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Presidentes Frente Nacional


Enviado por   •  22 de Octubre de 2012  •  20.605 Palabras (83 Páginas)  •  1.017 Visitas

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Jonathan Hartlyn

La política del régimen de

coalición, la experiencia del

Frente Nacional en Colombia

Tercer Mundo Editores, CEI, Bogotá, 1993.

El libro, como lo indica el título, cubre un período histórico finalmente cerrado, el del Frente Nacional. Aunque el orden de exposición no es claramente cronológico su marco temporal es el comprendido entre 1957 y 1986. Hartlyn presenta el estudio del Frente Nacional mediante el despliegue del concepto de la Democracia consociacional. El consocionaísmo fue, como lo explica el autor, un término usado originalmente "...para explicar un tipo de democracia política, que implica coaliciones globales, en ciertos países europeos" (p. 14). Se extendió luego su aplicación a países del Tercer Mundo con situaciones de determinado tipo de conflicto político o con procesos de transición a la democracia.

Varios son los autores que en la Ciencia Política se asocian a la teoría de la Democracia consociativa, sin embargo, es el de Arend Lijphard el más característico1. Esta constituye también la principal referencia teórica en el libro de Hartlyn en el cual se mantiene una relación crítica con la teoría de la democracia consociacional a cuyo desarrollo el autor se propone contribuir mediante el estudio documentado del caso colombiano. Resulta muy lograda en el libro la presentación del proceso de establecimiento del acuerdo bipartidista que hizo posible la convocatoria al plebiscito de diciembre de 1957. Lo crucial a juicio del autor no era alcanzar el apoyo del cuerpo electoral para un pacto, sino el lograr el acuerdo sobre éste, por parte de los diferentes sectores de las élites

1 Dahl señala a David Apter como "...al primer autor moderno que utilizó el término 'consociativo' en su estudio del caso de Nigeria. Robert A. Dahl. La Democracia y sus Críticos. Paidós, Buenos Aires, 1991, pág. 436.

interesadas en el establecimiento de un sistema convincente de garantías. Hartlyn describe al Frente Nacional como un régimen asentado sobre una estabilidad precaria dada la incidencia de tres factores:

1º. Tendencia al inmovilismo por la dificultad de concertar acuerdos dadas "las diferencias intra o interpartidistas"; 2º. Tensiones originadas en la tortuosa relación entre élites y masas. 3º. Riesgos de incoherencia de los políticos como resultado de conflictos entre corrientes favorables a orientaciones políticas generales y aquellas proclives a la defensa cerrada de sus posiciones políticas por el camino de satisfacción de necesidades particularistas o regionales. Esto condujo a la inestabilidad que se vio incrementada desde finales de los años setenta cuando el Frente Nacional se desarrolló bajo el signo de la crisis. Esta se haría más profunda en la etapa post-frente nacionalista.

Con base en una copiosa documentación se estudia el papel de los gremios empresariales y de grandes propietarios, impropiamente denominados "los grupos de productores" en el sostenimiento del régimen político. Se demuestra cómo estos grupos predeterminaron en no pocos casos la toma de decisiones importantes en materia económica o evitaron la adopción de determinadas políticas. Pero el asunto no se limitó al acceso a las decisiones sino que implicó la delegación en favor de "los grupos de productores" de funciones propias del Estado.

El caso de la Federación de Cafeteros es el más conocido, pero no el único. Se trata del proceso de "Privatización selectiva" nombre con el cual Hartlyn designó con acierto ese proceso.

En contraste con el peso político de los gremios, Hartly señala la reducida fuerza de los trabajadores, campesinos, consumidores, etc. La política de "divide y reina" aplicada por el régimen del Frente Nacionalsindicalismo y a otros sectores incrementó la debilidad de dichas organizaciones y redujo sus posibilidades influencia sobre las políticas oficiales en los

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campos económico y social. La Acción Comunal creada bajo el primer gobierno del Frente Nacional y a ANUC surgida de la iniciativa presidencial en la administración de Carlos Lleras Restrepo tuvieron una evolución que puso de manifiesto la radical limitación de las élites para la aceptación de interlocutores representativos y autónomos entre los sectores subalternos. En el área social los intentos reformistas con sentido redistributivo fueron, en lo fundamental, dos: la reforma agraria y la reforma tributaria Sobre la primera dieron intensos debates bajo el primer gobierno del Frente Nacional. La adopción de una ley muy moderada a finales de 1961 no desestimuló a los opositores de la reforma que lograron determinar la aplicación. El agrarismo de Lleras Restrepo se estrelló contra una seria oposición. A comienzos de los años 70 se le dio finalmente entierro de pobre a la idea de la reforma agraria.

La reforma tributaria adoptada por el gobierno de Alfonso López Michelsen en 1974 en uso del "estado de emergencia económica y social" se vio fuertemente recortada en sus alcances redistributivos. Con algún detalle Hartlyn describe las políticas económicas puestas en marcha bajo el Frente Nacional y destaca en ellas, una cierta dosis de apartamiento y una alta moderación determinados por las presiones de las distintas facciones del bipartidismo y de los "grupos productores" que se expresaban directamente o mediante los partidos.

Sin embargo la moderación asociada a cierto grado de eficacia en términos macroeconómicos guarda relación estrecha con factores que Hartlyn apenas insinúa. En tal dirección es pertinente señalar la sumisión de los distintos gobiernos a las indicaciones de los organismos financieros internacionales (BID, Banco Mundial, FMI) y la persistencia de un régimen generalizado de bajos salarios, un enfoque autoritario en la relación entre trabajadores y Estado amén de una intervención en sentido divisionista con respecto a la organización sindical. El Régimen no se enfrentó a grandes retos de parte del pueblo a causa de la división corporativa de las organizaciones populares que vieron aplazadas sine die sus demandas. Quizá en otros países de América Latina, y aquí haría falta acudir al enfoque comparativo, una presión popular más eficaz impidió a los gobiernos mantener la ortodoxia de las políticas económicas que en Colombia si se preservó.

El libro de Hartlyn no desarrolla un alegato crítico con respecto al Frente Nacional. Sin embargo, en las páginas del libro se encuentra el lector con suficientes materiales y reflexiones que le permiten elaborar su propia visión sobre el pacto bipartidista e incluso, gracias al libro, polemizar con sus tesis. Hartlyn se apoya en una gama muy amplia de fuentes tanto escritas como orales originadas tanto en Colombia como en el exterior. Desde la introducción, Hartlyn le participa al lector una intención de equilibrio en los aspectos valorativos de su trabajo. Al respecto promete "...explicar tanto los aspectos negativos como los positivos de la trayectoria reciente de Colombia y situar estos factores en un contexto comparativo amplio" pág. 14.

Lo anterior contrasta con el tono intencionalmente "positivo" característico de algunos balances contenidos en ensayos de otros investigadores extranjeros. La culminación del Frente Nacional estimuló la elaboración de esos trabajos en los cuales se reacciona contra un espíritu que se percibe como excesivamente crítico con respecto al Frente Nacional, y de manera más global con relación al proceso Político Colombiano. Se trata de los artículos como el de David Bushnell, el de Malcolm Deas o la Introducción de Daniel Pecaut a su libro Crónica de dos décadas de Política Colombiana 1968- 19882. En tales trabajos en los que el estilo ensayístico permite ciertas libertades interpretativas, se quieren recuperar realidades del Frente Nacional aparentemente olvidadas, tales como: preservación de los espacios de libertad, el civilismo de las fuerzas armadas, "la sorprendente capacidad de veto del Congreso" frente a una pretendida concentración del poder en el ejecutivo. Con un enfoque "constructivo" se relativiza el pacto de la violencia mediante el expediente de comparaciones con otros países con base en datos estadísticos aislados, se niega la existencia de una oligarquía o la influencia de las organizaciones empresariales en la política, se trae a cuento el aumento de índice de alfabetizados. La abstención o el clientelismo no impresionan tales autores por cuanto con "originalidad" encuentran que tales fenómenos florecen también en otros países. Es cierto que en el caso de Pecaut se mencionan fenómenos menos "reconfortantes" como la guerra sucia. A veces el esfuerzo por darle profundidad histórica al ejercicio de optimismo cobra un perfil gracioso como en la evocación que hacen Bushnell y Deas del otorgamiento del voto a la mujer en la provincia de Vélez en 1853.

De otro lado el libro La Política del Régimen de Coalición sale bien librado si se le compara con obras de más explícita intención crítica pero menos sistemáticos en relación con el volumen y tratamiento del material factual como es el caso de Historia crítica del Frente Nacional de Alfredo

Vásquez Carrizosa3.

Aunque en la presente reseña no se ha dirigido el interés a las reflexiones de Hartlyn a propósito de la adaptación de un modelo teórico, se quiere consignar una observación al respecto. Los politólogos o sociólogos políticos que se ocupan delo colombiano han elaborado toda una serie de categorías que serían otras tantas definiciones sintéticas del régimen político, en especial bajo el Frente Nacional. Por lo general las expresiones acuñadas toman la forma de binomio cuyo primer término suele acercarse a uno de los dos extremos del campo político entendido como espacio ideal entre los conceptos de Democracia y Dictadura. Quienes con el primer término cerca al de Democracia completan el binomio con adjetivos tales como "bloqueada", "limitada", "restringida",

"elitista" etc. Quienes inician el binomio con un término próximo al de Dictadura, adicionan luego otro que limita drásticamente al primero. Por ejemplo es conocida la expresión, no es seguro que sea un concepto, de "autoritarismo incluyente". Por su parte Hartlyn ofrece su propia propuesta:

"democracia consociacionalista y limitada" (el subrayado es nuestro). En realidad se trataría de una limitación suplementaria del régimen político por cuanto el consociacionalismo, ya lleva implícita la idea de límite a la democracia mayoritaria. Al examinar estos juegos de combinaciones y otros similares en los cuales no siempre brilla la lógica, surge la pregunta sobre la posibilidad y necesidad de pensar un paradigma que con menores ambigüedades refleje la naturaleza del Sistema Político Colombiano. Es más un reto para la imaginación que un ejercicio de composición. En ese sentido la obra aquí reseñada aporta importantes elementos de análisis.

El Frente nacional fue una coalición política y electoral colombiana entre liberales y conservadores vigente entre 1958 y 1974. Por extensión también se refiere al período histórico de dichos años. La principal característica de este período fue el acuerdo de igualdad entre los dos partidos durante este proceso, ya que planteaba que estos se alternaran la presidencia durante sus 16 años de duración y una idéntica cantidad de parlamentarios liberales y conservadores en el Congreso. El principal objetivo de este acuerdo político era la reorganización del país luego del período presidencial del general Gustavo Rojas Pinilla.1

Los presidentes durante el Frente Nacional fueron:

• Alberto Lleras Camargo (liberal) 1958-1962;

• Guillermo León Valencia (conservador) 1962-1966;

• Carlos Lleras Restrepo (liberal) 1966-1970;

• Misael Pastrana Borrero (conservador) 1970-1974.

Inicio

El gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla evolucionó en una dictadura populista y en un tercer partido capaz de desplazar a los dos tradicionales. Este hecho, unido al deseo de terminar con la violencia fratricida generada por la polarización bipartidista en Colombia, unió a los dirigentes de los dos partidos tradicionales liberal y conservador para buscar una solución común a los problemas. El liberal Alberto Lleras Camargo y el conservador Laureano Gómez firmaron el pacto de Benidorm el 24 de julio de 1956 para dar inicio al Frente Nacional en el cual los partidos se turnarían la presidencia y se repartirían la burocracia a los diferentes niveles de gobierno en partes iguales hasta 1974, es decir cuatro períodos presidenciales: dos liberales y dos conservadores. El que empezó con este mandato fue Alberto Lleras Camargo de 1958 a 1962.

Antecedentes

La idea de compartir el gobierno con el partido contrario con el fin de minimizar conflictos no era nueva. Rafael Reyes (1904-1909) había establecido la Concordia Nacional, un gobierno bipartidista al inicio de su periodo presidencial compartiendo los ministerios con el partido liberal, maniobra que fue mal vista por algunos copartidarios conservadores. Después de la partida sorpresiva de Reyes se formalizó la Unión Republicana que en la práctica era un tercer partido con principios bipartidistas, partidario de las elecciones libres y la tolerancia religiosa.

Años más tarde, la Unión Nacional, ofrecida por el conservador Mariano Ospina Pérez durante su campaña para las elecciones de 1946 y que puso en práctica tan pronto asumió la presidencia, puede considerarse la precursora del Frente Nacional. En ella Ospina Pérez repartió los ministerios y las gobernaciones departamentales con el partido liberal en rigurosas mitades. El 28 de febrero de 1948 el partido liberal, liderado por Jorge Eliécer Gaitán, por conveniencia política decide abandonar la Unión Nacional y retirar sus miembros del gabinete, por lo que Ospina decide conformar un gabinete completamente conservador un mes más tarde, el 21 de marzo de 1948.

Con el fin de apaciguar el país después del asesinato de Gaitán el 9 de abril de 1948, los dos partidos acuerdan formar nuevamente la Unión Nacional. Posteriormente el partido liberal, liderado por Carlos Lleras Restrepo, decide abandonar la Unión Nacional, en mayo de 1949.

En el siguiente período presidencial llega al poder el conservador Laureano Gómez que se oponía a los métodos mediadores de Mariano Ospina Pérez, y con su autoritarismo dividió al partido conservador separándose de los partidarios de Ospina y ganándose las protestas liberales, lo cual desembocó en la toma de poder de Rojas Pinilla.

Características del gobierno de Gustavo Rojas Pinilla

El pueblo celebraba la caída del poder de Gómez. Todos apoyaban el nuevo gobierno con la ilusión de acabar la violencia que había cobrado furor en 1948, luego del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, un caudillo muy popular entre la clase obrera y quien en principio militaba en el Partido Liberal Colombiano. Todas las esperanzas estaban puestas en el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla; este empezó por enviar militares a recuperar las propiedades que habían sido abandonadas por latifundistas en su huida de la violencia, todos estos se dirigían a las grandes ciudades. La respuesta que encontró por parte de los campesinos armados fue la llamada a la reforma agraria.

Las obras que desarrolló Rojas durante su administración, reflejaban su interés por mejorar las condiciones de grandes sectores de la población colombiana; se destacaron las obras de infraestructura, vías de comunicación, escuelas, colegios, y aeropuertos. Cuenta también la creación del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA); el Centro Administrativo Nacional (CAN); el club Militar y la construcción del Observatorio Astronómico. Además, introdujo e inauguró la televisión en Colombia con programación educativa, automatizó la telefonía en el campo y la ciudad. Llevó a cabo la terminación del ferrocarril del Atlántico, construyó el Aeropuerto Internacional El Dorado. Todos estos proyectos llevaban a Colombia al desarrollo gradual; pero sin lugar a duda uno de los aportes más importantes de Rojas fue el reconocimiento de los derechos políticos de la mujer. Por medio del Acto Legislativo número 3 de la Asamblea Nacional Constituyente del 25 de agosto de 1954 se le concedió a la mujer el derecho a la participación y al sufragio.

