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Redaccion De Informes


Enviado por   •  7 de Julio de 2014  •  971 Palabras (4 Páginas)  •  218 Visitas

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file:///C:/Users/DELL/Downloads/Ejemplos%20de%20Redaccion%20Literaria%20(2).docxEjemplos de Redaccion Literaria:

Ejemplo 1

Sólo se oyen ladridos de un silencio lejano, inspiro aire saturado de incomprensión, de dudas ásperas, mientras me limito a perder la mirada en la brisa del agua salada. No oigo nada, no logro adivinar la temperatura que acaricia mi piel ni sé porque lo intento, estoy relajada en este paréntesis efímero, pensando sin pensar, buscando algo dentro de mi que no puedo hallar ni derramar lágrima negra que me amenaza constantemente. Noto algo puntiagudo que surge de la nada y me hace temblar el alma, no es amor, no es dolor, es dulce venganza de una ola de recuerdos enfermizos que no se borraron en el bar sino que resurgen cada crudo amanecer. No entiendo porque agradezco ese pecado que siento ni porque ansío a darle la mano a la muerte, solo que disfruto planeando sufrimiento mientras me acompaña el humo de un cigarro arrugado, lo inspiro fuertemente hasta dolerme, mientras deseo que ese beso diabólico vuelva a rozar mis labios.

Ahora aspiro todo ese aire y vuelvo al mundo y todos eso eternos sentimientos que me bombean con fuerza, que me descubrían, se reducen y quedan impresos en mis venas para volver a resurgir, por ahora me contengo pero sé que algún día la ira derramará sangre por mis ojos y ese músculo latente suspirará.

Se que no me merezco la luna pero tampoco arañazos de tormentas.

Ejemplo 2

Elías Baley pugnó denodadamente por dominar el pánico. Durante dos semanas el miedo había ido en aumento. Empezó a sentirlo desde el mismo día en que requirieron su presencia en Washington para decirle, como si tal cosa, que le habían asignado su nuevo destino.

Aquella convocatoria era de por sí bastante turbadora. Pero, además, había llegado sin previo aviso, como si se tratase de una citación, lo que contribuía aún más a empeorar las cosas. Al propio tiempo le adjuntaban unas tarjetas de embarque que comprendían sendos viajes de ida y vuelta en avión, lo cual resultaba doblemente intranquilizador.

Por una parte, el miedo derivaba de la sensación de urgencia que despertaba la orden de tomar el avión, y por otra, del hecho de tener que utilizar este medio de transporte; ni más ni menos. Sin embargo, por el momento no era más que un temor incipiente y, por ello mismo, fácil de dominar.

A fin de cuentas, Elías Baley ya había volado en cuatro ocasiones. Una vez incluso cruzó el continente. Así, pues, aunque viajar en avión le resultara poco grato, tampoco era como dar un paso en e1 vacío.

El vuelo de Nueva York a Washington sólo duraría una hora, y el aparato despegaría de la pista número 2 del aeropuerto de Nueva York. Esta pista, como todas las oficiales, estaba convenientemente encerrada y cubierta y contaba con una compuerta que se abría para dar salida al espacio libre una vez el avión había alcanzado la velocidad de despegue.

Además, como Baley sabía muy bien, el avión no tenía ventanillas,

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