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PATRULLAJE POLICIAL

JuanTaczaFlores12 de Mayo de 2014

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I UNIDAD

EL PATRULLAJE

A. EL PATRULLAJE (Concepto)

Operación policial que cotidianamente realiza la PNP, con el objeto de mantener el orden público y prevenir los delitos y faltas.

B. ETIMOLOGIA

La palabra “Patrulla” empleada actualmente en el lenguaje Policial, deriva de un concepto militar, originalmente atribuido al ejército Francés. En efecto, durante las Guerras Napoleónicas, los franceses utilizaban el verbo “Patroullier” para referirse a las acciones de desplazamiento de tropas en determinada área tanto para reconocerlas como para garantizar su propia seguridad.

Traducido quiere decir: “marchar en el fango”, considerando que la acción era realizada en lugares fangosos, debido a la época de lluvias que azotaba la región.

Los Anglosajones también la emplearon con un sentido similar como “Patrol”, posteriormente, se aplicó al ámbito policial. Las organizaciones policiales han usado este término como extensión, asimilándolo a aspectos generales de su función.

¿Porqué Patrullaje?, para establecer realmente los términos en la medida en que deban usarse; convengamos en que puede utilizarse “Patrullas”, pero este término se refiere tanto el personal como al servicio que se presta. Por eso el sufijo tónico “Eje”, unido al verbo (Patrullar), denota acción y efecto de patrullar. Los que ejecutan la acción deben denominarse “Patrulleros” o “Policías de Patrulla”.

En nuestro medio, por razones de costumbre se denomina “Patrullero” al vehículo y la gente común también lo denomina “Patrulla”.

C. EL PATRULLAJE COMO OPERACIÓN POLICIAL

Nada descubrimos si decimos que nuestro entorno se está tornando excesivamente violento. Hechos que hace unos años creíamos únicamente propios de países violentos los vemos día a día las calles de las calles del Perú.

Entre los producidos por adolescentes y menores de edad tenemos ejemplos tristemente célebres que nos vienen a la mente en cuanto hablamos del tema. En el Perú ya se han producido repetidamente asaltos armados a colegios e institutos por adolescentes armados, mediando las más diversas motivaciones; casos en los que grupos reducidos de menores han asesinado premeditadamente a otros niños, en ocasiones, y más cercano a nosotros, esa joven que asesinó a su madre con un filudo cuchillo, emulando probablemente al héroe de su video-juego favorito.

A través de la televisión, el cine y los video-juegos, los jóvenes están siendo psicológicamente brutalizados y traumatizados desde su más tierna infancia en una forma de vida violenta. Estudios científicos en los campos de la Psiquiatría, la Psicología y otras ramas sociales confirman estas tesis y ya pocas personas pueden dudar la relación causa-efecto que existe entre los medios de comunicación, globalmente considerados, y una gran parte de la violencia del mundo real; por lo que se hace importante la presencia de la PNP en esta parte de la prevención del delito mediante un adecuado Patrullaje.

Grossman, sicoanalista conocido a nivel mundial, llegó a señalar que el largo tiempo de exposición de la infancia a la televisión es sin duda uno de los factores que se esconde detrás de, al menos, la mitad de los homicidios de hoy en día. Durante las extraordinariamente gráficas y violentas películas, los niños ríen y animan a los personajes. Con los video-juegos y los juegos de ordenador, los niños disparan y disparan a ‘matar’, de tal forma que llega a ser una respuesta condicionada. Los niños del mundo "civilizado" están aprendiendo a matar y lo que es peor, aprendiendo a que les guste, llegando en muchos casos hasta la adicción.

Viendo a las comunidades avanzadas, llenas de "sociopatía casera", los policías de hoy están empleando en muchos supuestos, por necesidad, equipos y tácticas que una vez fueron propios de la esfera militar. Y quien crea que eso es mero alarmismo sólo tiene que consultar los archivos de cualquier hemeroteca, o simplemente ver las noticias de prensa, radio y televisión diarias.

En donde los protagonistas de hechos violentos fueron adultos los tenemos de todos los "colores y sabores", y circunscribiéndonos a nuestro país podemos dar testimonio de muchos de ellos como hechos cruentos, en los que integrantes de las Fuerzas del Orden y Serenazgos locales han tenido un dramático protagonismo.

¿Quién pensaría hace veinte años que la Policía tendría que enfrentarse a delincuentes organizados y armados con sofisticado armamento?. Aunque en algunas Escuelas se enseñaba algo sobre táctica policial a lo largo del aprendizaje en los cursos básicos, ésta parecía tener un lugar secundario ante la Constitución, las leyes y otras áreas jurídico-normativas. Aún hoy, en el esfuerzo de la Administración por formar jurídicamente a los agentes para un mejor desarrollo de sus funciones de policía, se suele perder de vista lo que debiera ser la mayor preocupación de éstos: volver a casa con su familia sanos y salvos al final de su jornada de trabajo.

