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Teoria Dela Educación En Cr


Enviado por   •  2 de Octubre de 2012  •  15.316 Palabras (62 Páginas)  •  766 Visitas

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El Nuevo Paradigma de la Educación para el siglo XX -XXI

Inés Aguerrondo

Historia de la educación en Costa Rica

Desde tiempos de la colonia, la educación en Costa Rica consistía más que todo en aspectos religiosos y políticos, sin embargo, las ideas del Renacimiento, la Ilustración, el Positivismo y la Revolución Francesa cambiaron el rumbo de la educación costarricense. Al inicio la educación solo era accesible a criollos y aborígenes.

El primer maestro en la historia de la educación costarricense fue el padre Diego Aguilar, quien dirigió la primera escuela elemental y trabajó en ella durante más de 40 años.

La Corona Española ordenó en XVII la creación de escuelas en cada provincia de la entonces República Centroaméricana para la alfabetización de los hijos de los colonos la lengua española y la doctrina cristiana. Un siglo más tarde, los Municipios de Cartago, San José y Heredia cumplieron con las disposiciones de la corona española y contrataron a decenas de profesores que con frecuencia eran sacerdotes católicos.

A finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, la educación se limitaba a enseñar lo más básico y no existía por lo tanto la secundaria ni la universidad. Por lo tanto, los estudiantes debían viajar a las universidades de León, Nicaragua, en el Colegio de San Ramón, de esa ciudad y muchos continuaron en la Universidad de San Carlos Borromeo de Guatemala.

El Dr. Florencio del Castillo, representante de Costa Rica en las Cortes de Cádiz, jugó un papel primordial en la educación costarricense ya que uno de sus logros fue que se crearan escuelas que enseñaran a leer, escribir y contar a los niños indígenas en las zonas colonizadas. Como consecuencia del logro de del Castillo, se creó la Casa de Enseñanza de Santo Tomás en 1814 impartiéndose cátedras de Filosofía, Sagrados Cánones, Teología Moral y otras.

En 1823 Costa Rica tuvo dos estatutos políticos en los cuales estableció la obligación del gobierno de velar por el fomento de la Instrucción pública y en 1824 la Constitución Federal otorgó al Poder Legislativo de cada Estado la responsabilidad de dirigir la enseñanza. En 1825 se aprueba la Constitución del Estado Costarricense, la Ley Fundamental del Estado, que le confía a éste esa obligación

Posteriormente, en 1828 se encarga la responsabilidad de la educación costarricense a las Municipalidades de cada zona en la que se localizaba el centro educativo evaluar, titular y nombrar al personal docente así como velar por los gastos económicos y las necesidades de los estudiantes.

La educación estaba principalmente dirigida hacia los varones; la mujer tenía una educación muy desigual, es partir de 1833, que se empieza a dar instrucción formal a la mujer: Aprendían catecismo, las horas de oficio de la Virgen, costura, bordado y todos los oficios domésticos. La mayor parte de las mujeres se casaban entre los doce y los dieciséis años, con el fin de lograr un ambiente cristiano y hogareño.

Francisco María Oreamuno, en 1838 dio un giro enorme a la educación de la mujer en Costa Rica cuando hizo ver por primera vez el grave problema del analfabetismo de la mujer, lo que permitió que en 1840, los intelectuales proclamaran el derecho de la mujer a la educación como medio para mejorar su condición y lograr el progreso de la sociedad en general.

Durante la segunda administración de Braulio Carrillo, éste gobernante procedió a poner la educación bajo la autoridad del Poder Ejecutivo, lo cual incluía en 1841 la Ley de Bases y Garantías, por cuyas disposiciones se suspendió a las municipalidades y se instituyó un Jefe Político Superior en cada departamento. A la caída de Carrillo entre 1842 y 1843 se volvió al restablecimiento de las Municipalidades.

Fue con la Constitución de 1844 que se estableció un capítulo dedicado a la educación pública. Se declaró que la educación es un derecho de los costarricenses y el Estado la garantiza en todos los conceptos por medio de disposiciones legales. Además que es un deber sagrado del gobierno poner todos los medios que estén a su alcance para ilustrar al pueblo.

En la Constitución de 1847 se mantuvo el capítulo sobre la educación igual, pero además estableció, por vez primera, la instrucción pública de hombres y mujeres uniforme en todo el Estado. En este año se crea la cartera de instrucción pública y se declara la gratuidad de las escuelas de primeras letras.

En este año, 1847, se reconoce oficialmente el derecho a la educación de la mujer al emitirse el decreto no. 14 de creación del Liceo de Niñas bajo la administración del doctor José María Castro Madriz, el 19 de mayo de 1847.

La Escuela Normal de Niñas funcionó en la capital hasta 1856, pero en 1849 se obligó también a la creación de escuelas de mujeres en las cabeceras de provincias. Las escuelas pasan a ser regidas por el Consejo de Instrucción Pública.

En 1851 solo habían dos escuelas para niñas: una en Cartago con 42 niñas y el Liceo de Niñas de San José con 54 alumnas, para un total de 96 alumnas.

En 1853 salieron las primeras mujeres capacitadas en la función docente, y los liceos de niñas se establecieron en provincias.

En 1856 se suspende el Liceo de Niños, probablemente por la Campaña Nacional de 1856, pero después que pasó la guerra, el 21 de enero de 1858, el presidente Juan Rafael Mora Porras reestableció el Liceo Central de Niñas en la capital.

En esta Constitución de 1869 se establecen las bases de la enseñanza privada, y la dirección de la educación a cargo de las Municipalidades y la inspección al gobierno.

A finales de 1869 se emitió el Reglamento de Instrucción Pública en el cual se estipuló que el Poder Ejecutivo asume la enseñanza, por medio de la Secretaría de Instrucción Pública, pero se mantuvo la inspección de las escuelas a cargo de las Municipalidades.

La Constitución de 1871 mantiene el principio de gratuidad de la enseñanza. Además el gobierno imperante permite el ingreso al país de las primeras órdenes religiosas para la educación de la mujer y de los jesuitas.

En 1884 las leyes liberales impiden el ingreso al país de órdenes religiosas que pudieran instalar instituciones educativas.

Don Mauro Fernández, a principios de su gestión, en agosto de 1885, presentó su primera Memoria de Instrucción Pública ante el Congreso, en la que hizo una especie de diagnóstico de la educación costarricense, que para él era pésima. Entre los aspectos que criticó estaba el papel de las Municipalidades, es decir la descentralización

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