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Uruguay en el siglo XX: La Época Batllista


Enviado por   •  19 de Marzo de 2020  •  Ensayos  •  10.599 Palabras (43 Páginas)  •  202 Visitas

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LA ÈPOCA BATLLISTA: GUIA DE ESTUDIO.

(Resumen de los libros “ Breve Historia del Uruguay Independiente” de Benjamín Nahúm, Historia del Uruguay de Alfredo Traversoni y de la Colección Historia Uruguaya, de varios autores, de la Editorial Banda Oriental )

I .- LA ÉPOCA BATLLISTA ( 1903 - 1933 ).

PRIMERA PRESIDENCIA DE JOSÉ BATLLE Y ORDÓÑEZ, 1903-1907

Cuando José Batlle y Ordóñez subió a la Presidencia de la República, el 1º de marzo de 1903, contaba con 47 años de edad y una larga experiencia política y periodística. Su formación filosófica lo afilió al racionalismo espiritualista, que reconociendo la existencia de un Ser Supremo combatía a todas las religiones reveladas - especialmente al catolicismo - y ponía su acento en el desarrollo integral del hombre y de una sociedad solidaria.

Aunque en esta primera Presidencia (1903-1907) predominaron los problemas políticos, algunas medidas tomadas por el Gobierno en los diversos sectores de la vida social, revelan aquella postura filosófica y sus intenciones.

En el plano de las relaciones con la Iglesia Católica, cuya religión se reconocía como la del Estado en la Constitución vigente, esas medidas significaron otros tantos pasos de distanciamiento y por lo tanto, de creciente encono entre el poder político y el religioso.

Así por ejemplo, la puesta en práctica de la ley de Conventos de 1885, que limitaba el número de estas instituciones religiosas y la cantidad de sus integrantes. La presentación del primer proyecto de divorcio en 1905 por el diputado Carlos Oneto y Viana, cercano a Batlle, levantó una enorme resistencia en una sociedad tradicionalista y conservadora, como la montevideana de entonces, que se expresó sobre todo en la protesta de las mujeres católicas de clase alta y media. Se vio la medida como un posible instrumento de desintegración de la familia y abandono de la mujer, cuando precisamente se buscaba lo contrario: comenzar a liberarla del absoluto dominio del hombre (como padre, esposo, hijo). Al año siguiente, 1906, se ordenó el retiro de las imágenes religiosas (católicas) de los hospitales, basándose en la razón de que en lugares públicos donde asistían personas de todas las creencias (o ninguna) no se podía imponer al paciente símbolos de una religión determinada. La oposición ardorosa que provocó esa medida, llevó a José Enrique Rodó a escribir su importante libro - resultado de una polémica con el librepensador Pedro Díaz- "Liberalismo y jacobinismo". Y casi al finalizar su mandato, en 1906, presentó Batlle su proyecto de abolición de la pena de muerte, culminación de una postura filosófica que consideraba sagrada la vida y recuperables por la educación a todos los hombres.

En el sector de la educación se intentó la ampliación de las ofertas de formación superior con la creación de la Facultad de Comercio (1903 y la de Veterinaria y Agronomía (1907). Se trataba, - ya en aquella época se era consciente del problema-, de evitar que el grueso de los estudiantes eligiera derecho o medicina y atendieran, en cambio, las actividades económicas básicas del país: la agropecuaria y el comercio. Se destinaron recursos importantes a dotar de locales adecuados (que aún hoy existen y se utilizan) a la Universidad; construyéndose la Facultad de Medicina en 1904, la Sección de Enseñanza Secundaria en 1905 y las oficinas de la Universidad (y de las Facultades de Derecho y de Comercio) en 1906, todas fácilmente reconocibles en su poderoso, macizo, estilo arquitectónico.

En el Interior se fueron estableciendo los liceos departamentales, uno en cada capital, para proporcionar en el lugar una educación más elevada que la exclusiva de primaria, proporcionada hasta entonces. Era un intento de empezar a combatir el desarraigo de la juventud rural, ejemplificado en la obra dramática de Florencio Sánchez, "M 'hijo, el doctor" (1903).

En el plano económico-financiero las realizaciones no fueron numerosas pero ya señalaron un cambio en el rumbo que tradicionalmente había seguido el Estado. Por ejemplo, los empréstitos externos, que siempre se habían concentrado en Londres, viraron hacia París para romper la dependencia de un solo mercado financiero, y así se contrató en esa plaza en 1905 un Empréstito de Conversión por 32 millones de pesos para rescatar deudas previas y financiar diversas obras públicas. Se complementó con otro empréstito interno, de Vialidad, dedicado a trazar caminos en campaña que agilitaran la salida de la producción, así como puentes (sobre el Santa Lucía) y pasos fluviales. Para apuntalar la naciente industria nacional se favoreció la plantación de remolacha, que produjera el azúcar que hasta entonces se importaba y se eximió de impuestos al ingreso de maquinaria textil, lo que facilitó la instalación de la fábrica de Salvo y Campomar en el Sauce.

Ya se había empezado a desarrollar un movimiento obrero de cierta importancia por la proliferación de industrias modestas pero muy variadas, que con la conducción de inmigrantes europeos de ideas anarquistas (italianos, españoles) empezó a organizarse en gremios y "sociedades de resistencia". Las largas jornadas (de 12, 14 o 16 horas), las duras condiciones de trabajo, los bajos salarios que no alcanzaban a mantener pobremente a una familia, despertaron reacciones que provocaron el estallido de numerosas huelgas en 1905: de portuarios, zapateros, tranviarios, ferroviarios y aun las costureras, quienes por hacer pantalones apenas ganaban 60 centésimos por jornadas de 12 a 14 horas. Tal situación generó la presentación de varios proyectos de ley reguladores de las condiciones de trabajo y horario obreros (del Círculo Católico de Obreros en 1903; de los diputados colorados Oriol Solé y Ricardo J. Areco en abril y mayo de 1904, respectivamente; de los diputados blancos Carlos Roxlo y Luis Alberto de Herrera en 1905; del Presidente Batlle en 1906). Ninguno se aprobó en este período, pero la inquietud obrera y la disposición política de atenderla se irían

incrementando en lo sucesivo.

En cambio, se convirtió en ley en 1904 un proyecto de Caja de Jubilaciones Civiles que amparaba a los empleados públicos que tuvieron más de 30 años de servicio y 60 de edad; y a sus viudas les aseguraba como pensión la mitad de la jubilación. Como se ve, fue temprana la concreción de este anhelo, que se fue haciendo nacional.

Pero fueron los asuntos políticos los que dominaron este primer período presidencial de Batlle, y ello por diversos motivos. El Partido

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