Colonialismo Y Esclavismo
korinact30 de Junio de 2013
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El Colonialismo
Colonialismo, territorios ocupados y administrados por un gobierno anteriormente ajeno a éstos, mediante la conquista o asentamiento de sus súbditos, y en el que se impone una autoridad extranjera. Puede hablarse del colonialismo cuando un pueblo o gobierno extiende su soberanía y establece un control político sobre otro territorio o pueblo extranjero como fuente de riqueza y de poder. Esta relación concluye cuando el pueblo subyugado alcanza su soberanía o cuando se incorpora a la estructura política de la potencia colonial en igualdad de condiciones.
La primera fase del colonialismo moderno. El colonialismo de la Europa moderna comenzó en el siglo XV y puede dividirse en dos fases que coinciden parcialmente en el tiempo: la primera, desde 1415 hasta 1800 aproximadamente y la segunda, casi desde 1800 hasta la II Guerra Mundial. En la primera etapa, Europa occidental, encabezada por España y Portugal, se expandieron por las Indias orientales y América; en la segunda, Gran Bretaña tomó la iniciativa en la expansión de Europa hacia Asia, África y el Pacífico.
Los portugueses, que disfrutaban de estabilidad política, poseían experiencia marítima y contaban con una posición geográfica favorable, fueron los primeros europeos que doblaron el cabo de la costa surafricana para llegar hasta el sur y este de Asia en el siglo XV. Portugal, interesada principalmente en dominar el comercio de especias, estableció factorías y fuertes a lo largo de la costa en lugar de colonias. El monopolio comercial portugués en Oriente se vio seriamente amenazado por los ingleses y holandeses a finales del siglo XVI. Los holandeses se instalaron en el cabo de Buena Esperanza y, tras expulsar a los portugueses hacia 1800, obtuvieron el control de Java y Ceilán (actualmente Sri Lanka). La Compañía de las Indias Orientales se fundó en la India durante esta época e inició oficialmente la conquista del continente en 1757.
Fueron numerosos los motivos que llevaron a Europa a comenzar la colonización del continente americano. Entre ellos, se encuentran la búsqueda de metales preciosos, la necesidad de encontrar nuevas tierras para la agricultura, la huida de persecuciones derivadas de motivos religiosos y el deseo de ganar a los pueblos indígenas para la causa de la cristiandad. Era más habitual la creación de colonias que de factorías, aunque aquéllas, una vez establecidas, mantenían relaciones comerciales frecuentes y de carácter exclusivo con las respectivas metrópolis. El imperio de España era el más importante del Nuevo Mundo y se extendía a través de gran parte de México, Centroamérica y Suramérica (véase Indias). Los portugueses se establecieron principalmente en Brasil. Mientras que los españoles y los portugueses tuvieron tendencia a crear asentamientos mixtos que absorbieran a las poblaciones indígenas de sus territorios, los colonizadores británicos y franceses se inclinaron por la fundación de colonias puras, eliminando y desplazando a sus anteriores habitantes.
Los más antiguos imperios coloniales europeos habían entrado en declive a comienzos del siglo XVIII. La mayoría de las colonias españolas, portuguesas y francesas en América consiguieron la independencia durante las Guerras Napoleónicas o en el periodo inmediatamente posterior. Por otro lado, los holandeses perdieron una gran parte de su modesto imperio en el Nuevo Mundo y tuvieron que conformarse con comerciar ilícitamente con las colonias de otras potencias. Los ingleses perdieron buena parte de sus antiguas posesiones en Estados Unidos, las cuales consiguieron su soberanía en 1776 tras la guerra de Independencia estadounidense; a pesar de esto, Gran Bretaña continuó siendo una importante potencia colonial. Además de controlar la India, conservaba por razones estratégicas algunas de las colonias que había ocupado durante las guerras europeas, tales como Canadá, el cabo de Buena Esperanza y Ceilán.
La segunda fase del colonialismo moderno. La segunda etapa colonial puede dividirse en dos periodos: el primero abarca desde 1815 hasta 1880 aproximadamente; y el segundo, desde 1880 hasta 1914. La colonización llevada a cabo en el periodo anterior no había seguido un patrón lógico desde un punto de vista geográfico y no parecía ser, en general, el resultado de un deseo consciente de adquirir nuevos territorios por parte de las metrópolis. Lo cierto es que el ímpetu expansionista se derivaba a menudo de intereses europeos firmemente establecidos ya en el exterior. Por ejemplo, los colonizadores británicos de Australia se aventuraron aún más en territorio extranjero en busca de tierras y recursos; los franceses se vieron forzados a colonizar toda Argelia cuando la inestabilidad política en la zona supuso una amenaza para su primer y modesto asentamiento; y la conquista de Asia Central emprendida por los rusos estaba motivada en gran medida por el deseo de ofrecer una seguridad a los comerciantes, colonizadores y administradores establecidos en estas zonas.
