REDACCIÓN DE PROYECTOS O INFORMES
lanchedelporte8 de Julio de 2014
3.359 Palabras (14 Páginas)406 Visitas
REDACCIÓN DE PROYECTOS O INFORMES
1. ORGANIZACIÓN
Índices y esquemas previos. Antes de comenzar la redacción de un escrito
es ineludible la confección de un índice, aunque este sea provisional. La falta
de organización en un documento puede llevar a un callejón sin salida.
En los apartados conviene aplicar el mismo procedimiento que en el plan
general. Un esquema previo permite esbozar, estructurar, desarrollar y
desechar ideas.
Estructuración explícita. No basta con que el texto esté ordenado
lógicamente, sino que la estructura ha de ser percibida por el lector. De este
modo se salvan ciertos escollos de comprensión y se facilita cualquier consulta
posterior.
2. ADAPTACIÓN
Adaptación al destinatario. Es difícil dar con el grado de profundidad y el tono
adecuado para cada ocasión. A falta de un destinatario ideal, es recomendable
pensar en un lector hipotético que aún no domina la materia, pero que estaría
en condiciones de comprenderla con ayuda del texto.
3. INTERÉS
Fórmulas de énfasis. Acerca del énfasis son útiles las siguientes indicaciones:
- Para destacar algo, es mejor redactar con oraciones simples y breves que con oraciones compuestas y largas
Un mensaje adquiere más relevancia en una oración principal que en una subordinada.
6.1.- CARTAS
Estilos de carta
El estilo de la carta debe ser adecuado para el receptor y entendible:
Formal: Por carta formal se entiende todo tipo de correspondencia de ámbito profesional, laboral, institucional...etc.
Coloquial o informal: Si se dirige a familia o amigos y se usa un lenguaje coloquial que ambos entiendan.
Familiar: Que podría ser un derivado de la anterior, con la única diferencia de que ésta es específicamente para familiares.
Muy formal: En estos casos se nota una distancia aún mayor con el receptor. Además, al momento de colocar a quién se dirige la carta debe colocarse: Señor/Señora (su cargo. Ej.: Directora de la institución).
Características de la carta formal
Hay un receptor (destinatario) y un emisor (remitente).
Se organiza con claridad, concisión, precisión y exactitud.
Posee una actitud cortés y amable.
Busca impresionar positivamente al destinatario.
Busca una reacción favorable a los intereses del remitente.
Busca dar información completa.
Características lingüísticas de la carta[editar]
Utiliza frases cortas.
Recurre a un vocabulario exacto y cortés.
Usa oraciones completas organizadas correctamente.
No abrevia las palabras.
Utiliza una puntuación adecuada.
Usa elementos cohesivos que interrelacionan las oraciones y los párrafos.
Partes de la carta
Las cartas formales, en particular las cartas comerciales, cuentan al menos con los siguientes conceptos:
Encabezado: nombre, dirección a quien va dirigida, fecha del día y lugar al que se dirige.
Saludo: personal o consolidado en fórmulas establecidas.
Exposición: del asunto, con los temas pertinentes.
Despedida: cortesía con la que se da término a la carta.
Firma: clara, o en sustitución también puede llevar el nombre en extenso.
Las cartas también pueden incluir:
Membrete: nombre, dirección, teléfono y ciudad de la empresa que la escribe (remitente).
Fecha: ciudad, entidad federativa, día, mes y año en que se expide la carta
Domicilio: nombre, dirección, ciudad y código postal de la persona a quien se dirige la carta (destinatario).
Vocativo: expresión de cortesía que une al firmante con el destinatario.
Texto: exposición del asunto que motiva la carta.
Antefirma: razón social o denominación de la causa.
Posdata (P.D.): algo que te hayas olvidado de explicar o quieras aclarar.
Referencias finales: iniciales, mayúsculas y minúsculas respectivamente, de la persona que dicta y de quien tipea la carta.
Otros datos: indicaciones de los anexos que se envían o el nombre de las personas a quienes se remite copia del documento. Estas anotaciones se hacen al calce y antes de las referencias finales.
6.2.- ESCRITOS ACADEMICOS
Los textos académicos son piezas comunicativas fundamentales en cualquier estudio o nivel superior: el terciario, el universitario, el cuaternario, etc., y que, por lo tanto, necesitan de un acercamiento específico y singular. La experiencia docente demuestra que una de las carencias principales en los alumnos de niveles superiores son las limitaciones redaccionales y el manejo de este tipo de textos.
