RAFAEL CALDERA Y EL ASCENSO A LA PRÁCTICA DE LA DEMOCRACIA EN VENEZUELA (PRIMER GOBIERNO, 1969 - 1974)

Las comunidades, desde tiempos remotos han logrado organizarse en grupos, liderados en su mayoría por jefes, caciques, líderes, mandatarios; estos son sólo algunos de los calificativos utilizados para identificar algunos dirigentes de las comunidades. Estas organizaciones buscan el buen funcionamiento de los pueblos, trabajando en conjunto con sus habitantes.

Venezuela, a lo largo de su historia y hasta nuestros días ha vivido épocas caracterizadas por acontecimientos muy ligados a grupos y organizaciones que según sus intereses impulsan o no el desarrollo de la población. Muchos han sido los gobernantes o presidentes que han tenido la oportunidad de transformar nuestra Venezuela en un país productivo, donde se cubran las necesidades de cada ciudadano, bien sea en el aspecto económico, social, cultural, de salud, entre otros; lo cierto de todo, es que pocos lo han logrado.

Valdría la pena mencionar a cada uno de los presidentes o mandatarios que han recorrido o que han debido enfrentar a Venezuela desde la antigüedad, pero en esta oportunidad me afincare sólo en uno, que considero marco un importante ascenso en la práctica de la democracia y la presencia del Estado de Derecho, como lo fue Rafael Caldera en su primer periodo de gobierno, que abarco desde 1969 hasta 1974, postulado para ese entonces por el partido socialcristiano (COPEI). Sus principales objetivos eran lograr la paz política y social, para superar la angustia y zozobra y para encontrar convergencia fecunda a la pluralidad democrática, la promoción del hombre, a través de la libertad, para realizar la justicia, el desarrollo económico y social, para impulsar la marcha vigorosa del país y vencer la marginalidad.

Una de las primeras cosas que hizo Caldera, después de asumir la presidencia fue desmantelar la llamada doctrina Betancourt, la cual establecía que el derrocamiento por la fuerza de un gobierno democrático conllevaría a la ruptura inmediata de relaciones de los países democráticos con el régimen de facto reemplazante. Caldera desarrollo una intensa actividad exterior, caracterizada por el ejercicio de relaciones diplomáticas con todos los países latinoamericanos, sin importar su régimen de gobierno, excepto Cuba.

El país confrontaba todavía al posesionarse Caldera del poder un importante rezago de violencia, lo que lo llevo hacer frente prioritariamente al problema, logrando una negociación exitosa con los alzados en armas. Se rehabilitaron partidos políticos, se garantizó la actividad opositora a organizaciones que pudieron inclinarse hacia terrenos diferentes; se trató con respeto y consideración aún a los más enconados adversarios y ni en medio del fragor de la lucha se cerraron puertas ni ventanas al diálogo.

En cuanto a la política petrolera, Venezuela asume más participación en defensa del mercado de nuestro petróleo, es decir, no era sólo tarea que incumbía a los que ocupaban

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