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El Estado Nacion


Enviado por   •  30 de Junio de 2013  •  2.497 Palabras (10 Páginas)  •  303 Visitas

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El propósito es considerar las dimensiones prioritarias que permiten la existencia de dicha identidad. Por lo tanto, este texto se estructura con los siguientes temas: definición del concepto nación como introducción necesaria para entender los conceptos de identidad e identidad nacional; una caracterización de ambos y, para cerrar, un bosquejo de los desafíos que el Estado mexicano enfrenta para lograr crear una identidad nacional ante el proceso de globalización y el adelgazamiento de la suprainstitución por la propuesta neoliberal del sistema.

Precisiones conceptuales

Anderson define la nación como «una comunidad política imaginada como inherentemente limitada y soberana» (2005:23). Remitiéndose a Seton-Watson, el autor explica que es imaginada porque todos sus miembros no se conocen entre sí pero viven en una implícita comunión. Así mismo, sostiene que es limitada porque nadie ha pensado darle la dimensión de la humanidad; es soberana porque el concepto nació en el contexto de la Ilustración, cuando la Revolución Francesa estaba destruyendo la idea del reino dinástico jerárquico de origen divino. Finalmente, cabe señalar que se entiende como comunidad porque la idea de nación se concibe como un compañerismo profundo y horizontal, más allá de las desigualdades y explotación que se den en la realidad (Anderson, 2005: 25).

Pese a que el concepto de nación se acuñó en Europa, difundiéndose en ese continente a través de obras impresas, fueron los nuevos Estados americanos de fines del siglo XVIII y principios del XIX, donde se originaron los Estados nacionales modernos, al definirse espacial, social y políticamente como naciones y como repúblicas no dinásticas (en esto último, con la única excepción de Brasil).

Es necesario resaltar que, en general y con honrosas pero cortas excepciones,[1] estos Estados nacen con la intención de salvaguardar las élites criollas de los movimientos sociales de las clases bajas; sus líderes comparten el mismo origen social, la misma lengua (ya sea española, portuguesa o inglesa, según donde se contextualice la lucha) y buscan emanciparse del poder europeo que los colonizó (pp. 76-77).

Esto hace plantear ciertas preguntas como: ¿cuándo y cómo los sujetos pertenecen a una nación?, ¿de qué manera los sujetos asumen la identidad nacionalidad?, ¿qué papel juega la nacionalidad en la identidad de los sujetos?, ¿cómo entran tales sujetos en un proyecto de Estado-nación?, mismas que serán respondidas a lo largo del escrito, no sin antes establecer qué se entiende por identidad y cuándo se adquiere una identidad nacional.

Identidad nacional

Este apartado bosqueja el significado y trascendencia de la identidad nacional en las sociedades occidentales contemporáneas. Es alrededor del siglo XIX cuando se despierta el interés por la identidad hasta hacerla una de las características más sobresalientes de la modernidad tardía.

Según Guibernau a la identidad nacional la estructuran las siguientes dimensiones: psicológica, cultural, histórica, territorial y política, donde las élites cumplen una función importante en la construcción de la misma a través de estrategias[2] implementadas por el Estado-nación (2009:23).

La extensión de este texto no permite hacer un exhaustivo análisis de todas las dimensiones, por lo cual se tratará de condensar sus definiciones comenzando por lo que entendemos como identidad. Ésta es una interpretación de lo que es el yo al establecer qué es el sujeto, dónde se sitúa tanto en lo psicológico como en lo social. La identidad es activa, ya que el sujeto actúa en un sistema contextual de las relaciones y las representaciones sociales, donde reconoce a los demás y es reconocido por los otros sujetos. O sea que en el sujeto existe una capacidad de autorreflexión que le permite reafirmar sus particularidades como diferencias respecto a los demás. Melucci define la identidad «como la capacidad reflexiva de la acción [esto es, una representación simbólica de ella] más allá de un contenido específico» (1982:62). Contenido que, según el autor, está limitado en cualquier momento por el entorno y por la estructura biológica. Esta acción reflexiva, sin embargo, demanda que el sujeto-actor tenga un sentido de pertenencia, así como de continuidad temporal, lo cual trasforma a ese sentido de pertenencia y de continuidad en elementos claves de la categoría que nos ocupa: la identidad nacional.

Fundamentándose en la definición de conciencia nacional, entendida como movimiento que implica sujetos, procesos, contextos y tiempos, con miras a perpetuar al colectivo ––lo que fue, es, piensa, sostiene, siente, hace y lo que se espera; esencia de la vida en sociedad–– propicia una conciencia de identidad nacional, a manera de una matriz axiológica-ideológica colectiva, un estilo de vida donde se comparten símbolos, lenguaje, cultura y espacio; además de una visión del mundo, del ser, el deber ser y poder ser del mexicano, de un nos-otros mexicano, de nación y de Estado (pueblo, gobierno y territorio), lo cual implica conocimientos, autodefiniciones, enlaces afectivos, reconocimientos y autocríticas para conservar y fortalecer nuestra cultura inacabada, nuestra comunidad imaginada e imaginaria en permanente circularidad y movimiento mutante que nos convoca a pertenecer a ella, identificándonos y permitiéndonos llegar a ser un alguien-histórico-en construcción.

En síntesis, la identidad nacional es un sentimiento colectivo basado en la creencia de pertenecer a una comunidad imaginada como nación. Los sujetos que la integran, y a la vez se integran a ella, comparten un vínculo emocional, no racional pero tampoco irracional, que los hace pensar y decir el hecho de compartir la idea de tener ancestros comunes, no necesariamente comprobados por la historiografía del lugar. Sin embargo, los atributos reales o inventados que comparten los integrantes de la nación son importantes en ese sentimiento colectivo de pertenencia y de continuidad, aunque muchas veces dichos atributos son estereotipos creados con la selección de rasgos distintivos de una identidad nacional fluida y cambiante, cuyo origen está en la modernidad. En la actualidad dicha categoría se vincula con el proyecto de Estado-nación.[3]

En cuanto a las dimensiones que estructuran la identidad

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