Estructura de los textos académicos
Ya lo dijimos, los textos académicos son piezas textuales que suponen un momento de producción, circulación y recepción específico, y que de manera más o menos homogénea presentan una forma y estructura similar.
Al respecto de este último punto, debemos decir que al momento de organizar un texto académico debemos tener en cuenta sus partes fundamentales.
En líneas generales, la parte preliminar y la central.
En el caso de los aspectos preliminares, estos son importantes e imprescindibles a la hora de presentar un texto a alguna institución, enmarcar el trabajo, etc.
En aspectos preliminares incluimos la portada, el índice, los agradecimientos (si los hubiera), etc.
La parte central
La parte central implica precisamente el nudo o los elementos más relevantes de nuestro texto. Incluye los siguientes momentos:
Introducción: En esta primera parte, debemos contemplar la presencia de
a) Fundamentación: toda propuesta debe tener un sentido, un problema que le dio origen; un por qué. Sin necesidad de extenderse demasiado, el autor de cualquier presentación debe responder a este interrogante, a fin de ubicar al lector (y/o evaluador) en la situación que originó esta idea.
b) Áreas de investigación: si el trabajo presentado requiere de un estudio para su realización, debe constar en la propuesta qué se investigará, qué áreas serán estudiadas (por ejemplo, Teatro- Dramaturgia Medieval europea)
c) Problema: planteamiento de la cuestión a tratar; es el qué a resolver en el desarrollo del estudio.
d) Objetivos: toda propuesta debe ser planteada para algo. Plantear objetivos de manera clara, sencilla y concreta hace que un trabajo tenga sentido. El o los objetivos, pueden dividirse en uno general y otros específicos, o como mejor permitan organizar la realización de la idea. Deben ser planteados con un verbo en infinitivo, y en frases completas, afirmativas, sin dejar datos sueltos. Ej.: Estudiar y analizar el teatro religioso medieval español, durante los siglos XI y XII.
Desarrollo: Este comprende el análisis e interpretación del objeto de conocimiento sobre el cual estamos trabajando.
Cierre: En este punto, es necesario que se retomen los objetivos y el / los problemas planteados, y se generen a modo de cierre conclusiones (provisorias).
No hay que olvidar un aspecto fundamental en todo texto académico: el apartado de Bibliografía que va inmediatamente después del cierre o conclusiones (siempre que no hubiera notas al final). Asimismo, otro aspecto a recordar y tener en cuenta es la inclusión o no del apartado Anexos (aquí se incluyen cuadros, fotografías, entrevistas desgravadas, etc.) Como su nombre lo indica, puede estar o no.
Dos formas de presentar la información: el ensayo y la monografía
A continuación, se presentan algunas formas que pueden asumir los géneros académicos, sin limitar su carácter total y absoluto.
Una monografía no es una investigación científica exhaustiva ni tampoco es un ensayo “literario”. Una monografía es la exposición escrita de una idea, que presenta distintos grados de profundidad.
La trama o superestructura de una monografía es expositiva (aunque también acepta aspectos argumentativos). Su función principal es la informativa/ explicativa.
Como su nombre lo indica, en una monografía se desarrolla un único tema, reducido y acotado sobre aspectos variados. Cualquier acontecimiento, situación económica, social, histórica, política, etc. puede convertirse en materia de monografía. Su finalidad es la de divulgar conocimientos.
Algunas de las exigencias de las monografías son: el uso de un lenguaje objetivo y preciso; la utilización de términos técnicos y un registro formal, y, en lo posible, el uso de la tercera persona y de verbos en modo indicativo.
Por su parte, el ensayo es un escrito académico que explota en mayor medida los aspectos argumentativos, y que no se caracteriza por ser exhaustivo en el tratamiento del tema.
Un ensayo científico se define por la posición que el ensayista toma con relación al tema, es decir, que a diferencia de otros géneros de escritura en el campo de la ciencia, el aspecto subjetivo destaca la importancia de un ensayo, y este aspecto subjetivo se localiza por los juicios que emite el ensayista sobre los temas que está abordando. Una de las funciones que tiene el ensayo es mostrar la parte interpretativa de la subjetividad del ensayista, con esto el lector podrá contar con un mejor horizonte de reflexión sobre el tema abordado. (Salud Jaramillo y Víctor Mendoza, 2004. El remarcado es nuestro).
Rozando lo literario, el ensayo trabaja en mayor medida la función apelativa, haciendo alusiones al lector.
Formalmente,
...