En un intento por poner fin a la violencia que tenía sacudida cada rincón de Colombia, Rojas Pinilla concedió una amnistía a todos los campesinos armados, y respondió a su reivindicación de reforma agraria con la creación de la Oficina de Rehabilitación y Asistencia. Aunque, en realidad, esta oficina no sirvió mucho para solucionar el problema, sí consiguió suscitar la sospecha en la elite Liberal y Conservadora de que Rojas Pinilla pudiera estar utilizándola para aumentar el apoyo popular. En junio de 1954, Rojas Pinilla amplió la amnistía a aquellos reclusos encarcelados por actos de terrorismo en nombre del régimen de Gómez. En 1955 tuvo que responder con una ofensiva militar contra los campesinos que después de obtener su libertad habían retomado las armas, se produjo lo que hoy se conoce como la Guerra de Villarrica. La cual se llevó a cabo en el Tolima, contra grupos de autodefensa - convertidos luego en las FARC. Las élites conservadora y liberal no esperaron para dar como culpable del incremento de la violencia a Rojas. Después de esto, uno de los grandes errores que cometió Rojas fue pretender perpetuarse en el poder, separándose del apoyo inicial de los políticos, por este hecho en mayo de 1957 se presentó un paro general en el cual se manifestaba el no deseo por parte del pueblo de que Rojas fuera su próximo mandatario para el periodo presidencial que comprendía los años 1958 a 1962; aunque en realidad este paro fue influenciado en gran parte por los partidos políticos ante la posibilidad de perder por completo su poder. Debido a esto, y varios escándalos acumulados a lo largo de su gobierno en los que se vieron seriamente involucrados el Ejército Nacional y otros organismos de seguridad del Estado, como la represión en la Plaza de toros La Santamaría de Bogotá en febrero de 1956 o la explosión de una caravana militar que llevaba explosivos en la ciudad de Cali, presionaron a Gustavo Rojas Pinilla a presentar su renuncia.

Desarrollo del Frente Nacional

Las estructuras políticas del Frente Nacional fueron concebidas inicialmente para ejercer durante 16 años, los cuales correspondían por partido, a dos periodos presidenciales, pero en 1968 se estipuló que el sistema no sería cortado radicalmente, sino que paulatinamente sería eliminado. La competencia electoral libre se volvería a restablecer en 1974, y el requerimiento de compartir los puestos públicos de ejecutivo terminaría en 1978. Sin embargo, la reforma estipulaba, que el partido ganador debía ceder cierto grado de poder, al partido perdedor. Como resultado esta fórmula de coalición se prolongó hasta 1986, cuando el presidente liberal Virgilio Barco, después de ofrecer una participación demasiado insignificante para el partido opositor, regresó a la administración unipartídista.

Los diálogos entre los líderes conservadores y liberales para calmar los odios y diferencias fueron preparando el camino para la formación del Frente Nacional. Primero fue el Pacto de Benidorm el 24 de julio de 1956 entre Alberto Lleras Camargo y Laureano Gómez, en donde reconocieron la responsabilidad compartida en la decadencia de la democracia y empezaron a buscar la fórmula igualitaria; luego el pacto de marzo (20 marzo de 1957) entre Ospinistas y liberales, en donde se oponen firmemente a la reelección de Rojas para el período siguiente y apoyan las elecciones libres; luego la declaración de Sitges (España) el 20 de julio de 1957 entre Lleras Camargo, Gómez y los Ospinistas, en donde confirman que los dos partidos compartirían el poder en partes iguales durante 16 años, la presidencia se alternaría entre los dos partidos y se realizaría un plebicito; y por último el pacto de San Carlos de noviembre de 1957 en donde se arreglan las diferencias entre Ospina Pérez y Laureano Gómez que había llegado de su exilio en España el mes de octubre anterior, y acuerdan que sería el Congreso el que elegiría el candidato conservador que iniciaría el Frente Nacional.

Caído Rojas, una junta militar asume el poder durante un período de transición: 10 de mayo de 1957 al 7 de agosto de 1958. Durante este período, el 1 de diciembre de 1957, se realiza un plebiscito popular con el cual los colombianos aceptan el concepto del Frente Nacional.

En el segundo paso se reanudan las elecciones del Congreso (Senado y Cámara) y cuerpos colegiales departamentales y municipales para establecer la composición de cada una de sus mitades, las cuales se realizaron el 16 de marzo de 1958. Las dos elecciones anteriores, 1955 y 1957, nunca se realizaron debido al mandato de Rojas. En esta ocasión y en todas las siguientes elecciones del Frente Nacional, cada partido presentaba sus listas para competir con otros miembros de su partido.

Si el partido político en turno hubiera estado idealmente unificado alrededor de un único candidato, no habría habido necesidad de elecciones para la presidencia ya que se sabría de antemano quien iba a ser el presidente siguiente; sin embargo, el Frente Nacional reglamentó la competencia entre candidatos de un mismo partido, dando un mayor aire de democracia.

Debido a que el partido Conservador no logró ponerse de acuerdo en el candidato que empezaría el primer periodo de gobierno, decidieron conjuntamente y a último momento empezar con el candidato del Partido Liberal, lo cual fue confirmado por el Congreso a través de un ajuste constitucional realizado ese mismo año, 1958, que además extiende el período del Frente Nacional de 12 a 16 años.

En 1958 se reanudan las elecciones para la presidencia. En las elecciones del 4 de mayo es elegido, como se esperaba, Alberto Lleras Camargo como el primer presidente del Frente Nacional.

Durante el gobierno de Lleras Camargo se reafirma la paridad entre los partidos. El Congreso de la República con Acto Legislativo No. 1 de septiembre 15 de 1959 decreta:

Art. 1. En los tres períodos constitucionales comprendidos entre el siete (7) de agosto de 1962 y el siete (7) de agosto de 1974, el cargo de Presidente de la República será desempeñado, alternativamente, por ciudadanos que pertenezcan a los dos partidos tradicionales, el conservador y el liberal; de tal manera que el presidente que se elija para uno cualquiera de dichos períodos, pertenezca al partido distinto del de su inmediato antecesor. Por consiguiente, para iniciar la alternación a que se refiere este artículo, el cargo de Presidente de la República en el período constitucional comprendido entre el 7 de agosto de 1962 y el 7 de agosto de 1966, será desempeñado por un ciudadano que pertenezca al partido conservador (...).

El Frente Nacional marcó el fin de la violencia bipartidista que aquejó a Colombia por más de un siglo y generó la desmovilización de algunas guerrillas liberales. Sin embargo, continuaron los problemas sociales, económicos y políticos; y surgieron nuevos grupos guerrilleros a causa del inconformismo y de los nuevos rumbos ideológicos que se movían en América Latina. En 1964 nacen las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el 7 de enero de 1965 el Ejército de Liberación Nacional (ELN), en julio de 1967 el Ejército Popular de Liberación (EPL), en 1984 el movimiento indigenista Quintín Lame (MAQL) y el 19 de abril de 1970 el M-19.

A pesar de las limitaciones para que miembros de terceros partidos políticos pudieran aspirar a las corporaciones públicas, estos lograron colarse dentro de las corporaciones públicas presentando sus nombres en listas liberales o conservadoras apoyándose en aquellos liberales o conservadores que buscaban votantes fuera de su partido o de aquellos que no estaban de acuerdo con el Frente Nacional. Los más notables fueron el Movimiento Revolucionario Liberal (MRL) liderado por Alfonso López Michelsen apoyado por el Partido Comunista de Colombia (PCC), y en particular la ANAPO fundada por el ex presidente Rojas Pinilla en 1961. La ANAPO fue ascendiendo en votos y en miembros en cada cámara de elección en elección. En 1962 logró 6 representantes y 2 senadores mayoritariamente dentro de listas conservadoras. En 1964 logró 26 representantes. En 1966, con miembros en ambas mitades, ya empezaba a ser visto como una amenaza al Frente Nacional. En 1970 fue su apogeo logrando el 14% de los escaños liberales y 20% de los conservadores.

Las limitaciones eran mayores para los aspirantes a la presidencia que no pertenecían al partido a tomarla en turno. Eso no impidió que algunos candidatos no alineados se lanzaran a la presidencia a pesar de que podrían ser declarados nulos o ilegales, pues aspiraban a lograr una mayoría suficiente como para sobrepasar el Frente Nacional. Ese fue el caso del General Rojas Pinilla quien logró 50.000 votos (1,8%) en las elecciones del 6 de mayo de 1962, una tercera parte de los votos totales en 1964 y se afirma que una mayoría de votos en la última elección del Frente Nacional, el 19 de abril de 1970, compitiendo contra el conservador Misael Pastrana Borrero.

Las acusaciones de fraude electoral tuvieron repercusiones fuertes al punto que los seguidores de la ANAPO perdieron la esperanza de lograr la presidencia y muchos de ellos tomaron la vía armada como medio de lograr cambios institucionales, formándose así el grupo guerrillero Movimiento 19 de Abril (M-19). Otro efecto del Frente Nacional fue la creciente apatía por las elecciones pues generó el sentimiento de que los resultados electorales estaban predeterminados. La mayor abstención se presentó en 1966 llegando al 55.5% de los votos para la Cámara y el Senado, y al 60.1% de los votos para la presidencia. Uno de los beneficios del Frente Nacional fue la reducción de la polarización irracional de los seguidores de los dos partidos tradicionales. Para 1970 la identificación con alguno de los dos partidos había caído al 70% de la población adulta.

Políticas económicas

Durante el Frente Nacional (1958-1974) se restringió el papel del Congreso en la política económica y se aumentó la capacidad de toma de decisiones por parte del gobierno. En la práctica, esto limitó las opciones de política y facilitó la adopción de políticas macroeconómicas que favorecieron el crecimiento económico y el progreso social. Además de no ser populistas, las políticas en esa época se ajustaban rápidamente a los cambios en las condiciones externas. Las reglas del juego político le daban al Ministro de Hacienda mucho poder, quien usualmente no era un político sino un economista profesional. Otros actores importantes eran los gerentes del Banco de la República y de la Federación Nacional de Cafeteros. Dado que los partidos liberal y conservador acordaron compartir el poder, fue posible que los actores clave interactuaran durante periodos largos de tiempo, lo que evitó comportamientos oportunistas y favoreció una perspectiva de largo plazo en la toma de decisiones. Sin embargo, el sistema se hizo insostenible por su naturaleza excluyente. En cierto sentido, hubo cooperación entre quienes estaban por dentro del sistema político, pero con una creciente falta de representatividad y, por ende, legitimidad. Precisamente a raíz de esto, el país se embarcó en 1991 en una profunda reforma a su Constitución.2

Conflicto armado interno

Aunque los conflictos civiles han sido una constante en la historia de Colombia, como la Guerra de los mil días (1899-1902) y el período de La Violencia (1946-1953), sólo hasta mediados de la década de los sesenta se comenzaron a presentar los orígenes de lo que se conoce hasta hoy como el Conflicto Interno Armado (CIA). El sistema político imperante desde 1958 hasta 1974, derivado del acuerdo bipartidista entre liberales y conservadores —conocido como el Frente Nacional—, había limitado los canales de participación política a algunos sectores entre los que se encontraba la izquierda. En parte como respuesta a esta exclusión y a los elevados niveles de concentración de la propiedad de la tierra, durante esa época se comenzaron a formar grupos guerrilleros de origen campesino en las áreas rurales localizadas donde había poca presencia del Estado. Estos grupos han evolucionado desde entonces en términos de su presencia en el territorio y su fortaleza militar.2

Alberto Lleras Camargo.

Por: Jorge Orlando Melo.

Alberto LLeras Camargo.

Ningún colombiano influyó tanto sobre la vida colombiana del siglo XX como Alberto Lleras Camargo. Sus antepasados y familiares se habían destacado ante todo como periodistas, educadores o intelectuales, y de esta tradición heredó la valoración del poder que surge de la palabra y la inteligencia, por encima del que nace de la riqueza o las armas.

Aunque en sus años juveniles se acercó tímidamente al socialismo, fue ante todo un liberal en el más clásico sentido de la palabra, amante del orden y de las jerarquías, seducido por las fuerzas más profundas de la democracia norteamericana, desconfiado de las movilizaciones populares y del lenguaje demagógico. Los primeros éxitos como periodista y político los logró con el apoyo, que nunca le faltaría, de Eduardo Santos y de Alfonso López Pumarejo. A fines de 1929, cuando Lleras apenas tenía 23 años, el primero lo nombró director del diario La Tarde, mientras López le encargó la secretaría de la dirección nacional del liberalismo. Como secretario privado y ministro de Gobierno, fue el principal estratega político y vocero en el primer gobierno de López. Acompañado de Darío Echandía, que fue el ideólogo jurídico y social, defendió y promovió las reformas que recibieron el nombre de "Revolución en Marcha", que debían sepultar la arcaica herencia de la república conservadora.

Entre 1938 y 1942 dirigió El Liberal y promovió la reelección de López, que tuvo lugar en 1942. En este gobierno orientó la reforma constitucional de 1945, encabezó la delegación de Colombia a las conferencias de Chapultepec y San Francisco en las que se crearon las bases para el sistema de las Naciones Unidas y, como ministro de Gobierno, asumió en 1944 la defensa del gobierno legítimo cuando el presidente fue apresado en Pasto por un grupo de conspiradores militares. Entre 1945 y 1946, por renuencia de López, ejerció por primera vez la Presidencia de la República. Lleras mantuvo una rigurosa neutralidad oficial en la elección presidencial que enfrentó a un partido liberal, dividido entre Gabriel Turbay y Jorge Eliécer Gaitán, y el conservatismo encabezado por Mariano Ospina Pérez. Esta actitud, y la entrega tranquila del poder al partido contrario, le crearon la imagen de jugador político limpio que ayudaría, años después, a unir liberales y conservadores.

Tras un breve período como director de Semana, fundada por él en 1946, y de años de actividad como director de la Unión Panamericana y secretario de la Organización de Estados Americanos, regresó a Colombia en 1954, a enfrentar la dictadura militar de Gustavo Rojas Pinilla. En esta lucha, que se hizo ante todo con artículos y discursos, Lleras unió a todo el país --empresarios, obreros, estudiantes, intelectuales, liberales y conservadores, pueblo y oligarquía-- en una cruzada que culminó con la caída del general Rojas en 1957; fue allí donde mostró con mayor claridad sus virtudes de organizador político y la fuerza que podían generar su figura enjuta y su palabra. Aspecto esencial de su estrategia fue el pacto político que hizo firmar la paz a dos partidos que en los años anteriores crearon el clima de odio y sectarismo que había llevado a una violencia sin precedentes. Lograr que el liberalismo aceptara la paz con quien había tenido la mayor responsabilidad en la generación de ese clima de violencia, el dirigente conservador Laureano Gómez, es la señal más clara de la capacidad de dirección política de López.

La creación del Frente Nacional, sistema por el cual liberales y conservadores se distribuyeron paritaria y alternativamente el ejecutivo, los órganos legislativos, la justicia y la burocracia, fue su obra política más importante. Entre 1958 y 1978 Lleras defendió este sistema. Como su primer presidente, entre 1958 y 1962, creó los precedentes y defendió las características del frente nacionalismo: su casi milagrosa capacidad para lograr superar los odios entre conservadores y liberales junto con el exclusivismo y la incapacidad para afrontar con profundidad los problemas sociales del país que abonaría el terreno para crisis posteriores. Como gobernante, Lleras estableció el programa para la inserción de los guerrilleros que habían firmado la paz, apoyó un proyecto de reforma agraria que, pese a su timidez, resultó a la postre irrealizable, impulsó el mejoramiento de la educación --convencido de que era el único camino de largo plazo hacia el desarrollo del país-- y alineó a Colombia con la política internacional de los Estados Unidos y de la Alianza para el Progreso.

Terminado su gobierno, continuó en la política colombiana como asesor de presidentes y periódicos: era el gran elector del país, la voz que señalaba candidatos y presidentes. Cuando murió en 1990, había ayudado a conformar a Colombia a la luz de sus convicciones liberales y republicanas. Aún más que la comprensión profunda de los problemas sociales y económicos de su tiempo y el entusiasmo para enfrentarlos, trató de educar a los colombianos en las virtudes de la democracia y el liberalismo, y fue su habilidad para captar las corrientes de opinión, medir la capacidad de las fuerzas políticas, y guiarlos y dirigirlos, lo que lo convirtió en el más importante estadista colombiano de este siglo.

