PAZ Y PREJUICIO
Angie SernaTarea25 de Enero de 2017
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PAZ Y PREJUICIO
Corría el mes de Julio del año 2017 en la fría capital colombiana, una época en la cual llegan a las universidades desde los estudiantes de los colegios mas costosos del país, hasta los hijos de los ex-guerrilleros ahora desmovilizados, un privilegio adquirido gracias al éxito del ultimo tratado de paz; con un mismo objetivo, ser profesionales en la carrera que los apasiona o por otro lado cumplir con las expectativas y presiones familiares que recaen sobre sus jóvenes hombros.
Camilo Lizcano era un joven de una familia que pertenecía a la clase alta de Bogotá, su padre era el presidente de la mesa directiva del senado y su madre se desprendía de una estirpe de políticos importantes del país. El no era un estudiante muy prodigioso, pero con las influencias de su padre no fue un problema ser aceptado en la universidad del rosario. En una mañana nublada, como son comunes en la capital, se preparaba para su primer día de universidad.
- “Camilo llegarás tarde!". Le gritó su madre.
Mientras el se vestía mas como si fuera para una fiesta, que a estudiar. El carro ya estaba listo y su chofer lo esperaba para llevarlo. Mientras tanto al otro lado de la ciudad estaba Maria Jimenez una niña criada en el campo, hija de un ex-comandante guerrillero que ahora estaba integrandose de nuevo a la sociedad, preparaba sus implementos de estudio y estaba muy emocionada pues logró entrar a la misma universidad que Camilo, pero a diferencia de el, Maria tenía que llevar a cuestas el peso de su apellido, un apellido que le había traído ya varios inconvenientes.
Camilo estudiaría Derecho y no cabía discusión, pues sus todos sus tíos y primos habían estudiado dicha carrera, aunque el tuviera dudas no podía opinar mucho, Maria ya había vivido varias injusticias y violaciones a sus derechos por eso se inclinó por la misma carrera que Camilo.
Al llegar a la universidad Camilo se mostraba un poco huraño y angustiado. Sentía que tenía que continuar con una descendencia y a pesar de que sabía que la influencia de su padre podría sacarlo de cualquier apuro, quería demostrar que podía ser más. El primer día para todos es algo difícil, muchos jóvenes llegan sin conocer a nadie, solos en esta nueva aventura que marcará el resto de sus vidas. Afortunadamente este sentimiento no duró mucho para Camilo, de lejos veía a un joven que parecía un poco desorbitado, resultaba ser Thomas, quien en sus años de bachillerato había sido juzgado por la mayoría de las personas que atravesaban su camino, Camilo fue uno de ellos, sin embargo le dio alegría el saber que no estaba solo.
- ¡Thomas! - Exclamaba Camilo atrapado entre la multitud de “primiparos” que aumentaban cada vez en número. La expresión en el rostro de Thomas cambio, no le resultó sorprendente encontrarme ahí, pero asumo yo, que le molesto verme y con como no, si debido a su sexualidad fue juzgado por mí y otros más.
Le invite un café, quería disculparme personalmente por años de humillación. Ahora, en el 2017 todo es diferente, hay mucha más aceptación.
- Vale.
- Me sorprende verte aquí, sabes? Pensé que estaría solo. Una nueva aventura, ¿eh?. Como has estado? Que carrera entraste a estudiar? Que hay de tu vida? Cuál es pensum? Porque la elegiste?...
Las preguntas no se hicieron esperar, Thomas contestaba a cada una y entablamos una larga y agradable conversación. Nuestra relación progresaba, tal vez debí darle la oportunidad de conocerlo antes. Pero había algo que debía hacer.
- Yo me siento muy apenado contigo por haberte discriminado en esos tiempos en el bachiller. Espero que algún día puedas perdonar todas aquellas palabras ofensivas.
- No te preocupes. Con la llegada de la paz, Colombia se ha convertido en un mejor lugar, hay mucha más tolerancia y eso está bien. Por fin podemos expresar cómo en realidad somos y eso es lo importante, no hay se juzga, no se discrimina, no se excluye... – Dijo él con una cálida sonrisa en su rostro.
Camilo se despidió muy alegre, porque había hecho las pases con quien alguna vez pudo hacerse pasar por “víctima de matoneó”.
Rumbo a su primera clase, Camilo observó algo que lo dejó atónito. Camino a la facultad de derecho iba una niña demasiado hermosa, a primera vista le pareció noble, por la forma en como vestía. Ella tenía algo que lo “flechó” al primer momento en que la vio, algo que no tenían las otras estudiantes, hijas de papi y mami.
