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México Barbaro

dani232422 de Abril de 2013

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Capítulo 1: Los esclavos de Yucatán

En este primer capítulo, el autor expone el estado político en el que se encuentra el país durante la dictadura de Díaz, los regímenes esclavistas en las haciendas de henequén tanto en Yucatán como en Quintana Roo, así como las identidades de patrones nacionales y extranjeros y funcionarios públicos que fomentan y se enriquecen de la esclavitud de millones de mexicanos pobres. De igual forma, se exponen diversos casos y testimonios de esclavos que comprueban la cruel realidad que los rodea. México tiene todos los elementos para trabajar y vivir decentemente, pero en realidad no son aprovechados adecuadamente, ya que las leyes no se cumplen y los mexicanos no obedecemos al gobierno. Es un país sin libertad política, sin libertad de palabra, sin prensa libre, sin elecciones libres, sin sistema judicial, sin partidos políticos, sin ninguna garantía individual, sin libertad de conseguir la felicidad. Durante el gobierno de Porfirio Díaz el país no ha tenido una contienda electoral y por tanto el Poder Ejecutivo lo gobierna todo por medio de un ejército permanente, donde los puestos políticos se venden a precio fijo como sucede de igual manera con las tierras de la nación y de muchos indígenas, pues dominan la política del Estado y poseen miles de esclavos.. La esclavitud es el peonaje llevado a su último extremo a pesar de que la Constitución se opone a ello. Los esclavos nunca eran liberados, solo una vez un amo libero a su esclavo porque después de determinado tiempo el esclavo pudo pagar los $1000 pesos que el amo había pagado por él, pero claro esto nunca sucedía, ya que la vida de esta gente estaba sujeta al capricho de un amo.

Capítulo 2: El exterminio de los yaquis

El exterminio de los yaquis empezó con la guerra y el fin de ellos se está cumpliendo con la deportación y la esclavitud. El pueblo yaqui nunca fue salvaje, siempre fueron un pueblo agrícola; descubrieron y explotaron minas; construyeron sistemas de regadío; edificaron ciudades de adobe; sostenían escuelas públicas, un gobierno organizado y una fábrica de moneda. Son los mejores trabajadores de Sonora, en esta época un trabajador yaqui valía por dos norteamericanos y tres mexicanos, pues el yaqui tenía un admirable desarrollo físico, con hombros anchos, pecho hondo, piernas nervudas y cara curtida. El yaqui típico es casi un gigante y su raza es de atletas. Después de 250 años de conflicto con los españoles, llegaron a concertar la paz y les cedieron una parte del territorio con títulos de propiedad, los cuales fueron respetados por 150 años por los gobernantes y jefes de México hasta llegar Díaz. Los yaquis fueron los que tomaron las armas por vez primera contra el Gobierno de Díaz porque defendían su patrimonio al verse obligados a abandonar sus tierras. La cabeza del Gobierno de Sonora deseaba sus tierras y vieron la oportunidad de lucro cuando el Estado mandó un cuerpo militar. Desde entonces los yaquis se vieron obligados a pelear finalmente en 1894, de modo repentino, les arrebataron las tierras por decreto federal y las traspasaron al general Lorenzo Torres, quien fue jefe militar en Sonora. Al Gobierno se le señala como culpable de las más horribles atrocidades como masacres masivas y apreciables recompensas a todo aquel que matara un yaqui. Esta fue la peor situación para los seres humanos, pues eran maltratados, separados de sus familias para ser tratados peor que animales, no había distinción y las condiciones de vida eran horribles, después de habar luchado contra los españoles, llega el gobierno mexicano y les arrebata aquellas tierras por las que tanto lucharon.

Capítulo 3: En la ruta del exilio

Los yaquis desterrados son enviados a las fincas henequeras como esclavos, exactamente en las mismas condiciones que los cien mil mayas que se encontraban en las plantaciones. Se les trata como muebles; son comprados y vendidos. A veces eran azotados hasta morir. A los hombres los encerraban durante la noche y a las mujeres las obligan a casarse con chinos o con mayas. A las familias desintegradas no se les permite que vuelvan a reunirse. Una vez que pasan a manos del amo, el Gobierno no se preocupa por ellos ni los toma en cuenta; el Gobierno recibe su dinero y la suerte de los yaquis queda en manos del henequero. Las condiciones de trabajo, iguales para hombres, mujeres y niños, hacían que cualquier trabajador sólo aguantara de tres a cinco meses. Después de eso, cuando el agotamiento, el hambre y las palizas minaban su salud, los patrones se deshacían de ellos arrojándolos a los pantanos, donde eran devorados por los cocodrilos sin importar que estuvieran muertos o agonizantes.

