San Felipe
musaaraya24 de Septiembre de 2013
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Introducción
San Felipe es muestra significativa del modo de desarrollar la vivienda urbana por ser una ciudad que conserva hasta hoy claramente la traza fundacional con la que fue creada y por ser una de las ciudades fundadas en una segunda etapa de colonización, donde los órdenes urbanos y arquitectónicos estaban más establecidos. Arquitectura tradicional La vivienda tradicional urbana da al centro de San Felipe la unidad espacial que lo caracteriza.
Lograr identificar que el patrimonio es una oportunidad que tiene la ciudad, de desarrollar actividades relacionadas con éstos: potenciar el turismo, el desarrollo de iniciativas de carácter tradicional -artesanal, etc. Tanto para un público externo como para el fortalecimiento de una identidad propia de la comunidad.
Una vida urbana vibrante es, a mi manera de pensar, el ingrediente esencial de una buena ciudad. Sin embargo, esta cualidad desaparece en forma creciente. La vida pública de una ciudad se constituye en sus calles, plazas, senderos y parques, y es en estos espacios donde se conforma el dominio público. Dicho dominio es toda una institución en sí misma, ella pertenece a la comunidad, y como cualquier institución, puede estimular o frustrar nuestra existencia
Fundación y surgimiento de la comunidad
La Villa del Corregimiento de Aconcagua "San Felipe el Real", fue fundada el 3 de agosto de 1740, por el Conde de Superunda don José Antonio Manso de Velasco y Samaniego, quién a petición del rey Felipe V de España, conquistó estas tierras del Valle del Aconcagua. El acta de fundación se suscribió en el Convento Franciscano de Curimon, con toda la solemnidad propia del siglo XVIII. Los terrenos para la villa fueron donados por el Maestre de Campo don Andrés de Toro Hidalgo, observándose en el trazado de sus calles y las cuatro cañadas que la circundaban todas las disposiciones de las Leyes de Indias
Posteriormente, en mayo de 1743, fue aprobada esta fundación por las Reales Cédulas y desde esa fecha hasta 1770, San Felipe permaneció siendo simplemente una Villa del corregimiento de Aconcagua. Pero el aumento poblacional y el desarrollo de edificación en la zona, llevó a los pobladores a agruparse, creando en de esta forma en el año 1770 el Primer Cabildo o Municipalidad, la que quedó conformada por un Alcalde Ordinario y uno provincial .
Precisamente el 1 de abril de 1770, el rey Carlos III de España, quién a solicitud de don Juan Francisco Javier del Canto, en representación del pueblo de San Felipe del Reino de Chile, le otorga el título de Ciudad y le confiere un escudo de armas, para que gozara de las preeminencias, prerrogativas e inmunidades correspondientes al rango de ciudad que se le concedía. Las efes que están alrededor de la corona consigan el lema "Fuerte y Feliz".
Durante el siglo XIX, San Felipe se extendía con un pequeño caserío, entre los márgenes del río Aconcagua por el sur y el estero San Francisco de Quilpué por el norte, con pequeñas construcciones entre las que destacaba la iglesia de La Merced y el castillo de los marqueses de Parrasía.
Además de las construcciones, San Felipe se caracterizó por su activa participación en la obtención de la Independencia de Chile, la que mantuvo latente el deseo de libertad y, con este objeto, conservó intacto el entusiasmo por la causa patriota, ayudando con emisarios a preparar la prosecución de la campaña interrumpida en el desastre de Rancagua. Posteriormente en 1851, San Felipe vuelve a figurar como el principal centro revolucionario en oposición al Gobierno. En esta contienda civil los revolucionarios sanfelipeños resistieron hasta el fin de los ataques de las tropas gubernamentales, atrincherados en las cuatro esquinas de la Plaza de Armas de la ciudad.
A fines de siglo XIX, San Felipe se comenzaba a perfilar finalmente como una ciudad tranquila, pródiga en bellezas naturales, manteniendo una manifiesta supremacía principalmente en la época en que fue capital de la provincia de Aconcagua (incluía los departamentos de San Felipe, Los Andes y Petorca).
Durante la segunda mitad del siglo XIX la pujanza del pueblo fue notoria, y en 1886 se construyó una línea urbana de tranvías tirados por caballos (carros de sangre). Estos eran de manufactura estadounidense (John Stephenson Co. de Nueva York), pero de dos pisos como los construidos en Gran Bretaña. Aunque de efímera duración, San Felipe estuvo entre los primeros pueblos al norte de Santiago en tener tranvías .
Ruiz (2002) explica a continuación como es la historia comunal. En el año 1460 d.C. se instaló la civilización incaica en el valle de Aconcagua por lo que se empezaron a construir las casas con adobón, fortalezas de piedras y se aprendió el laboreo de las minas. Posteriormente llegaron los mercedarios construyendo casonas de adobe y teja, horno de pan y sembrando rosales y hiedra. Formaron los caseríos en torno a Catapilco, Curimon y Panqueque. Luego llegaron galeones con cerezos, almendros, duraznos y perales, se extienden en el valle los primeros viñedos y campos de olivos. Así es como comienza a ser destacada la zona por sus excelentes viñas.
