Sin sindicalismo no hay democracia

REPORTAJE

“Sin sindicalismo no hay democracia”

FRANCISCO SANTOS DESCATA LOS RETOS DEL MOVIMIENTO SINDICAL

Patria Reyes Rodríguez

Santo Domingo

“Sin sindicalismo no hay democracia”, así lo afirmó categóricamente el dirigente sindical, Francisco Santos, en una emotiva entrevista concedida a LISTÍN DIARIO, en la que sus lágrimas salieron a flote al recordar los momentos difíciles de lucha, cárcel y muerte, por la que ha atravesado el movimiento desde la época de Mauricio Báez.

“Aquí quieren hacer democracia sin sindicatos. Los empresarios quieren borrar las pequeñas conquistas y este es el principal reto que tiene el movimiento hoy”, manifestó Santos.

Cuenta que se integró al sindicalismo en el año 1962, como secretario general del sindicato de la Compañía Industrial Maderera de Santiago (con cerca de 800 obreros), en momentos en que fue fundado el Frente Obrero Unido Pro Sindicatos Autónomos (FOUPSA), que desapareció posteriormente.

Dice que los sindicatos surgieron para luchar contra la tiranía de Rafael Leonidas Trujillo y sus acciones sanguinarias en contra de la población. La libertad sindical era la consigna principal de aquellos tiempos y aún pasados los años, Santos asegura que no existe libertad sindical: “hay aspavientos pero no hay sindicatos”.

En su memoria vagan los recuerdos de la fundación del Sindicato de la Tabacalera, Asochoin (un sindicato de transporte de verdad), Sitracode, Sutrafado, Sindicato telefónico y apunta que fue el balaguerismo o los gobiernos de Joaquín Balaguer, lo que acabó con ellos.

Refirió que las conquistas logradas por el movimiento sindical han sido significativas, pero muy limitadas y que los mismos están consignados en los “pactos colectivos”. Destacó la labor del sindicato que funcionaba en el Listín Diario, asegurando que era un movimiento muy combativo, que luego desapareció.

Manifestó que los empresarios y el gobierno de Balaguer se trazaron la meta de desmembrar el movimiento sindical, a través de la represión y de desacreditar a sus líderes, lo que dijo  lograron casi en su totalidad.

“Los empresarios tienen una consigna de que el mejor sindicato es el que no existe”.

La afiliación de los trabajadores ha bajado mucho, sólo un 6% se encuentra organizado en las empresas, lo que Francisco Santos atribuye a la poca fuerza que tienen para luchar contra los patronos y el Estado, por el temor de los trbajadores a perder sus empleos y la falta de protección de la libertad sindical.

Dijo que hace falta más liderazgo, más organización, mayor unidad y crear mayor conciencia en la juventud de la necesidad de organizarse en las empresas para defender sus derechos.

Santos admitió que las debilidades de los líderes sindicales hizo mucho daño al movimiento,  “para aparecer quien compre, tiene que aparecer quien se vende”, sostuvo y afirmó que el sindicalismo no va a morir, porque la realidad hará entender a los trabajadores que su única fuerza está en la organización en función de sus intereses y que el interés del empresario nunca irá en favor del trabajador. “Los empresarios están claros en lo que tienen que defender y los trabajadores deben hacerles saber con su lucha que la dignidad no puede perderse”.

Aseguró que siempre se venderán algunos falsos dirigentes, sin embargo, aseguró que quienes quedan al frente del movimiento sindical hoy son personas que no se venden, son las personas que han resistido. Además, insistió que los sindicatos son la única vía que tienen los trabajadores para hacer valer sus derechos.

Expuso que la propuesta de modificación del código laboral que hacen los empresarios lo que busca es debilitar aún más las organizaciones sindicales y recomendó a los trabajadores resistir a las trampas del empresariado.

Francisco Santos, a pesar de estar padeciendo del mal de Parkinson, se muestra dispuesto a seguir aportando a la lucha por la dignidad de los trabajadores. En el 2011, fue reconocido por el Senado de la República por sus aportes a la democracia, su lucha contra el autoritarismo, la carencia de libertades y sus esfuerzos en el bienestar de la clase trabajadora.

Datos sobre el sindicalismo

Según informaciones suministradas por el Ministerio de Trabajo a LISTÍN DIARIO, en el país existen 3,810 sindicatos registrados, 1,345 en las empresas, 1,484 de profesionales y 884 de distintas áreas de la producción nacional.

En la base de datos del ministerio  se especifica que, según la clasificación de los sindicatos, existen 265 en zonas francas, 676 en el transporte, 110 en los puertos, 272 en la construcción, 274 de billeteros, 40 en las instituciones del Estado, 185 en la agroindustria, 129 en las instalaciones hoteleras y 281 en la insdutria azucarera.

De igual forma, los registros de la autoridad laboral dan cuenta de que existen 228 federaciones y 24 confederaciones. En el 2013, se inscribieron unas 23 nuevas organizaciones sindicales y 18 lo hicieron en el 2014.

Este diario no pudo conseguir datos especificos de cuántos sindicatos han dejado de existir o han sido eliminados por falta de funcionamiento, la única respuesta a esta pregunta fue que “el Código  de Trabajo establece en su artículo 382 “el registro de los sindicatos, federaciones y confederaciones puede  ser cancelado por sentencia de los tribunales de trabajo, cuando se dediquen a actividades ajenas a sus fines legales o cuando se compruebe fehacientemente que, de hecho, dejaron de existir”. 

((HISTORIA
UNA LUCHA POR LIBERTAD Y DERECHOS
La primera apertura del movimiento obrero dominicano hacia la sociedad nacional se produjo a raíz de la muerte de Lilís en 1899. Mauricio Báez fue el principal líder obrero para los trabajadores azucareros del Este, desempeñó el cargo de presidente de la Federación de Trabajadores de San Pedro de Macorís, tenía todas las características de un líder sindical nacional, tanto en la industria del azúcar como en toda la región del Este.

En 1920 surgió la Confederación Dominicana del Trabajo y a finales de esa década (1929) se registran acciones de organizaciones marxistas vinculadas a la clase obrera. El 24 de septiembre de 1946 se realizó el Primer Congreso Nacional de Trabajadores, con la participación de dirigentes obreros de distintas regiones y tendencias, aprovechando la apertura que Trujillo brindó a grupos de oposición.

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