APORTACIONES A LA EPISTEMOLOGIA DE LAKATOS, FEYERABEND, POPPER, CARNAP
Aurora MsMyEnsayo7 de Septiembre de 2017
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UNIVERSIDAD ALFA Y OMEGA.
LIC. MARIA DE JESUS HERNANDEZ CORNELIO.
EPISTEMOLOGIA.
LIC. EN DERECHO.
AURORA DEL CARMEN MORALES MAY.
APORTACIONES A LA EPISTEMOLOGIA DE LAKATOS, FEYERABEND, POPPER, CARNAP.
FECHA DE ENTREGA: 22/08/2017
INTRODUCCION
En este trabajo presentaré las aportaciones que hicieron algunos personajes a la epistemología. Como sabemos la epistemología es una disciplina que estudia el cómo se genera el conocimiento y como hablamos de conocimientos debemos saber que hay diferentes tipos de conocimientos como el empírico que se basa en la experiencia y así como este hay mucho más. Hace un momento decía aquí veremos los diferentes métodos que varios personajes utilizaron para saber “el ¿por qué? Y ¿para qué?” De las cosas. Muchas veces nosotros necesitamos saber más allá de un solo conocimiento, sino que utilizamos todas las herramientas necesarias para llegar a saber el punto de donde comienzan las cosas y así poder tener un mejor conocimiento. Para poder llegar a la verdad muchos de estos personajes dieron su punto de vista y hasta algunos hicieron métodos para poder comprender mejor esta cuestión.
IMRE LAKATOS (1922-1974)
“Los criterios científicos utópicos, o bien crean exposiciones falsas e hipócritas de la perfección científica o alimentan el punto de vista de que las teorías científicas no son sino meras creencias enraizadas en intereses inconfesables”.
Biografía.
Imre Lakatos nació el 9 de noviembre de 1922 en Hungría. Fue bautizado con el nombre Imre Lipschitz. Debido a su procedencia judía, su vida se vería seriamente afectada por el ascenso de los Nazis al poder durante la Segunda Guerra Mundial. Realizó estudios en matemáticas, física y filosofía en la Universidad de Debrecen y se graduó en 1 944. Cambió su nombre a Imre Molnár con el objetivo de evitar su deportación. Él sobrevivió a la caza humana, pero su madre y abuela no fueron tan afortunadas y murieron en Auschwitz. Cuando la guerra acabó, Imre decidió cambiarse el nombre, otra vez, y escogió un nombre común de la clase obrera húngara: Lakatos.[pic 2]
En 1947, obtuvo un puesto en el Ministerio de Educación, pero no estaba dispuesto a seguir las órdenes de los soviéticos. En 1950, fue arrestado por problemas políticos y estuvo en prisión por tres años. Al salir de la cárcel trabajó traduciendo libros de matemáticas al húngaro.
En 1956, al estallar la revolución, huye a Inglaterra. Ingresa en la Universidad de Cambridge con el fin de obtener un doctorado en filosofía. En 1 960, obtuvo un puesto en la Escuela de Economía de Londres y enseñó ahí por catorce años hasta su muerte el 2 de febrero de 1974.
Pensamiento de Imre Lakatos.
El matemático y epistemólogo de origen húngaro Imre Lakatos critica el falsacionismo popperiano (que él considera ingenuo), sin embargo, su propósito no es atacarlo para anularlo, sino que su crítica busca despejar sus insuficiencias para profundizar la heurística positiva emanada de aquél, generando así una nueva versión del falsacionismo, que denomina sofisticado. Y, al mismo tiempo en dicha
reconstrucción se hace cargo de las refutaciones historiográficas que Thomas Kuhn opuso al programa de la epistemología falsacionista.
Lakatos examina las debilidades del falsacionismo contrastando su lógica interna con la posible confirmación empírica que podría apoyarlo; dicho examen lo conduce a formular un meta criterio que guíe la evaluación del falsacionismo, manteniendo,
para este propósito, una estricta observancia del criterio popperiano de la demarcación. El meta criterio consiste, entonces, en la auto aplicación cuasi empírica del criterio demarca torio falsacionista, en virtud del cual el racionalismo crítico distinguía la ciencia de la pseudociencia; y éste será cuasi-empírico porque el material observable y las respectivas instancias refutadoras son provistas por la contrastación historiografía en relación al proceder de la comunidad científica respecto de las teorías tipificadas de inconsistentes (se imputa inconsistencia a una teoría cuando entra en contradicción con un enunciado básico y empíricamente crucial, aceptado por la comunidad científica como legitimo falseador de aquella).