Guillermo León Valencia

(Guillermo León Valencia Muñoz; Popayán, 1909 - Nueva York, 1971) Político colombiano que fue presidente de Colombia entre 1962 y 1966. Dirigió el Partido Conservador y fue electo senador en 1933. Junto a Lleras Restrepo, impulsó un movimiento huelguístico que supuso la caída de Rojas Pinilla (1957). En 1962 sucedió a Alberto Lleras Camargo en la presidencia de la República, pero su gestión fue acosada por la guerrilla castrista. En las elecciones de 1966 fue derrotado por Lleras Restrepo. Entre 1968 y 1969 fue embajador en Madrid. Hijo del político y poeta payanés Guillermo Valencia Castillo, se inició muy joven en la política como concejal y diputado del Cauca, cargos que ocupó luego en Bogotá. Alcanzó varias veces la curul de senador y fue en diversas ocasiones embajador, especialmente en España. Obtuvo un doctorado honoris causa de la Universidad del Cauca en 1956. Fue uno de los promotores de la gran campaña de instigación y de movimiento de la opinión pública contra Gustavo Rojas Pinilla, que terminaría con su caída en 1957.

Guillermo León Valencia fue elegido presidente de la República para el período 1962-1966, el segundo del Frente Nacional y primero para el partido conservador. Al llegar a la primera magistratura se encontró con un país todavía muy afectado por la violencia. Su gobierno se caracterizó precisamente por lograr la pacificación casi completa del país; para ello cuidó especialmente la designación de cargos burocráticos, que se repartió equitativamente entre liberales y conservadores, y desató una gran ofensiva contra los violentos.

Quizás la principal realización de la administración Valencia fue la creación de la Junta Monetaria; a ello se sumaron la devaluación del peso y la creación del impuesto a las ventas. Prestó además atención a las obras públicas, los servicios y la educación, incrementando sensiblemente el presupuesto; el funcionamiento general de la nación mejoró ostensiblemente. De sus políticas sociales destaca la creación de sesenta mil nuevas viviendas y la financiación pública de parte de los medicamentos.

Carlos Lleras Restrepo

1966-1970

Economista, estadista, escritor y político liberal, Presidente de la República durante el período 1966-1970. Carlos Lleras Restrepo, hijo de Federico Lleras Acosta, "el sabio Lleras" y de Amalia Restrepo. Casado con Cecilia de la Fuente, el 25 de marzo de 1933, tuvo cuatro hijos: Carlos, abogado, Clemencia (fallecida), María Inés y Fernando, economista. Lleras Restrepo comenzó sus estudios en la escuelita de las Triana, unas parientas suyas. Entró a segundo elemental al Instituto de la Salle y allí se graduó de bachiller en Filosofía y Letras, en 1924. En 1930 se graduó en Derecho y Ciencias Políticas y Sociales, en la Universidad Nacional de Bogotá, con la tesis "El juicio de quiebra". En 1928 fue presidente del Congreso Nacional de Estudiantes. En 1929 hizo su primera intervención pública en política durante las manifestaciones contra los ministros de Guerra y Obras Públicas del presidente Miguel Abadía Méndez, y fue designado segundo vicepresidente de la Convención Nacional del liberalismo reunida en Apulo. Miembro del Directorio Liberal de Bogotá, Lleras Restrepo participó en la campaña a favor de la candidatura presidencial de Enrique Olaya Herrera, con una gira por distintos municipios de Cundinamarca. En 1931 fue elegido diputado a la Asamblea de Cundinamarca; en 1932, nombrado secretario de Gobierno de Bogotá; y en 1933 fue representante a la Cámara y secretario de Gobierno de Cundinamarca.

Desde esta última posición adelantó la parcelación de la hacienda El Chocho, experiencia considerada como un antecedente de la reforma agraria. En 1935 fue elegido por segunda vez representante a la Cámara, llegando a ser presidente de esta corporación. En 1936 fue nombrado contralor general de la República, reelegido en 1937. El presidente Eduardo Santos lo nombró ministro de Hacienda, cargo que desempeñó entre 1938 y 1941. Durante este período, se fundaron el Instituto de Crédito Territorial (ICT), destinado a resolver el problema de vivienda a las clases de escasos recursos; el Instituto de Fomento Municipal; el Instituto de Fomento Industrial (IFI); el Instituto Geográfico Agustín Codazzi; el Fondo Nacional del Café, instrumento para la ejecución de la política cafetera; y el Fondo de Estabilización Monetaria. En 1939 enseñó la cátedra de Hacienda Pública en la Universidad Nacional.

En 1941 tuvo a su cargo la dirección del periódico El Tiempo, en asocio con Roberto García-Peña, y fue presidente de la Dirección Liberal Nacional. En 1942 fue elegido senador de la República. Designado nuevamente ministro de Hacienda en 1943, durante la segunda administración de Alfonso López Pumarejo, fundó la Escuela de Administración Industrial y Comercio del Gimnasio Moderno y desempeñó la decanatura.

En 1944 fue postulada su candidatura presidencial y encabezó la delegación colombiana a la Conferencia Internacional de Bretton Woods. En 1945 fue delegado de Colombia a la Conferencia de Chapultepec y miembro de la delegación colombiana a la Comisión Preparatoria y a la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Elegido en Londres vicepresidente del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas en 1946, en 1947 fue miembro del Comité Especial de Asuntos Internacionales de las Naciones Unidas y presidente de la delegación colombiana a la Conferencia de Comercio y Empleo de La Habana. Desde 1948 hasta 1966 formó parte de la Dirección Nacional Liberal. En 1950, junto con los ex presidentes Alfonso López Pumarejo y Eduardo Santos, integró el triunvirato para dirigir el partido liberal. El 6 de septiembre de 1952, bajo el gobierno provisional del designado Roberto Urdaneta Arbeláez, siendo miembro de la Dirección Nacional Liberal, fue incendiada su casa.

Entre 1952 y 1954 Lleras Restrepo permaneció exiliado en México, desde donde enviaba crónicas y artículos para el periódico El Tiempo. En 1954 regresó a Colombia y fue incluido en la junta directiva de El Tiempo, en representación de Eduardo Santos. Invitado por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), en calidad de consultor, también fue delegado por Colombia a la conferencia de Quitandinha (Brasil). En 1956 fundó la Sociedad Económica Amigos del País. En 1971 las Naciones Unidas lo llamaron a colaborar en el estudio de desarrollo de cuencas fluviales. A raíz de la caída del general Gustavo Rojas Pinilla, en 1957, fue elegido miembro del Comité Paritario de Reajuste Institucional, desde donde intervino en la redacción del texto que fijó las bases de la reforma plebiscitaria y adelantó la campaña correspondiente al plebiscito realizado ese año. Director del partido liberal, fue designado jefe nacional del debate para las elecciones parlamentarias, y reelegido senador de la República para el período 1958-1962.

Durante 1959 realizó un viaje por Europa en plan de estudios. En 1960 el Congreso lo eligió designado a la Presidencia de la República, y en calidad de presidente del Comité Nacional Agrario, organizó y presidió en Bogotá el Seminario de Líderes Políticos de la América Latina. En 1961 la Convención Nacional Liberal lo eligió nuevamente director único del partido. En 1962 fue reelegido senador de la República; ese mismo año redactó y celebró los acuerdos políticos de la llamada Gran Coalición, mientras en Medellín un grupo de estudiantes universitarios lanzó su candidatura a la Presidencia de la República, acogida inmediatamente por la convención del partido liberal.

En 1963 la CEPAL lo llamó nuevamente para preparar las recomendaciones sobre la Conferencia de Comercio y Desarrollo de Ginebra. En 1964 presidió la delegación colombiana a esta conferencia, y dos convenciones liberales reiteraron su candidatura presidencial. Sin embargo, en 1965 renunció a su candidatura, pero el Comité Bipartidista de Transformación Nacional, encabezado por el ex presidente Alberto Lleras Camargo, le pidió que la reasumiera. El 27 de noviembre de ese año fue solemnemente proclamado.

El 1 de mayo de 1966 Carlos Lleras Restrepo fue elegido presidente de la República. Durante su mandato firmó 1592 acuerdos, asistió a 191 consejos de ministros y recorrió 96 veces el país. Lleras bautizó su gobierno con el lema "Transformación Nacional". Durante su administración se impulsó la reforma agraria, se suprimió el mercado libre de divisas, se eliminó la diversidad de tasas de cambio, se reguló la inversión extranjera en Colombia y la colombiana en el exterior, se estableció el impuesto de retención en la fuente, se inició la interconexión eléctrica en el país, se crearon los departamentos de Risaralda y Quindío y se introdujo la reforma constitucional del 68, con el objetivo de darle mayor poder al Ejecutivo y agilizar el aparato administrativo.

La reforma constitucional de 1968, además, promulgó la paridad política hasta el 7 de agosto de 1978 y declaró la modalidad de la declaratoria de emergencia. La administración Lleras Restrepo creó el Fondo Nacional del Ahorro, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), cuya principal impulsadora fue la primera dama, doña Cecilia de la Fuente de Lleras; el Instituto de Recursos Naturales No Renovables (INDERENA); el Fondo de Promoción de Exportaciones (PROEXPO); el Instituto Colombiano de Ciencias (COLCIENCIAS); el Instituto Colombiano de Cultura (COLCULTURA); el Instituto Colombiano de Construcciones Escolares (ICCS); el Instituto Colombiano para la Educación Superior (ICFES); y el Instituto Colombiano del Deporte (COLDEPORTES).

En el campo internacional, restableció las relaciones diplomáticas con la Unión Soviética, interrumpidas desde el 9 de abril de 1948; recibió la visita del papa Pablo VI, con motivo del Congreso Eucarístico Internacional en 1968; creó y puso en marcha el Pacto Andino; y dio su aprobación al Pacto Andrés Bello de integración cultural. El 21 de abril de 1970, dos días después de las elecciones para presidente y conocidos los resultados oficiales, según los cuales el candidato conservador Misael Pastrana Borrero derrotó por escaso margen a Gustavo Rojas Pinilla, candidato de la Alianza Nacional Popular (ANAPO), cuando los partidarios de este último comenzaron a reclamar airadamente el triunfo y acusaron de fraude al gobierno, amenazando con tomarse el poder por la fuerza, el presidente Lleras Restrepo apareció en la televisión nacional, llamó a la ciudadanía al orden e implantó el estado de sitio y el toque de queda.

En 1970 la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), nombró a Lleras Restrepo presidente de la comisión especial sobre reforma agraria, y en calidad de tal, redactó el informe aprobado por la Conferencia de ese organismo. En 1972 la Convención Nacional del Liberalismo lo eligió de nuevo jefe único del partido. En 1973 fue designado como consultor del presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). En 1974 quiso postularse nuevamente a la Presidencia de la República, pero fue derrotado por una coalición de su partido conformada por Alfonso López Michelsen y Julio César Turbay Ayala. Después de la presidencia de López, en 1978, volvió a postularse, pero no logró obtener la nominación de su partido. Paralelamente a su carrera política, Lleras Restrepo ha ejercido su actividad como periodista.

Siendo contralor General de la República, fundó Los Anales de Economía y Estadística; como ministro de Hacienda, la Revista de Hacienda; con Juan Lozano y Plinio Mendoza Neira, el semanario Política y algo más; y en 1974, la revista Nueva Frontera, que desde entonces dirige. Firma sus artículos con los seudónimos El Bachiller Cleofás Pérez y Hefestos. Por otra parte, es autor de: De la República a la dictadura (1955), Crónicas y coloquios del bachiller Cleofás Pérez (dos series: 1962 y 1964), Hacia la restauración democrática y el cambio social (1963), Un programa de transformación nacional (1965), El cambio social (1966), Amigas y amigos (1970), El liberalismo colombiano (1972), Borradores para la historia liberal (1975), Historia y política (1980), Economía internacional y régimen cambiario (1981), La cuestión agraria: 1933-1971 (1982), Crónica de mi propia vida (9 volúmenes, 1983-1992).

La economía colombiana desde sus orígenes hasta la crisis de 1929 (1990) y Constituyente o Congreso (1990), entre otros. Lleras Restrepo ha recibido un sinnúmero de condecoraciones, entre ellas, la Gran Cruz extraordinaria de la Orden de Boyacá; la Orden Piana, en el grado de Caballero, otorgada por el papa. Pablo m; la Gran Cruz con brillantes de la Orden del Sur del Perú; la Orden Nacional de San Lorenzo, en el grado de Gran Cruz, conferida por el gobierno de Ecuador; el collar de la Orden del Libertador, concedido por el gobierno de Venezuela; la condecoración de la Orden "Nube Propicia", en el grado de Gran Cordón Especial, otorgada por la República de China; el collar de la Orden Andrés Bello; la Gran Cruz de la Orden del Sol del Perú; la Orden Vasco Nuñez de Balboa, de Panamá; la Orden de Malta; la Orden de Duarte Sánchez y Millo, en el grado de Gran Cruz y placa de oro, conferida por el gobierno de República Dominicana; y, en 1984, el Premio Nacional de Periodismo a la vida y obra de un periodista.

Misael Eduardo Pastrana Borrero

1970-1974

Político huilense del partido conservador, Presidente de la República durante el último período presidencial del Frente Nacional, 1970-1974. Hijo de Misael Pastrana y Elisa Borrero, Misael Eduardo Pastrana Borrero cursó sus primeros estudios en los colegios de la Presentación y Santa Librada en su ciudad natal, luego en Garzón (Huila) y después, en el Colegio San Bartolomé de Bogotá, donde terminó bachillerato.

Cuando iba a cumplir 15 años, fue una de las víctimas de la conocida "tragedia de Santa Ana", el 24 de julio de 1938, cuando durante la presentación de una revista militar, en la que estaban presentes los presidentes de la República Alfonso López Pumarejo (entrante) y Eduardo Santos (saliente), un avión Hawak de la FAC, que estaba realizando acrobacias, rozó una de las tribunas y se precipitó a tierra incendiándose y ocasionando centenares de muertos y heridos.

Uno de ellos fue Misael Pastrana, quien sufrió quemaduras en la cara y manos. Mientras que sus familiares llegaban del Huila, estuvo en un centro hospitalario al cuidado de Mariano Ospina Pérez y de su esposa, ya que era condiscípulo de un hijo del matrimonio Ospina Hernández. Siendo estudiante universitario, participó en la campaña presidencial de Carlos Arango Vélez, organizando un comando de apoyo. En 1944 inició su carrera política, defendiendo las tesis del Movimiento Nacionalista Revolucionario, que proclamaba la superación de los partidos tradicionales y centraba su interés en el problema social del país.

El 19 de julio de 1945 recibió el título de doctor en Derecho y Ciencias Económicas, en la Póntificia Universidad Javeriana, con la tesis laureada "Fraude pauliano y la simulación". Inmediatamente después se reintegró a la vida de su región, y fundó en Neiva el semanario El Porvenir. Fue juez de circuito, posición a la que renunció para participar en la campaña presidencial de Mariano Ospina Pérez, quien, una vez asumido el mando, lo nombró secretario de la Embajada de Colombia ante la Santa Sede, cargo que ocupó de 1947 a 1949.

Estando en Roma, se especializó en Derecho Penal en el Instituto Ferri. A su regreso al país, en 1948, fue nombrado secretario privado del presidente Mariano Ospina Pérez; luego lo fue, por algunos meses, del presidente entrante, Laureano Gómez, quien lo nombró ministro consejero de la Embajada en Washington, entre 1950 y 1952. El 24 de febrero de 1952 se casó en Bogotá, con María Cristina Arango Vega, con quien tuvo cuatro hijos: Juan Carlos, Andrés, Jaime y María Cristina. En 1953 fue nombrado secretario general del Ministerio de Relaciones Exteriores, y nuevamente salió del país como gerente de la Caja Agraria en Nueva York y delegado ante el Consejo Económico de las Naciones Unidas, entre 1954 y 1956.

