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RESUMEN La Riqueza De Las Naciones


Enviado por   •  7 de Agosto de 2013  •  2.533 Palabras (11 Páginas)  •  479 Visitas

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"La riqueza de las naciones", de Adam Smith (1776)

Sociología, estructura económica, estructura social, economía política

Autor de comentarios y resumen: E.V.Pita , licenciado en Derecho y Sociología.

Título: "La riqueza de las naciones", de Adam Smith (1776)

INTRODUCIÓN

Adam Smit procede de Escocia, en un mundo donde imperaban las teorias fisiócratas sobre la productividad de la tierra.

Notas del lector: Tras la lectura de la mitad del libro, puedo indicar varias cosas. Adam Smith cree que los salarios se equilibran en función de las épocas buenas y las malas, dado que existe un salario mínimo a partir del cual ya no compensa trabajar y que es el doble de la subsistencia, lo justo para alimentar a una familia. A partir de ahí, el salario oscila. Si un país afronta una época de crecimiento y hacen falta trabajadores, los salarios suben y se produce una época de prosperidad y de aumento de la natalidad. Es lo que ocurría en Norteamérica en 1776. Muy en la línea de Malthus, si luego hay más trabajadores que trabajos, el precio del salario disminuye porque siempre habrá alguien dispuesto a trabajar por un poco menos. Por mucha presión sindical que haya, dice Adam Smith que al final imperará la ley natural del salario que busca un equilibrio entre la oferta y la demanda de trabajo y salarios. Hay algo que destacan otros autores posteriores (incluso del siglo XXI) y es que Adam Smith dice que los patronos pactan en secreto una reducción a la baja de los sueldos.

Luego, también estudia los tipos de interés como modo de saber si un país crece o no. Por ejemplo, el 3% rebela una envidiable economía mientras que un interés del 12 al 40% señala que hay problemas en ese país porque los acreedores ven riesgos.

Las primeras páginas son dedicadas a la división del trabajo, de cómo una persona puede tardar días en hacer un alfiler mientras que una cadena de empleados especializados consigue producir mil al día.

Al analizar los salarios, Smith estudia la peligrosidad de los mismos, la formación necesaria, la temporalidad, o lo ingratos que son los oficios. Por ejemplo, dice que un artesano debe cobrar más que un granjero y un minero, más que los demás. [Nota del lector: sobre el tema de la formación, es estudiado por Max Weber en La ética protestante]. También explica los altos ingresos de un boticario que no se deben a que este exprima altos beneficios a sus baratos productos sino que ahí va incluido su salario por la responsabilidad. En el caso de abogados o médicos, solo uno de 20 logra culminar la carrera, por lo que cobra lo de 20.

Posteriormente, estudia los ingresos obtenidos por los tenderos de Londres y de otras localidades, para explicar por qué en Londres los productos son más baratos si el transporte al medio rural cuesta más o menos lo mismo.

Sobre los gremios

En otro de los apartados del libro, examina los grandes obstáculos a la libertad de comercio que suponen las reglas y ordenanzas de los gremios, que limitan el número de aprendices de cada artesano o establecen que las universidades de herreros o canteros, artesanos en general, durarán siete años de formación. Lo único que se consigue así, dice Smith, es que los aprendices sean perezosos ya que trabajarán siete años gratis para su maestro pudiendo trabajar y aprender desde el principio, lo que sería más productivo para la economía en general pero no para los gremios, que verían reducir sus beneficios. Tal y como está montado el sistema de gremios, un fabricante de coches (carruajes) no puede fabricar las ruedas sino comprarlas a un artesano cualificado del gremio, artesano que no tiene prohibido fabricar coches.

Smith dice que un campesino necesita mucha más habilidad y sesera para producir una cosecha que un artesano u obrero, que se aplica intensivamente a una o dos destrezas. Entonces, ¿por qué el salario de un campesion es menor que un jornalero de ciudad? La razón, dice, es que el sistema de reglamentos de los gremios encarece los precios en la ciudad porque la idea es sacarle dinero al campesino que va a comprar a la ciudad.

Para Smith todas estas regulaciones que quieren asegurar la calidad del producto son redundantes porque es el cliente quien dice si un artículo es de calidad y no le interesa saber si el aprendiz ha estudiado 7 años o 5. Y de hecho, tales regulaciones solo son aplicadas en la ciudad, dado que en el campo no se cumplen porque la economía del día a día obliga a los aprendices a estar operativos en el más corto plazo de tiempo para ser productivos.`

[Nota del lector: inevitablemente, os gremios traen el recuerdo de las universidades como fábrica de parados y la desmotivación de los alumnos, así como las famosas regulaciones de denominación de origen y otras normas sobre el comercio]

Sobre la emisión bancaria

Smith critica al banco de Escocia porque hacía favores a sus dueños, que sacaban dinero de la caja para volverlo a ingresar y obtener intereses, o porque concedía grandes créditos para proyectos de cultivos que tardarían mucho en generar rentas.

Sobre la inflación y los precios

Gran parte de la obra de Smith está dedicada a analizar la evolución de los precios y del coste de la plata desde tiempos de Julio César, la Edad Media y la conquista de América, y compararla con el precio del trigo. Dice que en ciudades ricas como Génova es caro porque lo importa.

Sobre China

Admite que en el siglo XVIII, China es el país más rico del mundo pero que está estancado, por lo que los salarios reales son más bajos que en Inglaterra y el resto de Europa, economías emergentes y en crecimiento.

Utilitarismo

¿Cuál es el valor real de una cosa? Smith dice que el precio real, la cantidad de trabajo que pueden comprar o comandar, sube en epocas de pobreza y depresión y se hunde en tiempos de riqueza y prosperidad, que siempre son tiempos de copiosa abundancia, puesto que en caso contrario no lo serían de riqueza y prosperidad. El cereal es algo necesario mientras que la plata es supérflua. Por eso, los países míseros (los pueblos salvajes, los más pobres, dice) no le dan valor a los metales preciosos.

Establece que el precio real es la cantidad de trabajo que exige hacer algo para comprarlo. [Nota del lector: el economista Karl Marx hizo una matización a esta

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