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Organización social en la época del feudalismo


Enviado por   •  26 de Abril de 2016  •  Resúmenes  •  1.301 Palabras (6 Páginas)  •  491 Visitas

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Resumen

EL FEUDALISMO

Las distintas invasiones, determinaron que los campesinos pacíficos de los países de Europa de occidente, buscaran protección para sus vidas a los nobles ricos, propietarios de tierras y de castillos. De esta manera, se consolidó y perfeccionó así un régimen llamado feudalismo.

En virtud, los reyes perdieron gran parte de su autoridad y una clase superior la nobleza se impuso por completo en el seno de la sociedad.

La tierra era la base del régimen feudal, pues la posesión de ésta implicaba obligaciones recíprocas entre el que daba (señor) y el que recibía (vasallo). Así cuando el campesino quería acogerse al amparo de un noble poderoso, debía entenderse que cedía la propiedad de su tierra al señor, quien le aseguraba su uso y disfrute a cambio de ciertas obligaciones. En una ceremonia solemne, ante testigos, el noble hacía entrega de un objeto (un estandarte, rama de un árbol, etc) que representaba simbólicamente la tierra que el labriego tomaba. A su vez, éste prestaba al noble juramento de fidelidad, con las manos puestas sobre la Biblia.

Idénticas relaciones existían entre el rey y los nobles, o entre dos nobles, así se llegó a establecer una jerarquía feudal.

Los grandes señores feudales tenían el derecho en sus tierras de : administrar justicia, de ejecutar penas, de acuñar monedas, de cobrar impuestos, de declarar la guerra a otros señores y de movilizar tropas como si fueran verdaderos monarcas.

Organización social en la época del feudalismo

No existía el principio de igualdad entre los seres humanos. Pues había una clase superior, la de los nobles y dos clases inferiores: la de los villanos y la de los siervos. Además existían los clérigos u hombres que habían recibido una cultura eclesiástica, gozaban de consideraciones especiales, ya fueran monjes o sacerdotes.

Los nobles disfrutaban del fuero,  que era una prerrogativa que les permitía sustraerse a la justicia ordinaria y ser juzgados, en caso de delito o falta, por tribunales propios. Hacía también uso la nobleza del derecho de primogenitura, o sea el de dejar el padre de familia toda la herencia al  hijo mayor, en perjuicio de los restantes hijos. También tenían la facultad, los primeros hijos, de ingresar al selecto orden de la caballería, es decir el de los hombres libres que combatían a caballo, el cual siempre tendrían que tener un comportamiento honorable. Eran los más galantes con las mujeres, podían acudir a duelos para vengar agravios, no faltaban a la palabra empeñada, pues se consideraba un hecho muy mal visto (felonía) traición.

Los villanos se llamaban así porque habitaban las villas o pequeñas aldeas que se habían formado en las proximidades de los castillos, se dedicaban a la labranza de la tierra  a los trabajos manuales, bajo el amparo del señor feudal. Debían corresponder a este beneficio con servicios personales y no con dinero. Los siervos eran utilizados por el señor en las faenas rurales, en sus bosques o en sus tierras de labranza o de pastoreo. No había contratos que los ampararan.  Por lo general se les consideraban como parte de la propiedad feudal, y se el señor vendía su propiedad, vendía también a los siervos.

Era una economía totalmente agraria, el comercio de los productos comunes no rebasaba el ámbito de los pequeños mercados locales, este pequeño comercio con frecuencia usaban el trueque, las escasas monedas de oro, se reservaban para el comercio de lujo.

FEUDALIZACIÓN DE LA IGLESIA

Los obispos y monasterios importantes, se vieron inmersos en las estructuras feudales, y en sus dominios ejercieron las funciones públicas, como lo hacían los señores laicos. Ello produjo graves daños a la Iglesia, pues reyes y condes tendieron a nombrar obispos y abades no a los que destacaban por su celo pastoral, sino a los que podían resultar vasallos más fieles. Por esta causa abundaron en los siglos X y XI, sobre todo en Francia y en Imperio Germánico, los obispos y abades, que accedían a los cargos eclesiásticos mediante el dinero y por supuesto no respetaban la ley del celibato, llegando incluso a transmitir a sus hijos la mitra o la abadía.

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