Capítulo 4. Los esclavos contratados de Valle Nacional.

Uno de los lugares más temidos del México de principios del siglo XX era la región tabacalera de Valle Nacional en el estado sureño de Oaxaca. Los esclavos que trabajaban en las haciendas tabacaleras eran gente traída desde todos los puntos de la república. Al principio muchos de ellos llegan pensando que son trabajadores libres, pero en cuanto se les ocurre pedir que los dejen salir es cuando se dan cuenta de que son en realidad prisioneros. Los convencen de que tienen una deuda pendiente que solamente pueden pagar con trabajo. Los esclavos de Valle Nacional no son indios, son mestizos mexicanos y algunos de ellos son hábiles artesanos y artistas. En conjunto, aparte de sus heridas, su miseria y su desesperación constituyen un grupo representativo del pueblo mexicano, ninguno de ellos llegó a Valle por su propia voluntad, ni hay uno solo que esté dispuesto a dejarlo al instante si pudiera salir.

Capítulo 5: En el Valle de la Muerte

Debido a su gran belleza, Valle Nacional fue llamado Valle Real por los primeros españoles; pero después de la independencia, el nombre fue cambiado por el de Valle Nacional. Treinta y cinco años antes esas tierras pertenecían a los indios chimantecos, tribu pacífica, entre quienes las dividió el Presidente Juárez. Cuando Díaz subió al poder olvidó dictar medidas para proteger a los nativos contra algunos hábiles españoles que azotan a sus esclavos, de modo que en pocos años los indios se habían quedado sin sus tierras. El movimiento anual de esclavos era de 15 mil y aunque mataran a los trabajadores, las autoridades no intervendrían. Estos sucesos dejaban claro que las autoridades estaban profundamente involucradas en el manejo y venta de esclavos, la explotación y asesinato de una gran mayoría de la población mexicana.

Capítulo 6: Los peones del campo y los pobres de la ciudad

El sistema esclavista en México sería imposible sin la participación del Gobierno, ya que funcionarios de los Estados y de la Federación están dedicados a juntar, transportar, vender, vigilar y cazar esclavos. Por lo menos en 10 de los 32 Estados de México, la mayoría abrumadora de trabajadores son esclavos. Aunque las condiciones secundarias varíen, el sistema general es el mismo: el servicio contra la voluntad del trabajador, ausencia de jornales, escasa alimentación y azotes. Las deudas son transmitidas de generación a generación aunque la Constitución no reconoce el derecho del acreedor para apoderarse y retener al deudor físicamente. Por lo que refiere al vestido y la habitación, el mexicano ordinario vive en tales condiciones de vida que no se ven en ninguna ciudad que merezca el nombre de civilizada. México tiene dos millones de km2 Es un país rico en recursos y no está sobre poblado. No hay razón natural ni geográfica para que su pueblo sea próspero y feliz, pero es un pueblo muerto de hambre; una nación postrada en la miseria. La misma miseria que el gobierno ha permitido a los habitantes de este hermoso país.

Capítulo 7. El sistema de Díaz

La esclavitud y el peonaje en México, es producto de lo que se podría llamar “sistema” del general Díaz. Tal vez no deba de culparse a Porfirio Díaz de que antes un peón pudiera tener su pequeña parcela y ahora no tenga nada, o de que la esclavitud se haya restablecido en México. Principalmente se debe culpar de la degradación mexicana al sistema de Díaz, ya que aunque él sea pieza angular de éste, existen otras personas que lo sostienen y sin las cuales todo se vendría abajo. Durante el gobierno del general Díaz la esclavitud y el peonaje se establecieron en México como la única forma de vida, de los vulgarmente llamados “pobres”, si bien es cierto mencionar que Díaz arrebató las tierras mexicanas a su pueblo que se veían desprotegidas y se las entregó a extranjeros a cambio de dinero que no se vería utilizado en el bienestar del pueblo, es cierto decir que Díaz fue el culpable de tanto horror en México, al menos mientras su largo mandato, pero también lo somos nosotros por permitir eso, por no luchar y defender los derechos y valores que anteriormente en una independencia habíamos logrado.

Capítulo 8. Elementos represivos del régimen de Díaz.

Era de suma importancia para el gobierno de Díaz, el que los empresarios emprendieran negocios y que estos mismos pudieran recibir el mismo trato en México que en su país. En 1786 el general Díaz ocupo con sus fuerzas la capital mexicana

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