Practicas Funerarias

BUSCANDO SACERDOTES Y ENCONTRANDO CHUQUES: DE LA ORGANIZACIÓN RELIGIOSA MUISCA. Carl Henrik Langebaek

En el oficio científico, la precisión en cuanto al uso de términos es un deber. Carl Henrik, apunta a polemizar sobre la utilización el término cacicazgo en los estudios de a las comunidades indígenas, revistiéndolo de un carácter polisemico. El autor señala que, al usarlo se converge en cuanto a que denota complejidad y avance, evolución; se diverge en cuanto a las características de dicho avance, unos lo definen cuantitativo, otros cualitativo. (Un poco confuso)

El estudio que se hace de estas sociedades es en comparación con sus antecesoras tribales, y el nivel de evolución hallado en ellas, en el desarrollo de sus prácticas económicas, políticas, su religiosidad. Esta última, es mirada como relevante al verla como indicador de avance. Aquellos que señalan que un cacicazgo es radicalmente distinto al tipo de sociedad anterior, enfatizan en la formación de una élite en la que sumos sacerdotes desempeñaban un papel definitivo en aspectos bélicos, diplomáticos. En contraposición otros aseguran que, la aparición de dicha élite sacerdotal, no implica la desaparición de otras prácticas existentes.

En Colombia –según Henrik- se ha dado por denominar cacicazgos a sociedades disímiles por la problemática señalada. Existe otra manera de asumir la complejidad, en tanto ha parecido con el estado unos, y otros en tanto a caracterizarlas como “modelos de pensamiento”. Ambas invenciones.

Toma el autor la organización religiosa en los muiscas, como objeto de estudio por ser esta, la tribu mas “representativa” de la nación colombiana, asociada a complejidad y, segundo para saciar su animo de perversión crítica, sobre aquellos que definen complejidad en términos de organización política económica asemejándola a Estado.

Además busca desde su perspectiva, derrumbar unos supuestos formados -según él- por la mala interpretación de documentos, de la manera en que se estructuraban los muiscas, describiéndolos como un grupo de déspotas religiosas monopolizadores del conocimiento esotérico.

Toma el documento de la visita a Iguaque, porque le muestra una mirada panorámica de la organización religiosa de los muiscas, el año 1595, dato importante yaque en años precedente los españoles, ya habían iniciado la invasión a territorios muiscas, y con lo que ello implicaba, las luces descriptivas que brinda el documento se posan sobre sitios distintos a los templos centros de peregrinación. (El párrafo es demasiado confuso, hay que aterrizarlo)

Con base en este documento y otros, señala –Henrik- la existencia de una cantidad de templos menores – reafirmando otra postura suya encaminada a la idea de una descentralización- dedicados a la adoración de distintos dioses, administrados por chuques. Pertenecían a este “grupo” orfebres, lo cual no quiere decir que todo orfebre era chuque, ni que todo chuque era orfebre. Los chuques conocían otras técnicas y las ponían en práctica, por ejemplo textiles. Con lo que se permite -Henrik- afirmar que los chuques no solo “manipulaban” conocimiento esotérico.

Toca el tema de la diferenciación entre chuques mayores y menores, estos a cargo de pequeños bohíos con poca apariencia de santuarios, al frente de prácticas locales; aquellos lideres religiosos de pueblos e incluso regiones, que no invadían la esfera de acción de los locales, estaban definidas sus funciones, la sucesión era matrilineal, estaban al amparo de caciques.

Las ideas de centralización o descentralización, pudieron ser posibles y acota de manera conveniente que como el año es 1595 ya los grandes templos habían sido asolado por los españoles, ello puede acarrearle críticas.

El autor cuestiona el tema de la sucesión hereditaria entre los chuques “con la información

...