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Mèxico En El Contexto Internacional Durante El Porfiriato.


Enviado por   •  4 de Julio de 2014  •  2.122 Palabras (9 Páginas)  •  2.227 Visitas

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Mèxico en el Contexto Internacional durante el Porfiriato.

El porfiriato, fue la primera forma de gobierno “estable”, después de la época colonial y del México independiente. En esta época, da inicio una serie de transformaciones dentro del territorio “independiente”, así como la idea de nación que se fue conformando.

El régimen de Porfirio Díaz, el cual abarcó un poco más de 30 años, fue suficiente para conformar y expandir la idea de nación, ésta entendida como desarrollo y progreso para Díaz. Seguramente estas ideas fueron una gran propuesta para su aceptación en la sociedad, sobre todo con las élites de esa época.

La participación de grupos de poder, tanto de la clase política como de las elites, seguramente acompañaron las ideas de desarrollo que Díaz. Estas mismas élites fueron también a quienes durante el Porfiriato, se les respondía sus intereses antes que al pueblo.

Algunos principios de desarrollo en el país y sobre todo para la èlite porfiriana, lo podemos ver en la conformación de nuevas colonias y con ello la diferenciación de la élite y la tendencia “afrancesada” que estos grupos fueron adoptando como resultado del intercambio o interacción con el mundo europeo y en este caso con Francia, el cual fungió en su época como un modelo de desarrollo para el mundo. Al mismo tiempo, México representado por las élites tanto política como socil y económica con el gran interés de mostrar al país ante el mundo, como un lugar “prometedor”, moderno y con estilo, éste último aspecto, apunto al llamado “afrancesamiento” o la similitud o imitación de una forma de vida. Esta realidad conformada por las élites, quedaba muy lejos de la realidad de un país aquellas partes que no pertenecían a ellas.

Otro aspecto es la mirada que se pretendió dar hacia el exterior por medio de las exposiciones internacionales del siglo XIX, que sirvieron para reforzar o conformar la idea de Nación y en este caso de México.

Debemos comprender la época de la llamada estabilidad política o paz social, a la cual la historiografía lo comprende en este periodo de 1877-1911. Al final de la lucha por la independencia en 1821 se puede situar como la noción de nación moderna. La idea de modernidad trajo también consigo la idea de “tradición” el nacionalismo en México ante el mundo.

Tenorio Trujillo en su obra Artilugio de la Nación Moderna, nos muestra claramente el enfoque que México pretendió dar al extranjero con las exposiciones internacionales. En ellas, las mejores caras de un país eran presentados como para venderse al mejor postor. México pretendía mostrarse como un país desarrollado ante la idea de incivilaciòn por lo que fue presentado como “la tierra prometida”, como el lugar al que se podía habitar.

Estas participaciones de México en el extranjero fueron también un resultado de los intereses de las élites, grupo que no podía quedar fuera de esta práctica. Los beneficios y decisiones intrínsecamente tenían que ver con los grupos de poder y la mirada desde su propia condición.

La manera de mostrar a México ante el mundo, desde el propio estado y su élite fueron generando conceptos y símbolos que identificaron a México como país pero no solamente de México sino también de la imagen del mundo generado a partir de las exposiciones en el siglo XIX, en donde la importancia era la ciencia y el progreso. En esta dinámica universal se insertaron los países y en el caso de México para lo cual le venía muy bien a Díaz en su régimen.

Estas participaciones estuvieron presentes con la idea de nación en donde banderas himnos y “tradiciones” fueron puntos de partida. Estas imágenes mostradas entre los mismos países participantes no eran más que una imagen construida para poder ingresar en ese mundo global y moderno que la dinámica de la modernidad exigía. La muestra de superioridad, de poderes e incluso raciales y culturales iban también de la mano dentro de la idea de desarrollo, de modernidad y del concepto de nación.

Hobsbawm en La invención de la tradición hace un estudio de cómo estas formas de mostrarse por medio de una “tradición” pero inventada es de utilidad para la nación y su necesidad de reinventarse.

El himno nacional, la bandera y emblemas nacionales son los que representan la “identidad” construida de la nación y con ello inicia también una tradición en el sentido de “practicas comunes”, como cantar el himno nacional y la identificación de la bandera mexicana y saberse parte de una nación al reconocerlas.

La participación que México tuvo en Paris, pudo ser un elemento fundamental para retomar ideas o estilos que se convirtieron en lo que se llamó afrancesamiento en México. Esta nueva practica, se notaba en el estilo de construcción de casas, es decir con elementos que hacían notar tanto la forma de vida de las élites hasta la imitación quizá del estilo de vida europeo. Podríamos hablar de la construcción de un imaginario desde la élite porfiriana pero, las evidencias como el estilo de las casas iban más allá de quedarse en la imaginación..

La tendencia al afrancesamiento, o algo cercano a ello, no solamente se dio en México sino, de acuerdo a Trujillo, también fue un modelo occidental, como se menciona en este párrafo: […] Paris era en verdad la `la capital del siglo XIX´, […] a fines del siglo XIX la cultura francesa era considerada el resultado natural y universal de la evolución del pensamiento occidental moderno”. Francia se vuelve una referencia no solamente para México sino para el resto del mundo, además de ser un punto para la celebración de la Revolución Francesa y con ello la emisión de un enfoque universalista en el mundo moderno. Lo que sucedía tras bambalinas no era más que el hecho de fomentar por medio de estas muestras, la construcción del nacionalismo y en este caso el francés. La Exposición Universal de Paris en 1889 fue considerada como la más grande del siglo XIX.

La participación de México en las exposiciones internacionales, pudo ser el punto de inicio de la transformación de México en su intento de practicar la forma de vida al estilo europeo, pero esto sucedía solamente con las élites y estaba muy lejos de que los campesinos e indígenas estuvieran participado de esta experiencia aunque seguramente era notoria la diferencia cuando a miembros de las elites se les veía en sus carruajes o asistiendo y participando de algún evento “publico”, quizás como lo fue el festejo del centenario de la independencia, ya en la última etapa de Díaz.

La construcción

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