A su regreso al país se vinculó con diversas actividades del sector privado. Ejerció la cátedra de Derecho Internacional en la Universidad Javeriana, donde más tarde, en 1963, fue uno de los fundadores de la Facultad de Economía y su primer decano. En 1957 fundó la primera corporación financiera, la Colombiana de Bogotá, y fue designado vicepresidente ejecutivo de la misma. A1 terminar 1958, el diario conservador El Siglo lo incluyó en la lista de presidenciales para el período 1962-1966 y postuló su nombre para las correspondientes elecciones.

En 1960, durante la administración de Alberto Lleras Camargo, Pastrana fue nombrado ministro de Fomento (hoy de Desarrollo), posición desde la cual defendió en el Congreso y obtuvo la aprobación del ingreso de Colombia a la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC, hoy ATADI). Luego fue ministro de Obras Públicas, y después, ministro de Hacienda, cargo que ocupó sólo 45 días, pero donde propuso al Banco Mundial, y éste aceptó, la constitución del primer grupo de consulta tendiente a integrar el crédito externo para el país.

En septiembre de 1961 se retiró del gobierno para presentar su nombre como candidato presidencial, pero antes de que la Convención Nacional Conservadora se reuniera para seleccionar al candidato definitivo de esta colectividad, Pastrana retiró su nombre de la candidatura. Decidió, entonces, retirarse de la política y asumió la presidencia de la empresa Celanese. Regresó nuevamente a la política en 1965, como miembro del Comité Bipartidista del Frente Nacional, para defender la candidatura de Carlos Lleras Restrepo, que en ese momento había sido retirada por la cerrada oposición de sectores de ambos partidos.

Alberto Lleras Camargo y Pastrana proclamaron a Lleras en el Coliseo de Ferias de Bogotá. Posesionado Lleras Restrepo, nombró a Pastrana ministro de Gobierno (19661968), desde donde puso en marcha un programa de acción comunal a gran escala y defendió en el Congreso la reforma constitucional de 1968 que modernizó al Estado. Luego fue nombrado en la Embajada en Washington, y a los pocos meses presidió la misión del Grupo de Consulta, donde logró que se aceptara el más importante plan de crédito externo en la historia. Estando en la capital norteamericana, 17 directorios departamentales de su partido le solicitaron que renunciara para impulsar su nominación como precandidato presidencial.

Después de su renuncia al cargo diplomático, Pastrana Borrero regresó al país y el 12 de septiembre de 1969, en el Coliseo de Medellín, aceptó la precandidatura que se consolidó en noviembre y diciembre de ese año, en las convenciones de los dos partidos. Su nombre fue presentado a la convención liberal con el de Evaristo Sourdís y Belisario Betancur. A1 ser acogido, Pastrana se constituyó en el candidato bipartidista para el último período de la alternación del Frente Nacional.

Frente a sus copartidarios, Sourdís y Betancur, que se lanzaron individualmente, y al general Gustavo Rojas Pinilla, que representaba a las fuerzas de la Alianza Nacional Popular (ANAPO), Pastrana salió elegido presidente en las elecciones del 19 de abril de 1970, con 1 625 025 votos, frente a 1 561 468 votos obtenidos por Rojas, 471 350 por Betancur y 336 288 por Sourdís. Los apenas 63 557 votos de diferencia con Rojas, hicieron que Rojas y sus partidarios reclamaran el triunfo y acusaran al gobierno de Lleras Restrepo de fraude.

Sin embargo, el 15 de junio siguiente, la Corte Electoral proclamó a Misael Pastrana oficialmente primer mandatario para el período 19701974, y le hizo entrega solemne de la respectiva credencial. Con el lema "Frente social", Pastrana empezó un gobierno entre cuyos propósitos estaba integrar el país marginado con el país participante. Durante su gobierno, se dio comienzo a lo que él llamó "la colombianización del patrimonio del país": se obtuvo de las empresas petroleras Colpet y Sagog, la reversión anticipada del 50% de sus derechos en las concesiones entonces vigentes; se adquirió el 50% del interés de la Gulf en los yacimientos de Orito y de las instalaciones del oleoducto a Tumaco; la Shell procedió a la reinversión anticipada de todas sus operaciones en el Magdalena Medio; y se negoció la refinería de Intercol en Cartagena y sus derechos en el oleoducto del Pacífico, así como los de la Texas en el de Orito-Tumaco. Se dio comienzo al sistema de asociación en materia de explotaciones petroleras, dejando atrás el de las simples concesiones; y se reglamentó la inversión extranjera en la banca.

Se introdujo el sistema UPAC (Unidad de Poder Adquisitivo Constante) de ahorro; se creó el Banco de los Trabajadores; se amplió la conmutación de pensiones y se ampliaron éstas para las viudas y los huérfanos; se consagraron por primera vez las pensiones para periodistas; se organizó el subsidio familiar, creándose el Consejo Superior con participación de personeros de organizaciones sindicales; se dio comienzo al sistema del médico familiar y se extendió a sectores agrarios y no dependientes; se iniciaron los centros comunitarios para la infancia y el Plan Nacional de Nutrición; se modernizó el sistema tributario con el uso del teleproceso; se pavimentaron 2300 kilómetros de la red vial y casi se termina la Troncal Occidental; se rehabilitaron cerca de 700 kilómetros de ferrocarril; se dotaron los puertos de equipo con recursos locales y crédito externo; se remodeló el aeropuerto El Dorado y se construyeron los aeropuertos de Bucaramanga, Leticia, Montería y Pitalito, y se reconstruyeron 14 pistas de aeropuertos; se inició la construcción de los terminales de Cartagena y Barranquilla y se adquirieron los terrenos y contrataron los estudios de ingeniería del de Rionegro; se aumentó en un 55.4% la generación de energía pública y se firmó el contrato de asociación para dar comienzo a la explotación de El Cerrejón; se inauguró la Central de Abastos de Bogotá, la nueva sede del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) y el puente monumental de Barranquilla.

El gobierno ejecutó la operación "Anorí" anti-guerrillas en Antioquia. Por otro lado, las exportaciones de manufacturas crecieron de 98.8 millones de dólares a 526.1 millones; se generaron un millón de nuevos puestos de trabajo; a través del Plan de Desarrollo Rural Integrado (DRI), se estructuró una política para ayudar a través de la reforma agraria a los campesinos sin tierra y a los pequeños propietarios; se presentó al Congreso el proyecto de reforma constitucional otorgando el derecho al voto a partir de los 18 años, proyecto aprobado dos años después de su administración; se creó el Tribunal Disciplinario; y se adquirieron aviones Mirage y submarinos.

La administración Pastrana adelantó conversaciones con Venezuela (país con el que hubo peligro de enfrentamiento militar) sobre la delimitación de áreas marinas y submarinas; y firmó un convenio con la Santa Sede para la reforma del Concordato. Como ex presidente, Misael Pastrana Borrero fundó, el 24 de enero de 1977, la revista Guión; escribió varios libros, entre ellos 'Colombia: vocación bipartidista en un siglo de historia' (1984), y fue presidente, en varias oportunidades, del Directorio Nacional Conservador.

EL FRENTE NACIONAL

El Frente Nacional empezó a crearse poco antes de que el general Gustavo Rojas Pinilla presentara su renuncia al cargo de Presidente de la República. Una vez acontecido esto, el poder del Estado quedó en manos de la Junta militar, nombre que se le dio al grupo de generales que se comprometieron a gobernar hasta el 7 de agosto de 1958, fecha en que culminaba el período de gobierno del general Rojas.

Se citó a los colombianos para que votaran a favor o en contra ? por medio de un plebiscito nacional? de nuevas reformas a la Constitución, así como para que votaran por la creación del Frente Nacional, todo con el propósito de superar la honda crisis que agobiaba al país, pues Colombia vivía uno de los momentos más violentos de su historia, lo que hizo que los dos partidos tradicionales, el Liberal y el Conservador, buscasen soluciones conjuntas que lograsen culminar en acuerdos políticos que permitieran traer al país un clima de paz y de desarrollo económico.

Antes de la caída de Rojas Pinilla, las bases del Frente Nacional se comenzaron a definir en la ciudad española de Benidorm tras las reuniones y encuentros que sostuvieron Laureano Gómez(en nombre del Partido Conservador) y Alberto Lleras Camargo(en nombre del Partido Liberal).

Luego de la designación del a Junta Militar, los conservadores y liberales vieron que el sueño de crear el Frente Nacional estaba cerca, razón por la cual se reunieron de nuevo en España ?esta vez en la población de Sitges? para definir algunos puntos de acuerdo fundamentales así como unas reglas a seguir. Se tenía claro que el objetivo principal del Frente Nacional era conseguir la paz del país y lograr acabar con los numerosos grupos armados fuera de la ley que operaban en el territorio nacional.

Los acuerdos a los que se llegó para crear el Frente Nacional fueron los siguientes:

Paridad entre liberales y conservadores para ocupar los distintos cargos de la administración pública.

Alternar el cargo de Presidente de la República durante un período de dieciséis años (dos Presidentes liberales y dos conservadores).

Buscar la manera de acabar con el odio y la violencia entre los dos partidos, violencia que, tan sólo durante la década de 1950, ya había acabado con la vida de miles de colombianos.

Una vez aprobado el plebiscito nacional (efectuado el primero de diciembre de 1957), y definidos, aclarados y convenidos los principales puntos de consenso y acuerdo entre los partidos, nace finalmente el Frente Nacional, el cual estaría signado por dos características primordiales: alternación y paridad.

La alternación hacía referencia al cambio obligatorio de filiación política del Presidente de un período a otro; es decir, debería haber un Presidente de diferente partido cada cuatro años, mientras que la paridad hacía referencia a la igualdad de participación de los dos partidos en los puestos del Gobierno.

Por acuerdo, se escogió al liberal Alberto Lleras Camargo para que, en 1958, se convirtiese en el primer Jefe de Estado colombiano elegido durante el periodo de vigencia del Frente Nacional, con lo cual a Lleras Camargo le correspondió iniciar la recuperación del orden, la paz y la seguridad de la nación.

Su administración afrontó problemas de desempleo y de violencia, así como un exagerado crecimiento urbano debido a la migración de miles de campesinos; al mismo tiempo, hubo un notorio incremento en la aparición de movimientos insurgentes, tanto en Colombia como en Latinoamérica, lo que condujo a que se celebrase una reunión en Punta del Este (Uruguay) entre los Presidentes latinoamericanos (con excepción del de Cuba, Fidel Castro) y el Presidente de Estados Unidos, reunión que pretendía atacar el problema por medio de la implantación de políticas para contener la miseria y el analfabetismo a través de un programa de cooperación llamado alianza para el progreso, liderado por el entonces Presidente de Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy.

Guillermo León Valencia, de filiación conservadora, asumió el poder en 1962. Valencia le dio continuidad a los planes de gobierno de Lleras, pues intensificó la construcción de vivienda y la electrificación rural; además, aumentó las exportaciones de café y petróleo, lo que permitió que se diese una recuperación económica significativa. Con respecto a los movimientos insurgentes, Valencia hizo grandes esfuerzos por terminar con los focos de bandoleros y guerrilleros (uno de tales esfuerzos, el bombardeo a Marquetalia, daría origen a las FARC).

Durante el período presidencial de Valencia el liberalismo se fragmentó, lo cual hizo que apareciera el MRL (Movimiento revolucionario liberal). El líder del MRL, Alfonso López Michelsen, estaba en desacuerdo con las bases del Frente Nacional. Este movimiento desapareció luego de la derrota de López Michelsen en las elecciones presidenciales.

Así, la ANAPO (Alianza nacional popular) se convirtió en el principal partido de oposición al Frente Nacional. La ANAPO era liderada por el general Rojas Pinilla, quien sostenía que los dirigentes del Frente Nacional hacían parte de una misma oligarquía.

El siguiente turno, en 1966, fue para Carlos Lleras Restrepo, del Partido Liberal, quién se preocupó fundamentalmente por la modernización del Estado y por emprender cambios en las políticas económicas que permitieran el desarrollo del país. Dentro de estos cambios, los campesinos, por primera vez, fueron tenidos en cuenta, ello gracias a la creación de la Asociación nacional de usuarios campesinos (ANUC) y a que la reforma agraria recibió un gran impulso con el objetivo de entregar tierras a los campesinos. Otro asunto importante durante el gobierno de Lleras fue la reforma Constitucional de 1968, pues, desde el inicio de su período, Lleras había planteado la urgente necesidad de hacer reformas a la Constitución, reformas que fueron aprobadas por el Congreso. Tales reformas consistían en:

Fortalecer el poder presidencial.

Incluir la emergencia económica como una situación de excepción que el Presidente de la República pudiera decretar.

Prolongar por cuatro años el período de los Representantes al Congreso.

Prolongar la paridad de liberales y conservadores cuatro años más después de acabado el Frente Nacional; es decir, hasta 1978.

En este período presidencial apareció un nuevo movimiento de oposición al Frente Nacional, el cual estaba conformado, en su gran mayoría, por estudiantes y obreros próximos a la izquierda: el MOIR (Movimiento obrero independiente revolucionario).

En 1970 asume el poder el conservador Misael Pastrana Borrero, quien fuera el último Presidente del Frente Nacional. Debió afrontar serios problemas de orden público por las acusaciones de fraude electoral que se le hicieron desde la ANAPO tras la derrota de Rojas Pinilla. Debido a esto, el sector más radical de la ANAPO, conformado esencialmente por estudiantes universitarios y obreros, decide integrar un grupo armado para intentar tomar el poder por la fuerza: el M-19 (Movimiento 19 de abril), nombre que hacía referencia al día en que se realizaron las elecciones presidenciales.

Al finalizar el Frente Nacional, en 1974, se presentaron como candidatos a la presidencia Álvaro Gómez Hurtado por el Partido Conservador, María Eugenia Rojas por la ANAPO, Hernando Echeverri por la Unión Nacional de Oposición y Alfonso López Michelsen por el Partido Liberal, quien, a la postre, resultaría triunfador por un amplio margen de votación. Respecto del gobierno de López cabe decir que, aunque el periodo del Frente Nacional ya había concluido, éste mantuvo la reforma Constitucional de 1968 y dio una participación equitativa a conservadores y liberales en su Gobierno.

Es evidente que los gobiernos del Frente Nacional se preocuparon por combatir la violencia y por neutralizar el auge de los movimientos insurgentes de izquierda, aunque sin mayores resultados, pues fue durante este periodo que aparecieron los movimientos guerrilleros más importantes, como es el caso de las FARC, el ELN y el M-19. También durante este periodo se intentó varias veces llevar a cabo una reforma agraria con el fin de repartir pequeñas parcelas a campesinos, pero el proceso fue lento y poco eficiente.

Sin embargo, el Frente Nacional logró uno de sus objetivos: disminuir los logros clientelistas; sin embargo lo hizo a un alto costo, pues, paradójicamente, fortaleció el clientelismo, lo que no hizo otra cosa que debilitar la democracia en el país y poner en duda la legitimidad de los procesos electorales.

Belisario Betancur Cuartas

1982-1986

Fue candidato a la Presidencia en 1970 y en 1978. Finalmente, el 30 de mayo de 1982 fue elegido presidente de la República, con 3 168 592 votos, hasta entonces la mayor votación en la historia del país. Siendo presidente, impulsó el Grupo de Contadora por la paz en Centroamérica, labor que le valió el Premio de la Paz Príncipe de Asturias en España. Betancur inició la apertura democrática en el país, con la incorporación de los principales grupos y movimientos armados a la vida civil; promovió la vivienda "sin cuota inicial", la universidad "abierta y a distancia", la campaña Camina, orientada a la alfabetización masiva, y la amnistía tributaria.

