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VITRUBIO, LOS 10 LIBROS DE ARQUITECTURA


Enviado por   •  1 de Julio de 2015  •  13.932 Palabras (56 Páginas)  •  497 Visitas

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VITRUBIO, LOS 10 LIBROS DE ARQUITECTURA

INTRODUCCIÓN

Iniciamos entonces este recorrido analítico de esta extraordinaria de el gran mentor Vitruvio Polion, un arquitecto e ingeniero romano, quien plasmó en un tratado denominado Los diez libros de la Arquitectura, los conocimientos y principios básicos que han servido de muchísima ayuda para las generaciones actuales y lo que se está viviendo hoy en la modernidad.

El primer libro de la obra desarrolla los siguientes temas

I.Qué es Arquitectura y qué cosas deben saber los Arquitectos

II.En que consiste la Arquitectura

III.De las partes en que se divide la Arquitectura

IV.De la elección de lugares sanos

V.De la construcción de las murallas y las torres

VI.De la división y distribución de las obras dentro de las murallas

VII.De la elección de lugares apropiados para uso común de la ciudad

LIBRO I

I.Qué es Arquitectura y qué cosas deben saber los Arquitectos

En este primer capítulo, Vitruvio nos habla de la arquitectura como una ciencia adornada con numerosas enseñanzas teóricas y con diversas instrucciones, que se utilizan como una teoría de base para juzgar todas las obras que alcanzan su perfección mediante las demás artes. Este conocimiento surge de la práctica y del razonamiento.

La práctica consiste en una consideración perseverante y frecuente de la obra que se lleva a término mediante las manos, a partir de una materia, de cualquier clase, hasta el ajuste final de su diseño.

El razonamiento es una actividad intelectual que permite interpretar y descubrir las obras construidas, con relación a la habilidad y a la proporción de sus medidas. Por tanto, aquellos arquitectos que han puesto todo su esfuerzo sin poseer una suficiente cultura literaria, aunque hubieran sido muy hábiles con sus manos, no han sido capaces de lograr su objetivo ni de adquirir prestigio por sus trabajos; por el contrario, los arquitectos que confiaron exclusivamente en sus propios razonamientos y en su cultura literaria, dan la impresión que persiguen más una sombra que la realidad.

Pero, los que aprendieron a fondo ambas, silo han logrado, adquiriendo enorme consideración, pues se han equipado con todas las defensas, como así fue su objetivo.

A quienes la naturaleza les ha concedido suficiente ingenio, agudeza, memoria para alcanzar profundos conocimientos de geometría, astrología, música y otras ciencias, sobrepasan las funciones de los arquitectos y terminan convirtiéndose en matemáticos.

Así pues, es conveniente que sea ingenioso e inclinado al trabajo, pues no es posible llegar a ser un diestro arquitecto si posee talento pero carece de conocimientos teóricos, o viceversa.

II.En que consiste la Arquitectura

La arquitectura se compone de la Ordenación, de la Disposición, de la Euritmia, de la Simetría, del Ornamento y de la Distribución.

La Ordenación consiste en la justa proporción de los elementos de una obra, tomados aisladamente y en conjunto, así como su conformidad respecto a un resultado simétrico. La Ordenación se regula por la cantidad. La Cantidad se define como la toma de unos módulos a partir de la misma obra, para cada uno de sus elementos y lograr así un resultado apropiado o armónico de la obra en su conjunto.

La Disposición es la colocación apropiada de los elementos y el correcto resultado de la obra según la calidad de cada uno de ellos. Tres son las clases de Disposición —en griego, ideae—: la planta, el alzado y la perspectiva.

La planta exige el uso del compás y de la regla; con ellos se va plasmando la disposición de los planos, que se utilizarán luego en las superficies previstas para el futuro edificio.

El alzado es la representación en vertical de la fachada, coloreando levemente la imagen de la futura obra, siguiendo unas normas.

La perspectiva es el bosquejo de la fachada y de los lados alejándose y confluyendo en un punto central de todas las líneas.

La Euritmia es el aspecto elegante y hermoso, es una figura apropiada por la conjunción de sus elementos. La Euritmia se logra cuando los elementos de una obra son adecuados, cuando simétricamente se corresponde la altura respecto a la anchura, la anchura respecto a la longitud y en todo el conjunto brilla una adecuada correspondencia.

La Simetría surge a partir de una apropiada armonía de las partes que componen una obra; surge también a partir de la conveniencia de cada una de las partes por separado, respecto al conjunto de toda la estructura.

El Ornamento es un correcto aspecto de la obra o construcción que consta de elementos regulares, ensamblados con belleza. Se conseguirá una belleza u ornamento natural si inicialmente se eligen para toda clase de templos unos lugares saludables; sobre todo con abundante agua.

La Distribución o Economía, consiste en la administración apropiada de materiales y de terrenos, unida a unos costes ajustados y razonables de las obras. Obtendremos esta distribución si el arquitecto no va persiguiendo lo que no puede encontrar o preparar sin grandes dispendios.

III.De las partes en que se divide la Arquitectura

Tres son las partes de la arquitectura: la Construcción, la Gnomónica y la Mecánica.

A su vez, la construcción se divide en dos partes: una parte trata sobre la disposición de murallas y de obras comunes en lugares públicos; la otra parte trata sobre el desarrollo de edificios privados.

En los edificios públicos se dan tres posibles objetivos: la protección, el culto y la situación ventajosa.

La protección se refiere a la estructura de muros, torres y portalones, con la finalidad de rechazar en cualquier momento los ataques de los enemigos.

El culto hace referencia a la ubicación de los templos de los dioses inmortales y de los santuarios sagrados.

La situación ventajosa consiste en la disposición de lugares comunes destinados a uso público, como son los puertos, foros, pórticos, baños públicos, teatros, paseos y construcciones similares, que se disponen en lugares públicos, atendiendo a una misma finalidad de uso.

Tales construcciones deben lograr seguridad, utilidad y belleza. Se conseguirá laseguridad cuando los cimientos se hundan sólidamente y cuando se haga una cuidadosa elección de los materiales, sin restringir gastos. La utilidad se logra mediante la correcta disposición de las partes de un edificio de modo que no ocasionen ningún obstáculo, junto con una apropiada distribución — según sus propias características— orientadas del modo más conveniente. Obtendremos la belleza cuando su aspecto sea agradable y esmerado, cuando una adecuada proporción de sus partes plasme la teoría de la simetría.

Las tres características van intrínsecamente relacionadas.

IV.De la elección de lugares sanos

Vitruvio, fue muy juicioso para teorizar y plantear este tratado, pues tenemos aquí los principios fundamentales en la construcción de las murallas.

En primer lugar, se debe seleccionar un terreno totalmente favorable: un terreno elevado y abierto, despejado de nieblas y con una orientación que no sea ni calurosa ni fría, sino templada; evitando así la proximidad a terrenos pantanosos.

De igual modo, tampoco será salubre la ubicación de las murallas junto al mar, orientadas hacia el mediodía o hacia el occidente, pues cuando lleguen los calores del verano, al amanecer el calor es fuerte y al mediodía abrasará; de igual modo, sí su orientación es hacia el occidente, al amanecer el Sol calienta ligeramente, al mediodía agobia y al atardecer será ardiente.

En consecuencia, por tales cambios de temperatura, de calor y de frío, los seres animados que habitan en estos lugares acaban alterándose. También es válido incluso para las cosas inanimadas.

En resumen ubicación adecuada del edificio y una orientación adecuada con respecto al norte (de acuerdo a la salida y ocultamiento del sol), para el mejor confort de las personas que habitarán dicho edificio.

V.De la construcción de las murallas y las torres

Por tanto, siguiendo las normas antes presentadas, conseguiremos unas condiciones favorables de salubridad para construir las murallas.

Cuando se hayan elegido terrenos fértiles para la alimentación de la ciudad, cuando se logre un transporte fácil hacia las murallas bien mediante caminos protegidos, o bien por la situación ventajosa de los ríos, o bien por puertos de transporte marítimo, entonces deben excavarse los cimientos de las torres y murallas, de modo que se ahonde en tierra firme, si se puede encontrar, y con una profundidad que guarde relación con la magnitud de la construcción, siempre de un modo razonable; su grosor será más ancho que el de las paredes que se vayan a levantar sobre tierra y la cavidad que quede se rellenara con un compuesto lo más sólido y consistente posible.

Igualmente, las torres deben elevarse por encima de los muros, con el fin de que desde las torres, a derecha y a izquierda, los enemigos puedan ser heridos desde ambos lados con armas arrojadizas, cuando intenten acercarse violentamente a la muralla.

Sobre todo, debe ponerse la máxima precaución en que el acceso para asaltar el muro sea difícil; se ha de pensar la manera de rodear el perímetro con precipicios de forma que los corredores hacia los portalones no sean directos, sino orientados hacia la izquierda. Si se realizan de este modo, el lado derecho de quienes se acerquen, al no estar protegido por el escudo, quedará al descubierto.

Las fortalezas no deben tener forma rectangular, ni tampoco ángulos salientes, sino que su forma será circular, con el fin de observar al enemigo desde distintos puntos. Las torres construidas con ángulos salientes son difíciles de defender, pues tales ángulos protegen más y mejor al enemigo que al habitante de la fortaleza.

Podemos identificar la realidad que se vivía en esa época, ya que tenían en cuenta la seguridad de sus edificaciones ante un atentado.

VI.De la división y distribución de las obras dentro de las murallas

Una vez terminadas las murallas circunvalantes, en su interior se hará la distribución de su superficie, plazas y callejuelas en dirección hacia los cuatro puntos cardinales.

Esta distribución se trazará correctamente, en el supuesto de que los vientos no afecten de modo perjudicial a las callejuelas, pues si son fríos ocasionan daños; si son cálidos, provocan verdaderas alteraciones, y si son vientos húmedos, causan serios inconvenientes.

