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AMOUR DURE


Enviado por   •  24 de Agosto de 2013  •  5.574 Palabras (23 Páginas)  •  412 Visitas

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AMOUR DURE

VERNON LEE

El título del cuento está en francés. Amour Dure significa El amor dura, y señala uno de los mejores cierres del cuento fantástico de la era victoriana. El juego de palabras proviene de la frase: Amour Dure, Dure Amour (Amor que dura, qué duro amor).

En “Amour Dure”, se narra el anhelo de un historiador polaco de viajar a Italia para encontrarse cara a cara con el pasado, él llega e Urbania el 20 de agosto de 1885: “Había ansiado, durante años y años, estar en Italia, encontrarme cara a cara con el pasado; ¿y eso era Italia? Podría haber llorado, sí, llorado, por la desilusión que sentí cuando por primera vez deambulé por Roma, con una invitación en mi bolsillo para cenar en la embajada alemana, y con tres o cuatro vándalos de Berlín y Múnich pisándome los talones y diciéndome dónde podía degustar la mejor cerveza y el mejor sauerkraut, y de qué trataba el último artículo de Grimm o de Mommsem.”

Él llega a Urbania donde trabaja con el Signor Notaro Porri, quien es igual de instruido e inhala considerablemente menos rapé (o mejor dicho, se lo cepilla del abrigo más a menudo) que el Director de los Archivos.

Él se aloja en casa de un anticuario.

Además de su anhelo de conocer Italia él se sentía atraído por una mujer de la cual se enamora una “dame fatale” del siglo XVI, la bella Medea da Carpi, que no solo le hará revivir la época cruel en la que vivió sino que le preparará un pavoroso encuentro nocturno.

“Incluso antes de venir aquí, me sentía atraído por la extraña figura de una mujer que aparecía en las áridas páginas de las historias de Gualterio y del Padre de Sanctis sobre este lugar. Esta mujer es Medea, hija de Galeazzo IV Malatesta, Señor de Carpi, esposa primero de Pierluigi Orsini, Duque de Stimigliano, y con posterioridad de Guidalfonso II, Duque de Urbania, predecesor del gran Duque Roberto II”.

La historia y carácter de esta mujer recuerdan a los de Bianca Cappello, y también a Lucrecia Borgia.

Nacida en 1556, la prometieron a la edad de doce años a un primo, un Malatesta de la familia Rímini. Como esta familia había descendido mucho en la escala social, se deshizo el compromiso, y fue prometida un año después a un miembro de la familia Pico, y casada por poderes a la edad de catorce años. Pero como esta unión no satisfacía ni sus ambiciones ni las de su padre, se declaró nulo el matrimonio por poderes –aduciendo algún que otro pretexto– y se alentaron las pretensiones del Duque de Stimigliano, un gran feudatario umbro de la familia Orsini. Mas el novio, Giovanfrancesco Pico, que estaba locamente enamorado de ella, ya que la dama era encantadora y de naturaleza sumamente afable –según reza una vieja crónica anónima– se negó a aceptar la nulidad y llevó su caso ante el Papa intentando llevarse a la novia por la fuerza. Pico aguardó emboscado la litera en la que ella se dirigía a una villa de su padre y la llevó a su castillo cerca de Mirandola, donde respetuosamente la cortejó, insistiendo en que tenía derecho a considerarla su esposa. Pero la dama escapó descolgándose hasta el foso por una cuerda hecha con jirones de sábanas, y descubrieron a Giovanfrancesco Pico apuñalado en el pecho a manos de la Madonna Medea da Carpi. Era un apuesto joven de sólo dieciocho años.

Habiéndose deshecho de los Pico, y anulado el matrimonio por el Papa, Medea da Carpi contrajo solemnemente matrimonio con el Duque de Stimigliano, y partió a vivir a sus dominios cerca de Roma.

Dos años más tarde, Pierluigi Orsini fue apuñalado por uno de sus ayudas de cámara en su castillo de Stimigliano, cerca de Orvieto; y las sospechas recayeron sobre su viuda, sobre todo cuando después del suceso, hizo que dos sirvientes mataran al asesino en sus propios aposentos; pero no antes de que hubiera declarado que ella le había inducido a asesinar a su amo prometiéndole su amor. Las cosas se pusieron tan mal para Medea da Carpi que huyó a Urbania y se arrojó a los pies del Duque Guidalfonso II, declarando que había propiciado la muerte del ayuda de cámara sólo para salvar su honor, que éste había mancillado, y que era totalmente inocente de la muerte de su esposo. La extraordinaria belleza de la Duquesa viuda de Stimigliano, que tenía tan sólo diecinueve años, trastornó completamente al Duque de Urbania. Mostró una implícita creencia de su inocencia, se negó a entregarla a los Orsini, parientes de su difunto marido, y le asignó unas magníficas estancias en el ala izquierda del palacio, entre las que se encontraba la habitación que contaba con una magnífica chimenea decorada con cupidos de mármol sobre un fondo azul. Guidalfonso se enamoró perdidamente de su hermosa huésped. El Duque, hasta entonces tímido y de carácter doméstico, empezó a ignorar públicamente a su mujer, Maddalena Varano de Camerino, con quien –a pesar de no haber tenido hijos– había tenido excelentes relaciones; no solamente rechazó con desdén las admoniciones de sus consejeros y de su señor feudal, el Papa, sino que llegó hasta el punto de tomar medidas para repudiar a su esposa, basándose en un pasado imaginario de mala conducta. La duquesa Maddalena, no pudiendo soportar este trato, se escapó al convento de las hermanas descalzas de Pesaro, donde languidecía mientras Medea da Carpi reinaba en su lugar en Urbania, sembrando la discordia entre el duque Guidalfonso y los poderosos Orsini, quienes continuaban acusándola del asesinato de Stimigliano, así como los Varano, parientes de la injuriada duquesa Maddalena: hasta que al final, en el año 1576, el Duque de Urbania, habiéndose quedado viudo de pronto, y no precisamente en circunstancias poco sospechosas, se casó públicamente con Medea da Carpi dos días después del fallecimiento de su desdichada esposa. No nació hijo alguno de esta unión; pero el duque Guidalfonso estaba tan encaprichado que la nueva Duquesa le persuadió para que nombrase heredero del Ducado al niño Bartolommeo, el hijo que tuvo con Stimigliano, pero a quien los Orsini negaban como tal, aduciendo que era hijo de Giovanfrancesco Pico, con quien Medea había estado casada por poderes y a quien en defensa de su honor –según decía ella– había asesinado; esta investidura del Ducado de Urbania en un extraño y un bastardo se perpetraba a expensas de los derechos evidentes del cardenal Roberto, el hermano menor de Guidalfonso.

En mayo de 1579, el duque Guidalfonso murió repentinamente y de forma misteriosa, ya que Medea había prohibido todo acceso a sus habitaciones, no fuera que, en su lecho de muerte, se arrepintiera y restableciera a su hermano en sus derechos. La Duquesa inmediatamente hizo que su hijo, Bartolommeo

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