Durante su gobierno se aprobó la ley sobre elección popular de alcaldes; reformas a los regímenes departamental y municipal, al Congreso y a la justicia; el estatuto de televisión; la ley de los días festivos suprimidos o trasladados a lunes; y el nuevo Código Contencioso Administrativo. Se promulgó el estatuto básico de los partidos y comenzó la exploración y exportación de carbón de El Cerrejón Norte, y la emisión de los canales regionales de televisión como Teleantioquia y Telecaribe. Paralelamente a su carrera política, Betancur ha ejercido el periodismo y la docencia.

Cuando terminó su carrera de abogado escribió en El Colombiano, La Defensa, Jerarquía, Semana, y llegó a ser director de El Siglo. En asocio con Luis Carlos Ibáñez y Fabio Lozano Simonelli, fundó la editorial Tercer Mundo. Autor de numerosos libros sobre educación, economía, política y sociología, se destacan: Base para un gobierno nacional, Colombia cara a cara (1961), El cruce de todos los caminos (1963), El viajero sobre la tierra (1963), El rostro anhelante (1966), Imagen del cambio social en Colombia (1966), A pesar de la pobreza (1967), De la miseria a la esperanza, La ayuda externa (1970), Desde el alma del abedul, Despierta Colombia (1970), Populismo (1970), Desde otro punto de vista (1975), La otra Colombia (1975), Dinero, precios, salarios (1975), Cristo del desarrollo, El muro antes cegado, Cambio, planes y propuestas del Movimiento Nacional, Cambio, cambio, Sí se puede (1982), El compromiso de la paz: informe al Congreso de Colombia 1982-1986 (1986), El homo sapiens se extravió en América Latina (1990) y El lenguaje como expresión de la historia de Antioquia (1991), entre otros.

También ha escrito cuentos como Agua linda, Media vuelta a la derecha, y El viajero sobre la tierra, en prosa y verso. Es miembro del Consejo Pontificio de Justicia y Paz; de las Academias Colombianas de Historia, de Jurisprudencia y de la Lengua; y de la Comisión Suramericana de Paz, coordinador de las ediciones emblemáticas del v Centenario; se ha desempeñado como presidente de la Fundación Santillana para Iberoamérica, con sede en Bogotá; de la Comisión de la Verdad en el proceso de paz de E1 Salvador; del grupo ministerial "1992", año de la Salud de los Trabajadores de América Latina v el Caribe; y de la oficina Panamericana de la Salud en Washington; y como vicepresidente del Club de Roma para América Latina.

El conservador Belisario Betancur llegó a la presidencia a través de una coalición de varios partidos denominada Movimiento Nacional. Esta coalición, aunque estuvo conformada mayoritariamente por conservadores, contó con la presencia de miembros pertenecientes a partidos independientes. Entre ellos figuró la Alianza Nacional Popular ANAPO y un grupo disidente del liberalismo.

Durante las elecciones, Betancur se enfrentó a las candidaturas de los liberales Alfonso López Michelsen y Luis Carlos Galán. Así mismo, debió batirse con las candidaturas izquierdistas del Frente Democrático, representado por Gerardo Molina, y Reivindicación Popular, cuyo candidato fue Florentino Porras.

Betancur logró imponerse a sus contendores al obtener el 46,7% de la votación.

Bajo el lema de "gobierno nacional", Betancur ofreció a diferentes fuerzas políticas algunos cargos administrativos. María Eugenia Rojas, líder de la ANAPO, aceptó la propuesta del mandatario, y unos días después de la posesión presidencial, fue encargada de la dirección del Instituto de Crédito Territorial ICT. Otros partidos, entre los que obviamente figuró el conservatismo, también adhirieron a la propuesta. Sin embargo, el liberalismo oficial, que resultó derrotado por la división de sus dos candidaturas, se mantuvo al margen.

El gobierno de Belisario Betancur buscó cambios en las estructuras sociales y económicas. Para ello, fortaleció la industria nacional, generó empleos y redujo el impuesto público.

Pese a los logros conseguidos por Betancur, la caída del comercio internacional no permitió que su programa económico, denominado "Cambio con equidad", obtuviera resultados significativos. Además, debido a la administración deficiente del Ministerio de Hacienda, en 1983 las reservas internacionales del país cayeron por más de dos mil millones de dólares.

El gobierno de Betancur dio gran importancia a la política internacional. Entre los hechos más importantes figuran la afiliación al grupo de los países No Alineados y la participación dentro del denominado Grupo de Contadora.

Julio César Turbay Ayala (18 de junio de 1916, Bogotá, 13 de septiembre de 2005 , Bogotá) Político perteneciente al Partido Liberal y presidente de la República de Colombia en el periodo de 1978 a 1982.

Carrera política

Turbay empezó su carrera política dentro del Partido Liberal, como concejal de Usme en 1936, alcalde de Girardot en 1937 y concejal de Engativá en 1938; a esta última corporación llega junto a los también noveles Alfonso López Michelsen y Álvaro Gómez Hurtado. Ese mismo año ingresa a la Asamblea de Cundinamarca, hasta 1942, y en 1943 es elegido Representante a la Cámara. Para 1949, cuando el Presidente Mariano Ospina Pérez cierra el Congreso, ya había presidido en dos oportunidades la Cámara. Férreo líder de la oposición a los gobiernos conservadores, en 1953 hace parte de la Dirección Nacional del liberalismo, y en 1957, tras el ascenso de la Junta Militar fue designado Ministro de Minas y Petróleos, convirtiéndose en uno de los más influyentes del gabinete.

En 1958 el nuevo Presidente, Alberto Lleras Camargo, lo designa Ministro de Relaciones Exteriores, cargo que ejerce hasta 1961. Gran defensor del Frente Nacional, fue elegido Senador de la República sucesivamente en 1962, 1966, 1970 y 1974. En 1967 es elegido Designado a la Presidencia y ejerce el Poder Ejecutivo durante unos días ante la ausencia del titular Carlos Lleras Restrepo. Fue embajador ante la ONU (1967-1969), Gran Bretaña (1973-1974) y Estados Unidos (1975-1976).

Para las elecciones de 1974 es considerado como uno de los tres posibles aspirantes presidenciales del liberalismo, junto a Lleras Restrepo y López Michelsen; Turbay, viéndose en desventaja, apoya a López, quien gana la Presidencia, y a quien le corresponde tomar el juramento, al ser elegido Presidente del Senado. En la contienda para 1978, el sector lopista le devuelve la atención, respaldando su aspiración frente a Lleras. En las elecciones generales, derrota por estrecho margen al candidato conservador Belisario Betancur.

Se destacó durante su mandato por el polémico Estatuto de Seguridad, convocado para contrarrestar los diferentes movimientos rebeldes surgidos en la década anterior y donde fueron frecuentes las torturas, desapariciones forzadas y otras violaciones a los derechos humanos, que provocaron el exilio de numerosos intelectuales, entre ellos el escritor Gabriel García Márquez.2 Uno de los aspectos más controvertidos de este estatuto fue el que estableció que a los acusados por delitos de extorsión y alzamiento de armas, entre otros, serían juzgados por la justicia penal militar, en consejos verbales de guerra. También presentó durante su mandato el Plan de Integración Nacional, en el que la infraestructura tuvo un impulso muy significativo.

En 1980, la guerrilla del M-19 se tomó la embajada de la República Dominicana, como una muestra de su capacidad de acción. Se logró negociar pacíficamente el fin de la toma, partiendo los participantes del M-19 hacia un exilio en Cuba.

La organización de autodefensas civiles que apoyarían a las fuerzas armadas en su lucha antisubversiva fue ideada por la cúpula militar a finales del gobierno de Julio Cesar Turbay Ayala, para contrarrestar la amenaza de parálisis militar que venían venir con la política de paz, anunciada por el presidente electo Belisario Betancur.3 de igual durante su gobierno y el de su predecesor fue evidente la permisividad y la ausencia de una política en contra del narcotráfico, representado por sus Capos, el cual fue copando con su estructura mafiosa todos los niveles de la sociedad.

Luego de su mandato presidencial fue Embajador ante la Santa Sede (1987-1989) y ante Italia (1991-1993); ambas misiones diplomáticas fueron interrumpidas al ser llamado por el Partido Liberal para ser su Director Nacional, en el marco de las elecciones presidenciales de 1990 y 1994. Apoyó la candidatura presidencial de Álvaro Uribe Vélez en 2002, y fundó el Movimiento Patria Nueva, como disidencia para todos los liberales que apoyaban el proyecto uribista; hasta el momento de su muerte seguía liderando Patria Nueva para apoyar el gobierno de Uribe Vélez.

Alfonso Antonio Lázaro López Michelsen, (Bogotá, 30 de junio del 1913 - Bogotá, 11 de julio de 2007) fue un político liberal, abogado, catedrático y columnista colombiano, presidente de Colombia en el período 1974-1978.

Años 1960: El MRL y la gobernación del Cesar

Tras la caída del General Gustavo Rojas Pinilla en 1957, los López regresan al país. En 1959 un grupo de sus antiguos estudiantes del Rosario funda el Movimiento Revolucionario Liberal (MRL), como reacción al pacto del Frente Nacional en el que participaba su partido, el Partido Liberal Colombiano, se le ofrece orientar y dirigir el nuevo movimiento, y López Michelsen acepta el reto político. Hasta ese entonces, su única ambición era alcanzar la rectoría de su alma máter. Es elegido Representante a la Cámara en 1960 por el MRL y se presenta como candidato a la Presidencia en 1962, siendo ampliamente derrotado por el conservador Guillermo León Valencia. En 1966 es elegido senador, y logra pactar el regreso del MRL al oficialismo de su partido un año después, siendo nombrado por el Presidente Carlos Lleras Restrepo como el primer gobernador del recién creado departamento del Cesar; durante su paso por este cargo funda junto a Consuelo Araújo Noguera y Rafael Escalona el Festival de la Leyenda Vallenata en Valledupar, desde entonces es reconocido como uno de los principales conocedores y defensores de la música vallenata en Colombia.nb 1 Un año después asume la cartera de Relaciones Exteriores, hasta el final del gobierno de Lleras, en 1970. El 16 de septiembre de 1966 participó en la ciudad de Medellín, como profesor, en la fundación de la Universidad Autónoma Latinoamericana, UNAULA, primera universidad colombiana que puso en vigencia los principios filosóficos del Manifiesto de Córdoba: cogobierno de estudiantes y profesores, libertad de cátedra, libre investigación científica, libre aprendizaje y vinculación de la universidad a los problemas de la sociedad.

Para las elecciones de 1986, López Michelsen emprendió una campaña para convencer al ex ministro Virgilio Barco de postular a la Presidencia; pese al rechazo de Barco, al ser preguntado López por los medios acerca de la candidatura liberal a la presidencia éste respondió: "Y si no es Barco ¿quién?"; días después Virgilio Barco aceptó la candidatura, siendo está orientada por uno de los hombres más grandes del liberalismo en Santander el ex contralor general de la república y dirigente liberal Rodolfo González García.

Presidente de la República (1974-1978) “El Mandato Claro”

Para las elecciones de 1974 se presenta como precandidato de su partido, y logra la candidatura al derrotar al ex presidente Lleras Restrepo y luego del retiro de Julio César Turbay, quien lo respalda. Ganó las elecciones por amplia mayoría sobre el candidato conservador Álvaro Gómez Hurtado y la candidata de la ANAPO María Eugenia Rojas; como dato curioso, los tres dirigentes eran hijos de ex presidentes. Como un detalle de su fina irreverencia, se recuerda su discurso de posesión el 7 de agosto de 1974 cuando, al tocar el candente tema del diferendo limítrofe con Venezuela en relación con el Golfo de Venezuela, lo llamó "Golfo de Coquivacoa", haciendo referencia así a su nombre indígena originario.

Durante su gobierno Colombia tuvo una segunda bonanza cafetera, pero a su vez altos niveles de inflación, además durante su periodo se inició la apertura para que las mujeres inicien la carrera militar voluntariamente, creó el HIMAT (Instituto Colombiano de Hidrología, Meteorología y Adecuación de Tierras), estableció la mayoría de edad a los 18 años y restableció las relaciones de Colombia con Cuba.

Participó internacionalmente en la firma del Tratado Torrijos-Carter que garantizaba la futura devolución del Canal de Panamá por parte de los Estados Unidos a Panamá.

El 14 de septiembre de 1977 afrontó un Paro Cívico Nacional en protesta por las medidas antipopulares de su gobierno, se sabe de la muerte de varios sindicalistas y trabajadores heridos a manos de la fuerza pública, López Michelsen ese día impuso el toque de queda, este paro es recordado por los grupos de izquierda de Colombia por ser uno de los más grandes y por la acción brutal de la fuerza pública.

Lamentablemente la tolerancia inicial del gobierno de Alfonso López Michelsen y que continuó con Julio Cesar Turbay Ayala (1978-82) y en general de la sociedad colombiana a capos del narcotráfico, quienes se apodaban “los mágicos” fue premiada y estimulada por su generosa irrigación de beneficios a quienes negociaban con ellos desde la legalidad, como los propietarios de mansiones y fincas que las vendieron a alto precio, corredores de bolsa que amasaron fortunas con el lavado de dólares en la economía, empresarios que recibieron inversiones con bajos costos de capital para esconder ganancias ilegales. El presidente López abrió la puerta de entrada de los capitales del narcotráfico al crear, en medio de un rígido control a la entrada de divisas establecido por el Estatuto Cambiario de 1968, la que se conoció como la “ventanilla siniestra” del Banco de la República, para comprar dólares sin preguntar por el origen de los fondos. Al ser interrogado por el ingreso de lo que se llamó “los dineros calientes” a su campaña de reelección de 1982, López respondió con cinismo que él no usaba termómetro para tomarle la temperatura al dinero de los aportes electorales. Esta mentalidad deshonesta facilitó el ascenso de las clases emergentes y su asociación con amplios sectores de las clases pudientes.2

Al finalizar su mandato en 1978 reasume las riendas de su partido y se presenta a las elecciones de 1982 por el Partido Liberal que dividido con la candidatura disidente de Luis Carlos Galán Sarmiento del Nuevo Liberalismo fue derrotado por el candidato conservador Belisario Betancur, quien lideró un movimiento que convocó sectores políticos que iban más allá de su partido.

Reconocido por muchos como uno de los principales pensadores contemporáneos de Colombia, se decía que cada vez que López hablaba, "ponía a pensar al país".

Luego de retirarse de la política activa, tras rechazar ser candidato a la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, emprendió una fuerte campaña en favor del intercambio humanitario desde 2002 y volvió a la plaza pública para respaldar a su partido, el liberal en las elecciones de 2006; así mismo en 2005 participó a favor de la aprobación de una ley que otorgaba derechos patrimoniales a las parejas homosexuales. En sus últimos días fue miembro Honorario de la Academia Colombiana de Jurisprudencia y colaborador del periódico El Tiempo, en el cual mantenía una columna dominical.

Virgilio Barco Vargas

1986-1990

En las elecciones presidenciales de 1986 Virgilio Barco fue electo por más de cuatro millones de votantes, superando a Álvaro Gómez, su contendiente conservador, por más de millón y medio de votos. Al ocupar la presidencia puso en marcha el controvertido esquema de "gobierno-oposición", con el cual buscaba superar los vestigios del bipartidismo que, en su concepto, bloqueaba el sistema político, impedía la crítica y desvirtuaba el papel de los partidos, al concentrar su atención en la distribución de sus cuotas burocráticas.

La respuesta del conservatismo a este esquema fue la "oposición reflexiva", absteniéndose de participar en la administración. Los primeros meses de su gobierno fueron tormentosos: además de la oposición conservadora al nuevo esquema, tuvo que afrontar los numerosos asesinatos de líderes y miembros de la Unión Patriótica (UP), grupo político creado como resultado de los acuerdos de paz firmados durante el mandato de su antecesor. A ello se sumaron numerosos atentados guerrilleros y el terrorismo vinculado con el narcotráfico.