Se define el viento como una agitación del aire que sopla con movimientos variables. El viento surge cuando el calor choca contra la humedad y el golpe de su acción hace salir la fuerza y violencia del aire.

Si es posible alejarse de los vientos perjudiciales, se logrará un lugar salubre para los hombres sanos y robustos, y también, para quienes padezcan alguna enfermedad, que en otros lugares salubres lograrán su curación con medicamentos o antídotos, pero en estos lugares sanarán más rápidamente por el poder calorífico de los vientos, ya que hemos excluido los vientos incómodos.

Para poder orientar correctamente las edificaciones, se creará un reloj solar, se colocará un cuadrante de mármol en medio de la ciudad, perfectamente nivelado, o bien alisaremos un lugar y lo nivelaremos de modo que no sea preciso el cuadrante; sobre su parte central, en el medio, se colocará un gnomón de bronce, como indicador de la sombra.

Efectivamente, cuando las plazas se dispongan directamente frente a la dirección de los vientos, la intensidad del viento continuo se extenderá desde el cielo abierto con fuerte violencia y se potenciará al estar encerrado en las angostas callejuelas. Por ello, es necesario orientar los barrios atendiendo a las direcciones de los vientos, con el fin de que al llegar a las esquinas de los bloques de casas se debiliten y, repelidos, terminen disipándose.

VII.De la elección de lugares apropiados para uso común de la ciudad

Una vez realizadas las divisiones y direcciones de las calles y situadas correctamente las plazas, deben elegirse las superficies de utilidad colectiva de la ciudad, teniendo en cuenta la situación más favorable para ubicar los santuarios, el foro y demás edificios públicos.

Si la ciudad se levanta al lado del mar, debe elegirse una superficie para construir el foro próximo al puerto; si, por el contrario, va a estar lejos del mar, el foro se construirá en medio de la ciudad.

Continuamos con este recorrido analítico de la extraordinaria obra del gran mentor Vitruvio Polion, un arquitecto e ingeniero romano, quien plasmó en un tratado denominado Los diez libros de la Arquitectura, los conocimientos y principios básicos que han regido por años en todas las teorías y prácticas de la Arquitectura. Esta ciencia que forma parte de nuestras vidas y es el inicio de las civilizaciones. Ahora veremos el Libro II, que habla sobre los materiales de construcción.

El primer libro de la obra desarrolla los siguientes temas:

LIBRO II.

Materiales de construcción. Ladrillos, arena, cal, mortero, puzolana; canteras; la madera; el abeto.

I.De la vida de los hombres primitivos y de los principios de la Humanidad, así como del origen de los edificios y de sus progresos

II.De los principios de las cosas según las opiniones de los filósofos

III.De los adobes

IV.De la arena

V.De la cal y de cuál es la mejor piedra de que se hace

VI.Del polvo de Puzol

VII.De las canteras

VIII.De las clases de edificaciones

IX.De la madera. De lo que hay que observar al cortar la madera para construir y de las cualidades superiores de algunos árboles

LIBRO II

I.De la vida de los hombres primitivos y de los principios de la Humanidad, así como del origen de los edificios y de sus progresos

En los primeros tiempos, los humanos pasaban la vida como las fieras salvajes, nacían en bosques, cuevas y selvas y se alimentaban de frutos silvestres. En un momento dado, en un lugar donde espesos bosques eran agitados por las tormentas y los vientos continuos, con la fricción de unas ramas con otras provocaron el fuego; asustados por sus intensas llamas, los que vivían en sus aledaños, emprendieron la huida. Después, al calmarse la situación, acercándose más y más, constataron que la comodidad y las ventajas eran muchas junto al calor templado del fuego; acarreando más leña y manteniendo el fuego vivo invitaban a otras tribus y, con señas, les hacían ver las ventajas que lograrían con el fuego. En este tipo de reuniones o encuentros, como emitían sonidos muy confusos e incomprensibles, fijaron unos términos provocados por su trato cotidiano.

Con el fin de actuar lo mejor posible, comenzaron a hablar entre ellos designando con nombres los distintos objetos más útiles y, por casualidad, surgieron las primeras conversaciones. Por tanto, habían surgido las asambleas y la convivencia, precisamente por el descubrimiento del fuego.

Las primeras comunidades de humanos se agruparon en un mismo lugar en un número elevado, y dotados por la naturaleza de un gran privilegio respecto al resto de animales, como es el que caminaran erectos y no inclinados hacia adelante, observaron las maravillas del universo y de los cuerpos celestes, e igualmente manipularon los objetos que querían con toda facilidad con sus manos y sus dedos y, así, unos construyeron techumbres con follaje, en aquellas primitivas agrupaciones humanas; otros excavaron cuevas al píe de la montaña, e incluso otros, fijándose en los nidos construidos por las golondrinas, imitándolos, prepararon habitáculos donde guarecerse, con barro y con ranuras.

Al observar unos las chozas de otros y al ir aportando diversas novedades, fruto de sus reflexiones, cada vez iban construyendo mejor sus chozas o cabañas. Mas al tener los humanos una enorme capacidad natural imitativa que -aprende con facilidad, día a día mostraban unos a otros sus logros, satisfechos de sus propios descubrimientos, y, de esta forma, cultivando su ingenio en las posibles disputas o debates, lograron construir cada día con más gusto y sensatez.

En un primer momento, levantaron paredes entrelazando pequeñas ramas con barro y con la ayuda de puntales en forma de horquilla colocados en vertical.

Otros levantaban las paredes, después de secar terrones de tierra arcillosa, uniéndolos asegurándolos con maderos atravesados que por la parte superior cubrían con cañas y follaje, con el fin de protegerse de las lluvias y de los fuertes calores. Posteriormente, las techumbres, incapaces de soportar las borrascas de las tempestades invernales, fueron sustituidas por techos de doble pendiente, y así, cubriendo con barro las techumbres inclinadas, consiguieron que se deslizaran las aguas de lluvias.

Ahora bien, como con la práctica diaria lograron adquirir unos métodos más adecuados para la construcción, utilizando su talento y su astucia y gracias a su actividad cotidiana, consiguieron una buena técnica o profesionalidad; fueron potenciando su habilidad en sus obras y se consiguió que, quienes fueron más diligentes y constantes, profesaran ser artesanos.

II.De los principios de las cosas según las opiniones de los filósofos

Tales fue el primer filósofo que pensó que el agua era el principio de las cosas.

Heráclito de Éfeso afirmó que era el fuego.

Demócrito y posteriormente los epicureos, afirmaron que el principio de todas las cosas eran los «átomos».

Los pitagóricos añadieron al fuego (de Heráclito) y al agua (de Tales), el aire y la tierra.

Por tanto, como parece que todas las cosas son un conjunto de tales átomos y que se originan a partir de ellos, y además, como los átomos se diversifican en innumerables especies de sustancias, según Vitruvio, conviene poner de manifiesto la diversidad y diferencia de sus usos, las propiedades que éstas poseen en las edificaciones, para que, una vez conocidas, quienes piensen construir no cometan ningún error, sino que dispongan de los recursos adecuados y apropiados para sus construcciones.

III.De los adobes

Vitruvio habla primero sobre los adobes, indica de qué tierra es menester hacerlos, no se debe hacer con tierra que contenga gravas ni otros elementos que puedan disminuir la capacidad resistente del adobe.

Los adobes se deben hacer de tierra blancuzca gredosa, o de almagre, o de marga consistente,1porque estos tipos de tierra se identifican por su pastosidad, tienen tenacidad y no son pesados, y como consecuencia tiene trabajabilidad, pues es moldeable.

Luego se pasa a poner en moldes, y agregando arena fina este se retira suavemente, dejando secar el adobe durante treinta días.

IV.De la arena

Lo primero de que debemos ocuparnos, en las obras de mampostería, es de la selección de una arena que sea adecuada para el mortero, esto es, que no tenga tierra mezclada.

Las clases de arena son: negra, blanca, roja y carboncillo. De estas cuatro clases, la más idónea será la que, al frotarla fuertemente con las manos, produce un crujido; este efecto no se consigue con la arena mezclada con tierra, pues no tiene aspereza. De igual modo, la arena mas idónea es la que, envuelta en un vestido blanco, al sacudirla después, no mancha si ensucia, ni deja sedimento de tierra. Si no hay arenales de donde extraer la arena, deberá cribarse la de los ríos o bien la grava del litoral marino. Pero esta clase de arena tiene el siguiente inconveniente: se seca con mucha dificultad y las paredes no soportan fácilmente grandes cargas, si no se dejan descansar con interrupciones y no se levantan bóvedas sobre ellas.

V.De la cal y de cuál es la mejor piedra de que se hace

Explicadas ya las diversas clases de arena, nos ocuparnos, con el mismo cuidado, sobre la cal que se obtiene por calcinación de piedra blanca o sílice; la cal que resulte de piedra dura y compacta será muy útil en la construcción y la que resulte de piedra más porosa será mejor para los enlucidos.

Cuando la cal queda apagada, se mezcla con arena de cantera, en proporción de tres cuartas partes de arena por una de cal; si se trata de arena de rió o de mar se mezclaran dos partes de arena por una de cal; así se hará una exacta y justa proporción de la mezcla.

Se conseguirá una mezcla de mejor calidad para su uso, si se añade a la arena de rió o del mar una tercera parte de arcilla machacada y cribada. Por tanto, cuando se echa agua y arena a la cal, se consigue consolidar la obra y la razón parecer ser que, como todas las sustancias, las piedras también están compuestas por los cuatro elementos básicos: las que poseen mas aire, son blandas; las que poseen mas agua, resultan mas dúctiles por su humedad; las que tienen mas tierra son mas duras y las que tienen mas fuego son quebradizas.