Por desgracia, muy frecuentemente aun en la actualidad, la única vez que el policía recibe algún entrenamiento en tácticas es cuando va a la Escuela de Policía en el momento del ingreso. Así llegamos a acostumbrarnos a trabajar con hábitos peligrosos que vamos aprendiendo en el camino, y adquirimos la tendencia a relajarnos, especialmente cuando día a día las cosas van bien y no pasa nada fuera de lo común.

Deberíamos analizar nuestra actuación y reconocer que sólo porque hayamos hecho algo mal y aun así todo haya salido bien no quiere decir que todo esté bien. Significa que esta vez tuvimos suerte. Muy posiblemente, como alguien dijo, es porque Dios (para los creyentes) ama a los policías, y a veces nos deja ir haciendo cosas estúpidas. Pero cada vez que lo permite es para que nos demos cuenta de la metedura de pata y no repitamos. Todos hemos cometido errores tácticos en la calle y, por suerte, la mayoría todavía vivimos para contarlo. Lo triste es que algunos ya no pueden hacerlo.

Por lo tanto, el sacrificio y la sangre vertida de todos aquellos que con el ánimo de servir quedaron en el camino, debe servirnos para extraer valiosas lecciones y pretender que no vuelva a haber una próxima vez en la que las lágrimas sean la única respuesta que les quepa a compañeros y familiares. Por supuesto que hay que formar a nuestros policías en las áreas jurídicas y técnico-profesionales que más aplicación tienen en nuestro ámbito competencial (tráfico, barrio, ordenanzas, etc.), pero también debemos hacerlo en mantener unos niveles aceptables de seguridad en nuestro trabajo, lo que se consigue no descuidando áreas tan importantes para todos nosotros como son la táctica policial, la defensa personal y el tiro, desde la íntima relación que guardan entre sí. Materias éstas cuyos conceptos, como casi todo en este mundo, varían con el tiempo, y que por lo tanto hay que adecuar a la realidad del presente. El número de policías heridos y muertos en todo el mundo en los últimos veinte años y el análisis de lo que en esos casos funcionó y de lo que no han hecho ciencia; la ciencia de la Supervivencia Policial, que engloba todas aquellas materias tendentes a este fin.

Debemos pretender que nuestro entrenamiento sea en la medida de lo posible realista, y que la repetición de actitudes y opciones correctas nos lleven a reaccionar con respuestas condicionadas adecuadas, dado que en una situación real haremos aquello que nos hemos acostumbrado a hacer, bien o mal hecho. La diferencia puede ser decisiva.

Generalmente basta con hacer lo que se debe hacer, es decir, no relajarse y concentrarse en la actuación que se tiene entre manos y dejando la menor opción posible al azar. No me canso de repetir las palabras de Awerbuck, Instructor de Yavapai Firearms Academy, por la sabiduría que contienen: "El genio tiene límites, la estupidez no. Si no puedes controlar tu entorno dependes fundamentalmente de la suerte y tarde o temprano, todo el que juega se queda sin ella". Hay que ofrecer al potencial adversario las menos ocasiones o ventajas posibles para que pueda tomar la iniciativa, lo que en definitiva significa DISUADIRLE.

Muchos policías, afortunadamente, han comprendido que a pesar de los riesgos que a veces corren en su servicio, el que vuelvan a sus casas sanos y salvos puede venir determinado por algo más que por la casualidad. Saben que las creencias fatalistas de "Cuando te toca te toca" o "Si alguien quiere realmente pillarte, no hay nada que puedas hacer, te pilla", es una forma de pensar obsoleta.

D. ACTITUD DEL POLICIA DURANTE EL PATRULLAJE

La mayoría de Cuerpos de Policía, carecen de protocolo o guía de procedimientos para reaccionar ante llamadas sobre intervenciones de evidente alto riesgo. Queda a discreción de los policías ejecutar las respuestas que por "ciencia infusa" les viene a la conciencia. Por ello, muy comúnmente los policías acaban haciendo aquello que se les ocurre; y a menudo, lo que un agente intenta entra en conflicto con lo que hace el otro. Por ello hay que tener presente de lo que hacemos.

Las armas de fuego, por supuesto, se sitúan como una parte importante de las posibilidades de respuesta y por ende, de defensa. Nuestras armas, después de todo, son nuestra última posibilidad de defensa, y la habilidad en su uso en algunas situaciones puede ser la única opción que tengamos en un enfrentamiento. Pero no acaba ahí nuestra preparación para salir ilesos. También tiene que ver con los siguientes elementos jugarán a nuestro favor:

1. El acondicionamiento mental.- Puede prepararnos

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