Máscaras De Libertad

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El Porfiriato: El costo del progreso

09/04/2013

Brenda Pamela García Mora

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José de la Cruz Porfirio Díaz Mori, o simplemente Don Porfirio, es uno de los muchos mexicanos que marcó una época y, sin embargo, es el único que le dio su propio nombre a una etapa de la historia del país. Díaz, como General, fue estratega militar con ideología sufragista en contra de la reelección presidencial, la cual, irónicamente, fue la que lo mantuvo en el poder durante tantos años. A diferencia de Santa Anna, Díaz tiene defensores y detractores pues fomentó el progreso, sí, pero a costa de la libertad de expresión.

Díaz, como presidente, es conocido como “El Abuelo de la Patria” y, durante su gobierno, logró cuatros grandes objetivos: la estabilidad política del país, el progreso económico del mismo, la atracción de la inversión extranjera y el reconocimiento de México a nivel internacional; los últimos dos, gracias sus múltiples relaciones internacionales. De este modo, Porfirio Días logró lo que parecía imposible, por primera vez hubo un superavit en México.

Cabe destacar que parte importante del rápido desarrollo del país durante su mandato, se debió a la construcción de vías ferroviarias por todo el país que Días ordenó. De esta forma, México se estaba volviendo autosuficiente y, además, era capaz de exportar gran cantidad de alimento. El país se convirtió en el primer productor de plata, se comenzó a exportar el petróleo, se construyó el primer boulevard, se inició con la industrialización y se crea la primera industria siderúrgica en América Latina. Hubo paz en el país, pero a un costo muy alto, el orden se debía al miedo.

El “pero” del “orden porfiriano” era la “libertad”. Orden sin libertad. A las elecciones que él realizaba nadie se presentaba. Le daba a sus opositores cargos en el sector público y dinero y, si no aceptaban, los catalogaba de insurrectos y los mataba vía Ley Fuga, es decir, con el famoso “Mátalos en Caliente”

La objeción al gobierno de Díaz, es la injusticia social. Había dinero, sin embargo no era repartido equitativamente de modo que los pobres se hacían más pobres y los ricos o extranjeros, más ricos (lo cual no dista mucho de la situación actual de nuestro país). Así pues, era progreso sin justicia, no les pagaban a los obreros que, además eran discriminados.

Ni que decir sobre el trato a la mujer, eran muñecas de porcelana para el hogar, entre más sumisa y callada fuera el ama de casa, más atractiva, la fémina tenía que vivir en subordinación ante el género masculino. Es por ello que se crea la revista “La Mujer Mexicana”, fundada por Dolores Correa Zapata y Luz Fernández viuda de Herrera, y en la cual podemos encontrar entre sus páginas homenajes a los héroes de la patria, como Don Miguel Hidalgo o Josefa Ortíz. En dicha publicación mensual, dirigida, redactada y sostenida sólo por señoras y señoritas, se buscaba la superación personal del género femenino mediante la implantación de normas sociales con base en mujeres destacadas de la época. Se proponía lograr que la mujer fuese activa y preparada, pero pudorosa y correcta en su manera de dirigirse en sociedad.

Otra publicación contemporánea fue el periódico “Regeneración” dirigido por los hermanos Flores Magón. En él se atacaba de manera directa el régimen porfirista, lo que varias veces ocasionó el encarcelamiento y huida de sus fundadores. Dichos hermanos también tenían a su cargo la revista de sátira mexicana llamada “El Hijo del Ahuizote”, en ella se publicaban caricaturas haciendo alusión al rechazo que había por parte del pueblo hacia el gobierno de aquellos años.

La mayoría de las publicaciones en aquel entonces eran clandestinas pues llegaban a ser castigadas duramente por ir en contra de los principios morales que Don Porfirio Díaz había establecido prácticamente como leyes. Así, la libertad de expresión no era algo que se permitiera durante ese periodo conocido como Porfiriato.

Por otra parte, podemos hablar de la paz que se cernió sobre el país mediante las estrategias del General Díaz las cuales consistían puramente en la represión: “Dios reparte las balas, pero, entre los presentes”. Se dio, de esa forma, el ataque al vandalismo que se había fortalecido durante el mandato Juarista y la creación de una autoridad represora llama “Guardia Rural” un grupo armado, que gozaba de inmunidad, encargado de mantener tranquilos a los campesinos y detectar a los opositores y descontentos con el régimen Porfirista con la consigna de ejecutarlos sin más con tal de mantener el orden social.

Don Porfirio mantenía la vista en

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