Esto significa que los enunciados que operarán como instancias de falsación se refieren a juicios de la comunidad científica, emitidos a modo de evaluaciones referidas a eventos ocurridos en el seno de las teorías declaradas inconsistentes; en tal perspectiva dichos juicios adquieren la categoría de enunciados básicos de segundo orden que técnicamente se catalogan como evaluaciones básicas. Armado del referido metacriterio Lakatos exigirá al falsacionismo que defina sus instancias falseadoras; es decir: demanda que enuncie explícitamente cuales serían las consecuencias empíricas que su teoría sería incapaz de resistir y cuya conjeturable presencia le obligaría a abandonar su criterio de demarcación.
Lakatos reflexiona sobre cuáles podrían ser esas instancias que Popper, contraviniendo su metodología, no precisó. Sin embargo, considera un servicio de valor epistemológico dirimir el carácter falseable de la teoría de la ciencia falsacionista, puesto que tal condición es exigida -por el mismo Popper- para sostenerse dentro de la racionalidad científica. Lakatos, intentando razonar como lo haría su maestro y respetando sus premisas, infiere que: “...una teoría de la racionalidad, o criterio de demarcación, ha de ser rechazada si es inconsistente con un “juicio de valor” básico y aceptado por la elite científica. Realmente esta regla metodológica (metafalsacionismo) parece corresponder con la regla metodológica (falsacionismo) de Popper, según la cual una teoría científica ha de ser rechazada si es inconsistente con un enunciado básico (“empírico”) unánimemente aceptado por la comunidad científica. Toda la metodología de Popper reposa sobre la afirmación de que existen enunciados (relativamente) singulares sobre cuyos valores de verdad los científicos pueden alcanzar un acuerdo unánime: sin tal acuerdo se crearía una nueva Babel y el soberbio edificio de las ciencias pronto se convertiría en ruinas”.
Obviamente, al extender el criterio falsacionista a un segundo nivel metafalsacionista (que ahora se requiere para poder someter a falsación al falsacionismo) se necesitan acuerdos de la comunidad científica que van más allá de la elemental legitimación de los enunciados básicos (cuyo referente es empírico) y que confrontarían a las teorías en calidad de potenciales falseadores; ahora, es menester un acuerdo más complejo relacionado con la forma de discernir la legitimidad de las evaluaciones en uso respecto del progreso de la ciencia. En dicha metaevaluación la epistemología se ocupará de someter a escrutinio la racionalidad de los criterios de la demarcación y de progreso científico, para lo cual debe operar en un segundo nivel de contrastación fáctica que –como llevamos dicho- ya no es directamente empírico sino sólo cuasi-empírico, esto es: su base observacional se configura a partir de las evaluaciones de primer grado de la comunidad científica, estimando por tales los acuerdos que ésta ha adoptado frente a las teorías que presentaban anomalías.
De tal modo las instancias de falsación ya no serán los enunciados básicos (propios del primer nivel empírico) sino que ahora son reemplazados por la instancia cuasi empírica de la evaluación básica, según, históricamente, ha sido ejecutada por la comunidad científica. Luego, el metacriterio que postula Lakatos se enunciará así: “...sí un criterio de demarcación es inconsistente con las evaluaciones básicas de la elite científica, debe ser rechazado”.
En consecuencia, la metódica de la metafalsación será historiográfica, porque lo que ahora corresponde hacer es revisar cómo han funcionado de hecho las evaluaciones de la comunidad científica con relación a las teorías que reunían méritos para ser falseadas y, por tanto, debían ser repudiadas por la comunidad científica; en definitiva, en eso consistirá la prueba básica cuasi-empírica que usará Lakatos en la evaluación metafalsacionista del racionalismo crítico.
Ahora bien, si la evidencia histórica muestra que la manifiesta insuficiencia de una teoría condujo a la comunidad científica a declararla falseada y consiguientemente resultó excluida del corpus del conocimiento científico, entonces –sobre la base de esa evidencia- debe estimarse que el postulado falsacionista de Popper ha sido corroborado. Pero, si resulta que las teorías que reunían méritos para rechazarse continúan vigentes (con el beneplácito de la comunidad científica) y, algunas de ellas con el transcurso del tiempo, han llegado –incluso- a ser valoradas como auténtico progreso; entonces, de acuerdo a la confrontación con la evidencia cuasi-empírica todo indica que debe decretarse la falsación del falsacionismo y, paralelamente, su marginación de la racionalidad científica.
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