Por tanto, cuando la cal mantiene abiertos sus poros, se mezcla fácilmente con la arena, se une conjuntamente y, al secarse, logra la solidez de los edificios si la mezclamos con piedras de cimentar.

VI.Del polvo de Puzol

Encontramos también una clase de polvo que encierra verdaderas maravillas, de un modo natural. Mezclado con cal y piedra tosca, ofrece una gran solidez a los edificios e incluso en las construcciones que se hacen bajo el mar, pues se consolida bajo el agua.

Parece que esta particularidad se debe a que, bajo las montañas, hay tierras ardientes y abundante agua caliente, que no se darían si no hubiera en las profundidades magma en grandes cantidades, que arde o bien por el azufre, o bien por el alumbre, o por el betún.

Así, al permanecer el fuego en la profundidad, el calor de sus llamas va abrasando los intersticios telúricos configurando una tierra ligera y la toba, que surge aquí, no contiene nada de agua. Por tanto, como estos tres factores, originados por una causa similar como es la fuerza del fuego, coinciden en una sola mezcla, al absorber agua a la vez, se unen formando un todo compacto y endurecido, que adquiere mayor solidez por causa del agua, y ni las olas ni el ímpetu del mar pueden deshacerlos o disolverlos. Este hecho es indicativo de que en estos parajes hay también fuego.

Esta clase de arena, que es el carboncillo, se da en muchos lugares al quemarse la tierra interiormente por la intensidad y la fuerza del vapor subterráneo.

VII.De las canteras

Se ha hablado de la cal y de la arena y de sus diversas cualidades. Siguiendo el orden, se desarrolla en este gran tratado de la arquitectura, el tema sobre las canteras de las que se extraen piedras talladas y piedras toscas que utilizamos para la edificación.

Son piedras que poseen muy diversas y distintas propiedades. Unas, en efecto, son blandas, otras son templadas, otras piedras son duras.

Las piedras blandas poseen la cualidad de que, después de extraerlas de las canteras, se manejan con toda facilidad. Si se colocan en lugares cubiertos, mantienen perfectamente el peso de la obra, pero si están en lugares abiertos al cielo, se desmenuzan y se deshacen debido a los hielos y a las escarchas; igualmente, junto a la costa del mar se disuelven carcomidas por el salitre y no resisten ni el oleaje ni las mareas. Si queremos concluir las obras sin ningún defecto, deben prepararse las piedras de antemano de la siguiente manera:

Se extraerán las piedras en bruto con anticipación, aproximadamente de dos años antes del momento de edificar, esto se realizará preferiblemente en verano y no durante el invierno. Y amontonadas en tierra se mantendrán a cielo raso.

Las que durante estos dos años queden dañadas por los agentes climáticos, se deberán colocar en los cimientos; las restantes, que estén intactas, como probadas por la misma naturaleza, darán solidez y firmeza en las construcciones que se levanten a lo alto. Estas precauciones deben tenerse en cuenta también con las piedras para la mampostería.

VIII.De las clases de edificaciones

Según Vitruvio, encontramos dos tipos de edificaciones: el reticulado, ahora de uso general; y el antiguo que se llama incierto, de éstos el más elegante es el reticulado, pero está también dispuesto a agrietarse, pues sus asientos se encuentran en el mismo sentido, y no tienen una fuerte traba que lo haga resistente, en cambio el segundo tipo, el incierto, como las piedras están unidas unas sobre otras, unidas y trabadas entre sí, constituyen una estructura no elegante, pero sí más sólida que la del reticulado.

De todas maneras en ambos tipos de edificación, se debe levantar paredes con piedras muy pequeñas, para que los muros bien provistos de cal y arena duren más tiempos. En esta sobras se siguen dos procesos, el isódomo, y el otro el seudoisódomo, el primero es aquel en que todas las hiladas están hechas con un espesor igual, y el segundo en el que los órdenes de las hiladas son irregulares y desiguales.

IX.De la madera.

De lo que hay que observar al cortar la madera para construir y de las cualidades superiores de algunos árboles

La madera debe cortarse en el intervalo de tiempo que media entre el otoño. No es conveniente cortarla en primavera, pues todos los árboles están a punto de brotar y concentran su energía para hacer florecer su follaje y sus frutos de cada ano. Cuando están sin hojas y húmedos, por motivo de la estación del año, son inútiles y poco aptos, debido a su porosidad. Exactamente por la misma razón, en el otoño, al madurar sus frutos y en consecuencia marchitarse su follaje, reciben las raíces de los árboles toda su savia de la misma tierra, y vuelven a renovar su anterior robustez.

La fuerza del frió invernal les da consistencia y los mantiene como comprimidos, durante esta estación. Por tanto, si se tala su madera durante este tiempo; será una madera apropiada.

Es muy interesante como Vitrubio abarca temas amplios de acuerdo a su experiencia, ya que como sabemos, además de ser proyectista se ha desarrollado en el campo de construcción, así que gracias a sus conocimientos adquiridos nos transmite las características primordiales de los materiales a emplearse en las edificaciones.

LIBRO III

Composición y simetría de los templos (toma en cuenta la proporción)

Composición del cuerpo humano

Intercolumnas:

Pycnóstylos

Systylos

Diástylos

Aeróstylos

Éustylos

Medidas:

Dedo

Palmo

Pie

Codo

Fundamentos de las columnas y demás ornatos

LIBRO IV.

Los templos. Columnas, adornos, el orden dórico, distribución de las naos y pronaos; situación del templo en la ciudad; proporciones de las puertas; templos toscanos; situación de las aras de los dioses.

I.De los tres ordenes de columnas: de su origen y de su invención (Y de la simetría del capitel corintio)

II.De los ornamentos de las columnas y de su origen

III.Del orden dórico

IV.De la distribución interna de las celas y del vestíbulo

V.De la orientación de los templos

VI.De las proporciones de los vanos y de los jambajes en los templos

VII.De las proporciones en los templos toscanos

VIII.De los templos redondos y de otras clases

IX.Como deben instalarse los altares de los dioses

LIBRO IV

I.De los tres ordenes de columnas: de su origen y de su invención (Y de la simetría del capitel corintio)

Las columnas corintias, salvo el capitel, tienen todas sus proporciones semejantes a las jónicas. Pero la mayor altura de los capiteles corintios hace que parezcan relativamente más esbeltas y más delgadas, pues la altura del capitel jónico no es más que la tercera parte del diámetro de la columna, mientras que el capitel corintio es tan alto como todo el diámetro del fuste, y por tanto estas dos partes del diámetro que acrecientan el capitel corintio dan a la columna una altura que la hace parecer más esbelta.

II.De los ornamentos de las columnas y de su origen

En todos los edificios se coloca encima un maderamen al que se da diversos nombres, según los diferentes usos a que se le destina.

III.Del orden dórico

Se pensaba que las columnas del orden dórico no eran apropiadas para los templos, porque hay algo en esta que es incómodo y embarazoso en sus proporciones.

Pero no porque el dórico carezca de belleza, majestad y elegancia, sino sólo porque la distribución de los triglifos y de las métopas resulta embarazosa y no deja libertad alguna al arquitecto.

IV.De la distribución interna de las celas y del vestíbulo

La longitud del templo se fijará de modo que sea el doble de su anchura; la cela será una cuarta parte más larga que ancha, incluyendo la pared donde se colocarán los batientes de la puerta. Las otras tres partes se extenderán hasta las pilastras embutidas en las paredes del pórtico; estas pilastras deben tener el mismo diámetro que el de las columnas. Si el templo va a tener una anchura mayor de veinte pies, colóquense dos nuevas columnas entre las dos pilastras, que separan las alas del templo de la superficie del pronaos. Igualmente, los tres intercolumnios, que quedarán entre las pilastras y las columnas, se cerrarán mediante galerías de mármol, construidas de forma delicada, con sus propias puertas que faciliten el acceso al pronaos. Si la anchura va ser mayor de cuarenta pies, colóquense por la parte interior unas columnas frente a las otras columnas, situadas entre las pilastras. Las columnas interiores tengan la misma altura que las columnas colocadas en la fachada, pero sus diámetros irán disminuyendo de la siguiente manera: si el diámetro de las que están en la fachada fuera una octava parte de su altura, las interiores tengan una décima parte; si tienen un diámetro de una novena o décima parte, las interiores tendrán una parte proporcional, pues al ser interiores no se notará si algunas columnas son más delgadas.

V.De la orientación de los templos

Antiguamente, los templos eran de gran importancia, eran los primeros en la construcción, pues creían mucho en sus dioses.

La orientación de los templos de los dioses inmortales debe establecerse de la siguiente forma: si no hay ningún obstáculo y si se presenta la oportunidad, la imagen sagrada, que será colocada en la cela, se orientará hacia el occidente, con el fin de que quienes se acerquen al altar para inmolar o sacrificar víctimas, miren hacia el oriente y hacia la imagen sagrada situada en el templo; así, quienes dirijan sus súplicas contemplarán al mismo tiempo el templo y el oriente y dará la impresión de que las mismas imágenes son las que contemplan a los que elevan sus súplicas y sacrifican sus víctimas, por lo que es preciso que los altares de los dioses queden orientados hacia el este.

VI.De las proporciones de los vanos y de los jambajes en los templos

Consideremos en primer lugar de qué orden han de ser para fijar las proporciones de las puertas exteriores y de sus jambas. Los órdenes o estilos de las puertas son tres: dórico, jónico y ático.

Conviene respetar en la construcción de los templos dóricos, jónicos y corintios y lo he expuesto como mejor he podido, haciéndome eco de las costumbres y usos establecidos. Pasaré ahora a tratar cómo conviene construir los templos de estilo toscano.

