Demian Hermann Hesse

Lo bueno, lo malo y la señal de los “diferentes” en Demian de Hermann Hesse

El autor de esta novela es alemán y tiene una manera muy especial de escribir, ya que existen, por lo menos en Siddhartha y Bajo la rueda, ciertos aspectos que llegan a relacionarlas, en las que el protagonista tiene que pasar ciertas pruebas para descubrir su propio yo, saber qué es lo que quiere y entender su destino, de manera que terminen por llegar a ser quien ellos querían ser, con una clara excepción en Bajo la rueda, donde el protagonista no logra su cometido. Lo que caracteriza y diferencia a Demian de las dos obras ya mencionadas es que, a lo largo de la lectura, existen ciertos puntos que sobresalen del resto, tales como: lo bueno (que suele referirse como el mundo luminoso) y lo malo (el tenebroso) y la señal o marca que él portaba a diferencia de sus condiscípulos.

Al inicio de la historia Sinclair ―el protagonista― empieza explicando la concepción que él tiene sobre su alrededor. Primero habla sobre la parte luminosa de su casa: “En este mundo había líneas rectas y caminos rectos que conducían al porvenir; había el deber y la culpa, el remordimiento y la confesión, el perdón y los buenos propósitos, el amor y la veneración, la palabra de la Biblia y la sabiduría.” Esto tiene más significado que sólo el bien al que se refiere pues es este lado el que “regula” la conducta, de manera que sea buena. A lo largo de la historia se van dando sucesos que cada vez lo alejan de éste para terminar, hablando de manera simbólica, sin poder volver a entrar puesto que sus actos no son los adecuados. Lo bueno, entonces, son aquellos actos que permiten ser una mejor persona y que traen consigo una recompensa.

Hace referencia, también, al lado tenebroso: “…había criadas y aprendices, historias de aparecidos, y rumores de escándalo; había una abigarrada marea de cosas monstruosas, atrayentes, terribles y enigmáticas, cosas como el matadero y la cárcel […]” esto es lo malo, ya que como explica el protagonista: si hacía algún acto malo, tal como fue su mentira al inicio de la historia o puede ser cualquier otro que pueda causar problemas, entonces ya no pertenecía a lo bueno, sino que ahora era parte del malo y no se puede salir a menos que se tenga la suficiente fuerza para remediar los errores cometidos.

A lo largo de la historia hace referencia a estas experiencias, dando lugar a altibajos por los que pasa para poder descubrir su propia identidad de manera que pueda, al fin, poder lograr algo en la vida y que eso pueda ser alguna actividad que le guste. Estos sucesos dan pie a que se hunda en los vicios, se retraiga de la sociedad y empiece a tener pensamientos suicidas. Consecuencia de ello que empiece a tener poco interés en todo, de manera que están a punto de expulsarlo. Todos estos factores influyen a que, el protagonista, pase de lo claro, en que vivió la mayor parte de su vida siendo dependiente de sus padres y teniendo pensamientos puros, a lo oscuro sin que le importara en absoluto esto.

Estos dos conceptos, tratados de diferente manera y separados por un espacio determinado de tiempo a lo largo de la novela, es decir, primero se trata lo malo que e pasa y las cosas por las que se deja influenciar, que son de carácter muy malo, y después se intenta demostrar que no importa el problema en el que se meta, siempre encuentra una salida que le pueda conducir al lado luminoso. De esta manera ambos casos terminan por juntarse en un punto específico que da lugar a otra etapa importante a la lectura, pues se relacionan y se hablan al mismo tiempo de cómo algo puede ser bueno y malo a la vez.

Esto se refiere a Abraxas aquel dios capaz de “Reunir lo divino y lo demoniaco. […] divinidad que era dios y demonio al mismo tiempo.” A partir de esta relación del bien y el mal en un solo ser es donde empieza a desarrollarse otra etapa de la novela con otro enfoque por parte del protagonista, debido a que, sin saberlo, profesaba su religión desde, hace ya, más tiempo del que él creía y lo había notado. Es a partir de esto que los pensamientos de Sinclair cambian y comienza a entender varios de los misterios que permanecían ocultos hasta que Demian, por medio de unas líneas le dio información sobre este dios, haciéndole ya una especie de seguidor de su religión desde ese momento.

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