Neoliberalismo
isab080525 de Junio de 2014
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La política económica en México, 1950-1994 (Enrique Cárdenas)
En realidad, los años cincuenta en su conjunto, a raíz de la devaluación de 1948, se caracterizaron por un fuerte crecimiento económico que si bien se prolongó hasta el final de la década de los sesenta no tiene exclusivamente una diferenciación por el nivel de la inflación.
Durante los años cincuenta se observó un fuerte crecimiento económico a pesar de la devaluación del peso en 1954, pero la economía no dejo de crecer
El peso se devaluó en 1954 pero la economía no dejó de crecer, de hecho en ese año la economía observó un crecimiento del PIB de alrededor de 10% . Sin embargo para el inicio de los años cincuenta los precios estaban más o menos estables después de la devaluación de 1947-1948, en los años cuarenta el gobierno realizó una fuerte inversión en infraestructura básica la cual junto con la fuerza laboral en expansión y el mercado interno aislado en buena medida de la competencia externa por la política proteccionista iniciada hacia 1947.
De acuerdo a Enrique Cárdenas la transición económica sucede alrededor de 1956, dos años después de que se devaluara el peso y cuyo valor permaneció fijo durante 22 años para lo cual fue un caso excepcional en América Latina, hasta agosto del año 76.
La política de fomento económico estuvo enfocada principalmente en la inversión en la infraestructura básica financiada en su mayoría por
Los autores sitúan la transición alrededor de 1956, dos años después de la devaluación del peso, cuyo valor se mantuvo fijo durante 22 años como un caso excepcional en América Latina, hasta el último día de agosto de 1976. Durante los años treinta , cuarenta y parte de los cincuenta, el gobierno jugó, en lo económico, un doble papel: por un lado, y sobre todo en el segundo de esos decenios, la política de fomento económico fue muy vigorosa y se enfocó fundamentalmente en la inversión en infraestructura básica. Esta inversión fue financiada en su mayor parte por fondos propios del gobierno, no inflacionarios, y solo en una pequeña parte por endeudamientos con el sistema bancario privado y en menor medida con organismos de crédito internacionales.
La política económica también se puede caracterizar por haber mantenido un equilibrio interno pero cada vez más el ahorro interno de la economía mostraba signos de insuficiencia para financiar el proceso de crecimiento que requería el país.
El común denominador de estos años es el rápido crecimiento de la economía, y que todavía se podía bastar en si misma., en el sentido de que el ahorro interno era casi suficiente para financiar la inversión total y poder crecer a tasas elevadas con recursos propios.
Entre 1957 y 1962 el ahorro externo constituyó 11.7% en promedio del ahorro total pero solo representó 1.8% del PIB.
Los sectores que tuvieron una participación más bien pobre fueron el pecuario y la minería, ésta última reflejando la debilidad de la demanda externa que tradicionalmente la había estimulado.
Si se toma en cuenta que la fuerza laboral estaba aumentando a un ritmo inferior que el de la población, el producto promedio por trabajador empleado o no, debe haber aumentado aún más. Por tanto, desde cualquier punto de vista , el crecimiento que la economía experimentó durante los años cincuenta es uno de los de mayor bonanza en la historia contemporánea del país ; primero por la demanda de algodón y otros productos básicos, la guerra de Corea dio un impulso inicial , segundo el gasto gubernamental deficitario dio un estimulo significativo a la inversión pública y por tanto a la demanda agregada, dice el argumento tradicional, lo que impulso el crecimiento económico y mayor ocupación de la fuerza de trabajo, no obstante su impacto en la inflación y en la balanza de pagos que desembocó en la devaluación de 1954 y finalmente la baja en los precios de los insumos de origen agropecuario y de los proveídos por el sector público, especialmente la energía .
El gobierno continuó invirtiendo fundamentalmente en infraestructura básica , y colocó el énfasis en el petróleo, las carreteras y los servicios sociales de salud y educación. Sin embargo, a partir de 1958 la caída de los precios internacionales del algodón y otros factores redujeron sensiblemente el desempeño de la agricultura que a su vez disminuyó la captación de divisas en forma importante . En 1950-1962, la inversión del sector privado creció 8.1% en términos reales en promedio al año , la inversión privada tuvo un comportamiento muy dinámico durante los años cincuenta, lo que elevó la productividad de la mano de obra empleada, y ello a su vez incrementó la tasa de crecimiento de la economía.