VII.De las proporciones en los templos toscanos

El solar donde va a construirse el templo divídase en seis partes en cuanto a su longitud, y su anchura tendrá cinco de estas partes. Distribúyase su longitud en dos partes iguales: la parte interior quedará reservada para las celas y la que quede contigua a la fachada será para colocar allí las columnas. En diez partes se dividirá su anchura: tres de estas diez partes serán para las celas más pequeñas, situadas a derecha y a izquierda, o bien para las naves laterales; se darán cuatro partes para la nave intermedia.

VIII.De los templos redondos y de otras clases

Además de los templos ya estudiados, se construyen otros templos circulares: unos, se llaman monópteros, sin cella y únicamente con columnas; otros, perípteros. Los templos que carecen de cella poseen un estrado y un acceso con gradas que ocupan una tercera parte del diámetro del templo. Sobre los pedestales se levantan las columnas cuya altura coincide con el diámetro de los pedestales, desde un extremo hasta el otro extremo de la pared; su ancho sea una décima parte de su altura, incluyendo los capiteles y las basas. El arquitrabe tenga una altura coincidente con la mitad del diámetro de la columna. El friso y los demás elementos que se colocan sobre el arquitrabe, se dispondrán tal como hemos descrito en el libro tercero, al tratar sobre las proporciones.

IX.Como deben instalarse los altares de los dioses

Los altares estarán orientados hacia el este y siempre a un nivel más inferior que las imágenes que vayan a situarse en el templo, para que, quienes realicen sus súplicas y sus sacrificios, puedan contemplar la divinidad ocupando distintas alturas conforme al respeto y al decoro de cada divinidad.

LIBRO V

i.Del Foro y de las basílicas

Los griegos construyen sus foros de forma cuadrada, con pórticos muy amplios y dobles, adornados con abundantes columnas, con alquitrabes de piedra o de mármol y en los pisos superiores colocan unos paseos.

Las basílicas están cerca de los foros, se debe encontrar en la parte más cálida, con el fin de que durante el invierno sea posible dedicarse a los negocios sin las incomodidades del mal tiempo.

ii.Del Erario, de la Cárcel y de la Curia

El erario, la cárcel y la curia deben quedar contiguos al foro, de manera que conjunto de sus proporciones esté en consonancia con el mismo foro. El erario era un lugar donde se guarda el tesoro público de la ciudad y la curia era una subdivisión del pueblo, más o menos identificada con una tribu.

iii.Cómo se debe construir un teatro para que su situación sea saludable

Una vez que ya ha sido establecido el foro, debe elegirse el lugar más favorable y saludable para el teatro, donde se desarrollen los juegos durante los días dedicados a los dioses inmortales, tal como se dice en el primer libro, al tratar sobre las condiciones más salubres en la construcción de las ciudades.

Todo será mucho más sencillo si los cimientos se asientan en un monte; pero si la orografía obliga a construir el teatro en un lugar llano o pantanoso, los cimientos deberán ahondarse y asentarse tal como dijimos en el libro tercero, al tratar sobre la cimentación de los templos.

Debe tenerse también en cuenta que el lugar no ahogue la voz sino que permita que se difunda con toda claridad, lo que podrá conseguirse si se elige un lugar donde no se produzcan resonancias.

iv.De la armonía

Cuando se modula la voz mediante cambios o alteraciones, a veces resulta grave, a veces aguda. La voz se articula de dos maneras: una posee una continuidad prolongada y otra se interrumpe con intervalos diferenciados.

Las clases de modulaciones son tres: la primera se llama en griego harmonía; la segunda chroma y la tercera díatonon. La modulación «armónica» se forma artísticamente y por ello su canto posee una extraordinaria e importante prestancia. La modulación «cromática», debido a su exquisita sutileza y a la contigüidad de sus sonidos, produce un resultado muy agradable. La modulación «diatónica» es más natural, posee una mayor separación de sus pausas o intervalos y resulta de gran sencillez.

v.De los vasos del teatro

En coherencia con estas leyes y en base a cálculos matemáticos se harán unos vasos de bronce, en proporción a las dimensiones del teatro. Se fabricarán de modo que, cuando se golpeen emitan un sonido acordado en cuarta, quinta y, siguiendo un orden, hasta la doble octava.

Siguiendo este método, la voz que se expande desde la escena, como si fuera desde el centro, va difundiéndose y al golpear las cavidades de cada uno de estos vasos, alcanza un volumen mayor, se incrementa su claridad potenciada por el vaso que tenga el tono acorde con ella. Por el contrario, si el teatro va a tener mayores dimensiones, divídase su altu¬ra en cuatro partes y dejaremos tres series o hileras transversales de celdillas, una para la armónica, otra para la cromática y la tercera para la diatónica.

Muchos de nosotros pensaremos que cada año se han levantado en Roma muchos teatros que no respetan para nada las normas que hemos reflejado; pero nos equivocamos en un aspecto importante: los teatros públicos están construidos con madera y poseen tal cantidad de entablados que a la fuerza logran una buena acústica, como podemos observar al oír a los actores que cantan acompañados de citaras ya que, si desean cantar en un tono más agudo, simplemente se giran hacia las puertas del escenario y así se ayudan para potenciar más la resonancia de su voz. Pero cuando los teatros se construyen con materiales sólidos, es decir, de mampostería, de piedra o de mármol que imposibilitan la resonancia de las voces, entonces debe recurrirse a los vasos de bronce, tal como hemos descrito.

Actualmente existen técnicas modernas para captar mejor la acústica en el interior de los teatros, auditorios u otros. Pero es muy interesante conocer, cómo lo hicieron nuestros ancestros, ya que a partir de ellos hemos perfeccionado las técnicas.

vi.De la forma del teatro

La planta o disposición del teatro debe ordenarse de la siguiente manera: de acuerdo al diámetro de la parte más inferior (orquesta), trácese una circunferencia tomando como centro el punto medio de dicho diámetro y descríbanse cuatro triángulos equiláteros, a igual distancia, que toquen la línea circular.

La longitud del escenario debe medir el doble del diámetro de la orquesta. La altura del podio o pedestal estará al mismo nivel de la altura del estrado, que será una duodécima parte del diámetro de la orquesta, incluyendo la cornisa y el cimacio.

No obstante, no es posible que todos los teatros se adapten a estas proporciones de simetría de una manera total, por lo que conviene que el arquitecto se preocupe de observar las proporciones precisas para conformar la simetría, adecuarlas a la configuración del lugar y a la magnitud de su obra.

vii.Sobre la elección de lugares armónicos para los teatros

Después de exponer con todo detalle y con todo cuidado lo que precede, debe ahora ponerse la máxima atención en el tema que nos ocupa. En efecto, debe tenerse muy en cuenta el lugar que se elija, donde se despliegue la voz sua¬vemente y no sea obstaculizada por algún elemento, haciéndose incomprensible. Hay diversos lugares que, de modo natural, obstaculizan las vibraciones de la voz —disonantes—, provocando un falso eco, que los griegos llaman catechauntes; o bien lugares que reproducen por el eco los sonidos —circunsonantes—, que los griegos denominan periechountes; o bien lugares con resonancias —resonantes—, en griego antechountes, y también hay otros lugares donde retumba la voz —consonantes— de nombre synechountes.

Los disonantes son lugares en los que la voz primera, al elevarse, choca con cuerpos sólidos superiores, es rechazada y desciende impidiendo la elevación de las voces siguientes; los circunsonantes son lugares en los que la voz, al esparcirse por todas partes, apaga sus sonidos intermedios y va desapareciendo sin marcar las terminaciones, ofreciendo un significado muy incierto; los resonantes son lugares en los que la voz, al chocar con un elemento sólido, elevándose, se articula erróneamente, produciendo al oído un doble sonido; en los lugares consonantes la voz, potenciada por las partes inferiores va elevándose con mayor volumen y llega al oído con un significado muy nítido. Por tanto, si se pone un cuidado especial en la elección de los lugares para el teatro, el problema de las voces de los actores quedará prudentemente subsanado, bajo el punto de vista de su efectividad. Con estas diferencias quedan indicados los diversos trazados de los teatros: los que se diseñan con cuadrados siguen la modalidad de los griegos y los que se diseñan con triángulos equiláteros, son latinos. Si alguien desea hacer uso de estas normas logrará un gran éxito en la construcción de los teatros.

viii.De los pórticos detrás del escenario y de los paseos

Detrás del escenario deben disponerse unos pórticos para que el público pueda recogerse desde el teatro, por si por alguna ocasión lloviera, el público tuviese donde cobijarse.

ix.De las disposiciones y partes de los baños

Para los baños, se debe escoger un lugar cálido, opuesto al viento del norte. En la sala de los baños calientes la luz debe entrar por el lado del poniente; si la naturaleza o situación del lugar no lo permite, en ese caso tomará la luz del mediodía, ya que el tiempo fijado en los baños, va desde el mediodía hasta el atardecer.

x.De la forma cómo han de construirse las palestras y los xistos

En las palestras deben formarse peristilos cuadrados o alargados; el perímetro del paseo que las circunvala medirá dos esta¬dios, en griego diaulon; tres pórticos serán sencillos y un cuarto pórtico será doble, que estará orientado hacia el sur con el fin de que, cuando arrecien tor¬mentas acompañadas de viento, el agua no pueda penetrar en la parte interior. En los tres pórticos sencillos se ubicarán unas espaciosas «salas de tertulia» con asien¬tos, donde puedan exponer sus opiniones y puedan discutirías los filósofos, los retóricos y otros hombres de ciencia a quienes agradan estos estudios.

