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Analisis Ruiseñor Y La Rosa


Enviado por   •  4 de Mayo de 2015  •  2.401 Palabras (10 Páginas)  •  155 Visitas

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El Ruiseñor y la rosa

-Ella dijo que bailaría conmigo si le llevo rosas rojas –se lamentó el joven Estudiante-, pero no hay ninguna en todo mi jardín.

Desde su nido en el árbol, el Ruiseñor lo escuchó y observó asombrado a través de las hojas.

¬-¡No hay ninguna rosa roja en mi jardín! -se quejó y sus hermosos ojos se llenaron de lágrimas.

-Ah, ¡De las pequeñeces que depende la felicidad! He leído todos los escritos de los sabios y todos los secretos de filosofía me pertenecen, pero el desear una rosa roja hace mi vida desdichada.

-Aquí sí que hay un enamorado de verdad -dijo el ruiseñor-. Noche tras noche he cantado acerca de él, a pesar de no conocerlo. Noche tras noche le he contado su historia a las estrellas y ahora lo veo. Su cabello oscuro como la flor del jacinto y sus labios rojos como la rosa de su deseo, pero la pasión ha vuelto su rostro pálido como el marfil, y la pena ha dejado su sello en su frente.

-El príncipe ofrecerá un baile mañana por la noche -murmuró el joven estudiante-, y mi amada ha sido invitada. Si le llevo una rosa roja, ella bailará conmigo hasta el amanecer. Si le llevo una rosa roja, la tendré entre mis brazos, ella apoyará su cabeza sobre mi hombro y su mano estará sujeta a la mía. Pero no hay ninguna rosa roja en mi jardín, por lo tanto me sentaré solo y ella me pasará de largo. No me prestará atención y mi corazón se romperá.

-Aquí, en efecto, está el verdadero enamorado -dijo el ruiseñor-. Lo que yo cante, él sufre. Lo que para mi es felicidad, para él es dolor. Está claro que el amor es algo maravilloso, es más precioso que las esmeraldas y los lapislázulis. La perlas o rubíes no pueden comprarlo, ni siquiera si está a la venta en algún mercado. Los comerciantes no pueden venderlo, ni tampoco pesarlo en una balanza a cambio de oro.

-Los músicos estarán sentados en su estrado -dijo el joven estudiante-, tocarán sus instrumentos de cuerda y mi amor bailará al son del arpa y del violín. Ella bailará tan liviana que sus pies ni tocarán el suelo y los cortesanos en sus trajes alegres se reunirán alrededor de ella. Pero no bailará conmigo, porque no tengo ninguna rosa roja para darle-, y se tiró sobre el pasto, escondió el rostro en sus manos y lloró.

-¿Por qué está llorando? -preguntó una pequeña Lagartija Verde al pasar corriendo al lado de él con su cola en el aire.

-Sí, ¿Por qué? -dijo la Mariposa que revoloteaba tras un rayo de sol.

-De hecho, ¿Por qué? -una Margarita le susurró a su vecino, con una voz baja y suave.

-Llora por una rosa roja -dijo el ruiseñor.

-¡Por una rosa roja! –Gritaron al unísono-, ¡Qué ridículo! -y la pequeña lagartija, que era algo cínica, se rió descaradamente.

Pero el Ruiseñor comprendió el secreto de la tristeza del Estudiante, se sentó en silencio en el árbol y reflexionó sobre el misterio del amor.

De pronto desplegó sus alas de color café para volar, y se elevó en el aire. Voló a través de los árboles como una sombra y como una sombra cruzó el jardín.

En medio del campo había un hermoso rosal y cuando lo vio, voló hacia allá y se posó en una rama.

-Dame una rosa roja –le pidió-, y te cantaré la más dulce de mis canciones.

Pero el rosal se negó.

-Mis rosas son blancas –le respondió-, tan blancas como la espuma del mar y más blanca que la nieve en las montañas. Pero ve con mi hermano que crece alrededor del viejo reloj de sol, quizás él te pueda dar lo que deseas.

Entonces el Ruiseñor voló hacia el rosal que crecía alrededor del viejo reloj de sol.

-Dame una rosa roja –le pidió-, y te cantaré la más dulce de mis canciones.

Pero el rosal se negó.

-Mis rosas son amarillas -le respondió-, tan amarillas como el cabello de una sirena sentada en un trono de ámbar y más amarillo que el narciso que florece en las praderas antes de ser arrancado. Pero ve con mi hermano que crece bajo la ventana del Estudiante y quizás él te pueda dar lo que deseas.

Así que el ruiseñor voló hacia el rosal que crecía bajo la ventana del Estudiante.

-Dame una rosa roja –le pidió- y te cantaré la más dulce de mis canciones.

Pero el rosal se negó.

-Mis rosas son rojas -le respondió-, tan rojas como las patas de una paloma y mucho más rojas que los grandes abanicos de coral que se agitan y agitan en las cavernas marinas. Pero el invierno ha enfriado mis entrañas y la escarcha enfrió mis capullos, además la tormenta quebró mis ramas, así que este año no tendré ninguna rosa-

-Una rosa roja es todo lo que pido -rogó el ruiseñor-, ¡Solo una rosa roja! ¿No existe otra manera para obtener una?

-Existe una manera -respondió el rosal-, pero es tan terrible que no me atrevo a decírtelo.

-¡Dímelo!- ordenó el ruiseñor-, no tengo miedo.

-Si quieres una rosa roja, debes crearla con música a la luz de la luna y teñirla con la sangre de tu corazón. Debes cantarme con tu pecho contra una espina. Debes cantarme toda la noche y la espina debe clavarse en tu corazón, para que tu sangre fluya por mis venas y sea mía.

-La muerte es un buen precio que hay que pagar por una rosa roja -comentó el ruiseñor.

-y la vida es muy preciada para todos. Es placentero sentarse en la madera verde y mirar el sol en su carruaje de oro y a la luna en su carruaje de perlas. Dulce es la esencia de los espinos, dulce son las campanillas que se esconden en el valle y el brezo que crece en la colina. Pero aun así, el amor es mejor que la vida y, ¿qué es el corazón de un ave en comparación con el de un hombre?

Una vez más desplegó sus alas para volar y se elevó por el aire. Voló sobre el jardín como una sombra y como una sombra pasó entre los árboles.

El joven Estudiante aun seguía tendido sobre el pasto, en el mismo lugar donde el Ruiseñor lo había dejado, y en sus hermosos ojos, las lágrimas aun no se habían secado.

-Sé feliz -le dijo-, sé feliz, vas a tener tu rosa roja. La crearé de la música a la luz de la luna y la teñiré con la sangre de mi propio corazón. Pero todo lo que pido a cambio es que seas un verdadero enamorado, porque el Amor es más sabio que la Filosofía, a pesar de que ésta sea sabia y más fuerte que el Poder, a pesar de que éste ya es fuerte. Sus alas son

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