Artemio Cruz Los Mexicanos

En este ensayo veremos si los mexicanos somos iguales o si somos diferentes, tomados como ejemplos los textos de Samuel Ramos y F.X. Clavijero. Nos adentráremos en libros de psicología para entender mejor lo establecido. Esto nos ayudara a comprender las actitudes y formas de pensar de los mexicanos. Desde mi punto de vista, basado en lo leído no todos los mexicanos somos iguales.

El primer tipo de mexicano son los fiesteros; este tipo de mexicanos buscan cada oportunidad para hacer reuniones, les gusta mucho tomar " Luego de una toma prolongada de alcohol, el cerebro se adapta a los cambios que el mismo produce y se vuelve dependiente de él"1). Al principio son muy reservados y desconfiados, pero conforme los vas tratando van siendo más abiertos, como podemos observar la desconfianza en el caso de Artemio Cruz: “era el pago que le debían por tratar de conseguir la concesión; a lo mejor, sin ese pago previo, no habría tal concesión”2). Tienen la cualidad de ser personas muy sociables, se considera hermano a aquel que comparte un trago contigo. Esto se debe psicológicamente a: "El consumo del alcohol ha sido reconocido como un factor de integración social y favorecedor de la convivencia, siempre cuando no se abuse de ello"3). Como les gusta tomar, son muy susceptibles a cometer errores o a estar implicados en accidentes embarazosos, esto se debe a que: “el alcohol adormece la señal del cerebro que hace que las personas se preocupen por estar cometiendo un error”4).

No todas las personas fiesteras son borrachos o les gusta el alcohol; algunos sólo les gusta bailar o estar acompañados. Algunos van muy esporádicamente a las reuniones o fiestas, esto nos lleva a que su conducta por estar en las fiestas se va extinguiendo “si una actitud deja de ser reforzada, esta se ira extinguiendo. Hay que reforzar las actitudes que se quieren conservar”5).

El segundo tipo de mexicanos es el de los hospitalarios, estos son personas muy amables, compartidas y acogedores; son personas educadas y respetuosas. No necesitan recibir nada a cambio, simplemente lo hacen por satisfacción personal. Esto lo podríamos entender mejor ya que: “se ocupan de las necesidades de los demás y están atentos a ellas, físicamente expresan su afecto”6).

No en todos los casos de las personas hospitalarias son así, algunos si lo hacen por recibir algo a cambio, cada quien busca su beneficio propio “como personas, instintivamente somos seres que aplicamos la conveniencia, porque tendemos a acercarnos al placer y alejarnos del dolor, consecuentes a la misma necesidad de estar bien”7). Son amables para guardar la distancia, son exagerados con su educación, siempre buscan el beneficio propio, como fue el caso de Artemio Cruz “juajua y consolidación definitivas con el presidente Alemán; adquisición de terrenos ejidales arrebatados a los campesinos para proyectar nuevos fraccionamientos en ciudades del interior”8). O también lo podemos comprobar en el siguiente fragmento: “No, no lo habrá. Una revolución empieza a hacerse desde los campos de batalla, pero una vez que se corrompe, aunque siga ganando batallas militares ya está perdida. Todos hemos sido responsables. Nos hemos dejado dividir y dirigir por los concupiscentes, los ambiciosos, los mediocres. Los que quieren una revolución de verdad, radical, intransigente, son por desgracia hombres ignorantes y sangrientos. Y los letrados sólo quieren una revolución a medias, compatible con lo único que les interesa: medrar, vivir bien, sustituir a la élite de don Porfirio. Ahí está el drama de México (…)”9).

El tercer tipo de mexicano es el de los prepotentes, estos son groseros, mal encarados. Son personas muy cerradas y generalmente pertenecen a la clase alta de la sociedad y son autoritarios “aún que resulta paradójico, las personas autoritarias son sumisas a todo lo que sea la autoridad”10). Si les haces ver sus errores se vuelven agresivos

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