Los peristilos deben distribuirse en la palestra, como anteriormente se ha descrito. Fuera de la palestra se abrirán tres pórticos: uno, para quienes salen del peristilo y los otros dos, situados a derecha e izquierda, para que se ejerciten los atletas; de estos dos pórticos, uno quedará orientado hacia el norte, tendrá dobles columnas y una anchura extraordinaria; el otro pórtico será simple; entre la parte próxima a la pared y entre la que está al lado de las columnas se trazarán unos lin¬des, a modo de senderos, excavados en su parte intermedia, cuya anchura no será menor de diez pies.

xi.De los puertos y de las obras de albañilería bajo el agua

Si los puertos están favorablemente colocados de modo natural, han de tener unos acróteras o promontorios salientes, que irán formándose siguiendo la naturaleza del lugar, dibujando unas curvaturas o senos, ya que tal estructura parece ofrecer magníficos resultados. En tomo al puerto se levantarán las atarazanas, o bien unos accesos que posibiliten la entrada al mercado; deben colocarse unas torres a ambos lados y desde estas torres, por medio de unas máquinas, se facilitará el que se crucen unas cadenas.

Es importante como a través de técnicas sencillas de construcción, aprendidas de forma empírica y luego transmitidas por generaciones, tenemos la base importante para las construcciones de la actualidad. En el siguiente tomo veremos el libro número 6 de este tratado de Architectura, del gran Vitruvio, el tema será: Las Edificaciones Privadas.

LIBRO VI

Se ocupa en el sexto libro de las edificaciones particulares, enfatizando la correspondencia entre el decoro del inmueble y la calidad social de sus habitantes

Modo de hacer los enlucidos para su duración y belleza

LIBRO VII.

Interiores de las casas. Pavimentos, enlucidos, pintura; preparación del mármol para enlucidos; colores naturales y artificiales (rojo, azul, ocre, blanco de albayalde, púrpura).

i.Del enlucido y de los pavimentos

ii.De la maceración de la cal para los enlucidos

iii.De la disposición de las bóvedas y de la mampostería y del enlucido

iv.De los enlucidos en lugares húmedos

v.De la manera de pintar las habitaciones

vi.Del mármol y cómo se le ha de preparar para los enlucidos

vii.De los colores naturales

viii.Del minio y del azogue

ix.De los colores artificiales, y en primer lugar del negro de humo

x.Del azul y del amarillo

xi.De la púrpura

xii.De los colores artificiales que imitan la púrpura, el ocre, la crisocola y el índigo

LIBRO VII

i.Del enlucido y de los pavimentos

El «pavimento de cascotes», que es el paso previo para el enlucido, con el fin de que se haga con sumo cuidado y previsión y lograr así una sólida base. Si se ha de echar sobre el suelo, debe averiguarse previamente si el suelo es completamente sólido; posteriormente se nivelará y se extenderá una capa de cascotes y gravilla.

Los pavimentos que vayan a quedar al aire libre deben adaptarse a tal finalidad, pues al hincharse por la humedad los entramados, o al disminuir su volumen debido a la sequedad, o bien al combarse, sufren variaciones que ocasionan serios problemas en los pavimentos; además, las escarchas y los hielos reducen su dura¬bilidad.

Cuando se haya echado una primera capa de cascotes en seco, cúbrase con otra capa de ripios, que, bien apisonados, deben tener un grosor no menor de un pie; colocada esta capa, como antes se ha descrito, se extenderá el pavimento con pequeñas piedras de mosaico de dos dedos de espesor aproximadamente y con un desnivel de dos dedos por cada diez pies; si se prepara todo correctamente y queda todo perfectamente alisado, el pavimento resultará impecable. Para que el mortero que va entre las junturas no sufra daños provocados por las heladas, se cubrirá cada año con heces de aceite, antes del invierno, y así se evitará que penetren las escarchas.

ii.De la maceración de la cal para los enlucidos

Terminado el tema de los pavimentos, pasemos ahora a explicar lo referente a los enlucidos. Se logrará un buen enlucido si se maceran las mejores piedras de cal mucho tiempo antes de que se utilicen, con el fin de que, si hubiera algunas piedras que no están suficientemente cocidas en el horno, queden bien cocidas tras permanecer largo tiempo en maceración, sin interrupción.

iii.De la disposición de las bóvedas y de la mampostería y del enlucido

Cuando las circunstancias exijan formar techos abovedados, procédase del siguiente modo:

Se debe colocar unos listones —o pequeñas vigas— rectos que guarden entre sí una distancia no mayor de dos pies.

Fijados los listones, se sujetarán entre si mediante una textura de cañas griegas aplastadas, que se atarán con cuerdas de esparto hispano, según lo exija la curvatura de la bóveda.

Por la parte superior de este armazón de cañas que forma la bóveda, se extenderá una capa de mortero, de cal y de arena, con el fin de que no pasen al enlucido las posibles gotas que cayeran de los entramados o del techo.

Cuando ya estén colocados y entretejidos los techos abovedados, se dará una capa de yeso con la llana por toda su parte inferior, luego se igualará alisándola con arena y, por fin, se enlucirá con greda o con mármol.

Una vez enlucida la bóveda, deben colocarse debajo unas cornisas muy finas y sencillas, pues parece que así son más idóneas; si las cornisas fueran de grandes proporciones, caerán por su propio peso, ya que no pueden mantenerse en su sitio.

Así pues, los enlucidos que están perfectamente elaborados no se vuelven ásperos con el paso del tiempo, ni palidecen sus colores cuando se limpian o se lavan, a no ser que se hubieran plasmado de manera descuidada y en seco. Si los enlucidos se han hecho en las paredes tal como hemos descrito, poseerán solidez, brillantez y se conservarán en perfectas condiciones de manera permanente. Pero si únicamente se ha aplicado una capa de arena y una de marmol fino, su finura reduce considerablemente su consistencia, acaba rompiéndose con facilidad y no poseerá el brillo que produce el pulimento, precisamente por su reducido grosor.

vi. De los enlucidos en lugares húmedos

Vitruvio ha descrito la manera más conveniente de preparar los enlucidos en lugares secos; ahora explica la manera de prepararlos en lugares húmedos, de forma que puedan mantenerse sin deficiencias.

En primer lugar, en las estancias cerradas que están al nivel del suelo, desde la parte más baja dcl pavimento hasta una altura de tres pies aproximadamente, se dará una primera mano de una mezcla de polvo de barro, en lugar de arena, y se allanará bien con objeto de que estas partes del enlucido no se deterioren por causa de la humedad.

De igual modo, según se vaya levantando la pared se irán dejando unos respiraderos; ya que, si la humedad no tuviera salida ni por la parte inferior ni por la superior, se extendería inevitablemente por toda la pared nueva. Hecho esto, se dará a la pared una mano de polvo de barro, se alisará bien y finalmente se dará una última mano con el enlucido.

Se asegurarán a la pared posteriormente unas tejas curvadas, en toda su verticalidad, desde la parte más baja hasta la parte superior; se untarán de pez por su parte interior, cuidadosamente, con el fin de que no penetre la humedad. Además, tanto en la parte inferior como en la parte superior, sobre la bóveda, deben tener también unos respiraderos.

A continuación se blanquearán con cal y agua, para que no se produzca un rechazo de la mezcla de ladrillo molido; debido a la sequedad que los ladrillos adquieren en los hornos, no pueden ni recibir ni mantener la mano de cal, salvo que la cal interpuesta consolide ambos elementos entre sí y facilite su unión. Una vez que se eche una mano de la mezcla de polvo de barro en lugar de arena, se allanará bien y se concluirá con diversas capas, tal como antes se dijo al tratar sobre los enlucidos.

v.De la manera de pintar las habitaciones

Ya desde tiempos antiguos se mantiene la costumbre de pintar también otras estancias, como son las de primavera, otoño y verano, e incluso los atrios y peristilos, utilizando un método muy especial y plasmando diversos objetos. La pintura es una representación o reproducción de lo que existe o puede existir, como, por ejemplo, hombres, edificios, naves o cualquier otra cosa que se tome como modelo, para ser imitado y representado mediante los perfiles exactos de sus cuerpos. Los antiguos, que iniciaron su uso en los enlucidos, imitaron las distintas variedades y la disposición de planchas de mármol y posteriormente representaron diversas combinaciones de festones, de plantas y de triángulos.

vi.Del mármol y cómo se le ha de preparar para los enlucidos

El mármol no tiene las mismas propiedades ni la misma calidad en todos los lugares; hay sitios donde los bloques de mármol contienen brillantes corpúsculos, como granos de sal. Triturados y reducidos a polvo, ofrecen grandes posibilidades para su uso. Donde no hay canteras de esta clase de mármol, se triturarán los pedazos que saltan cuando los labran los marmolistas y, una vez cribado, ya se puede utilizar en las obras. Hay colores de diversas tonalidades: unos poseen un tono natural, en ciertos lugares, según las canteras de donde se extraen; otros, a base de mezclar diversas sustancias y mediante un tratamiento específico, logran resultados muy prácticos en las obras, semejantes a los colores naturales

vii.De los colores naturales

Los colores que surgen de manera natural, como es el color ocre. Se encuentra en muchos lugares. El mejor era el «ocre ático», pero actualmente carecemos de él, pues cuando en Atenas rentabilizaron sus minas de plata, abrieron unas galerías bajo tierra para apropiarse de la plata y si se encontraban una vela de ocre casualmente, seguían trabajando en ella como sí fuera de plata. Por ello, los antiguos utilizaron abundantemente el ocre para el enlucido en sus obras.

De muchos lugares se extrae, y en abundancia, el almagre o tierra roja, pero es raro encontrarla de buena calidad.

viii.Del minio y del azogue

Cuando las glebas están secas, se van triturando con pisones de hierro; luego, se lavan y se cuecen repetidas veces hasta que se eliminan las impurezas y así se logra que salgan sus colores.

Cuando el minio, debido a que ha perdido el azogue, ha dejado las cualidades naturales que tenía, se vuelve naturalmente blanco y muy suave.

