Análisis "El Llano En Llamas"

La literatura siempre va a expresar los sentimientos de quien la escribe. Su entorno, sentimientos y vida social son algunos de los elementos que se plasman a través de historias escritas.

La vida mexicana está llena de estas historias y momentos históricos llenos de gracia, vida, personas y expresiones que se conjugan para dar parte a una identidad que muchas veces se ha creído perdida; sin embargo, con el paso del tiempo, grandes personas han contribuido a narrar esas historias con anhelo y, a la vez, con cierta resignación por las épocas de adversidad que han ocurrido en el territorio nacional.

En los cuentos de “El llano en llamas” se nos presentan momentos personales de actores perdidos en la inmensidad de un todo y un nada, conjugados con épocas de desdicha y miseria en la vida de personajes llenos de características típicas de un pueblo consignado a la desventura y, hasta cierto punto, desgarrado por las peleas jerárquicas de sus líderes locales. Juan Rulfo logró plasmar uno de los más interesantes retratos de la vida cotidiana del México post-revolucionario, valiéndose de historias ficticias; sin embargo, esto no suprime las ideas de comportamiento que la gente tiene para las situaciones diarias. El marco social mexicano del momento relatado nos lleva a ver acontecimientos de venganza, tristeza, desesperanza; todo relatado magistralmente del puño de Juan Rulfo. Él nos lleva al corazón del personaje que asesina a otro por simples engaños y malentendidos; como también, al sentimiento y frustración del joven que no puede consolar a su hermana por haber perdido el único patrimonio que le había dejado su padre y, en el cual recaían todas las esperanzas de su futuro.

Grandes oportunidades de acercamiento al prefacio cultural de un México del siglo XX; eso es lo que se nos presenta en esta obra literaria, de las más grandes obras que nuestro país ha dado al mundo entero, en situación de contexto para tratar de entender mejor el mecanismo ideológico y moral de la sociedad civil mexicana, siempre implementando el lenguaje común de las personas de estatus sociales medios y bajos, obteniendo lo mejor del imaginario social del mundo rural nativo de la nación. Con empleos de modismos y acciones típicas de las regiones del país con las cuales nuestro autor, en vida, había tenido contacto directo y una vida inmersa en ellas.

El gran acierto de Juan Rulfo lo lleva en el saber accionar acontecimientos de carácter moral y personal que les pone a sus protagonistas, con acciones que se siguen viendo plasmadas en el accionar diario de un pueblo e incluso ciudades, que a pesar de estar más apegadas con el resto del mundo, no dejan de lado la influencia cultural y social que el paso de los años ha hecho el carácter formativo de la gran mayoría de sus habitantes.

El aspecto estético de la peculiaridad del mexicano es un símbolo reconocido en grandes obras artísticas de todo tipo. Libros, películas, música, expresiones lingüísticas y modos de vida se han expresado en creaciones, que nos llevan a imaginar y detallar cada aspecto de la vida mexicana. Con las atribuciones que nuestro escritor le da a sus cuentos, es notable destacar la forma de pensar que la mayoría de sus actores tienen. El grado de expresión que se imprime en los diálogos de la obra nos transporta hacia un estado de imaginación puro, con el propósito de conocer cada detalle y rasgo importante del cuento, con tan solo un par de frases u oraciones que podemos desentrañar innumerables actos gramaticales. Desde las peculiares frases de duda hacia otra persona, que día a día podemos escuchar en el habla cotidiano; hasta las formas más inverosímiles del habla hispano, llevados a la forma más patética de expresión.

Finalmente, las historias mostradas en este libro, de gran aceptación, es, por mucho, una gran radiografía de la cultura

...