Reseña El Estado Nacional Total

En el punto tres del capítulo tercero de su libro “Estado y Nación en Europa” Hagen Schulze presenta el proceso de transformación desde el Estado Liberal al Estado Nacional Total y posteriormente, se caracteriza este último.

Para empezar, se introduce el contexto de la Primera Guerra Mundial dado que fue una guerra particular que representó grandes cambios en la historia mundial, pero específicamente en los países involucrados promovió importantes cambios. El principal cambio para estos países consistió en el incremento de la magnitud de los ejércitos, además, hizo que de una u otra manera cada ámbito de la vida en sociedad girara en torno a la Guerra.

Como consecuencia, los ciudadanos de casi todos los países implicados se unieron, bajo una fiebre nacionalista, en un consenso para otorgar o al menos no obstaculizar el campo de acción estatal. En cuanto a esto, Schulze escribe: “…por primera vez en la historia de las sociedades industriales se hizo posible una amplia concentración de poder en el Estado con la aprobación de todos”. (Schulze, p. 223).

Fue así como en Inglaterra, Italia y Alemania se transfirieron todos los poderes del Parlamento al Estado bajo lo que se denominó la “Ley de plenos poderes”. Por el contrario, en Paris fueron vanos los esfuerzos y la Cámara siguió controlando al Estado. De esta manera se abrió paso a los cambios en las formas de decisión, control y organización características de la forma estatal liberal de la época anterior a la Guerra.

La contextualización anterior la hace el autor con el fin de esbozar los orígenes de un ideal: la reunión de las fuerzas de la nación en una sola mano. Ideal que con el paso de los años dejó obsoleto el viejo Estado Liberal-Constitucional, pasando a consolidarse un Estado intervencionista.

Dicho proceso de consolidación se dio en Alemania hasta después de la Gran Depresión de 1929, pues el Estado Democrático de la República de Weimar aunque débil intentó mantenerse. Sin embargo, entró en decadencia a causa de la incapacidad para responder a una sociedad civil exaltada ante las consecuencias negativas y exigencias del Tratado de Versalles; frente a la situación alemana los nacionalsocialistas tuvieron el camino despejado para la construcción de un Estado Total que brindara el anhelo de seguridad nacional.

Con lo expuesto hasta ahora, el autor entiende que el absolutismo de los siglos XVI y XVII encontró su variante contemporánea en los Estados Autoritarios; prueba de ello es que en 1939 solo 11 de los 28 Estados europeos aún tenían constituciones democráticas.

En seguida, el autor presenta las características esenciales de la nueva forma estatal Total, algunas de ellas son: una ideología totalitaria de actuación estatal, un partido único capaz de convocar a movilizaciones masivas, el control total de los medios de coacción y comunicación, el control burocrático

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