sus propias autoridades. También se llevaría a cabo la formación de partidas guerrilleras, que tan importante papel jugarían posteriormente. Con fecha 4 de octubre y desde su cuartel general en Pisco, San Martín suscribió unas Instrucciones para Álvarez de Arenales. Transcribimos las citadas Instrucciones, porque nos permiten una mejor comprensión de lo que significaría esta campaña militar.

"A las virtudes militares y cívicas del coronel mayor don Juan Antonio Álvarez de Arenales se le confía la expedición de la sierra.

Poco me extenderé en los detalles de estas instrucciones, cuando estoy persuadido que la prudencia y tino lo preserva todo y solo me referiré a lo más preciso, en lo siguiente:

1° Queda facultado para nombrar gobernador, intendente y demás empleados de las provincias que ocupe a nombre del supremo gobierno que se nombre en el Perú.

2° Lo más pronto que le sea dable se internará en la sierra con su división para penetrar en Huancavelica, pueblo grande y de recursos en donde dicha división puede aumentar su fuerza; de Huancavelica puede marchar a Jauja que no dista más de 30 o 40 leguas. Todo ese país ofrece grandes recursos de víveres y transporte.

3° Siendo Jauja el punto central para dirigir cualesquiera empresa sobre Lima y ponerse por el norte en comunicación con el ejército, deberá preferir este para cuartel general de toda la división a fin de fomentar el sistema en todas las provincias inmediatas cubriendo todas las avenidas de las sierras hacia Lima.

4° Un destacamento tomará posesión del pueblo de Trama, abundante en recursos.

5° Un corto destacamento sobre Huamanga sería conveniente.

6° Luego que desembarque el ejército por el norte le remitiré todos losa avisos que me sean posible para que sepa el punto en que ha desembarcado y movimiento que haré por la sierra para unirse a su división.

A pesar de las presentes instrucciones, el coronel Arenales está facultado para variarlas, en el supuesto que por este le concedo carta blanca para sus operaciones.

Cuartel General en Pisco, 4 de octubre de 1820

José de San Martín (1)

Como se puede apreciar por la lectura de estas Instrucciones, ellas eran muy generales y dejaba a Álvarez de Arenales todo el peso no solo de su dirección sino de los fines y objetivos a conseguirse y los medios a través de los cuales ellos sería logrados. Verdadera carta blanca era la que en verdad se le otorgaba y de allí el reconocimiento que siempre ha merecido Arenales por esta trascendental campaña. Muy sucintamente la reseñaremos, aunque reservando para el siguiente capítulo lo concerniente a la independencia de los pueblos de la zona central del Perú, conseguida justamente como consecuencia de esta campaña.

Las fuerzas de Arenales emprendieron campaña el 5 de octubre, marchando con dirección hacia Ica, donde legaron la madrugada del día 7. Informados allí que las fuerzas realistas al mando de Quimper habíanse desplazado hacia Pisco, dirigiéronse hacia dicho pueblo con el objeto de enfrentarlas, pero al llegar al lugar citado encontraron que Quimper había salido de allí con dirección a Nazca. En estas circunstancias Arenales encargó al Teniente Coronel Manuel Rojas, segundo jefe de esta expedición, dirigirse hacia Nazca y batir allí a las fuerzas de Quimper. La división al mando de Rojas se puso de inmediato en marcha y el 15 de octubre, a la altura de la hacienda San Juan, lograba dar alcance a las fuerzas realistas. Sin embargo Quimper logró escapar y dirigirse hacia la sierra. El teniente coronel Rojas pudo informarse, por los prisioneros, que Quimper había hecho adelantar un convoy con armamentos hacia Acarí. En vista de ello Rojas encargó al teniente Suárez salir de inmediato en búsqueda de dicho convoy. Esta maniobra fue realizada con pleno éxito, pues el 16 de octubre se lograba sorprender el objetivo deseado. De esta manera la misión encargada al teniente coronel Rojas quedaba totalmente cumplida, por lo que éste emprendió regreso hacia Ica, donde ingresaba el día 19 del mismo mes de octubre.

En tanto que el teniente coronel rojas había llevado a cabo su objetivo, Arenales que habíase quedado en Ica lograba nada menos que esta ciudad proclamase su independencia. Pero siendo vital dentro de su plan incursionar de inmediato por la zona central, decidió abandonar Ica, lo que ocurrió el 21 de octubre. Diez después, el 31, las fuerzas de Arenales llegaban a Huamanga, donde no encontraron la menor resistencia en vista de que las fuerzas realistas habían decidido abandonar dicha ciudad.

Informado Pezuela de los movimientos de la división de Álvarez de Arenales de inmediato tomó las providencias del caso para detener su progresión. Para esto ordenó que un destacamento al mando de O‘Reilly saliese con dirección a Pasco, en tanto que un destacamento de ciento cincuenta efectivo debería interceptar los pasajes del río Mantaro, que unían Huamanga con Jauja. Asimismo dio aviso a Ricafort, que se encontraba en el sur, para que de inmediato abriese campaña por el centro, con el objeto de hacer frente a las fuerzas de Álvarez de Arenales. El virrey confiaba, como bien señala Rubén Vargas Ugarte, en la concentración de su poderosos ejército, pero sin tener en cuenta el factor tiempo. Por otra parte, al ordenar que se cuidadse el puente de Izcuchaca, para evitar el paso de Huamanga a Jauja, cometió un gravísimo error táctico, pues no era ese el único paso existente, de tal manera que Arenales, que avanzaba desde Huamanga, pudo atravesar el río Mantaro por el puente de Mayoc, el cual apenas poseía una débil guarnición. Había ocurrido que Arenales, informado de los planes defensivos de los realistas, decidió abandonar Huamanga dejando preparada

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