ORIGEN DEL HOMBRE AMERICANO

ORIGEN DEL HOMBRE AMERICANO

1. TEORIAS

1.1 TEORÍA AUTOCTONISTA

Fue lanzada en 1890 por el naturalista, paleontólogo, antropólogo de origen argentino Florentino Ameghino planteando que El hombre aparece en la era terciaria en las "pampas argentinas". Según este argumento América es la Cuna de la humanidad.

En 1908 esta teoría fue rebatida por el antropólogo checo-norteamericano Alex Hrdlicka quien se baso en nuevas evidencias, para rechazar los argumentos de florentino.

Hrdlika refuto el planteamiento de que el hombre se origina en el terciario ya que estaba comprobado científicamente que se originó en el cuaternario. Ameghino basaba sus suposiciones en las osamentas encontradas en el sitio de Mercedes, en la proximidades del arroyo Frías, las cuales, según él, correspondían a un individuo que debió vivir en el terciario, en las zonas de la pampa argentina. Sin embargo se comprobó que estos restos fósiles hallados eran de monos americanos y felinos mezclados con huesos de humanos recientes. Debido a estas incongruencias Esta teoría es rechazada en la actualidad.

1.2 TEORÍA INMIGRACIONISTA ASIATICA

El primero en sugerir el origen asiático del hombre americano fue el Jesuita y antropólogo español José de Acosta en su libro Historia Natural Y Moral De Las Indias S XVI. También propuso la teoría asiática del poblamiento americano Samuel Foster Haven antropólogo norteamericano.

Retomando un argumento de Foster, En 1937, el antropólogo checo Aleš Hrdlička -quien años atrás había echado por tierra la teoría autoctonita- sostuvo que El hombre aparece en era cuaternaria, el ser humano había ingresado a América por Alaska (valle de Yucon) proveniente de Siberia (Asia) hace aproximadamente 10.000 años atrás, cruzando el Estrecho de Bering para después dispersarse por toda América. Cruzo en el interglacial de Wisconsin.

Rutas de migración:

-ruta principal: Cruzando el Estrecho de Bering

1.3 TEORIA INMIGRACIONISTA AUSTRALIANA

El Antropólogo Mendes Correia , alcanzo la fama mundial al plantear que existió una corriente de migración hacia América del Sur procedente de Australia y Tasmania, atravesando las Islas Auckland hasta la Antártica asentándose en Tierra del Fuego y la Patagonia, basando su sustento en semejanzas físicas en cráneos y grupos sanguíneos. Esta teoría no muestra restos arqueológicos, solo aporta una ruta, un proceso inmigratorio desde Australia, a través de bordear el continente antártico y que atravesando el mar de Drake, fueron aprovechando una serie de islas hasta su instalación en los territorios del extremo austral sudamericano.

1.4 TEORÍA INMIGRACIONISTA OCEÁNICA

El etnólogo francés PAUL RIVET Planteó la semejanza de pueblos melanésicos y polinésicos con otros de América del Sur y reveló que estos primeros, siendo excelentes navegantes, desde Australia y Oceanía en dirección este, habrían atravesado el Océano Pacífico para arribar a las costas sudamericanas (altura de Nazca, Perú). Entonces, la población indígena americana es el resultado de cierto número de migraciones, unas por el estrecho de Bering y otras a través del Océano Pacífico

MITOS Y REALIDADES SOBRE EL ORIGEN DEL HOMBRE AMERICANO

Se han propuesto infinidades de soluciones para explicar la presencia del hombre en las tierras que Cristóbal Colón y sus sucesores abrieron a la expansión Europea. La mayoría de dichas soluciones pueden parecernos hoy en día singularmente pueriles.

En este punto cabe destacar que cuando el hombre Europeo empezó a plantearse interrogantes respecto al origen de la población que se encontraba asentada en América, las ciencias antropológicas no existían por lo que era imposible hacer estudios científicos comparativos. De modo que las explicaciones formuladas estuvieron basadas en la observación del pasado histórico, los aspectos culturales apreciados a grandes rasgos en los pueblos americanos, y en la Documentación más conocida, a saber; la Biblia.

Basado en esta última fuente surge un primer mito respecto al origen del hombre americano; como el libro sagrado no hablaba de pueblos que tuvieran características de los indios, algunos cronistas después de describir en forma grotesca algunas tribus aborígenes, plantean sus dudas sobre si los indios eran seres humanos o no. Con respecto a esta posición el Papa Paulo III tuvo dicto una bula donde declaraba que los indios debían ser considerados como seres humanos. Aceptada esta premisa de la humanidad de los indios, había de buscarse el lugar de donde procedían.

Un segundo mito se basa en el relato bíblico de génesis según el cual durante la construcción de la torre de babel se confundieron los lenguajes de los hombres por lo que estos se agruparon según sus idiomas y se esparcieron en distintos lugares de la tierra, entre ellos América.

Por otro lado el libro del mormón narra la historia de dos grandes pueblos, los nefitas y los lamanitas que vivieron entre el 600 a.c y el 421d.c se supone que estos pueblos surcaron los mares y desembarcaron en el continente americano los lamanitas eran de raza oscura y los nefitas eran blancos. Estos entablaban constantes combates hasta que se extinguieron los nefitas, por eso cuando llegaron los españoles solo encontraron gente de raza oscura.

Otra explicación propuso que el hombre americano era descendiente de los atlantes de que hablaba Platón en sus diálogos “Timeo” y “Critias”.

En estos escritos, Critias, discípulo de Sócrates, cuenta una historia que de niño escuchó de su padre y que este, a su vez, supo de Solón, el venerado legislador ateniense, a quien se la habían contado sacerdotes egipcios en Sais, ciudad del delta del Nilo. La historia, que Critias narra cómo los atenienses detuvieron el avance del imperio de los atlantes, belicosos habitantes de una gran isla llamada Atlántida, situada frente a las Columnas de Hércules y que, al poco tiempo de la victoria ateniense, desapareció en el mar a causa de un terremoto y de una gran inundación. Según el relato Poseidón era el amo y señor de las tierras atlantes. Este dios se enamoró de una mortal llamada Clito y para protegerla, o mantenerla cautiva, creó tres anillos de agua en torno de la montaña que habitaba su amada. La pareja tuvo diez hijos, para los cuales el dios dividió

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