Rápidamente sacó su móvil y le tomó una foto. Su intención residía solo en encontrar a aquella bella dama. Le envío un mensaje de texto a la página de confesiones de la universidad. Ya saben, aquellas páginas en las que los estudiantes preguntan acerca de si tomar las materias con ciertos profesores les vendría bien, la venta de un libro que les quedo del semestre pasado, el arriendo de la mitad de su aparta estudio, cupos para llevar personas y mejorar la movilidad en Bogotá, la ubicación de los pokemones con los más altos puntos de combate, humor o fotos de hermosas doncellas de las cuales sólo querían saber su nombre, red social, carrera, etc,.
Llegue a mi primera clase, el comienzo de todo. Vaya impresión, el profesor se ha demorado un buen rato. Adelante de mi pupitre, como se observaba en casi toda la universidad, habían dejado el periódico del ADN que se entregaba cada mañana sin falta alguna a la entrada de la universidad. Su proceso era ser ojeado, hacer los juegos matemáticos que aparecían en la parte posterior y abandonarlos en espera de nuevos “lectores”. Con la esperanza de que no hubieran desarrollado el sudoku, lo agarre sin más espera para pasar el tiempo mientras nuestro maestro llegaba.
Sin duda, era realmente majestuoso leer un periódico en el que no se anunciara la delincuencia ni las víctimas asociadas al conflicto armado pues, en el 2017 todo había terminado.
Camilo y Maria eran polos totalmente opuestos.
Por fortuna Camilo se encontró con varios amigos, hijos de personalidades importantes, claro está pues su familia no lo dejaba juntarse con cualquier persona. Junto con sus amigos compartía jocosamente sus experiencias en intercambios en Europa, vacaciones en las Maldivas o fiestas en Ibiza, mientras Maria pasaba desapercibida en un rincón, pues no encajaba mucho con el estereotipo de una jovencita de la universidad mas cara del paìs.
Transcurrieron los primeros días de clase, Maria cumplía con todos sus trabajos e ignoraba los comentarios discriminantes que le hacían algunos de sus compañeros; aquellos hijos de uribistas que no deseaban la paz y seguían sus vidas sin aceptar la inserción de los desmovilizados a nuestra sociedad y que cualquier oportunidad aprovechaban para hacerse sentir superiores y a ellos como una verdadera escoria. Maria le daba la menor importancia a estos comentarios, pues ella tenía muy claro que lo que a lo que ella iba era a estudiar y no a aparentar ser alguien que no era. Por otro lado Camilo se pasaba con sus amigos en los entrenos de rugby, quería tener una beca en el ámbito deportivo, pero también a solas, se esforzaba lo más que podía en la biblioteca de su universidad, quería ser el mejor de la clase pese a que en contra tenía a sus “amigos” que siempre le invitaban a faltar y a socializar más de la cuenta con la justificación de que con el poder de sus familias caer en prueba académica no era un riesgo para ellos y que las posibilidades de ser expulsados eran remotas.
Por la página de confesiones de la universidad no habían noticias de quién para entonces era conocida por Camilo como “la hermosa y noble chica de la facultad de derecho”. Un poco triste resignado a no encontrarla jamás, continuó con sus estudios. Esperaba verla alguna otra vez.
Y el destino hizo de las suyas.
La última clase del día viernes se llamaba “Historia Colombiana”. Vaya profesor más puntual y cordial, nos espero en la entrada, tomaba lista y a cada quien le estrechaba la mano, como signo de una acogedora bienvenida.
Camilo no lo podía creer. Aquella hermosa y noble muchacha de la facultad estaba ahí, a unos cuantos centímetros de él, en verdad era una suerte, Camilo no paraba de admirar su belleza y su inteligencia cada vez que el profesor preguntaba sobre un tema en específico, parecía experta.
Avanzada la clase, el profesor asignó parejas, las cuales trabajarían juntas a lo largo del semestre. Camilo esperaba con ansias el nombre de su pareja, había considerado las oportunidades de trabajar con su “cursh”; 1 de 38, pero Camilo no perdía la esperanza.
- “Camilo Lizcano y Maria Jimenez”. Los formó el profesor.
Atrás se escuchaban las burlas de aquellos hijos de uribistas mencionados anteriormente, desafortunadamente resultaron siendo sus amigos. Camilo no les presto atención y se dirigió a Maria.
- Hola Maria, si te parece podríamos hacer el trabajo en mi casa.
- Por supuesto, déjame apuntó tu dirección.
- Carrera 4 #81 ... Barrio Los Rosales. Te parece bien mañana a eso de las 4:00 pm, podrías quedarte a cenar.
- Estaría encantada. Nos vemos.
Fue el comienzo de una historia perfecta de amor.
El sábado a las 3:45pm muy puntual ella, como de costumbre, llego a casa de Camilo. Quedó atónita, pues no había visto una casa tan grande y lujosa nunca en su vida, la verdad Camilo la trato muy bien y su familia igual, pues eran muy educados y se entendían a la perfección con Maria. Camilo sentía, era la mujer ideal. Sus padres la trataban con el debido respeto y Maria respondía de igual forma sin embargo, tenía un secreto del que nadie debía enterarse, o así lo sentía ella.
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