Y cuando el minio se utiliza en los enlucidos de estancias cerradas, permanece con su propio color sin sufrir alteraciones; pero en lugares abiertos, como son los peristilos, salas de tertulia y otros similares, donde puedan penetrar los rayos del sol y el resplandor de la luna, el minio resulta afectado, se estropea y se ennegrece produciendo la fuerza de su color.

ix.De los colores artificiales, y en primer lugar del negro de humo

El negro, pues es extraordinariamente práctico y necesario en las obras, con el fin de que se sepa el proceso de su preparación, siguiendo los pasos exactos de los artesanos.

Se construye una sala, similar a un lacónico, se enluce cuidadosamente con mármol y se pule. Delante se coloca un pequeño hornillo con unos tubos que comuniquen con el lacónico; se tapa la boca del hornillo con cuidado para que la llama no se propague fuera de él: a continuación, se pone resina en el hornillo.

xi.Del azul y del amarillo

En Alejandría se halló el primer procedimiento de preparación del azul; posteriormente Vestorio organizó su fabricación en Puzol. El método y los elementos de su composición son objeto de admiración y de asombro.

xii. De la púrpura

De tegoría superior, una extraordinaria distinción y una exquisita sua¬vidad para la vista. Se obtiene a partir de unas conchas marinas que proporcionan este color; para los estudiosos de la naturaleza ofrece una especial fascinación que supera otras muchas sustancias naturales, pues no posee un solo y exclusivo color en los distintos parajes donde se crían las conchas, sino que presenta diversos matices de modo natural, como consecuencia del curso del sol. La púrpura que se obtiene en el Ponto y en la Galia tiene un color negro, ya que son regiones situadas cerca del septentrión; si seguimos avanzando entre el septentrión y el occidente, encontraremos una púrpura de color cárdeno; la púrpura que se recoge en las proximidades del equinoccio oriental y occidental presenta un color violeta y la que se halla en regiones meridionales tiene un tono rojizo; idéntico color rojo tiene la púrpura que encontramos en la isla de Rodas y en otras regiones cercanas al curso del sol. Cuando se recogen estas conchas, las abren en todo su contorno con instrumentos de hierro; de las hendiduras, como si fueran lágrimas, fluye un liquido que se recoge y se tritura en el mortero; se llama «ostro» precisamente porque se extrae de fragmentos de las conchas marinas. Por causa del salitre, se seca muy rápidamente salvo que se mezcle con miel.

v.De los colores artificiales que imitan la púrpura, el ocre, la crisocola y el índigo+

Un método de obtener colores purpúreos consiste en teñir greda con la secreción de las raíces de la rubia y con tinte violeta. Igualmente, es posible obtener otros colores a partir de las flores.

Es importante recalcar que antiguamente los colores se obtenía naturalmente, ahora podemos tener a nuestra elección un sinnúmero de gamas de colores maravillosos. Todo esto a partir de colores de la naturaleza. La tecnología avanza, pero los inicios parten de lo mismo, de años de investigación y experiencias aprendidas. Si Vitruvio pudiera observar lo que tenemos hoy en día, se quedaría asombrado y extasiado de a lo que hemos llegado, y todo lo que se viene más adelante. La vivienda común ha evolucionado y ha mejorado las condiciones de vida para las familias.

En el siguiente artículo de este maravilloso compendio de teorías de nuestro gran Vitruvio, veremos el libro 8, con el tema: Acueductos y conducción de aguas. Agua de lluvia y fuentes; canales y conductos.

LIBRO VIII.

Acueductos y conducción de aguas. Agua de lluvia y fuentes; canales y conductos.

i. De la manera de encontrar agua

ii. Del agua de lluvia

iii. De las aguas calientes y de la naturaleza de varias fuentes, ríos y aguas

iv. De las propiedades de algunas otras fuentes

v. Cómo es posible conocer la calidad de las aguas

vi. Del modo de nivelar las aguas, y de los instrumentos necesarios para ello

vii. De los modos de conducir el agua

viii. De los pozos y cisternas

i. De la manera de encontrar agua

El agua es imprescindible para la vida, para satisfacer necesidades placenteras y para el uso de cada día. Si hay manantiales que hacen fluir el agua al descubierto, será muy sencillo disponer de ella; pero si no aflora al exterior, deben buscarse y deben captarse bajo tierra sus manantiales.

Toda población necesita de una fuente de agua para vivir y desarrollarse. Como en la novela “100 años de soledad” donde la población de Macondo se asienta a las orillas del río, y así comienza toda una civilización.

iii. De las aguas calientes y de la naturaleza de varias fuentes, ríos y aguas.

También existen fuentes calientes de las que brota un agua de excelente sabor y tan agradable al paladar. Estas aguas son naturalmente extraordinarias. Pueden emplearse adecuadamente de acuerdo al diseño que se desee planear para esta fuente natural.

v.Cómo es posible conocer la calidad de las aguas

Deben realizarse las siguientes experiencias y pruebas para detectar la calidad del agua. Si se trata de aguas corrientes y al descubierto, antes de emprender su conducción, obsérvese y examínese atentamente la constitución de los miembros de las personas que viven en sus alrededores; si poseen cuerpos robustos, un color fresco de la piel, unas piernas sin defectos y ojos limpios, el agua será de inmejorable calidad.

vi .Del modo de nivelar las aguas, y de los instrumentos necesarios para ello

Vitruvio explica que ahora el método más conveniente de conducir el agua a las viviendas y a las ciudades.

El primer paso es un estudio del nivel del terreno.

El nivel se fija con la ayuda de la dioptra (Tablilla metálica levantada perpendicularmente en cada extremo de una alidada, provista de un orificio para dirigir visuales) con niveles de agua, o bien con un corobate.

vii.De los modos de conducir el agua

La conducción del agua se puede hacer de tres maneras: por conductos mediante canales de albañilería, por medio de tuberías de plomo o bien por cañerías de barro.

Es muy interesante cómo Vitrubio pensaba en todos los detalles, no sólo arquitectónicos sino también de ingeniería. El acceso al agua es la fuente de vida, es decir indispensable, y es necesario pensar en ello como prioridad ante cualquier diseño. En el siguiente artículo hablaremos sobre el libro 9no, donde tocaremos el tema de La Medida del Tiempo y los Relojes. El tiempo es muy importante en nuestras vidas y de ello dependen también las más grandes obras arquitectónicas.

LIBRO IX.

Medidas del tiempo y relojes. Astronomía; la tierra, los planetas, el sol, las estrellas.

1.De las relaciones del gnomón según los rayos solares y las sombras - del mundo y de los planetas

2.De las fases lunares

3.Como el Sol, entrando por los 12 signos, acrece o disminuye la duración de los días y de las horas

4.De las constelaciones a la derecha de Oriente, entre la zona de los signos y el Septentrión

5.De las constelaciones situadas entre la zona de los Signos y el Mediodía

6.De la Astrología aplicada a la adivinación de los movimientos y de las estaciones

7.De la descripción de los analemmas

8.De algunas especies de relojes- De los inventores de los relojes de agua y de los relojes invernales o anafóricos

9.De los relojes de agua

10.De los relojes de invierno llamados anafóricos

Es muy curioso cómo hemos llegado casi al final de este legado de arquitectura. Hemos visto de todo en lo que comprende los inicios de la arquitectura, claro está que no compite con las tecnología de hoy en día, pero que sí es la base de todas las construcciones existentes. Es grandioso! Continuamos entonces con el noveno libro del Tratado de Arquitectura del gran Vitrubio.

LIBRO IX.

1.De las relaciones del gnomón según los rayos solares y las sombras - del mundo y de los planetas

Ciertamente es un fenómeno regulado por la mente divina, que proporciona una profunda admiración a quienes consideran por qué la sombra del gnomón, en el equinoccio, es de una determinada longitud en Atenas, de otra diferente en Alejandría y también distinta en Roma; en Placencia su longitud es diversa, como lo es en otras partes del mundo. Esta es la causa de que sean muy diferentes los trazos y las sombras que proyectan los relojes, cuando nos referimos a un lugar o a otro: la longitud de las sombras en el equinoccio determina de un modo concreto la disposición de los analemas, que actúan de referencia para fijar los husos horarios, de acuerdo con las sombras del gnomón y la ubicación geográfica de cada lugar

El Sol recorre el espacio, trazando un recorrido, el cual en un punto del planeta, siempre será igual, si es que el punto (edificio) no se mueva.

Es muy interesante, puesto que la orientación del sol, la salida y el oculatamiento generan un principio importante para el diseño de un edificio, desde su ubicación – orientación con respecto a los vanos, analizando y considerando el clima.

2. De las fases lunares

He aquí la teoría de Beroso (Astrónomo babilonio del siglo IV a. C.), que llegó desde la ciudad o país de los caldeos y divulgó en Asia la ciencia de su propia ciudad natal: la Luna es un globo mitad luminoso y mitad de color azul oscuro; cuando completa su recorrido y pasa bajo el disco del Sol, en ese momento es atraída por los rayos, y la fuerza del calor del Sol —debido a la potencia de la luz Solar— hace girar su parte luminosa hacia la luz del Sol. Cuando la Luna sufre esta atracción y su parte superior queda orientada hacia la esfera del Sol, entonces su mitad inferior —que carece de iluminación— parece oscura, por analogía con el aire que la rodea. Cuando la Luna se sitúa en perpendicular a los rayos del Sol, toda la luz queda exclusivamente en su cara superior y en esa situación se llama «primera Luna» (Luna nueva). Cuando la Luna, siguiendo su curso, llega a la parte oriental del cielo, disminuye la atracción del Sol y el borde extremo de su parte luminosa emite hacia la Tierra un resplandor que tiene la forma de una línea muy tenue; de aquí que se llame «segunda Luna». Según va retrasando su rotación diaria, sucesivamente se denomina «tercera Luna», «cuarta Luna». En el séptimo día, cuando el Sol está situado en el occidente, la Luna ocupa la región intermedia del cielo, entre el oriente y el occidente y, al distar del Sol un espacio igual a la mitad del universo, la Luna presenta a la Tierra la mitad de su parte brillante. Pero, cuando entre la Luna y el Sol media una distancia equivalente a todo el universo y cuando el Sol, situado al occidente, está opuesto o en frente del principio de las fases lunares, la Luna brilla a gran distancia libre de los rayos solares y, en el día decimocuarto, formando un circulo completo, emite el esplendor de todo su disco; según van decreciendo los días siguientes hasta completar el mes lunar, la Luna vuelve de nuevo a situarse bajo el disco y los rayos solares y así va completando el cómputo de los días del mes.

