Templo De Delfos

TEMPLO DE DELFOS.

Delfos, al pie del monte Parmaso, era el centro geográfico del mundo en la concepción griega, se decía que Zeus, rey del Olimpo y el más poderoso entre los dioses, lanzó al vuelo dos águilas desde los dos extremos del planeta, estas águilas se encontraron en un punto y ese punto era Delfos. Por ese motivo los griegos atribuían a Delfos un poder mágico, una energía que le era particular, era un territorio místico donde un mortal podía hallar las claves de la vida o recibir el aviso que cambiaría su destino. Y esto ocurría en el templo del dios Apolo, cada ciudad estado griega hizo construir un templo en la poderosa Delfos, donde había santuarios a otros dioses también, como el de la sabia Atenea. Para los griegos el culto en los templos eran muy importantes, los sacrificios y ofrendas resultaban indispensables si se quería llevar a buen término un viaje, ganar numerosas guerras a las que se enfrentaron o tener una buena cosecha.

La tradición cuenta que luego del encuentro de las dos águilas enviadas por Zeus para hallar el centro del mundo, el lugar fue señalado por una piedra llamada Omphalos (ombligo) lo cual indica que Delfos es en realidad el afamado ombligo del mundo a pesar de tanta competencia. Tras su debut como centro del planeta la ciudad de Delfos se consagró al culto de Gea, la diosa de la Tierra y madre de Zeus. Se creía que el lugar era custodiado por una inmensa serpiente pitón que Apolo hijo de Zeus mató en un alarde de valor y de fuerza, tras el heroico hecho, el dios levantó su oráculo y colocó en el una pitonisa, una vidente a la que dotó de poderes divinos para la adivinación y también de un lenguaje algo confuso.

Lo cierto es que en la Antigüedad clásica especialmente en los siglos VII y VI a.C. miles de peregrinos llegaban, tanto ricos como pobres, desde los lugares más lejanos de GRECIA, a buscar consejos del dios Apolo por medio de la pitonisa.

Antes de acercarse a ella era preciso purificarse, los griegos lo hacían en la fuente llamada Castalia, después se cumplía un extraño rito necesario para quedar completamente puros y en buenas relaciones con Apolo. Se cree que el trance de la pitonisa era provocado por la masticación de hojas de laurel o por la inhalación de vapores tóxicos de origen volcánico, que ascendían desde la grieta que estaba situada a sus pies. No sólo los peregrinos y gente de a pie consultaban el oráculo, para importantes decisiones políticas y guerreras era consultado con naturalidad por los jefes de estado, que querían un consejo del dios y granjearse su buena voluntad mostrando que lo tenían en cuenta. El oráculo poseía un importante y nada desdeñable papel en las decisiones que se tomaban en la antigua Grecia, y eso volvía al culto de Apolo fundamental, además de darle poder político a sus sacerdotes.

A veces las respuestas del oráculo

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