Primeras relaciones exteriores de México

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES
POLITICA EXTERIOR DE MEXICO I  
PROF. JOSE ARTURO MÉNDEZ B
ALUM. HUGO ALBERTO BENÍTEZ VILLAGRANA [pic 1][pic 2]

Política exterior de México I

Historia de la Política exterior de México

Las primeras relaciones diplomáticas de México con los Estados Unidos

Uno de los primeros países en contraer relación diplomática con nuestro país al ser independiente fueron los Estados unidos, que anteriormente mostraron cierta simpatía por el movimiento independiente.

El punto de partida de las relaciones puede establecerse en las relacione poco exitosas con España, debido a la crítica de estos hacia las políticas norteamericanas.

Sumado a esto las acciones encaminadas por el presidente Monroe que mostraba cierto apoyo a la independencia de las naciones sudamericanas, pero mostrándose a la vez neutrales en apoyo, abriendo sus puertas a ambos lados, el español y el Latinoamericano.

Las rencillas entre ambas naciones reanudarían cuando en 1820 España se negaba a ratificar las fronteras con los Estados Unidos, los cuales pretendían extenderse por el territorio mexicano.

Ya para estas fechas la situación entre las colonias y España era distinta, pues México firmaba el tratado de Córdoba.

En tanto  los Estados Unidos reconocían la independencia de las colonias, se abstenían de hacer algún intento de obstaculizar a España de reconquistar, si no que era un reconocimiento de hecho, con el fin de establecer relaciones comerciales y políticas con las nuevas naciones.

  Aunque en el caso de nuestro había de diferir un poco, esto debido a los intereses de recursos como de posición geográfica, el hecho de que reconocieran la independencia iba en función de las necesidades de su política exterior en dicho momento.

Ya para 1822 se envió a México a Poinsett que era miembro del congreso norteamericano, como prueba de amistad entre ambas naciones; México en respuesta envía a José Manuel Zozaya como ministro plenipotenciario.

A su llegada a los Estados Unidos, su objetivo era buscar el reconocimiento de nuestro país como nación independiente, procurando que los Estados Unidos apoyara a la nación en todo lo posible, especialmente en el caso de un a reconquista por parte de España, el recabar información del concepto que se tenía del país en Estados Unidos y Europa.

Finalmente la recepción de Zozaya fue concretada de manera extraoficial, con cordialidad, pero con claras reservas respecto al reconocimiento, debido a la soberanía norteamericana que no permitía reconocer la independencia de México por considerársele inferior, y el entablar relaciones comerciales, traerían más beneficios para México que para los Norteamericanos.

Que sus intereses eran meramente expansionistas y de dinero, no de gente, en palabas del propio Zozaya “han de ser nuestros enemigos jurados y con tal previsión los debemos tratar desde hoy, que se nos venden como amigos”.

Para 1823 la situación política en el país había cambiado, del imperio de Iturbide se pasa a una República Federal establecida por la constitución de 1824, todos estos sucesos fueron notificados en Washington.

Más tarde el gobierno Norteamericano enviaría de nueva cuenta a Poinsett, con el objetivo de plantear el problema de las fronteras, a su vez encomendó una comisión que negociara con los indios en la frontera, para hacer llegar la delimitación hasta la frontera con Nuevo México, con la espera de que México no viera esta acción como  un daño luego de negociar los limites.

La comisión de Poinsett no se limitaría a oír las proposiciones, sino buscaría que México pagara la delimitación fronteriza.

En respuesta de esto el gobierno mexicano, en voz de Lucas Alamán, presuponía que era más importante la prevalencia de los convenios comerciales, hacer un tratado de comercio, dejando los límites para más tarde. El asunto fronterizo quedo ahí, para posteriormente discutir en un tratado los limites.

Poinsett buscaría el tratado imperara los intereses y principios de su país, a lo que México se oponía pues, esto suponía un término desigual, por no poseer marina mercante que igualara la Norteamericana, insistió en utilizar el principio de nación más favorecida para sus relaciones con los Estados Unidos.

El congreso Norteamericano creyó injusto que su nación se considerara en un plano inferior, ya que en caso de guerra el único que podría defenderlos eran ellos, a pesar de esto México insistió que no había motivo para tal privilegio.

Al asumir la presidencia Guadalupe Victoria, volvían a restablecerse las relaciones, pues era urgente el arreglo definitivo de los límites fronterizos, mediante un tratado simple, donde ambas naciones llegaran a una conclusión justa, sin argumentos de posesión ni concesiones por actividades, al igual que el pago equitativo de la frontera.

Poinsett no era de la misma opinión, el creía que debía prevalecer el tratado firmado con España, la resistencia ante estos términos, supondría un enfrentamiento con España, esto según argumento de Poinsett, en respuesta a esto, México sostuvo que era necesario para la seguridad nacional.

Ya en 1828 se aprobaron los límites entre ambas naciones, posteriormente ratificados, por desgracia el tratado llego a Washington con retraso y fuera de termino para ser reatificado.

De esta forma se fue prolongando la situación hasta los sucesos de Texas que causaron la ruptura entre las naciones.

La evolución hacia el centralismo de nuestro país, trajo como consecuencia la independencia de Texas en 1836, que a la vez trajo conflictos armados entre ambas naciones.

Las primeras relaciones México – España

Tras culminar el proceso de independencia, México y España buscaban terminar con el asunto en términos de comunicación franca y amistosa.

Pues México lleva una guerra defensiva por la detención del castillo de San Juan de Ulúa y la conducta de los españoles, y dicha guerra no cesaría hasta que se reconociera la independencia y legitimidad del entonces imperio mexicano.

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