Tarea Ame Latina
BAED18 de Mayo de 2014
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Tarea17Los años Ochenta: Una crisis de alta intensidad II
Texto: El desarrollo del capitalismo en América Latina
Autor: Agustín Cueva
Mayo de 2014
1. “En América del Sur, mientras tanto, la hora de la democratización había sonado. Al “retorno constitucional” de Ecuador, en agosto de 1979, siguió el del Perú, un año más tarde. Y es comprensible que estos países fuesen los pioneros, en la medida en que sus dictaduras habían sido las más “blandas” de la región: reformismo nacionalista militar, en realidad. No había por lo tanto mayores rencores ni temores acumulados, ni grandes cuentas que saldar, ni “transiciones” amañadas que preparar.” [p. 263]
1.1 “Les siguió Bolivia en 1982, luego de inestable y por momentos tormentoso cuatrienio posterior a la caída de Bánzer. Un año después fue el turno de Argentina. En este caso, la salida de los militares se facilitó tanto por la contundente derrota sufrida en la guerra de las Malvinas, en 1982, cuando, gracias al apoyo militar y político de Estados Unidos, Gran Bretaña trituró a los contingentes argentinos. El “panamericanismo” como se ve, era una tomadura de pelo frente al “atlantismo”.” [p. 263]
1.2 “1985 fue el año de las transiciones en Brasil y Uruguay, ambas muy poco “ortodoxas. En el primer caso, la formula de Tancredo Neves para presidente y José Sarney para vicepresidente se impuso en una elección indirecta, en el seno de un parlamento en buena parte integrado por representantes “biónicos”, es decir, designados por la propia dictadura.” [pp. 263-264]
1.3 “En el caso uruguayo la elección fue directa, pero con el político más popular del país, Wilson Ferreira Aldunate, tras las rejas. Lo importante fue, en todo caso, que los militares regresaron-al menor formalmente- a sus cuarteles.” [p.264]
1.4 “Hubo que esperar hasta 1989 para que Paraguay entrase también en los cauces legales, luego del inesperado derrocamiento de Stroessner, tras 35 años de dictadura y- “astucia de la historia” habría dicho Hegel-por acción de su propio consuegro, actual presidente constitucional del país.” [p. 264]
1.5 “Si todo marcha como está previsto, Chile contará con un presidente democráticamente elegido a finales de 1989, con lo cual se cerraría no sólo un ciclo dictatorial de más de 16 años en esa nación, sino también un ciclo entero-y caso eterno-de dictaduras en América del Sur.” [p. 264]
1.6 “Conmemoramos, en cualquier circunstancia, una década de transiciones democráticas en América Latina: la que inaugura Ecuador en Sudamérica y Nicaragua en América Central.” [264]
1.7 “[…] en 1982 […] para sorpresa no solamente de Latinoamérica sino del mundo entero, se descubrió que México, “milagro petrolero” y “potencia emergente” de la década anterior, se hallaba simplemente al borde de la quiebra; no tenía más dinero para “honrar”, como hoy se dice, sus compromisos financieros con el exterior.” [p. 264]
1.8 “y no era únicamente México, que a esas alturas tenía una deuda cercana a los 90 mil millones de dólares: Brasil había superado ya ese monto; Argentina y Venezuela, sumadas, adecuaban casi 80 mil millones, y América Latina en conjunto debía más de 330 mil millones de dólares.” [p. 264]
2. “Dictaduras o democracias, gobiernos liberales o conservadores, democratacristianos o socialdemócratas, todos parecían haberse puesto de acuerdo para administrar desastrosamente las economías de sus respectivos países, así como para responsabilizar de ello a un fantasma en este caso inocente, el del “populismo”, que en ninguna parte gobernara en el período del gran endeudamiento.” [p. 265]
3. “Y es que no era un problema de bueno o malos mandatarios, con independencia de que en otros planos lo hayan sido o no. Se trataba de un reajuste global del sistema capitalista que, por vía sui genris nos pasó, como siempre, la cuenta de su crisis.” [p. 265]
4. “La CEPAL y otras instituciones han hablado de una “permisividad financiera” existente en el segundo quinquenio de los setenta para señalar que por entonces había en el mundo desarrollado un “exceso” de capital que no sabía bien en qué invertir y por ende se lo ofrecía en préstamo, “con facilidades”, a quien quisiera aceptarlo.” [p. 265]
5. “Ello no es casual, sino que forma parte de una lógica implacable: toda crisis capitalista se expresa en una sobreacumulación, con la consiguiente generación del capital “sobrante”; ese capital no se canaliza hacia la inversión directa (productiva) porque la propia recesión restringe el tamaño del mercado, contrayendo la “demanda solvente”-y nadie invierte en producir si no hay quien compre-, lo cual crea, mientras no ocurran determinados cambios estructurales, una tendencia a la “inversión” indirecta, es decir, a la conversión del capital sobreacumulado en forma perversa del capital a interés.” [p. 265]