Las potencias coloniales actuaron más resueltamente en el periodo de 1880-1914, durante el cual se llevó a cabo la colonización de África (salvo en el caso de Etiopía, que opuso resistencia a los intentos de conquista de Italia) y de diversas regiones de Asia y del Pacífico; hacia 1914 la red colonial mundial se había cerrado en torno al planeta. El Imperio Británico era, con mucho, el más amplio y con más diversidad geográfica, aunque Francia, Bélgica, Alemania, Portugal, Estados Unidos y Japón eran también importantes potencias coloniales.
El móvil que guiaba la formación de esta amalgama de colonias es un tema que sigue debatiéndose. Algunos escritores, por ejemplo Lenin, lo atribuyen a la dinámica del capitalismo moderno, en la que se subraya la necesidad europea de encontrar materias primas y salidas comerciales para su excedente de capital. Otros autores han destacado como objetivo los intereses estratégicos e internacionales y han hecho notar la tendencia de los dirigentes europeos a utilizar las colonias como fichas en un tablero mundial de ajedrez. Con todo, algunos analistas aprecian una continuidad entre la primera y segunda época de expansión del siglo XIX y no admiten la necesidad de ninguna otra explicación.
El fin del equilibrio de poder en Europa y las guerras mundiales del siglo XX marcaron el ocaso del colonialismo moderno. El desarrollo de la conciencia nacional en las colonias, el declive de la influencia política y militar del viejo continente y el agotamiento de la justificación moral de los imperios contribuyeron a una rápida descolonización a partir de 1945. Los imperios coloniales, creados a lo largo de siglos, fueron desmantelados casi en su totalidad en tres décadas.
Consecuencias: Con la colonización, los países europeos aumentaron su riqueza, extrajeron gran cantidad de recursos naturales y de materias primas para sus industrias, pero pagaron sueldos muy bajos a los trabajadores.
Otra consecuencia de la colonización fue la discriminación racial. Cuando los europeos descubrieron África, se acostumbraron a adquirir esclavos baratos que luego vendían a precios altos, especialmente en América, además de que éstos eran tratados como objetos.
Por carecer de armas de la calidad de las europeas, los nativos no pudieron defenderse; entonces los europeos pensaron que, por ser físicamente diferentes a ellos y tener una cultura y forma de vida distintas, eran inferiores. Sin embargo, no existen hombres superiores ni inferiores; todos tienen la misma inteligencia y capacidades, pero éstas se desarrollan de acuerdo con el medio y los recursos económicos que se tengan para vivir. Con el paso del tiempo, las ideas de libertad surgidas de la Revolución Francesa llegaron al continente americano; así se abolió en América la esclavitud y el comercio de esclavos. Gracias a sus luchas, los pueblos africanos han logrado independizarse pero la discriminación racial, no obstante sus absurdos argumentos, aún no termina. Algunos grupos humanos siguen despreciando y explotando a otros con este pretexto, por lo que la lucha antirracista continúa en todo el mundo.
Consecuencias del colonialismo para las sociedades indígenas
Consecuencias positivas de la Colonización: Son pocas y muy discutibles: los europeos acabaron con las guerras indígenas, construyeron vías de comunicación modernas, hospitales, escuelas, además los avances sanitarios hicieron descender la mortalidad en la población indígena.
Consecuencias negativas de la Colonización:
Demográficas: debido a la bajada de la mortalidad, la población indígena creció, pero, dado que la economía no se desarrolló al mismo ritmo, eso provocó la superpoblación, es decir, un desequilibrio continuo entre la población y los recursos.
Económicas: La principal consecuencia fue la dependencia económica. Los indígenas tuvieron que renunciar a muchas de sus mejores tierras y a la agricultura de subsistencia para producir los productos agrícolas que demandaban los europeos. Pero estos productos tenían precios muy baratos y los indígenas apenas se beneficiaban de este comercio desigual. Algo similar ocurría con la artesanía tradicional indígena. A menudo los europeos destruyeron esta artesanía para que los indígenas compraran productos de las industrias de Europa (así los británicos arruinaron la artesanía textil hindú para que los hindúes compraran los tejidos ingleses).
Culturales: las clases dominantes indígenas imitaron el modo de vida europeo y valoraron la cultura europea y su lengua por encima de la cultura propia. De este modo, el éxito social se asoció en la mentalidad indígena con la cultura extranjera, con el consiguiente retroceso
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