La ciudad fue fundada el 3 de agosto de 1740 d.C. tras una discusión entre los vecinos que decidieron llamar a la villa San Felipe El Real y estaría en las márgenes norponiente del río Aconcagua, Ruiz (2002).Según Ruiz (2002) en 1770 d.C. se le consideró como “villa modelo”, tanto por su armonía geométrica y su situación geográfica, como por el suelo, el número y la calidad de sus pobladores, que eran emprendedores.
La orden religiosa más antigua de Aconcagua es Nuestra Señora de la Merced edificando el convento e iglesia que no hace muchos años debió ser demolido.
Finalmente cabe mencionar que en Aconcagua se destacaban las mujeres por sus Fiestas, alegría, buenos modales y gran cultura. Para representar a las damas sanfelipeñas se incorpora a la plaza de armas de San Felipe cuatro estatuas de mármol que simbolizan primavera, verano, otoño e invierno. Es un hecho único en las plazas de Chile, Ruiz (2002).
Plaza de san Felipe
La Plaza de Armas es el centro de la ciudad de San Felipe, por lo tanto es el principal paseo de esta ciudad y es considerada como una de las más bellas del país. Se encuentra a una hora de Santiago, 87 kilómetros aproximadamente, y a una hora y quince minutos de la capital regional, 113 kilómetros (Obras Públicas, 2009).
En Plaza de Armas y Desaparecido Palacio Quilpué (2009) menciona que en los inicios de la Plaza llevaba por nombre Plaza Mayor, después de la independencia adquirió el nombre de Plaza de la Independencia para finalizar como Plaza de Armas. A esta plaza derivaron en 1817 las tropas libertadoras del Ejército de Los Andes, siendo recibidos con los mayores honores y la mayor emoción ciudadana.
Lo primero que se integra a la plaza son las esculturas de mármol, que representan las cuatro estaciones del año, confeccionadas por un escultor florentino en el siglo pasado. Posee frondosos árboles, en su mayoría traídos desde Europa (Plaza de Armas y Desaparecido Palacio Quilpué, 2009).
La Plaza de Armas y Desaparecido Palacio Quilpué (2009) menciona que se construyó en 1940 un kiosco de madera, el que más tarde con motivo del bicentenario el municipio hizo reemplazar por un kiosco de concreto armado.
El primer alumbrado de la plaza fue a parafina, luego a gas y hacia finales del siglo llegó la luz eléctrica. En 1930 el alcalde hizo construir una hermosa terraza ubicada en el sector oriente para que la juventud practicara patinaje sobre rueda. Hace algún tiempo se realiza la Feria Artesanal El Rastro el primer domingo y los 19 de cada mes. Tiene una duración de 2 días, mostrando la artesanía local. Esto podría potencia el turismo de la comuna ya que muestra la cultura local. Al encontrarse en el centro de la ciudad es un paso obligatorio para cada visitante de la zona, siendo uno de los atractivos más visitados de la comuna. Las visitas son permanentes y se puede considerar que los turistas son a nivel regional. Es conocida por las estatuas de mármol lo que la hace única en comparación con las Plazas del país.
Estatuas de san Felipe
Mucho se ha dicho que las estatuas de la plaza fueron trofeos de guerra del Batallón Aconcagua en la Guerra del Pacífico, cuando éste luego de San Juan, Chorrillos y Miraflores entró victorioso a la ciudad de los virreyes, Lima, al frente del General Manuel Baquedano, pero aquello no es cierto. En el siglo pasado el Cabildo mandó a confeccionar a un escultor florentino cuatro estatuas que simbolizan cada una de las estaciones del año. Como modelo sirvieron las fotografías de las hermosas damas sanfelipeñas de la época: Matilde Blest, Sofía Mascayano, Ana Luisa Caldera y Delia Gómez. Lo que sí trajeron a la ciudad los soldados de la Guerra del Pacífico fueron unos jarrones de mármol y la estatua de una bailarina apostada frente a la calle Merced. ¿Será verdad que también fue trofeo de la Guerra la sonora campana de bronce que tañe el ángelus en la iglesia Catedral de San Felipe? Por lo que respecta a la estatua del romano ésta fue una donación de antiguas familias (antepasados de Adolfo Ibáñez) de la Viña Errázuriz .
Clima
Según el Ministerio de Obras Públicas (1994) el clima de la Zona del valle de Aconcagua pertenece al sistema de clima templado, veranos secos con alta radiación e inviernos lluviosos, nubosos y fríos. Este clima define una condición muy favorable para el asentamiento
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