6. “Quedaba por encontrar unos buenos candidatos deudores y ésos resultamos ser nosotros, los países desarrollados, en parte por la miopía proverbial de las burguesías criollas, incapaces de prever lo que nos esperaría a la vuelta de la esquina, pero en mayor medida aún por el sueño de las bajas o nulas tasa de interés.” [p. 265]
7. “En efecto, el período comprendido entre 1974 y 1981, que es cuando se produce el flujo masivo de préstamos, las tasas reales de interpes son del siguiente orden porcentual: 0,11 en 1974; -2,21 en 1976; -0,50 en 1977; 1,23 en 1978; 0, 66 en 1979; 0, 86 en 1980; 6,11 en 1981.” [pp. 265-266]
8. “Hasta 1980, era como si estuviéramos recibiendo el maná del cielo: influía cuantiosas remesas de un bien llamado dinero, por cuyo uso prácticamente no debíamos pagar nada en términos reales. Sólo que había un pequeño detalle, que hasta la década de los ochenta pasó casi inadvertido: esas tasas de interés no eran fijas, sino reajustables de acuerdo con las fluctuaciones de los mercados de Nueva York y Londres y fuera, por lo tanto, de nuestro control y del ritmo de funcionamiento de nuestras economías. Bastó, pues, con que los centros hegemónicos, encabezados por Estados Unidos y orientado ya por la “nueva derecha”, decidieran echar a andar ciertos mecanismos de “ajuste”, para que nuestras ilusiones se esfumasen como alegría de pobre.” [p. 266]
9. “En efecto, con el advenimiento de la administración Reagan se produjo una alza considerable de las tasas de interés […] y una “caída estrepitosa de los precios de las materias primas” que exportamos, hechos que nos forzaron a transferir inmensas cantidades de excedente económico hacia las “metrópolis”, contribuyendo así a que el capitalismo avanzado saliera de su crisis, pero a costa de nuestra propia recesión.” [pp. 266-267]
9.1 “En 1978, por ejemplo, los ingresos netos de capitales a América Latina habían sido del orden de 26 mil 200 millones de dólares y los pagos netos de utilidades e intereses al exterior ascendían a 10 mil 200 millones de dólares, dejando un saldo a nuestro favor de 16 mil millones de dólares.” [p. 267]
9.2 “Cinco años más tarde, o sea en 1983, los ingresos netos de capital habían caído a 2 mil 900 millones de dólares y los pagos netos de utilidades e intereses se elevaban a 34 mil 400 millones de dólares, con un saldo negativo de 31 mil 500 millones de dólares, que es lo que transferimos al exterior. Además, la fuga de capitales latinoamericanos hacia fuera de la región se acentuó concomitantemente, atraídos por las nuevas tasas de interés. Para 1989, algunas estimaciones situaban el monto de esa fuga en 243 mil millones de dólares.” [p. 267]
9.3 “En 1988 la situación parecía haber convalecido un tanto […] en la medida en que “únicamente” transferimos al exterior 29 mil millones de dólares, equivalentes a 4% del producto interno bruto de la región [América Latina y el Caribe]. Más resulta que si esta situación continúa tendremos que crecer a un ritmo anual de 6%, solo para “honrar” ese compromiso del 4% y además poder atender el incremento de nuestra población […] sin mejorar en nada el deteriorado nivel de vida actual. Para mejorarlo mínimamente, nuestro producto interno bruto debería crecer siquiera a una tasa del 7% anual, siendo que 1988 lo hicimos un ritmo diez veces menor: 0.7 por ciento.” [p. 267]
9.4 “Para 1989, las previsiones de la CEPAL indican que la situación igual o peor, pese al “buen comportamiento” de nuestros gobernantes con los centros hegemónicos: Si (los intereses) fueran pagados en su integridad, las remesas de utilidades e intereses se elevarían a caso 38 mil millones de dólares y el déficit en cuenta corriente de la región excedería de 12 mil millones de dólares por tercer año consecutivo.” [p. 267]
9.5 “En estas circunstancias, y dado el flujo casi nulo de capitales externos voluntarios, la transferencia neta de los recursos al exterior ascendería a unos 35 mil millones de dólares, la cifra más elevada desde el estallido de la crisis y 40% superior al saldo comercial de la región.” [pp. 267-268]
10. “Como escribe Sergio Bitar:
‘En la década de los ochenta América Latina pierde importancia en la economía mundial. Para la Comunidad Europea y Japón, la región pesa menos que a finales de los años setenta, en el campo comercial, financiero y en inversiones extranjeras directas. Se puede afirmar que la región es hoy más marginal que a comienzos de la década. En el comercio mundial, América Latina bajó su ponderación, desde un 5.7% del comercio total en 1980, a
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