En general, el terrorismo constituyó el problema más inquietante de su gestión. El gobierno combinó entonces la inversión estatal para mejorar las condiciones de los sectores socialmente deprimidos, con el fortalecimiento de las Fuerzas Militares. Para subsanar los problemas creados por la escasa inversión estatal en ciertas regiones y sectores sociales, el gobierno de Barco continuó e impulsó el Plan Nacional de Rehabilitación (PNR) y puso en marcha el Plan de Lucha contra la Pobreza. De otra parte se concentró en el impulso a las reformas en la administración de justicia, de la estructura agraria y urbana y de las instituciones nacionales esfuerzo este último que sería culminado en el gobierno de su sucesor, Cesar Gaviria, mediante la adopción de una nueva Constitución. En lo que tuvo que ver con el narcotráfico, mantuvo una política de confrontación total y de búsqueda de una posición internacional que no sólo exigiera que la lucha contra los traficantes fuera asumida por los países productores, sino también por los consumidores, los que suministraban los químicos para su procesamiento, lavaban los dólares procedentes de la actividad y proveían de armas a los traficantes.

A finales de su gobierno, las gestiones de paz que se venían desarrollando permitieron llegar a un acuerdo con el Movimiento 19 de Abril, M-19, mediante el cual el grupo guerrillero se desmovilizó e inició su participación en la vida política institucional, bajo la denominación de Alianza Democrática M-19. Tales esfuerzos se vieron seriamente amenazados a raíz del asesinato de Carlos Pizarro, el máximo líder del movimiento y candidato a la Presidencia de la República. De igual forma, otros asesinatos de candidatos presidenciales, el de Bernardo Jaramillo Ossa, de la UP, y el de Luis Carlos Galán, del liberalismo, hicieron temer por el proceso electoral que se avecinaba.

Sin embargo, la crisis fue sorteada y las elecciones se adelantaron sin contratiempos. Una vez concluido su período presidencial, Barco ocupó nuevamente la embajada ante la Gran Bretaña, para luego regresar a Bogotá.

Virgilio Barco Vargas (17 de septiembre de 1921, Cúcuta– 20 de mayo de 1997, Bogotá) fue un político colombiano e ingeniero civil egresado de la Universidad Nacional de Colombia. Fue miembro del Partido Liberal Colombiano y Presidente de Colombia en el período 1986-1990.

Presidencia de Colombia (1986-1990)

Para las Elecciones presidenciales de Colombia de 1982 se había sugerido el nombre de Barco como posible candidato a la Presidencia, pero éste, al igual que la mayoría de su partido respaldó al ex Presidente Alfonso López Michelsen, quien fue luego derrotado por el conservador Belisario Betancur. Para 1986 fue el propio López Michelsen quien impulsó a Virgilio Barco. Cuando los periodistas preguntaron su opinión acerca de la candidatura liberal y éste respondió con la famosa frase "¿Si no es Barco quién?". En las elecciones recibió el respaldo de todas las facciones de su partido, principalmente la del dirigente liberal y contralor general de la república en el periodo de 1982 - 1990, Rodolfo González García quien con su grupo político llamado la confederación liberal de Santander del cual era su jefe máximo, ayudo e impulso arduamente a que Barco pudiese ser el triunfador de la contienda electoral popular para presidente de la época, con la suma aún de la disidencia Nuevo Liberalismo de Luis Carlos Galán, quien encontró en Barco una garantía de unidad. Su rival fue el dirigente conservador Álvaro Gómez Hurtado; el resultado fue de 4'214.000 votos (la votación más alta de la historia hasta ese momento), más del 59%, para Barco, frente a 2'586.825 de su adversario principal, y 328.641 del candidato de la Unión Patriótica Jaime Pardo Leal. Tras asumir la presidencia de Colombia el 7 de agosto de 1986, Barco emprendió el esquema gobierno-oposición para acabar con los vestigios del Frente Nacional, por lo que contó en su gabinete sólo con representantes del Partido Liberal. Su mandato tuvo como grandes ejes los programas contra la pobreza, el diálogo con las guerrillas y la lucha contra el narcotráfico. Su gobierno comenzó a aplicar un nuevo modelo de Administración Pública que buscaba cinco objetivos prioritarios: productividad social de los recursos públicos, democratización de la administración pública, eficiencia y responsabilidad de instituciones y funcionarios, capacidad de gerencia y administración y fortalecimiento institucional de la Presidencia de Colombia, mediante decisiones políticas del Presidente o a través de leyes y de actos reformatorios de la Constitución. Barco creó la Comisión Presidencial para la Reforma de la Administración Pública del Estado Colombiano a través del decreto 1150. De ella formaron parte Alberto Hernández Mora, Eduardo Aldana Valdez, Blanca Libia Arias, Alfonso Esguerra Fajardo, José Vicente Kataraín, Manuel Rodríguez Becerra, Fernando Botero Zea y Rudolf Hommes.8

Gabinete ministerial

El Gabinete del presidente Barco quedó integrado exclusivamente por miembros del Partido Liberal: * Ministro de Gobierno: Fernando Cepeda Ulloa (1986-1987) César Gaviria Trujillo (1987-1989) Raúl Orejuela Bueno (1989) Orlando Vásquez Velásquez (1989) Carlos Lemos Simmonds (1989-1990) Horacio Serpa (1990)

Relaciones exteriores

En febrero de 1987 de la Corte Suprema declaró la inaplicabilidad del Tratado de Extradición de ciudadanos colombianos hacia Estados Unidos por cargos de narcotráfico con el argumento de que en el momento de su entrada en vigor no había sido ratificado por el entonces presidente, Julio César Turbay. Esto fue considerado por los observadores y por el gobierno estadounidense como un serio revés para el Gobierno de Barco. El gobierno quedó sin base legal prácticamente para combatir a organizaciones delictivas como el Cartel de Medellín. Barco ratificó el Tratado, pero la Corte Suprema insistió en su invalidez. Tras la presión montada por el gobierno estadounidense, con un despliegue naval frente a costas colombianas que comenzó el 7 de enero de 1990, la política exterior del presidente Barco se convirtió entonces en una cruzada internacional para cerrarle el cerco al narcotráfico en Colombia. Estados Unidos consideraba sospechoso que el gobierno de Barco se concentrara en combatir solo al Cartel de Medellín y muy poco al Cartel de Cali. El 15 de febrero de 1990, el presidente Barco fue el anfitrión de una cumbre especial en Cartagena de Indias con los presidentes George H. W. Bush de Estados Unidos, Jaime Paz Zamora de Bolivia y Alan García del Perú para coordinar la guerra contra las drogas. En las relaciones colombo-venezolanas el presidente Barco lidió con crisis de la Corbeta Caldas el 9 de agosto de 1987 con el ingreso de la corbeta de la Armada de Colombia A.R.C. Caldas en aguas sobre el Golfo de Venezuela que han estado en disputa entre Colombia y Venezuela. El presidente venezolano Jaime Lusinchi, autorizó una gran movilización que las fuerzas armadas venezolanas, incluyendo aviones F-16 que sobrevolaron las naves colombianas, esperando órdenes para atacar. Barco también ordeno una movilización militar además de cambiar las hipótesis de conflicto para su preparación militar de la siguiente forma X-2 Venezuela y X-3 Nicaragua la movilización de varias unidades del ejército y la movilización del Submarino ARC Tayrona a la zona como apoyo.Bendeck Olivella, Jorge (1993). La Corbeta Solitaria. Bogotá, Grijalbo. ISBN 9586391086.El 17 de agosto de 1987 la crisis llegó a su máximo punto, el gobierno de Venezuela iba a ordenar el hundimiento de la Corbeta ahora Fragata ARC Independiente que llegó a la zona para relevar a la ARC Caldas, sin embargo la Fragata Colombiana también estaba preparada para hundir varias unidades Venezolanas y el submarino Tayrona las demás que estuvieran en la zona. Este ha sido un punto difícil a la hora de explicar lo sucedido ya que es muy difícil determinar cuál de las dos versiones es la correcta. Por pedido del secretario de la OEA João Clemente Baena Soares y el presidente de Argentina Raúl Alfonsín el gobierno colombiano retiro la Corbeta de la zona.

Seguridad y defensa

Véanse también: Conflicto armado colombiano y narcotráfico en Colombia.

El presidente Barco tuvo que afrontar los numerosos asesinatos de líderes y miembros de la Unión Patriótica (UP), grupo político creado como resultado de los acuerdos de paz firmados durante el mandato de su antecesor. A ello se sumaron numerosos atentados guerrilleros y el terrorismo vinculado con el narcotráfico. Presidencia de Colombia: Virgilio Barco Vargas 1986-1990Las negociaciones del presidente Barco por la paz fueron exitosas al final de su mandato, al lograr la desmovilización de la guerrilla del Movimiento 19 de Abril (M-19) y del Ejército Popular de Liberación (EPL); fue junto a los desmovilizados del M-19, el ex Presidente Misael Pastrana y el movimiento de la Séptima Papeleta, uno de los grandes impulsores de la Asamblea Constituyente que se instalaría en 1991. El 8 de marzo de 1990, Barco firmó la paz con el grupo guerrillero M-19, que no volvió a las armas pese al asesinato de Carlos Pizarro Leongómez, el 26 de abril, así como con el EPL, el 16 de mayo. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) continuaron en su guerra contra el Estado.

Aunque fue popular entre la comunidad internacional, lo fue menos en Colombia porque al emprender contra los traficantes de drogas, acciones policiales, aprobando la extradición a los Estados Unidos e inicio la persecución contra el enriquecimiento ilícito, estos se tornaron más violentos secuestrando a dirigentes como Andrés Pastrana y Álvaro Gómez Hurtado y asesinando a otros como los candidatos presidenciales Jaime Pardo Leal, Bernardo Jaramillo Ossa, Luis Carlos Galán y Carlos Pizarro Leongómez (líder del M-19), el Procurador General Carlos Mauro Hoyos y el director del diario El Espectador Isaza. Durante el período presidencial de Barco y según cifras de la Sección de Investigaciones Criminológicas de la Policía Nacional de Colombia, cerca de 78 mil personas fueron asesinadas, 250 policías asesinados, quince mil millones de pesos en pérdidas, explotaron 19 coche bombas (con aproximadamente 300 víctimas) y se produjeron 125 atentados dinamiteros contra el oleoducto Caño Limón-Coveñas. Según el diario colombiano El Tiempo, hubo infiltración de la mafia en algunos niveles de los organismos de inteligencia, de la Policía y del Ejército. Además de luchas de poder y de protagonismo entre los organismo de seguridad y defensa; falta de preparación técnica y logística para combatir el narcoterrorismo.10 Tras la muerte de Luis Carlos Galán, el presidente Barco ordenó a las fuerzas militares golpear las estructuras del narcotráfico, particularmente a "Los Extraditables". Algunos de los atentados notables perpetrados por "Los Extraditables" fueron el Atentado al edificio del DAS y el atentado al Vuelo 203 de Avianca. Las fuerzas militares utilizaron despliegue de medios, realizaron detenciones masivas, allanaron e incautaron propiedades de capos. El 15 de diciembre de 1989, el gobierno de Barco logró matar al narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha, jefe militar del Medellín. El 17 de enero de 1990, "Los Extraditables" le ofrecieron al presidente Barco un pacto por el que aceptaban la victoria de las autoridades y cesaban en sus ataques terroristas a cambio de garantías legales y constitucionales. El presidente Barco rechazó la propuesta, que hubiera significado la revocación política del judicialmente suspendido Tratado de Extradición. Los narcotraficantes reanudaron los atentados terroristas en abril.

Política económica

El programa de apertura económica se inició con su administración, que abrió los mercados colombianos al mundo y recargó la economía del país, si bien este programa fue acelerado durante el mandato siguiente (César Gaviria), lo que sería motivo de fuertes polémicas en el Partido Liberal. En la erradicación de la pobreza destacaron con resultados aceptables "El Plan Nacional de Lucha contra la Pobreza" y el "Plan Nacional de Rehabilitación", éste último, el más exitoso, fue dirigido por Rafael Pardo Rueda, Eduardo Díaz Uribe y Eduardo Wells Herrera.

Después de los resultado de las elecciones parlamentarias del 11 de marzo de 1990, en el que se incluyó a forma de plebiscito una séptima papeleta en que los electores pudieran responder sí o no a la convocatoria de una asamblea para reformar la Constitución de Colombia. El plebiscito logró más de dos millones de votos recontados informalmente crearon un impacto en el presidente Barco, que viendo la cantidad de votos decidió apoyarlo como una forma de democracia participativa. El presidente Barco, mediante decreto ley 927 del 3 de mayo de 1990, ordenó a la Registraduría Nacional contabilizar los votos que en las siguientes elecciones presidenciales del 27 de mayo se emitieran a favor de la convocatoria. En un fallo sin precedentes, la Corte Suprema de Colombia declaró exequible el decreto, y la papeleta obtuvo respuesta afirmativa de cinco de los seis millones de votantes.11

Cuando dejó la presidencia en 1990, sirvió nuevamente como Embajador de Colombia ante el Reino Unido hasta 1992.

César Augusto Gaviria Trujillo nacido en (Pereira el 31 de marzo de 1947). Economista y político colombiano, Presidente de Colombia de 1990 a 1994, Secretario General de la Organización de los Estados Americanos de 1994 a 2004 y Director Nacional del Partido Liberal de 2005 al 2009. Durante su mandato como Presidente fue convocada una Asamblea Nacional Constituyente que promulgó la Constitución de Colombia de 1991.

Presidente de Colombia (1990-1994)

Gaviria renunció al gabinete del presidente Barco para asumir como Jefe de Debate del precandidato liberal Luis Carlos Galán Sarmiento. Cuando Galán fue asesinado en 1989, su hijo Juan Manuel Galán pidió a Gaviria continuar con las banderas del Nuevo Liberalismo, a pesar de que Gaviria se había involucrado al galanismo apenas unos meses atrás. En marzo de 1990 Gaviria logró una contundente victoria sobre Hernando Durán Dussán y Ernesto Samper (que finalizaron prácticamente empatados) gracias al sentimiento de dolor y rabia generado en la ciudadanía por el asesinato.

Al ganar la consulta interna del Partido Liberal ante rivales como Hernando Durán Dussán y Ernesto Samper, Gaviria derrotó a los candidatos Álvaro Gómez Hurtado del Movimiento de Salvación Nacional, Antonio Navarro Wolff de la Alianza Democrática M-19 y Rodrigo Lloreda Caicedo del Partido Social Conservador en una contienda electoral manchada por la violencia promovida por narcotraficantes, que cobró la vida, además de la de Galán, de los precandidatos presidenciales de izquierda Carlos Pizarro León-Gómez y Bernardo Jaramillo Ossa y en la que el propio Gaviria fue amenazado de muerte.

• Cesar Gaviria Trujillo Partido Liberal Colombiano 2,891.808

• Álvaro Gómez Hurtado Movimiento de Salvación Nacional 1,433.913

• Antonio Navarro Wolff Alianza Democrática M-19 754.740

• Rodrigo Lloreda Caicedo Partido Conservador Colombiano 735.374

[editar] Asamblea Nacional Constituyente

Véanse también: Asamblea Nacional Constituyente de 1991 y Constitución de Colombia de 1991.