3. De la Astrología aplicada a la adivinación de los movimientos y de las estaciones

Vitruvio ha ido exponiendo el movimiento del firmamento en torno a la tierra, así como la disposición de los doce signos del Zodiaco y de las constelaciones septentrionales y meridionales, con el fin de que todo quede suficientemente claro. De este movimiento del firmamento, de su curso contrario al Sol a través de los signos y de las sombras equinocciales de los gnomones se infieren las figuras de los analemas.

Los restantes aspectos que dimanan de la astrología, como las consecuencias que se producen en el devenir de la vida de los hombres por los doce signos, los cinco planetas, el Sol y la Luna, debemos dejarlos en las reflexiones calculadas de los Caldeos, pues es un tema específico de ellos toda la ciencia de los horóscopos, que les permite ofrecer una explicación de los hechos futuros y pasados, basándose en cálculos astronómicos. Los pueblos, que descienden de los Caldeos, nos han legado sus descubrimientos, en los que se destacan su ingenio y su intuición. En primer lugar, señalamos a Beloso que se estableció en la isla y en la ciudad de Cos, donde abrió una escuela para enseñar esta ciencia. En segundo lugar, a sus discípulos Antipater y Atenodoro, quienes nos dejaron una razonada teoría de los horóscopos, basada no en el momento del nacimiento, sino en el momento de la concepción.

4.De la descripción de los analemmas

De sus estudios astronómicos debemos separar algunas nociones y debemos explicar el acortamiento y la prolongación de los días, mes a mes. Veamos: mientras dura el equinoccio de primavera y de otoño, el Sol, situándose en Aries y en Libra, proyecta una sombra que equivale a ocho de las nueve partes del gnomón, en la latitud de Roma.

En base a este principio, debe tomarse la sombra equinoccial en el mismo lugar donde haya de construirse el reloj; y si, como sucede en Roma, la sombra equivale a ocho partes de las nueve que tiene el gnomón, descríbase en un lugar plano una recta y exactamente desde su parte central levántese a escuadra una perpendicular, que se denomina gnomón. Desde la línea trazada sobre el plano se medirán, con la ayuda del compás, nueve segmentos iguales en la misma línea del gnomón; donde quede marcado el segmento noveno se fijara el centro, señalado con la letra A; abriendo el compás desde este centro hasta la línea del plano donde aparecerá señalada la letra B- descríbase una circunferencia, denominada “meridiana”; después tómense ocho de las nueve partes que quedaron medidas desde la línea del plano hasta el centro del gnomón y marquense en la misma línea del plano donde figurara la letra C.

Esta será la sombra equinoccial del gnomón. Desde el punto de vista señalado con la letra C trácese una línea pasando por el centro, donde se señalo la letra A: esta línea representa un rayo del Sol en el equinoccio; a continuación, abriendo el compás desde el centro hasta la línea del plano, se marcaran dos lineas nuevas de igual longitud a ambos lados (del centro): en el lado izquierdo de la circunferencia se señalara la letra “E”, y en el derecho la letra “I”. Ambas letras se señalaran en las partes extremas de la circunferencia; por el centro se trazara una linea que dividira el circulo en dos semicírculos iguales; los matemáticos denomina a esta linea horizonte (Debe tomarse como una recta trazada sobre la proyección que representa un rayo del Sol).

Todos estos estudios referenciales del gran Vitriubio, han servido de influencia en la astronomía, base importante para definir el circuito del sol alrededor de la tierra y de acuerdo a los meses del año, que son diferentes en cada estación. Al desconocer esto, nos sorprendemos cómo en el mes de febrero y marzo un rayo de sol entra por tu ventana e ilumina directamente a tu rostro, cosa que no pasa en los meses de agosto y setiembre. Es porque el sol cumple un recorrido diferente cada día, así que es importante conocerlo para poder orientar nuestros edificios con criterios bioclimáticos. Es básico e importante. El próximo mes estaremos culminando esta serie de artículos que dividen en 11 partes el compendio de arquitectura del gran Vitrubio.

LIBRO X.

Maquinaria para la construcción. Levantamiento y tracción de pesos; invento de Ctesifón; hallazgo de la cantera de Éfeso; artificios para sacar agua, cochlea, máquina de Ctesibios.

1.De las máquinas y sus diferencias con lo que se llama órganos

2.De las maquinas de tracción

3.De las maquinas y los pesos

4.Continuación del anterior

5.De otra maquina tractoria

6.De la ingeniosa invención de Chersifronte para el transporte de cargas pesadas

7. Del hallazgo de la cantera con cuya piedra se hizo el templo de Éfeso

8. De la línea recta y de la circular y de los principios de todo movimiento

9. De las clases de órganos para sacar agua

10. De las ruedas de agua y de los molinos de agua

11. De la cóclea, que saca gran cantidad de agua, pero no muy alto

12. De los órganos hidráulicos

13.De la manera de medir las distancias en viaje por tierra ( en carruaje) o por mar ( en navío)

14.De las catapultas y de los escorpiones, las catapultas y de los escorpiones

15. De la construcción de las ballestas

16.De las proporciones de las ballestas

17.De la manera de cargar las ballestas y las catapultas

18.De las máquinas de ataque

19.De la tortuga que se hace para cegar fosos

20.De otras clases de tortugas

21.De las defensas

LIBRO X.

1.De las máquinas y sus diferencias con lo que se llama órganos

Se define una máquina como un conjunto de piezas de madera que permite mover grandes pesos. El movimiento de una máquina se fundamenta en las propiedades de la rotación circular. La primera clase de máquinas se denomina «escansoria». La segunda clase es la máquina que se mueve por la acción del aire, en griego «pneumaticon»; y la tercera es la máquina de tracción, en griego «baruison».

De todas estas máquinas, unas se mueven mecánicamente y otras se utilizan como instrumentos o herramientas. La diferencia entre las máquinas y los órganos parece consistir en que las máquinas logran sus objetivos con el concurso de vanos operarios y con un mayor esfuerzo, como son las catapultas y las prensas de los lagares; los órganos obtienen sus efectos simplemente con el manejo experto de un solo hombre competente, como son los movimientos giratorios de las ballestas de mano o de los «anisociclos (Instrumento que dispara flechas mediante muelles y circulos desiguales). Como se puede ver, tanto las máquinas como los Órganos son necesarios en la práctica, pues, sin su ayuda, todo lo que exija un esfuerzo resultará muy dificultoso.

2. De las maquinas de tracción

Comenzaremos por las máquinas que es preciso disponer para la construcción de los templos y para la ejecución de obras públicas. El nombre de este dispositivo mecánico es tripastos, ya que gira mediante tres poleas. Cuando tiene dos poleas en el aparejo inferior y tres en el superior, se llama «pentaspaston».

Si hay necesidad de preparar máquinas para mover grandes pesos, deberán disponerse maderos más largos y más gruesos; se procederá como se ha dicho, esto es, por la parte más alta se sujetarán con unas clavijas —abrazaderas— y por la parte inferior con unos tornos o rodillos de mayor tamaño. Hecho esto, se colo¬carán unas maromas, aflojadas previamente; en la parte superior de la máquina se sujetarán unas amarras, apartadas de las maromas y si no hubiera sitio donde atar¬las, se hundirán en el suelo unas estacas encorvadas, se asegurarán apisonando la tierra a su alrededor, para que las maromas queden bien sujetas. Con una cuerda se atará un aparejo de poleas en la parte más alta de la máquina y desde la polea se dirigirá una soga hasta una estaca y hasta una polea inferior, fijada en la estaca. La soga se introducirá en torno a la polea y se dirigirá de nuevo hacia la otra polea que habrá quedado fijada en lo alto de la máquina. Después de pasar en torno a la polea, se hará descender la soga desde la parte superior hasta el rodillo, situado en la parte más baja, y se atará en el eje del rodillo.

3.De las máquinas y los pesos

Cuando actúan de manera concordante, como con principios, sus movimientos y capacidades producen estos efectos, aun siendo dos factores distintos y opuestos: uno es el movimiento rectilíneo —en griego, «eutheiam»— y otro, el movimiento circular —en griego, «cycloten»—. Ahora bien, ni el movimiento rectilíneo sin el circular, ni el movimiento circular sin el rectilíneo pueden lograr el levantamiento de los pesos.

4.Continuación del anterior

Pasaré a explicar ahora los órganos que se han ideado para extraer agua, así como los diversos tipos en los que se han clasificado. En primer lugar, voy a tratar sobre el «tympano» (o tambor) (en el sentido de rueda hidraulica). Ciertamente no eleva el agua a gran altura, pero sí saca un gran caudal de agua en breves momentos. Se fabrica un eje con el torno o con el compás, reforzando sus extremos con láminas de hierro. Rodeando su parte central se coloca un tambor hecho con tablas ensambladas entre sí, que se encajará sobre unos troncos con sus puntas protegidas con láminas de hierro, debajo de los bordes del eje. En la parte hueca del tambor se instalan ocho tablas transversales desde el eje hasta la circunferencia del tambor, que dividan al tambor en espacios iguales. El frente exterior del tambor quedará cerrado mediante unas tablas, dejando unas aberturas de medio pie por las que accederá el agua a su interior. De igual modo, a lo largo del eje se dejan unos orificios que se correspondan con cada uno de los espacios. Se dejará todo bien embreado, como se hace con las naves, y se hará girar por unos hombres pisando encima (no queda suficientemente claro como harían girar esta rueda hidráulica).