El consumidor nacional de bienes de consumo fue cautivo de las empresas localizadas en el país, la SHCP otorgó mayores estímulos fiscales para promover la reinversión de utilidades y aunque se incrementó la progresividad del impuesto sobre la renta en 1954 se mantuvo y amplió la política de estimular la creación de nuevas empresas a través de subsidios y exenciones fiscales y el creciente apoyo de Nacional Financiera.
Por tanto la disponibilidad de divisas para realizar las importaciones de bienes de capital y de insumos , y la existencia de un sistema financiero que pudiera responder al menos a las necesidades de capital de trabajo, fueran componentes importantes en la estrategia de desarrollo de la época se estima que en promedio entre 1952 y 1958 , 37.7% del monto de la inversión privada estaba constituida por equipo, maquinaria y otros productos de origen importado. A lo largo de los cincuenta , el sector agropecuario fue el principal generador de divisas , mientras que la minería dejó de jugar el papel central.
Durante la década de los años cincuenta los recursos del sistema bancario a precios corrientes se triplicaron , lo que muestra que la participación del sector financiero en el desarrollo del país creció notablemente , mucho más que el conjunto de la economía . Más aún , el principal estímulo para el crecimiento del sistema bancario provino de los aumentos de la demanda de servicios bancarios de la industria, el comercio y los particulares en general .
Finalmente, el aprovechamiento de la externalidades positivas creadas por la inversión en infraestructura realizada con anterioridad, como por ejemplo en carreteras, puertos, ferrocarriles, dotación de energía a precios razonables, etc, contribuyó también al rápido desarrollo de la economía en su conjunto . Es decir, la inversión en este tipo de proyectos aumentó la productividad de otras actividades económicas, por lo que el producto nacional general aumentó más allá de lo que significó esa inversión por sí misma.
De acuerdo con las interpretaciones más comunes, los años cincuenta, al igual que los cuarenta antes y los sesenta después, se caracterizaron por un fuerte procesos de sustitución de importaciones como consecuencia de la política comercial proteccionista iniciada a fines de los años cuarenta , especialmente para los bienes de consumo.
El crecimiento de la demanda, dada una economía cerrada a la competencia externa, recibe su mayor empuje del mercado interno y no de la sustitución de importaciones puesto que ya se han sustituido la mayor parte de lo que antes se importaba.
Así, la demanda interna explica, con mucho, la mayor parte del crecimiento de las industrias del país, 99.5% en la primera parte del decenio , y 84.4% en la segunda . Por tanto en la primera mitad de los años cincuenta , con un tipo de cambio más bien sobrevaluado, la sustitución de importaciones es prácticamente nula .
La inversión sobre todo la privada, creció mucho más rápido que el PIB por lo que la productividad se elevó significativamente; el empleo aumentó aún más aprisa que la población económicamente activa, lo cual constituyó un avance notable dado el rápido crecimiento poblacional . El “milagro” mexicano estaba en plenitud.
En efecto durante la década de los años cincuenta, los objetivos de la política económica se pueden sintetizar de la siguiente forma: primero, contrarrestar las fluctuaciones económicas generadas desde el exterior para evitar al máximo su impacto negativo en el nivel de actividad económica y en la inflación; segundo conseguir la estabilidad de precios y mantener altas tasas de crecimiento después de la devaluación de 1954, y tercero, promover el desarrollo industrial a través de la protección de la competencia externa y de diversos instrumentos de apoyo financiero, para aumentar el empleo y disminuir la dependencia del exterior. Este último objetivo se dio a costa del sector agropecuario , que finalmente perdió su carácter estratégico.
La inflación ocurrida a principios de los años cincuenta se debió claramente al impacto externo que sufrió la economía y no a las finanzas públicas, las que de hecho registraron un superávit tanto en 1950 como en 1951.
Más bien está cada vez más claro , que dicha inflación, si bien tuvo un componente interno por la razón antes mencionada, fue causada más bien por la serie de impactos externos que repetidamente, pero no en forma continua, golpearon a la economía nacional.
También con el fin de incrementar la recaudación fiscal , en 1951, se reformó la ley del impuesto sobre la renta y se establecieron nuevos impuestos sobre la venta de diversos productos, como cerveza, cigarros, bebidas alcohólicas, refrescos, autos y camiones.
En efecto, el auge externo estimuló la economía interna por lo que el ingreso nacional creció muy rápidamente.
Cuando el flujo de divisas
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