Las elecciones para los delegatarios a la Asamblea Constituyente fueron el 9 de diciembre de 1990. La Asamblea Nacional Constituyente, reunida el 4 de julio de 1991, a menos de un año de que Gaviria cumpliera su primer año como presidente, logró la redacción de la nueva Constitución Política de Colombia, que incluyó mecanismos nuevos para la protección de los derechos humanos, co¬mo la Defensoría del Pueblo y la Acción de Tutela, dentro de un conjunto de reformas que abrían espacios a formas de participación democrática, además de la reforma de la justicia, los estados de excepción, el Artículo 8 Transitorio, y el stat¬us de las fuerzas armadas. Durante las sesiones, el gobierno estuvo representado por el ministro de Gobierno de Gaviria, Humberto de la Calle.

La Constitución reformó la Rama Judicial, dándole potestad al presidente para nombrar al Fiscal General de la Nación (art. 249), al representante de la Sala Jurisdiccional del Consejo Superior de la Judicat¬ura (art. 256) y al de la Corte Constit¬ucional (art. 239). La constitución adoptó el sistema acusatorio para sustituir el sistema inquisi¬tivo, otorgando poderes a la figura del Fiscal General. Se cambiaron las normas de los Estados de Excepción (art. 212-215) y la Ley Estatuta¬ria (Ley 137 de 1994) y el "Estado de Conmo¬ción Interior".

[editar] Política económica

En materia económica, el gobierno de Gaviria es recordado por una "La apertura económica" de tinte neoliberal y liderada por su Ministro de Hacienda Rudolf Hommes. Si bien la apertura comenzó gradualmente en el gobierno predecesor, desde los inicios de su gobierno Gaviria aumentó el ritmo de la apertura, con resultados que dieron un vuelco a la historia económica del país.

[editar] Seguridad y Defensa

Durante su gobierno se llevaron a cabo varias negociaciones con grupos armados y se desmovilizaron el Ejército Popular de Liberación (EPL), así como una fracción del Ejército de Liberación Nacional (ELN), el Movimiento Indígena Armado "Quintín Lame" y el PRT hechos que contrastan con la suspensión de los diálogos con las FARC. El 9 de diciembre de 1990 Gaviria, por medio de su Ministro de Defensa Rafael Pardo ordenó la polémica toma del hasta entonces santuario de la guerrilla de las FARC en Casa Verde, municipio de La Uribe (Meta) y continuó a la guerra frontal. El presidente Gaviria descartó la posibilidad de mediación internacional en el conflicto armado colombiano aunque si hubo verificación internacional en los procesos de desmovilización y desarme en el proceso con el EPL, el Movimiento Armado Quintín Lame y la CRS.3

Entre los problemas que Gaviria tuvo que enfrentar estuvo el recrudecimiento del narcoterrorismo de Pablo Escobar, Gonzalo Rodríguez Gacha y los demás integrantes del grupo "Los Extraditables", que culminó con la muerte de Rodríguez Gacha en enfrentamientos con el ejército y el sometimiento a la justicia de Escobar junto con otros miembros del Cartel de Medellín. Tres semanas de su posesión como presidente de Colombia, Pablo Escobar secuestró a Diana Turbay junto con cinco periodistas más y luego fueron secuestrados Francisco Santos, Maruja Pachón, Beatriz Villamizar y Marina Montoya. Estos secuestros fueron diseñados para que el presidente anulara el tratado de extradición además de otros beneficios para los narcotraficantes, logrando entonces que el presidente Gaviria lanzara la política de sometimiento a la justicia, que ofreció rebajas de penas y trato preferencial a quienes abandonaran el narcotráfico y se entregaran a las autoridades judiciales, a cambio de no extraditarlos a los Estados Unidos. Como esa política era de difícil aceptación por parte de Estados Unidos, Gaviria aprovechó la presencia de Colombia en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y negoció el voto favorable del país a la primera guerra contra Saddam Hussein en 1992, ordenada por el presidente George Bush, a cambio de la aceptación de Estados Unidos a la política de sometimiento a la justicia y la no extradición.4

La Constitución de 1991 prohibió la extradición y al día siguiente se entregó a la justicia Pablo Escobar, cabeza del Cartel de Medellín y autor de innumerables asesinatos y varios atentados terroristas en lugares público, se adecuó la finca La Catedral que Escobar mismo había construido acorde a sus necesidades. Hubo crecientes acusaciones de que Escobar continuaba delinquiendo desde dicha prisión llena de lujos, se ordenó el traslado del capo narcotraficante quien huyó. En esos momentos comenzó una búsqueda en medio de un recrudecimiento de la violencia cuando varios de los antiguos aliados de Escobar fundaron la organización Los PEPES (Perseguidos por Pablo Escobar), una organización ilegal que colaboró con el Bloque de Búsqueda, una unión de varios organismos de las fuerzas del orden de Colombia. Finalmente en 1993 Escobar fue localizado por medio de la inteligencia electrónica y abatido durante el operativo de su captura, eso hizo fracasar la política de sometimiento a la justicia, que se limitó a algunos capos como los hermanos Ochoa Vásquez, mientras los demás narcotraficantes, especialmente los del cartel de Cali, gozaron de amplia impunidad para expandir negocios e inversiones, hasta el punto que les permitieron patrocinar a muchos políticos para asegurar sus intereses frente al Estado.4 Durante su gestión se crearon las cooperativas de seguridad privada, llamadas Las CONVIVIR.5

Las cifras de víctimas del conflicto armado en Colombia subieron en comparación con los años anteriores al periodo del presidente Gaviria. El sicariato, las autodefensas y el paramilitarismo se desarrolló para contrarrestar la avanzada de las guerrillas, alimentadas por mafias del narcotráfico que venían haciendo alianzas desde mediados de la década de 1980.

[editar] Crisis energética

Artículo principal: Crisis energética de 1992 en Colombia.

Otros problemas surgidos durante su mandato incluyen la baja en las reservas de agua que, agravadas por un Fenómeno del Niño condujeron a una reducción en la producción de energía hidroeléctrica que se contrarrestó con una serie de apagones programados que duraron más de un año entre 1992 y 1993. Como medida para contrarrestar el apagón, el gobierno decretó el adelanto en una hora de la hora oficial colombiana, la cual pasó de UTC −5 a UTC −4 (coincidente con la hora de Venezuela de ese entonces) la medianoche del 2 de mayo de 1992.6 Gaviria pretendió continuar con esta hora adelantada, conocida informalmente como la Hora Gaviria, pero la oposición de varios sectores llevó al reintegro del uso horario tradicional 9 meses después.7

Secretario General de la OEA.

[editar] Secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA)

En 1994, Gaviria fue elegido Secretario General de la OEA el máximo cargo de la organización. Su período como secretario inició al término de su período presidencial en agosto de 1994, fue electo por unanimidad, Gaviria es reelegido en la Secretaría de la OEA en 1999, terminó su mandato en 2004.

Su gestión al frente de la OEA se caracterizó por la adopción de la Carta Democrática, consolidación y fomento de la misma, se le recuerda por el trabajo de mediación en conflictos electorales, entre los que se destacó la arbitraje entre noviembre de 2002 y mayo de 2003 de la crisis venezolana entre el presidente Hugo Chávez y la oposición durante el Paro petrolero.

[editar] Dirección del Partido Liberal

Gaviria regresó a Colombia a principios de 2005, reintegrándose a la política activa. En junio de 2005, durante el Segundo Congreso Nacional Liberal, Gaviria fue proclamado Director Nacional del Partido Liberal Colombiano bajo la premisa de promover la reunificación del partido como una alternativa viable de poder frente a las elecciones presidenciales de 2006; gracias a su jefatura regresaron destacados líderes como Rafael Pardo y Andrés González Díaz.[cita requerida]

Gaviria se ha dedicado a reorganizar su Partido,[cita requerida] el cual fue desmantelado de sus grandes nombres por el ex-presidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez, quien según Gaviria, se dedicó a acabar con el Partido llevándose a sus más destacados dirigentes, pero el ex presidente ha tenido que enfrentar una significativa oposición al interior de la colectividad debido a que su proyecto es el de llevar al centro de la palestra política al liberalismo,[cita requerida] mientras un sector reclama que se mantenga la orientación socialdemócrata y de centro-izquierda.[cita requerida]

En el Tercer Congreso Nacional Liberal, en abril de 2007, Gaviria fue ungido nuevamente como Director Nacional, si bien esta vez no fue por aclamación, obtuvo poco más del 70% de los votos una mayoría. En el proceso de otorgamiento de avales para las elecciones de octubre de 2007, el ex presidente implementó la elección por consulta popular de los candidatos lo que dio mayor trasparencia al proceso de selección. El partido liberal ganó terreno político en las elecciones regionales de 2007, al adquirir el mayor número de gobernadores, alcaldes, diputados, concejales, retomando algunas mayorías perdidas por los anteriores líderes del partido.

Reseña:

ensayo de francisco leal buitrago“el estado colombiano: ¿crisis de modernización o modernización incompleta?”

introduccion

Muchas son las preguntas acerca del proceso de modernización en los países determinados como tercer mundistas, dentro de los cuales se ubican algunos países latinoamericanos y específicamente en nuestro caso, Colombia; y es precisamente desde un proceso histórico al parecer fragmentado por ideologías y estrategias políticas no favorables para el país, desde donde observamos, la construcción de la modernización como un proceso incompleto o en crisis( con esta última frase inicia el ensayo de Francisco Leal Buitrago).

Es preciso destacar la incidencia que marco las pautas de desarrollo, después de la segunda guerra mundial como el designio de unos objetivos marcados, de allí la preocupación por imitar pautas como las usadas en la Revolución Industrial donde se destaca la industria capitalista que buscaba un beneficio común, pero, que terminó siendo el resultado de acumulación de capital y consumo de los bienes industrializados, con amplias repercusiones negativas en la sociedad. Pero lo que se quería mostrar al mundo, eran los logros de un proceso que permitía ver a un país desde una perspectiva económica y política diferente.

Colombia por su parte, inicio su búsqueda hacia la modernización con profundas debilidades económicas, con estructuras muy atrasadas y marcadas situaciones de sujeción a la Iglesia y en su parte política con un problema grave de bipartidismo. Aunque se trataba de observar un avance en términos de relaciones sociales económicas impulsadas

por el Café, en la década de los años 20. Pero la violencia y los conflictos suscitados en los mandatos bipartidistas fomentaron inestabilidad y gran preocupación, porque lo que se observaba del estado en inicio con el denominado frente nacional, era una gran descarga de fuerzas polarizadas hacia la estabilización de un sistema político y económico dominante a costa del represamiento de las demandas sociales con la llamada modernización.

De esta manera observamos la búsqueda de un estado capitalista, que condujo sus políticas con fines distintos, a ser garante de unos lineamientos sociales; donde se trato de mitigar los intereses a través de consensos de repartición del poder por periodos de elección, prolongando un monopolio de los partidos.

HIPOTESIS:

“La formación del Estado capitalista en Colombia visto como un proceso hacia objetivos políticos, cimentados en la acumulación capitalista y traducida en términos de modernización en crisis o incompleta.”

Francisco Leal Buitrago en su ensayo “el Estado colombiano: ¿crisis de modernización o modernización incompleta?” resalta una serie de acontecimientos históricos políticos, donde describe las diferentes tendencias de la práctica política que entendió el proceso de modernización de manera distinta al mismo significado de modernización, razón por la cual en este momento tratare de describir algunos de sus argumentos teóricos acumulados en la historia, con el cual defiende sus postulados.

1. Tras la culminación de la segunda guerra mundial, se impulsó el comercio, la exportación e importación, la industrialización, la urbanización, la descomposición

campesina; donde de igual forma convivía una sociedad fragmentada, atrasada, rural, y como si fuera poco no había participación ciudadana en la conducción política, porque persistía una fuerte discusión bipartidista, que marcaba cada vez más la oligarquía.

2. Se trato de instaurar unas relaciones sociales capitalistas que por falta de regulación política terminaron en fracaso; muchas razones enmarcan la incidencia del frente nacional en este caso, como facilitador del crecimiento económico, de igual forma sus intereses guardados en la representación de los latifundistas (explotación cafetera, producción industrial). Fueron 16 años (1958-1974) del frente nacional, donde se alcanzaron logros como la modernización del aparato estatal, se institucionalizo la estabilidad económica, (banco de la República y el banco Interamericano), se creó el CONPES, se unifico la tasa de cambio internacional y de control de flujos de capital, se ampliaron una serie de departamentos administrativos donde se invirtió en ensanche educativo (institucional) entre otros. No obstante el deterioro progresivo de la administración local dejo en miseria a la mayoría de los municipios, agravada la situación por el bipartidismo.

3. El proceso político del frente nacional en los años 1974-1978 prolongo el monopolio bipartidista en el control del estado, la clase política dejo de ser una agrupación artesanal, ahora era una clase profesional, que cerraba las puertas a quien no compartía sus pensamientos en reproducción política y que permitió la utilización del clientelismo, desembocando el carácter cerrado de éstos, en

la inoperancia del legislativo, libertad de acción en el ejecutivo y abandono de la justicia. Se evidenciaron hechos como el desmantelamiento de la reforma agraria a quien le crearon sustitutos como el llamado programa de desarrollo rural, donde el viraje a dicho proyecto fue total.

Pero las características del frente nacional en la continuación de la política de “la participación justa y equitativa al segundo partido” seguía solo un cumplimiento; muy a pesar del deterioro ideológico del mismo; de forma notoria en los años 60s, se enmarca la aparición de las guerrillas (FARC, ELN, EPL), nacidos como un desafío al monopolio de la fuerza política (oligarquía), a las desbordantes manifestaciones del clientelismo, desde donde se desprende el M-19.

4. Más adelante y tras el “desobedecer” el llamado proceso de paz por parte de las fuerzas militares, en controversia a las manifestaciones del M-19, fomentó la ruptura como ente institucional, desembocando en la toma del palacio de justicia, dejando un número considerable de victimas, dentro de ellas gran parte de la Corte Suprema de Justicia. La descomposición de las fuerzas Militares, sumó a sus razones la aparición de los grupos paramilitares, y el indiscutible mal del narcotráfico, el cual a su vez opaco el monopolio estatal, y confluyo en el asesinato de Galán. De igual forma inmersa en este problema del narcotráfico se encontraba la compra de conciencias en los mismos funcionarios del ejército y policía, al mismo tiempo el bajo perfil en este tema de guerra, permitió al presidente electo tener 3 ministros de defensa, y el presupuesto público para defensa

creció vertiginosamente. Finalmente en el periodo presidencial de Gaviria, se convoco a elecciones para la asamblea constituyente, dándole vía a las modificaciones de las instituciones del estado y se acudió a la consulta ciudadana para apoyar a las reformas de la constitución, esfuerzos que dieron paso al freno de la “guerra”, pero no las medidas para la amenaza del narcotráfico.

Valoración personal del texto:

Primero que todo durante la historia colombiana, no solo en aspectos políticos se ha tratado de copiar experiencias ajenas o modelos, que por motivos sociales, culturales, políticos, económicos, estructurales y hasta morales difícilmente han generado beneficios a nuestro país, incluso cuando se pretendía dar inclusión social en la política, aparentemente el Frente Nacional en su génesis procuraba darle lugar, pero en su práctica terminó convirtiéndose, en una forma más de continuación de un sistema económico capitalista que favorecía a un grupo hegemónico en el poder en este caso un bipartidismo, que finalizo siendo un “chupa sangre”, se uso un supuesto para captar la atención de un pueblo sediento y cansado de las tiránicas prácticas de los gobiernos anteriores, resegados por ideologías religiosas que impedían sublevarse, o al menos pronunciar un descontento. La historia del frente nacional muestra una construcción ideológica casi que implantada en la sociedad, a través de discursos disfrazados que terminaron desembocando en prácticas delincuenciales que se convirtieron en inmanejables, e incontrolables por parte de la inoperancia política; valoro el texto de Francisco Leal Buitrago

desde una perspectiva descriptiva histórica de unos sucesos políticos que enmarcaron la que llamamos el proceso de modernización incompleto o en crisis.

