MÉXICO BÁRBARO

John Kenneth Turner se da a la tarea de investigar lo que le narran cuatro revolucionarios que se encontraban prisioneros en los Ángeles California, de origen mexicano, que argumentaban el propósito por el cual habían caído en prisión y es que estaban en contra de la forma en la cual estaba siendo gobernado México y unos de los aspectos más importante que estos mencionaron fue sobre la esclavitud que aun en el siglo XX se práctica en México, Turner al no poder asimilar este hecho, cruza el rio Bravo y se dirige a Yucatán, donde no sólo se encuentra con el escenario que ningún norteamericano pudiera imaginar, sino también, los métodos en que la esclavitud es llevada a cabo.

Turner es testigo de las condiciones inhumanas de las que son victimas algunos indígenas mayas, indios yaquis y chinos, que laboraban en haciendas de producción de Henequén, las cuales pertenecían a 50 reyes del mismo, para descubrir esta escena trágica, el investigador tuvo que hacerse pasar por una persona de mucho capital y así poder ser recibido con los bolsillos abiertos por los dueños de las haciendas, no quería ser engañado o comprado por estos mismos si descubrieran que es investigador, ya que a todo aquel que lo sea le venden una falsa historia de que los esclavos u obreros como ellos los llamaban, eran felices, así que tuvo que ser un transeúnte.

Describió cual era la forma en que los Hacendados como Olegario Molina (ex gobernador del estado y secretario de Fomento de México) convencían a los trabajadores libres de servirles en la producción de Henequén, la estrategia era una que en nuestra época aun es utilizada, “la mentira”, ligada con la necesidad y mediocridad, en las que la gente tropieza pensando que será una buena salida de la miseria.

Turner notó que las personas en condiciones de esclavitud en México no se podían comparar con las de cualquier otro país aun si este fuese el peor en esa materia, describe que los esclavos tanto hombres como mujeres y niños, eran azotados por los capataces que eran sus vigilantes ya que se tenia entendido que era la única forma para que los azotados obedecieran ordenes, comían cosas que por lo general estaban en estado de putrefacción y que eran la única comida del día, eran escazas las veces que tenían derecho al servicio medico pues aun así eran obligados a trabajar y aun peor sólo recibían la mitad del sueldo y cuando eran atendidos sus camillas eran simples tablas sin trapos para cubrirlos, su ropa era andrajosa y rota además de estar descalzos todo el tiempo, ninguno de estos tenia escapatoria, pues por más que trabajaran nunca iban a saldar su deuda, en estas situaciones se encontraban millones de personas que ya no se les consideraba como humanos, sino como mercancía ya que también menciona que estos eran vendidos en un valor mínimo de 400 pesos.

Pero lo más nefasto, no son estas condiciones a las que los esclavos son obligados a estar, si no la falta de ética de las autoridades que no hacen nada aun cuando se están violando los artículos de la constitución, y más importante los derechos que tenemos como seres humanos, esto ha hecho que a nuestro País lo caracterice la falta de respeto a la ley.

Y que mejor muestra del abuso de poder político de nuestras autoridades, que el caso de los “Yaquis” o también llamados “renegados”, estos aunque para muchos eran sin duda alguna, fuerzas de trabajo de alta calidad, estuvieron en lucha con los gobernantes del Estado de Sonora en ese entonces, Ramón Corral; vicepresidente de México, Rafael Azábal y Luis Torres, los cuales alternaron su gubernatura por más de una década.

Pero al hablar de los Yaquis, era referirse a personas pacificas, solidarias, trabajadoras y que tenían cierto respeto de la gente, la incógnita aquí es como es que estas personas se alzaron en armas contra el gobierno, la respuesta no es tan clara y al llegar a ella es algo absurdo, el gobierno quería las tierras que por derecho eran de los Yaquis, ya que estos lucharon por mucho tiempo contra los Españoles para que sus tierras y habitantes fueran respetadas, llegaron a un acuerdo el cual consistió en el intercambio de reconocimiento por tierras Yaquis.

Ante este conflicto, el gobierno solo buscaba una forma de acosar a los Yaquis, así que este mandó a asesinar al jefe Yaqui, Cajeme, pero al no encontrarlo quemaron su casa y las casas vecinas y no conformes con eso, violaron a las mujeres de la comunidad Yaqui, ese fue el detonador para que la gente de esa comunidad decidiera levantarse en armas y luchar.

Entre esta lucha se vieron hechos que además de trágicos podría llamárseles “sádicos”, entre estos se podrían mencionar los siguientes: 17 mayo de 1892, el general Otero del ejercito mexicano; asesinó a mujeres, hombres y niños Yaquis, tantos que debía reusar las cuerdas para ahorcarlos, julio de 1892, Antonio Rincón; en una embarcación subió a 200 Yaquis de distintos sexos y edades y los aventó al mar para que así murieran ahogados, Ángel Martínez, al mando del Ejercito Mexicano; colgaba a las personas que no le daban coordenadas para encontrar a los Yaquis, gobernador Rafael Izábal (1902); mandó a los indios seris a cortarle la mano derecha a cada Yaqui que encontraran en la isla Tiburón, a consecuencia de esto los Yaquis preferían caer en el suicidio que ver como los que eran responsables de su captura llenaban su bolsillo como recompensa de sus atrocidades.

En 1898, la guerra quedo empatada, algunos Yaquis cedieron ante las autoridades los cuales eran deportadas a Yucatán y otras seguían su lucha en la sierra del Bacatete, aunque estos eran acechados por los militares, en cuanto tuviesen oportunidad mataban a un Yaqui. Todo se volvió más oscuro para los Yaquis en 1908 cuando el Presidente Díaz dio la orden de que todo Yaqui donde quiera que estuviese, seria detenido y por lo tanto Deportado a Yucatán, donde eran vendidos a las haciendas de Henequén.

El coronel Francisco B. Cruz, del ejercito mexicano, le reveló a Turner cual era la verdadera razón por la cual se deportaban a los Yaquis y era en torno al dinero, puesto que al apresar a los Yaquis sus propiedades como tierras, casas, animales quedaban expuestas así que esas eran tomadas por el gobierno, además del dinero que era recibido por vender a los Yaquis a las Haciendas, en resumen la deportación que sufrían los Yaquis era por el dinero que se ganaba al hacerlo.

Pero la tortura de los Yaquis aun no terminaba, la ruta hacia Yucatán era una travesía riesgosa, pues si no los mataron antes en batalla ahora ellos morirían en el camino, llevados en un barco de guerra del Gobierno que después de cuatro o cinco días en San Blas, y desde ese punto hasta Tepic y desde Tepic a San Marcos, este recorrido fue un momento de descanso comparado con todo lo que vendría después,

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