Así el agua entra por los orificios abiertos en el frente, va a parar a las aberturas del eje y se vierte sobre un barreño de madera, colocado debajo, mediante un canal que lo conectará. Así se suministra agua abundante para el riego, o bien para licuar la sal en las salinas (se necesita agua dulce para eliminar el fuerte sabor de la sal marina).

5. De otra maquina tractoría

Siguiendo un proceso parecido se fabrican unas ruedas fluviales, tal como lo hemos descrito. En torno a su parte frontal se fijan unas paletas, que, al ser empujadas por la corriente del río, inician un movimiento progresivo provocando el giro de las ruedas; sus cubetas van sacando el agua que la elevan hacia la parte más alta, sin la presencia y sin el esfuerzo de operarios; sencillamente, al girar por el impulso de la corriente del río, suministran el agua que se necesite.

6.De la cóclea, que saca gran cantidad de agua, pero no muy alto

También se puede utilizar una cóclea especial, que saca gran cantidad de agua, aunque no la eleva a la misma altura que la rueda. Veamos su estructura: se toma un madero cuya longitud en pies sea igual a los dedos de su grosor y se redondea con toda exactitud. Con un compás se dividirán sus puntas en un cuarto de círculo y después en un octavo; así nos quedarán ocho partes; se trazarán cuatro diámetros de manera que, colocado el madero en posición horizontal, se correspondan exactamente las líneas de un extremo con las de otro; según sea el espacio que mida la octava parte de la circunferencia del madero, exactamente lo mismo medirán los espacios que separen las líneas longitudinales. Situado el madero en posición horizontal, se trazarán unas líneas desde uno hasta el otro extremo, que se correspondan con toda precisión. De esta manera, los espacios delimitados tanto circular como longitudinalmente serán iguales. Donde se dé la intersección de las líneas longitudinales con las circulares, se marcarán unos puntos.

7. De la manera de medir las distancias en viaje por tierra (en carruaje) o por mar (en navío)

Nuestra reflexión se centra ahora en un ingenioso sistema que no es nada inútil, sino que ofrece una estudiada estructura ideada por nuestros antepasados; se trata de conocer el número de millas que hemos recorrido, bien sea sentados dentro de un carruaje, o bien navegando por el mar. Procédase de la siguiente manera: las ruedas del carruaje medirán cuatro pies de diámetro; se señalará un punto o una marca en la misma rueda y se iniciará el movimiento giratorio de la rueda a partir de ese punto; cuando la rueda dé un giro completo se habrá reco¬rrido con toda certeza un espacio de doce pies y medio.

8.De las catapultas y de los escorpiones

Catapultas, máquinas ideadas para proteger ante los peligros y para satisfacer las necesidades defensivas; me refiero a la construcción de escorpiones y ballestas, así como a las proporciones que regulan su estructura.

Todas las proporciones o dimensiones de tales máquinas están condicionadas a la longitud que posea la flecha que deben lanzar; el tamaño del agujero, en el travesaño, medirá una novena parte de la longitud de la flecha; a través de unos agujeros se tensan las cuerdas retorcidas, que deben mantener los brazos de la catapulta. La altura y la anchura de ese travesaño depende del diámetro de los agujeros. Las piezas de madera, situadas encima y debajo del travesaño —denominadas «peritreta»— tendrán el grosor del diámetro del agujero y la anchura de un diámetro más tres cuartas partes; en sus extremos, un diámetro y medio. Las pilastras (se refiere a las piezas verticales de apoyo) a derecha e izquierda —sin contar las mechas o espigas— tendrán una altura de cuatro diámetros (del agujero) y una anchura de cinco diámetros; las espigas, de medio diámetro (En todo el capítulo el diámetro es el del agujero del travesaño. Se toma como módulo. La dificultad del texto latino es extraordinaria pues Vitruvio usa unos signos que han sido interpretados de muy diversas mane¬ras.

Nosotros seguimos la tabla de equivalencias de E. Schramm («Erlauterung der Geschiitzbeschreibung bei Vitruvius,» pág. 719). Desde la pilastra hasta el agujero habrá una separación de medio diámetro y desde el agujero hasta la pilastra central 3/4 del diámetro. La anchura de la pilastra central será de un diámetro más 3/16 partes y su grosor de un diámetro. La concavidad donde se coloca la flecha en el pilar central medirá 1/4 del diámetro. Los cuatro ángulos que se forman en los laterales y en los fren¬tes se asegurarán con piezas de hierro, o bien con agujas de bronce y clavos. La longitud del canalito —en griego «syrinx»— medirá diecinueve diámetros. La longitud de las regletas —que algunos denominan «labios, bordes»— clavadas a derecha e izquierda del canalito será de diecinueve diámetros; su altura y su anchura, simplemente de un diámetro. Además se clavarán dos regletas, sobre las que se colocará un rodillo de una longitud de tres diámetros y una anchura de medio diámetro. El grosor del «labio» que queda fijado a las espigas con abrazaderas de madera —llamado también «cofre o caja»— es de un diámetro y su altura de medio diámetro. La longitud del rodillo es de cuatro diámetros y su grosor, de nueve

9.De las proporciones de las ballestas

Se toman unos maderos con una longitud importante, donde se fijarán unos apoyos en los que se encajen los rodillos. En la parte intermedia de los maderos se hacen unos pequeños cortes marcando unas muescas, en las que se sujeta el armazón superior de las catapultas, y se fija con unas cuñas, con el fin de que no se mueva cuando se tensen las cuerdas. Dentro del armazón superior se incluyen unas cajitas de bronce, donde se colocan unas clavijas de hierro o pequeños ejes, que en griego se denominan «epizygidas».

A continuación se meten los cabos de las cuerdas o cables por los agujeros del armazón superior, se hacen pasar hasta la otra parte y se atan en los rodillos; cuando se tensan las cuerdas por medio de unas palancas, al pulsarías con las manos emitirán un mismo sonido o tono. Para que no se aflojen, se dejan bien apretadas en los agujeros, con la ayuda de unas cuñas. Pasándolas al otro lado, se tensan asimismo en los rodillos con la ayuda de las palancas, hasta que emitan también un mismo tono. De esta manera se preparan las catapultas mediante el bloqueo de las cuñas hasta que su sonido sea correcto, en perfecta consonancia.

Sobre estos detalles he expuesto todo lo que me ha sido posible. Quede el que trate ahora sobre las máquinas de ataque y las máquinas de combate; unas máquinas que permiten salir victoriosos a los generales y ofrecer una defensa definitiva a las ciudades.

10. De las máquinas de ataque

Veamos, en primer lugar, cómo se descubrió el ariete de ataque, según dicen. Los cartagineses habían fijado su campamento con el objetivo de iniciar el ataque a Cádiz. Previamente se habían apoderado ya de una fortaleza que intentaron demoler por todos los medios; como no poseían instrumentos de hierro suficientes y capaces para lograr su objetivo, tomaron un madero y, sosteniéndolo con sus manos, golpearon con su punta múltiples veces la parte superior del muro, consiguiendo derribar las hileras más altas de piedras; con este sistema, poco a poco y siguiendo un orden, derrumbaron toda la fortificación.

Poco después, un artesano de Tirio, llamado Pefrasmeno, estimulado por el descubrimiento de este ingenio, puso en vertical un mástil y colgó de él otro madero atravesado, imitando una balanza; llevándolo hacia adelante y hacia atrás, con golpes violentos derribó todo el muro de Cádiz.

11.De las defensas

Dejo explicados los datos que me han parecido más útiles sobre los escorpiones, las catapultas y las ballestas, así como sobre las tortugas y las torres; me he referido también a sus inventores y al método que se debe seguir para su construcción. No me ha parecido necesario escribir sobre las escaleras ni sobre los cabrestantes, dado que su estructura es bastante simple; incluso los soldados tienen práctica en construirlas, sin que les ayude nadie. No prestan la misma eficacia ni en todos los lugares ni en las mismas circunstancias, pues son muy distintas unas fortificaciones respecto de otras y también son diferentes los efectivos de cada nación.

Muy distinto es preparar máquinas contra enemigos audaces y temerarios que contra enemigos diligentes o contra asustadizos.

Así pues, si alguien quisiera prestar atención a estas disposiciones, podrá elegir de la extensa variedad que he ido exponiendo y podrá optar por una de ellas, sin necesidad de más ayudas; será capaz de tomar una resolución, sin la más mínima duda, frente a cualquier exigencia impuesta por la naturaleza del lugar o por las circunstancias. La verdad es que no veo necesario plasmar en mis escritos una explicación sobre las máquinas de defensa; evidentemente los enemigos no dispondrán sus máquinas de ataque siguiendo las instrucciones que he ofrecido; con frecuencia, sus ingenios bélicos son destruidos sin ninguna clase de máquina, simplemente con una inmediata y rápida toma de decisiones tácticas. Según se dice, así fue lo que le sucedió en concreto a los rodios.

Todos estos conocimientos fueron la base para las grandes máquinas de construcción, hidráulica y se quiera o no también las de ataque y defensa. En este último capítulo nos alejamos un poco de la arquitectura con respecto al diseño, pero mostramos un punto importante que fueron las máquinas para poder levantar los bosquejos plasmados en papel.

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