DEJALOS IR CON AMOR

Déjalos ir con amor

El capítulo de sentimientos de dolor nos habla de las etapas que lleva una persona en el proceso de duelo las cuales son negación, enojo, negociación, depresión y aceptación.

La negación nos dice que se va a producir un efecto benéfico de movilizar sus recursos internos para que la persona pueda enfrentar la realidad de la nueva situación. Conforme se valla recuperación se ira empezando a percibir lo que ha pasado y se reconocerá otros sentimientos. No hay que sentir culpa por no llorar o no mostrar emociones, hay que tener cuidado de no reprimir sentimientos.

Enojo: Se puede expresar externamente como rabia o depresión. El enojo es temor, temor a poder satisfacer sus propias necesidades, a tomar decisiones, el miedo a no ser capaz de manejar la sobrevivencia financiera, emocional y física. La persona va a proyectar su enojo hacia otros, corre el riesgo de quedar amargado, resentido, menciona que nunca hay que ocultar nuestras emociones si no que debemos reconocerlas y trabajar con ellas.

Negociación: Consiste en desear que se descubra una cura o querer que se prolongue la vida de la persona lo más posible que se pueda, hacer tratos con Dios también es muy común. Esto es solo parte del proceso de aceptación.

Depresión: Hay un enojo y sentimientos de desamparo, falta de esperanza e impotencia, hay una perturbación del estado de ánimo, hay que ser muy conscientes de que después de la muerte de un ser querido es muy común que aparezca la depresión pero después de un tiempo considerable se vuelve a retomar las actividades diarias.

Culpa: Hay sentimientos de culpa que retrasan el proceso de recuperación. El sentirse culpable durante un tiempo prolongado es una elección personal, si se acepta la realidad es más fácil salir de este sentimiento, para esto debemos de haber comprendido que lo que no se dijo o hizo antes de que muriera nuestro familiar a quedado en el pasado y así se aprenden de los errores es muy provechoso para todos.

Aceptación: Se da cuando se puede pensar en los momentos vividos con el difunto y no hay sentimientos intensos de tristeza sino pensamientos donde la felicidad y una nostalgia sin caer de nueva cuenta en la depresión.

Desarrollo y renovación, el tiempo será siempre la mejor cura, la reacción de dolor será aguda desde el momento del fallecimiento hasta el final del primer año. La cicatrización será un proceso lento pero se verán cambios progresivos, manteniendo la mente ocupada se estará más fuerte emocionalmente hablando.

Hay que tener presente que la satisfacción de la vida estará en un punto bajo por un tiempo. Este es solo un periodo de acoplamiento emocional y físicamente, el dolor será grande y pequeño pero esto pasara con el tiempo.

Aunque se esta consiente de que la muerte es el abandono total por parte de nuestro ser querido es muy importante que no caigamos en inseguridades en los que solo nos demostramos que no nos sabemos llevar nosotros mismos pero si debemos de estar conscientes de que hay personas que nos necesitan y que no podemos afectarlos con nuestro sufrimiento, esto lo debemos de tomar como una motivación para salir adelante.

En el proceso de duelo es muy saludable el establecernos nuevas metas que nos ayudaran a salir adelante para que así tengamos nuevos intereses.

Hay que repetirse muchas veces que aunque ya no este nuestro ser querido nuestra pareja nosotros podemos hacer nuevas cosas, habrá que estar informados e investigar sobre las actividades que hacia nuestra pareja pero este proceso nos ayudara a sentirnos motivados y útiles.

Este proceso es muy complicado ya que

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