Reseña de Sangre en el monte, de Daniel Gutman

Reseña de Sangre en el monte, de Daniel Gutman

        En 1974 la Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez se estableció en el monte tucumano con el fin de instalar un foco guerrillero, un viejo sueño del ERP. Durante algunos meses bajaron de los cerros, reclutaron colaboradores y hasta fusilaron a vecinos que los combatieron. La respuesta del gobierno de Isabel Perón fue la de enviar al ejército a exterminar a la guerrilla, hecho conocido como Operativo Independencia, en el cuál se instalaron los primeros centros clandestinos de detención. La investigación de Gutman recoge testimonios de ex guerrilleros, soldados, militares, periodistas y pobladores de Tucumán. Además de basarse en una profusa bibliografía y en periódicos de la época.

        El libro anterior de este autor es Tacuara (sobre la primera guerrilla urbana de Argentina), el posterior Somos derechos y humanos (sobre las campañas de la dictadura para limpiar su imagen en el exterior). Las décadas de los sesenta y setenta son del interés de Gutman, es minucioso en sus obras e intenta narrar la Historia Argentina lejos de preconceptos y clichés. Para Sangre en el monte contó con la ayuda de entre otros, Joaquín Morales Solá, periodista que cubrió los eventos para el diario La Gazeta. Julio Santucho, hermano menor de Mario Santucho, quién lo contactó con los integrantes de la Compañía de Monte que sobrevivieron y de Horacio Verbitsky, quién aportó el Diario de campaña del General Vilas sobre el Operativo Independencia (material inédito hasta la fecha).

        La obra se divide en tres capítulos, los cuáles sirven para recorrer de manera amena los hechos. El primero de ellos es El Azúcar, que arranca desde el establecimiento de los primeros Ingenios azucareros a fines del siglo XIX hasta principios de 1970. Tucumán se muestra como una excepción entre las provincias del Norte. En todo caso la contra cara del progreso económico era la situación del cañero, explotado y marginado. Durante el primer capítulo conocemos las luchas obreras, la formación del primer sindicato de trabajadores del azúcar, la represión policial y los primeros contactos entre obreros y universitarios.

        Con este panorama podemos entender mejor las motivaciones de Santucho por instalar un foco el monte. La conflictividad social en la provincia más pequeña del País (pero la más densamente poblada) serían la chispa que encendiera la revolución. ¿Era posible un Tucumán rojo? El análisis del líder del ERP no parecería tán errado, sin embargo el autor da por tierra estas cuestiones entendiendo que: Las huelgas obreras dejaron de ser importantes a fines de los setenta, gracias a que la dictadura de Onganía por un lado las reprimió fuertemente y por otro lado cerró la mayoría de los Ingenios azucareros, que las posibles bases habían migrado hacia Buenos Aires, que los pobladores (entre los que se podrían encontrar simpatizantes con la causa) no tenían la intención de abandonar sus hogares para incorporarse en la guerrilla. Sobre estos puntos opinan ex integrantes del ERP, haciendo hincapié en su exceso de confianza basado en el voluntarismo que no les permitió anticipar su derrota. Tal era la fé en que la revolución triunfaría provocaba no preocuparse por el número de bajas ya que sería reemplazadas por nuevos guerrilleros reclutados.

        Gutman vincula fuertemente el aspecto geográfico con el histórico. Abundan las descripciones de los cañaverales, de la flora y fauna del monte tucumano. El primero serviría para esconderse y llegar hasta la población vecina. El monte por su parte presentará más dificultades que ventajas: oscuridad, humedad y aislación. Extrapolar la experiencia cubana a la Argentina sería mucho más complejo de lo que se creía. Sobre todo porque el Ejército Argentino no se parecía al de Batista, era un ejército profesional que estaba decidido a exterminar al enemigo.

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