La parte económica primaba en un escenario donde las relaciones internacionales tenían el foco de la atención del mundo entero, y que de forma desmedida las administraciones políticas colombianas no desligaron en sus intereses, inicialmente con el afán de sacar adelante las precarias situaciones que en este aspecto se encontraba el país, pero que terminó dejando a un lado los problemas sociales suscitados; en este aspecto resalto que las ansias por el poder, convirtieron la consulta popular en un clientelismo prolongado.

Con la aparición de grupos al margen de la ley, proceso que surgió del descontento e inconformismo social, al ver la ineficiencia del estado por solucionar problemas coyunturales, y que dejaron evidenciar el rol político estructurado en un circulo vicioso de intereses oligárquicos y ambiciosos, dan paso a sucesos imborrables como la toma del palacio de justicia, y una serie de intereses detrás de los hechos que incluso hoy día son incompletos. La debilidad institucional reflejada, dejo brecha a los grupos al margen de la ley para tomar fuerza, a tal punto, que se suscitaron problemas más grabes como el narcotráfico, el paramilitarismo, al parecer impulsado por el mismo estado con un legado de oportunidad de defenderse ante la subversión, pero que dieron fortaleza a los mismos para convertirse en ofensivos y terroristas, al principio había una ideología, pero al trascurrir del tiempo se desfiguro lo que se pretendía, hoy día a titulo personal (experiencia) puedo decir que la construcción simbólica de este último grupo citado, es una construcción inducida, con esperanzas disfrazadas de aparentes mejoras económicas, que terminan solo en promesas y que generan grandes traumas en quienes participan de él, es un hoyo en el que muchos quisieran jamás caer, pero que está tan bien armado, que se convierte en una trampa mortífera para muchos ingenuos y necesitados, desde este escenario se encuentra un gran bache entre el significado de unos principios constitucionales inscritos y replicados en millones de medios, y la práctica, encarnada en seres despiadados, egoístas, ambiciosos, que no solo están en los montes, sino en todos los escenarios materialmente importantes, desde donde pueden hacer sus despropósitos. Siempre ha existido el deseo por el poder, y los grupos que se forman tratando de contrarrestar los malévolos actuare, son silenciados en muchos casos con la muerte, con los sobornos, etc. Tenemos el ejemplo de la Unión Patriótica, que deja una gran preocupación en la sociedad, a la hora de mostrar un punto de vista diferente a los trazados por la fuerte oligarquía, que perdura en el poder y en el tiempo. Comparto la ideal del texto de Buitrago en el sentido en que en ocasiones, el accionar del Estado ante situaciones caóticas no son a solucionar, sino a mitigar, con el fin de dejar a continuidad de los siguientes mandatos lineamientos muy precisos de los cuales la sociedad identifica y legitima, es un proceso oculto de la suspicacia de los discursos y casi el perpetuamiento en el poder de las oligarquías descendientes

Reseñas

Marco Palacios. Entre la legitimidad y la violencia. Colombia

1875 -1994. Santafé de Bogotá: Editorial Norma, 1995,386 páginas.

El autor hace una descripción cronológica de la historia nacional en seis capítulos, que recogen los acontecimientos principales ocurridos en el país, desde el año de 1875 hasta la constitución de 1991. Cada capítulo comprende aspectos económicos, sociales y políticos del período específico que trata, ofreciendo una historia integral del siglo XX. En el inicio, Palacios expresa: "este es un trabajo de interpretación, y, como tal, se basa en fuentes secundarias, en una bibliografia considerablemente enriquecida en los últimos veinte años. Debido al formato ensayístico, la obra no lleva notas de pie de página, sino una bibliografia comentada al final"(Palacios, 1).

Es un valioso aporte de síntesis global que comienza en la segunda mitad del siglo XIX, cuando el país seguía limitado por las restricciones de la época colonial, la ruralización, la pobreza, la pluralidad de jerarquías derivada del individualismo agrario y los remanentes estamentales y serviles, la ignorancia y la escasez de capital hasta la segunda mitad del siglo XX, objeto del último

capítulo. En éste, el autor recrea los cambios del país, con urbanizaciones piratas, tugurios, invasiones y empleo informal. Pasa por la cultura popular, la rumba, la telenovela y la canción ranchera para terminar en la sección titulada el derrumbe. Ese derrumbe tiene que ver con la corrupción por arriba, la anomia de los pobres, el desencanto político de las clases medias, la expansión vertiginosa del delito violento y callejero y una respuesta del Estado ante el fenómeno criminal como de peligrosidad social, defensa del orden público o de seguridad nacional. Uno de los primeros aspectos que llama la atención es el binomio que establece entre legitimidad y violencia como eje de la interpretación. Dichas temáticas son objeto de especial atención en los capítulos cuarto y quinto, en los demás se hace una alusión a ellos en medio de una extensa descripción. La legitimidad está circunscrita a los mecanismos generados por el sistema político para mantener el poder. La legitimidad emanada de la violencia, aquella que ganaron los conservadores después de la guerra de los Mil Días; la emanada de los procesos electorales, aunque todos los actores estaban convencidos de su carácter fraudulento; la legitimidad derivada de la pericia del manejo macroeconómico en los años cuarenta que escamoteaba la efectividad de la política económica, la concentración del ingreso, el desperdicio de las mejores tierras, la desigualdad regional, el déficit de vivienda y el caótico crecimiento de las ciudades; igual es la legitimidad de los proyectos de pacificación y reconciliación nacional como, el período en que gobernó Rojas

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Pinilla con el respaldo de Ospina y la Plana mayor de la oposición conservadora, o el acuerdo del Frente Nacional, (en adelante FN).

La legitimidad es un término que valida los mecanismos de mantenimiento en el poder, sean estos clientelistas, violentos, pacíficos, da lo mismo para nuestro autor. Por ello sostiene: en los años setenta las maquinarias de los

barones electorales le dieron legitimidad al Estado y al mismo tiempo que, "sobre un fermento de descontento generalizado, muy propio de la segunda mitad de la década de 1970, surgió un problema de legitimidad política. Mucha gente no distinguió entre oponerse a un gobierno desprestigiado, o aplaudir actos de violencia política"(Palacios, M:268). El profesor Palacios no es explícito en decir que durante todo el siglo XX los gobiernos han mantenido la tensión entre una relativa paz política y la violencia. Desde las guerras del siglo XIX, la represión sindical en los veinte, la violencia de 1945 a 1964 hasta la nueva violencia del último cuarto de siglo.

El autor se limita a esbozar la idea de que los conflictos posteriores del siglo XX emergieron ante la presencia de disputas no resueltas (de orden económico y político) en períodos anteriores. Así nos dice: "en 1902 comenzó la fase de las guerrillas liberales, las cuales, sembraron las semillas del radicalismo popular en regiones que, más tarde germinarían en el primer tercio del siglo XX: los Llanos Orientales, San Vicente de Chucurí, El Líbano, el sur del Tolima, las vertientes cordilleranas que caen al Valle del Alto Magdalena. "Todas estas comarcas se volverían trágicamente familiares durante la violencia de mediados de siglo"(Palacios, 63). Al final del capítulo dos vuelve sobre el mismo argumento con el ejemplo de la carta que Benjamín Herrera, jefe liberal de los Mil Días, le dirige al presidente Ospina para exigir la protección de sus copartidarios que estaban siendo asesinados con la complicidad de las autoridades conservadoras.

Benjamín Herrera elabora una lista de municipios que, según Palacios, son los mismos en que protagonizaron los hechos de mitad de siglo. La violencia es un método que se ha empleado para el ejercicio político. Como en una relación dialéctica el autor caracteriza el modo de operar de los partidos. Las dos últimas décadas del siglo XIX enseñaron a los líderes conservadores cuán impracticable era gobernar sin los liberales y a éstos la imposibilidad de derrocar a los adversarios mediante la sublevación armada. "El legalismo, la fe del carbonero depositada en las virtudes intrínsecas del sistema representativo, coexistían con la común aceptación de que la violencia constituía un método válido para ganar el poder y sostenerse en él" (palacios, 71). La violencia es más sofisticada y legalizada cuando se trata del mantenimiento de la seguridad del Estado, con el permanente Estado de Sitio hasta 1991 y al abrigo de él los Estatutos de Seguridad: El Estatuto de

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Reseñas

Seguridad de 1978, el de Defensa de la Democracia en 1988 y el de Justicia que es su versión corregida y mejorada en 1989.

El capítulo cuarto trata de los hechos de mitad de siglo. El periodo de 1954 a 1965 es definido como una fase de crimen e impunidad facilitados por el sectarismo, que dislocó la vida de decenas de miles de familias y comunidades. La descripción que hace Palacios da a entender que el conflicto se desencadena por una turba de locos y desquiciados impregnados de un alto sectarismo político. En Caldas, Quindío, el norte del Valle del Cauca, se aprovechó el desorden institucional para organizar el despojo sistemático de fincas, la compra-venta de cosechas de café y ganado y la manipulación del mercado de trabajo. La huella que deja el período es el desvío de un patrón general de la caficultura colombiana de las fincas familiares a una nueva capa de caficultores medios que aprovecharía la paz frente nacionalista para transformarse en unaespecie de burguesía rural y los pequeños propietarios que sobrevivieron enfrentaron la alternativa de emigrar o convertirse en jornaleros.

Con respecto a los partidos liberal y conservador el autor hace ver una diferencia: los conservadores han logrado el acceso al poder por la guerra de los Mil Días, cuando los liberales no participan en las elecciones, cuando hay división liberal y finalmente mediante el terror. Los liberales en cambio han sido el partido de las mayorías, donde se han gestado las disidencias más importantes del siglo: el Gaitanismo, el MRL y el Galanismo con la excepción de la ANAPO. Después del Frente Nacional todos los presidentes han sido liberales menos Belisario Betancur. Durante el FN, los liberales lograron el apoyo de las bases a través de las Juntas de Acción Comunal y la ANUe. "El liberalismo además de ser mayoritario, ...más unificado que el conservatismo, fue la columna vertebral del Frente Nacional ... Los liberales impidieron que los conservadores llevaran a la presidencia a sus jefes naturales. Esta regla fue posible por la profunda división conservadora gestada en los años cuarenta, y, paradójicamente, la

agudizó"(Palacios, 258). Sería importante saber qué incidencia tuvo para la legitimidad del régimen el FN, porque si como dice el autor, el FN desarrolló su vida política alrededor de dos familias políticas liberales, los Lleras y los López y dos conservadoras, los Ospina y los Gómez, la legitimidad de unos gobiernos surgidos de un pacto oligárquico es muy dudosa, si se entiende que la apertura política es un paso necesario en la constitución de gobiernos legítimos. Los acuerdos bipartidistas, son considerados en el texto como un proceso natural del sistema político Colombiano. El gobierno de Concentración Nacional de Olaya Herrera era necesario porque todavía se vivía, en los años

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treinta bajo el fantasma de la guerra civil y debía evitarse cualquier acción que comprometiera la legitimidad. Por su parte el acuerdo del FN, es tratado por el autor con tono de moderación y amparado por la legitimidad de un reglamento y un contexto internacional que de pronto no viene al caso. Palacios nos dice: "quizás por su mismo reglamento de condominio, y por el contexto polarizado de la guerra fría, el FN acentuó los principios de represión de las disidencias políticas, de control y cooptación de los sectores populares y de las clases medias emergentes, mediante la ampliación de las redes de patronazgo y clientelismo, alternativa a la construcción del mundo de la ciudadanía"(Palacios,

239).

La fuerza de la interpretación del binomio legitimidad y violencia se desvanece cuando entran en escena actores sociales distintos a los partidos políticos. Entre esos actores se destacan: la iglesia, las mujeres, la clase media, los sindicatos, los comunistas, los militares y las guerrillas. El papel de la iglesia fue decisivo en la primera mitad del siglo XX, por su incendiarismo antiliberal y las publicaciones religiosas que argumentaban (en la década del 30) el peligro de educar a la población, lo cual crearía un proletariado intelectual, como lo probaba la experiencia francesa.

Posteriormente van cambiando su posición entre 1960 y 1990, la iglesia se fragmenta entre el clero tradicional (unido a los partidos y controlando una parte del sistema educativo) y los teólogos de la liberación. Finalmente han aceptado el papel activo de la mujer en la vida pública y la planificación familiar y la dirección de la educación por parte del Estado. Las mujeres mejoraron su situación desde el nuevo código civil expedido en 1936, antes del cual eran consideradas menores de edad, en años posteriores adquieren el derecho al voto y se convierten en una fuerza laboral muy

importante en la segunda mitad del siglo XX. La clase media emergió como uno de los grupos favoritos del FN, mediante un conjunto de políticas que subsidiaron el acceso a al educación superior, a la salud, a vivienda decorosa y consumo conspicuo. De ellas han surgieron las capas de la oficialidad de los cuerpos armados, el clero, el poder judicial, la docencia y el periodismo, cuadros políticos, narcotraficantes y guerrilleros. Sobre los sindicatos y los comunistas el autor nos da la imagen de ser erráticos y débiles en su accionar. Dentro del esquema de interpretación propuesto por el autor, cómo estos actores afectaron los procesos conducentes a garantizar la legitimidad del régimen y los procesos violentos que lo han sostenido? No se trata de dar respuestas pero si de ofrecer hipótesis para el desarrollo de nuevos campos de

trabajo.

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Reseñas

Por ejemplo, el ejercito ha mantenido una posición de autonomía principalmente después de 1958 en el manejo del orden público. Se hubiese podido explorar cómo esa autonomía le garantizaba a la clase política su mantenimiento en el poder sin que le sea disputado por el cuerpo armado, como

ocurrió en otros países de América Latina. Otro actor de vital importancia en la segunda mitad del siglo XX son las guerrillas. El ELN, el EPL y las FARC. Su sola presencia invita a reflexionar sobre el cuestionamiento a la legitimidad del régimen y los mecanismos de violencia que se han generado a su alrededor. Sin embargo, Palacios se limitó a la descripción de cada grupo insurgente. El ELN después que los breves plazos establecidos para la insurrección armada no se cumplían, se empezó a transformar en un ejercito privado y caudillista circunscrito a unas comarcas marginales de colonización. En la década del 80, trataría de crear bases populares en regiones como el Arauca petrolero. El EPL es producto de la disputa Chino-Soviética, la cual encontró una base en los colonos y trabajadores de las plantaciones bananeras de Urabá.

Las FARC por el contrario venían de la violencia y de los movimientos agraristas e indigenistas de los años treinta. Al respecto el autor sostiene que las guerrillas del Llano combatían con los valores políticos tradicionales, su objetivo era derribar el gobierno de Laureano Gómez, no el orden social ni el Estado que lo representaba. Posteriormente maduraron las condiciones para la autonomía y el radicalismo. El 18 de junio de 1953 se expidió la llamada "Segunda Ley del Llano que ofrecía un orden revolucionario en capullo. Plasmaba hondas aspiraciones de la población y creaba en las zonas bajo su dominio un gobierno alternativo sujeto a leyes civiles, penales, económicas y sociales. La administración de justicia sería expedita y aparecía moldeada sobre el derecho natural en tiempos de guerra"(Palacios, 230-231).

Por último, al lado de la guerrilla surgen los paramilitares, legalizados en la década del sesenta y vueltos a surgir en los ochenta, han sido un grupo que comete actos ilegales desde el Estado pero sin comprometer su accionar y en la práctica son más eficaces que el mismo Estado para combatir el movimiento guerrillero.

En el libro de Marco Palacios se resiente la falta de explicación del surgimiento de los industriales, la guerrilla y los narcotraficantes. Estos grupos simplemente aparecen nombrados en la historia aquí relatada, pero no se adelanta un análisis de las condiciones de su surgimiento en la sociedad y su relación con la legitimidad y la violencia.

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